miércoles, 27 de noviembre de 2013

Ali's Pretty Little Lies - Capítulo 7: Demasiado para ser una casamentera

Traducido por: Guadalupe
Corregido por: Daniela

            Unas horas más tarde, Ali y Emily descansaban en los seccionales de cuero en la sala de estar de Ali. Ali estaba hojeando ediciones de baile de graduación de Teen Vogue, CosmoGirl y Seventeen, y Emily estaba hojeando un ejemplar manoseado del libro de Horóscopos de cumpleaños, que parecía no cansarse nunca de leer. En MTV estaban pasando “My Super Sweet 16”, y la casa olía al pollo al horno y mazorca de maíz que la Sra. DiLaurentis había preparado para la cena. Jason pisoteaba el suelo del piso de arriba, cerrando los cajones de su cómoda y abriendo y cerrando la puerta del armario. Rock miserable zumbaba a través del techo.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Crushed - Capítulo 9: Spencer nunca fue una persona de reglas...

Traducido por: Daniela
Corregido por:Gabriela y Brayan.

                Spencer miró por la ventana panorámica de la casa piloto en Crestview Propiedades. Una McMansion de piedra se inclinaba por sobre los árboles al otro lado de la calle. Un pato caminó en dirección del agua. Un auto pasó por la calle, pero no se detuvo en la casa.

                No había querido venir aquí otra vez—ya era suficientemente perturbador el haber robado las llaves extra del Sr. Pennythistle una vez. Además, tenía un gran trabajo de historia que escribir, tarea de cálculo que descifrar, y potenciales citas para el baile que llamar y poner a prueba—estaba Jeff Grove del anuario, aunque no se sentía muy emocionada respecto a él, y, por supuesto, Andrew, pero ya se podía imaginar el tono de su voz de sabía-que-me-querrías-de-vuelta cuando le preguntara, a pesar de que él había sido el que terminó con ella. Pero Aria había llamado los celulares prepago de las chicas esta mañana y dijo No es. Así que era de vuelta a la habitación de pánico a donde iban.

                Las otras aún no habían llegado, así que se acomodó en el sofá tan-nuevo-que-aún-huele-a-cuero-de-fábrica en el living decorado de forma genérica y miró su antiguo celular, el cual había sacado del plan de datos y con el que usaba el WiFi de la casa. Tomando aire, escribió TEORÍAS DE CONSPIRACIÓN ALISON DILAURENTIS en el buscador.

                Se detuvo antes de presionar el botón de búsqueda. Odiaba buscar información de Ali en internet, pero no le quedaban alternativas. Había pasado por la casa abandonada en Yarmouth donde los DiLaurentis vivían cuando “Courtney” volvió. Caminó por todo el camino rodeando la propiedad. La terraza estaba completamente limpia. Había un único tarro de basura en el garaje, pero Spencer no pudo entrar para ver lo que contenía.

                Presionó la lupa. Aparecieron los resultados de Google. CONSPIRACIONES SIN RESOLVER DE FILADELFIA era el título del primer sitio, junto con la descripción UNA FUENTE REGULAR DEL CENTINELA DE FILADELFIA, EL BOLETÍN DE ROSEWOOD, Y EL YARDARM DE YARMOUTH. Spencer hizo click en el link, y un blog se cargó lentamente. La página principal tenía una foto de la estatua de Rocky en el frontis del Museo de Artes de Filadelfia. ¿ESTÁ ROCKY REALMENTE MALDITO?, decían las letras. SIGA LEYENDO PARA ESTA Y OTRAS TEORÍAS CONSPIRATIVAS RELACIONADAS CON FILADELFIA.

                Hizo click en el link. Habían posts sobre el Experimento de Filadelfia, una historia sobre cómo, en 1943, una embarcación de guerra anclada en Filadelfia misteriosamente desapareció—la gente estaba segura de que era un plan del gobierno para volver invisibles los barcos de guerra. Bajo esos habían posts sobre Ben Franklin siendo un polígamo y sus devaneos homosexuales, Betsy Ross hacía de madame a medio tiempo cuando no estaba cociendo banderas Americanas, y sobre la Campana de la Libertad llevando inscripciones secretas de aliens. Más abajo de todo eso había teorías de conspiración más recientes, incluyendo un secuestro de la hija de un hombre millonario en los setenta, el cual incluía un montón de links a reportes policiales e incluso un mensaje de un biógrafo quien había escrito un libro sobre el crimen. Finalmente, al fondo, estaba la retorcida historia de Alison DiLaurentis y su gemela idéntica, Courtney.

                Con los dedos temblando, Spencer hizo click en el link final. POR QUÉ ALISON DILAURENTIS PODRÍA NO ESTAR MUERTA, decía una entrada de un blog. Tenía fecha de Abril del año pasado, no mucho después del incendio en Poconos. El post incluía un informe policial sobre el incendio, incluyendo una evaluación forense de que no se habían encontrado huesos en los escombros. También había información sobre el Radley, donde Su Ali había estado, y La Reserva, incluyendo documentos médicos y archivos policiales a los que la mayoría de la gente no tendría acceso. Incluso había algunos chismes sobre las vidas de los DiLaurentis antes de mudarse a Rosewood; no se llamaban DiLaurentis en ese entonces sino que Day-DiLaurentis. Quizás sacaron la primera parte de su apellido en un intento de escapar de su pasado.

                Cuando Spencer terminó de hacer click en todas las imágenes y link, su cabeza daba vueltas. Quien sea que fuera este blogger, era legítimo. El haber trabajado en algunos de esos otros casos debe haber abierto algunas puertas para el blogger, haberle ganado contactos. Se preguntó qué más sabía.

                El blog no tenía ninguna evidencia concluyente sobre por qué Ali no estaba muerta o a dónde había ido, pero el post era de hace un tiempo atrás. Spencer bajó para ver si había posts más recientes, pero no habían. Aunque el blog seguía allí y funcionando; la última entrada era sobre un rumor de que todas las tiendas Wawa en el área del triestado eran dirigidas por los Caballeros Templarios. Hizo click en la pestaña de SOBRE MI al final. Decía que el blog era dirigido por un ávido investigador llamado Chase M., pero en vez de una foto, había un video de un gato dándole una cachetada a otro gato. Había un ruidoso y falso sonido de ¡kapum! Cuando la pata de un gato golpeaba la mejilla del otro. Okey.

                Crack. Spencer levantó la vista. ¿Y si A estaba aquí? Miró a la calle vacía hasta que su visión se nubló.

                Luego hizo click en el link de CONTÁCTANOS y compuso un e-mail en un formulario genérico. Estoy conectada al caso de Alison DiLaurentis. No puedo decirte mi nombre ahora mismo, pero lo haré si hablamos. Deseo saber si tienes más información sobre ella.

                Lo firmó como Preocupada en Rosewood. En el espacio donde el formulario le pedía el e-mail, usó una dirección que había creado esa mañana, su contraseña era tan sin sentido e imposible de adivinar que casi la olvidó en cuanto la creó.

                - ¿Spencer?

                La cara de Aria se asomó al otro lado de la ventana. Spencer salió por la puerta y la dejó entrar. Un taxi se estacionó segundos después, y Hanna salió de él. Emily llegó casi al mismo tiempo en auto. Spencer las guió por el pasillo y abrió la pesada puerta a la habitación de pánico. Los monitores de video parpadeaban. La habitación aún olía sutilmente a las palomitas de maíz de microondas que habían hecho la última vez que estuvieron aquí. Spencer levantó la lista de potenciales ayudantes de Ali y la pegó en la parte de atrás de la puerta. Los sospechosos restantes la miraban. Iris. Darren Wilden. Melissa. Jason. Graham. Noel.

                - Mejor que esto sea bueno – Emily gruñó cuando se sacó la chaqueta – Tuve que dejar a Iris en mi casa para esto. ¿Quién sabe qué tipo de locas cosas irá a decirle a mi familia?

                - ¿Iris está en tu casa? – Hanna repitió, mirándola.

                Emily asintió, luego explicó cómo Iris solo le daría información sobre Ali si Emily la sacaba de allí por un tiempo. – Le dije a mis padres que es una estudiante de bajos ingresos del interior de Filadelfia que está pasando por momentos difíciles en casa en este momento, y lo estoy haciendo pasar como un programa de compromiso a la comunidad en Rosewood Day. Increíblemente, lo compraron.

                Spencer miró a Aria. – ¿Entonces qué ocurre?

                Aria sacó dos cosas de su bolso de lana. Una se veía como un artículo de periódico. La segunda era una nota escrita a mano. Spencer reconoció el garabato inmediatamente.

                Aria le mostró el artículo a Hanna. – ¿reconoces a este chico?

                Hanna negó con la cabeza, pero luego su cara se empalideció. – Espera. ¿Es ese…O-Olaf? – tartamudeó. Sus ojos escanearon el artículo. - ¿Está perdido?

                Aria asintió. – Esto ocurrió en Enero.

                - ¿Quién es Olaf? – Emily preguntó, abrazando sus rodillas.

                - Un chico que conocí en Islandia – Aria tragó saliva.

                Hanna bajó su mentón. – No lo conociste solamente.

                - Está bien, como que me enrollé con él. – Aria murmuró. – Estaba muy borracha.

                Las cejas de Spencer saltaron. Aria parecía tan feliz con Noel—Spencer nunca habría imaginado que Aria lo había engañado.

                Un cuervo aterrizó cerca de una de las cámaras de video, su cuerpo se veía enorme en el monitor. Spencer miró el garabato en el pequeño trozo de papel que Aria había encontrado. ¿No es realmente liberador ver buen arte? - ¿Qué significa eso?

                Aria miraba de un lugar a otro nerviosamente. – Bueno, Olaf y yo hicimos más que besarnos. Como que…robamos una pintura juntos.

                Spencer parpadeó. - ¿Ustedes qué?

                - ¿Qué tipo de pintura? – Emily suspiró, con las manos en su boca.

                Spencer trató de escuchar cómo Aria explicaba lo que había ocurrido, pero su cerebro se atascó en cuando escuchó el nombre Van Gogh. - ¿Cómo no supe esto? – Suspiró. Luego miró a Hanna quien tenía expresión de culpa. - ¿ sabías?

                - No es como que yo haya querido saber – Hanna dijo, cruzando sus brazos sobre su pecho. – Me llamó en pánico cuando vino la policía—yo la fui a recoger. Pero decidimos mantenerlo en secreto.

                - Me imaginé que mientras menos gente supiera, mejor – Aria dijo suavemente, tocándose el borde de su sweater. – Y por un tiempo, estuvo bien—la policía nunca encontró a Olaf, la pintura nunca fue encontrada, y nadie nunca lo conectó conmigo. Pero cuando vine a casa de la escuela ayer, ese artículo estaba en mi cama y la pintura en mi armario. Estoy segura de que A la puso allí.

                El corazón de Spencer se detuvo. - ¿Hay un Van Gogh de valor incalculable en tu armario?

                Los ojos de Aria se llenaron de lágrimas. – El artículo dice que las autoridades no pudieron encontrar la pintura cuando buscaron en la casa de Olaf. Ali debe haber ido allí, descuartizado a Olaf—el artículo dice que había sangre por todo el piso—movido su cuerpo a algún lugar, saqueado su casa, y robado la pintura. Y luego la trajo de vuelta.

                Hanna frunció el ceño. – No estoy segura de que Ali pudiera haber hecho todo eso. ¿Cómo habría obtenido un pasaporte? Y Olaf era de más de seis pies de alto. Es como lo de Ian—Ali no podría haber sido suficientemente fuerte para estrangularlo sola.

                Aria se encogió de hombros. – Quizás su ayudante lo hizo entonces. No cambia el hecho de que el Equipo A mató a Olaf para obtener la pintura. Y ahora, una llamada bien-ubicada de A, y tendré un equipo de SWAT en mi patio.

                - Wow – Emily susurró.

                - Quizás deberías entregar la pintura de forma anónima – Hanna sugirió, enrollando un mechón de cabello en su dedo nerviosamente.

                Los ojos de Spencer se expandieron. – El robo de arte es, como, un crimen mayor. Podrías estar en algún video de vigilancia. Podrías meterte en serios problemas.

                - Y ahora ustedes podrían meterse en problemas también – Aria gritó – Todas ustedes saben lo que hice. Saben dónde está una pintura robada. – Se formaron lágrimas en sus ojos. – Pueden entregarme si quieren. Lo entiendo.

                Emily tocó su brazo – No vamos a hacer eso.

                - Averiguaremos un modo de salir de esto sin que ninguna de nosotras se meta en problemas, ¿está bien? – Spencer añadió. – Simplemente no entiendo cómo A supo lo que hiciste.

                - Supongo que A nos siguió a Islandia – Hanna concluyó.

                - ¿Y me siguió al castillo? – Aria levantó sus palmas al aire. – No había ningún otro auto ni siquiera en el camino hasta que la policía llegó. Supongo que A podría haber venido a pie, pero—

                - ¿Y si A escuchó nuestra llamada desde mi teléfono? – Hanna interrumpió.

                Aria se sacó un mechón de cabello de la cara. - ¿Crees que A se estaba quedando en nuestra hospedería?

                Spencer se apoyó en la silla y cerró sus ojos. Su cabeza dolía, y sentía el mismo pánico creciendo que la había atacado tantas veces antes. ¿Cómo podía A estar en tantos lugares a la vez? ¿Cómo podía A saberlo todo?

                Entonces abrió sus ojos. – Aria, quizás A se estaba quedando en tú habitación.

                Debe haber tenido un tono muy contundente, porque la boca de Aria se enderezó. – A no es Noel.

                - ¿Estás segura? – Spencer levantó sus manos. – Aria, Noel ha estado en todos lados donde nos han pasado cosas malas. Jamaica. El crucero. Ahora Islandia. ¿Realmente crees que solo es una coincidencia?

                - Noel estaba borracho a morir esa noche – Aria protesto, su voz elevándose de tono.

                Spencer paseó de un lugar a otro en la pequeña habitación. – Quizás solo fue un acto. Hanna, ¿Recuerdas dónde estaba Noel cuando hablaste con Aria?

                Hanna se metió sus manos a sus bolsillos, la luz del reloj digital en la pared iluminaba su cara de rojo. – Bueno, no estaba en cama cuando me desperté, y no lo vi en el pasillo, el cual es donde yo estuve la mayor parte de la conversación. Pero él entró desde la parte de atrás cuando llegamos a casa. Él dijo que estaba fumando marihuana, pero no olía a hierba para nada.

                Los ojos de Aria ardían. - ¿Ahora tú también estás en contra mía?

                - ¡Por supuesto que no estoy en contra tuya! – Hanna dijo – Pero, Aria, sí es raro.

                Spencer se acomodó en la silla. - ¿Recuerdan lo extraño que actuó Noel cuando ‘Courtney’ vino a Rosewood? – Preguntó – Él estaba en un grupo de apoyo con ella. Él insistió en que ustedes se hagan amigos. Y tú los pillaste besándose en el baile de San Valentín…

                Aria golpeó sus brazos a sus costados. - ¡Ali lo emboscó! Noel no quería besarla. Ella solo hizo que parezca como que sí.

                - ¿Estás segura? – Spencer preguntó. – Fue ese beso el que te hizo subirte al auto para ir con nosotras a Poconos. ¿Y si Noel estaba en eso?

                Aria quedó boquiabierta. – No puedo creerte.

                Uno de los monitores de las cámaras de seguridad se puso negro. Las miradas de todas fueron de golpe a él. Hubo movimiento, pero luego la imagen reapareció. El patio estaba vacío. Unas cuantas hojas pasaron por la cámara, y eso fue todo.

                Spencer negó con la cabeza. – Lo siento, Aria. No quiero que sea Noel tampoco. Solo quiero que podamos descartar a Noel para siempre. El artículo dice que Olaf fue asesinado al inicio de Enero. ¿Sabes dónde estaba Noel en ese momento?

                Aria pasó su lengua por sus dientes. – Suiza. Su familia estaba esquiando. Me invitó, pero quise quedarme en casa y pasar tiempo con Lola.

                - ¿Estás segura de que fueron a esquiar? Suiza no está tan lejos de Islandia.

                Aria hundió un puño en el sofá. – ¡Subió un montón de fotos a Facebook! ¿Honestamente tú crees que Noel voló a Islandia, mató a un chico, y volvió a casa el día siguiente como si nada hubiera ocurrido? ¿Crees que él es tan buen mentiroso?

                - Solo ve si puedes encontrar un ticket de telesilla o algo del cuatro de Enero, ¿está bien? Y Pregúntale dónde estaba ayer cuando alguien metió esa pintura en tu casa. Debe haber sido cuando estábamos en la escuela. ¿Cierto? Así que, básicamente, Noel te dirá que estaba en el octavo periodo o algo así, y montones de personas podrán responder por él.

                Una mirada de preocupación atravesó la cara de Aria, pero luego negó con la cabeza. – No voy a interrogar a mi novio. Si él se entera de por qué le hago esas preguntas, me pateará.

                - Nadie quiere que ustedes terminen – Emily dijo rápidamente.

                - Mira, el resto de nosotras verá qué podemos descubrir, - Spencer dijo, apoyándose contra el muro. – hasta entonces, no hagas nada con la pintura, ¿está bien, Aria?

                La boca de Aria formó una O. - ¿Se supone que debo mantenerla en mi armario?

                - Solo escondela – Spencer miró a Hanna. - ¿Qué ocurre con la cínica de quemaduras?

                Hanna suspiró. – De verdad no quiero hacer de voluntaria allí. Pero mañana hablaré con el papá de Sean al respecto.

                - ¿Y sobre Iris? – Spencer le preguntó a Emily.

                Emily se mordió el labio inferior. – No he averiguado nada sobre Ali aún. Pero Iris ha estado en la Reserva por cuatro años sin descanso, así que no hay modo de que ella pueda ser la ayudante de Ali.

                - Bien – Spencer se levantó, destapó el marcador que había traído, y tachó el nombre de Iris de la lista. – Con suerte te dirá quién es.

                Aria puso sus manos en sus caderas. - ¿Y cómo está investigación, Spence? – preguntó, con un tono amargado en la voz. – ¿Por qué no has buscado a Ali aún?

                Spencer se erizó. – Um, estoy trabajando en ello. – Podía sentir la mirada de Aria en ella, pero no sabía qué más decir.

                Apagaron las luces en la habitación de pánico. Ya que Spencer había conducido, se ofreció a llevar a las chicas que habían venido en taxi de vuelta a sus casas. Cuando salieron por la puerta de la habitación del pánico, Spencer miró directo a Aria, y se preguntó qué estaba pasando por su mente. Se sentía como…traicionada. Después de todo lo ocurrido, después de que A las había atormentado con tantas cosas, ¿cómo es que Aria se había mantenido en silencio sobre la pintura? Y ahora Olaf, quien sea que fuera, estaba perdido y quizás incluso muerto. Aria estaba en lo cierto: Todas podían ir a la cárcel por saber dónde estaba escondida una pintura robada y no entregar la información.

                Ping.

                Era el antiguo teléfono de Spencer, aún conectado al WiFi. Cautelosamente miró la pantalla. Era un e-mail de su cuenta recientemente creada. El nombre del emisor era TEORÍAS DE CONSPIRACIÓN DE FILADELFIA.

                Miró a sus amigas. Hanna estaba mirando por la ventana. Aria estaba mirando el aire, perdida en su propio mundo. Emily estaba mirando su propio celular con mirada vidriosa. Cabizbaja, Spencer abrió ABRIR y leyó las dos oraciones. Definitivamente deberíamos hablar. Hay mucho que debes saber.

                Presionó RESPONDER. Estoy disponible cuando sea, escribió de vuelta. Mientras antes, mejor.


Capítulo 8 | Capítulo 10

Crushed - Capítulo 8: Un monstruo en el armario


Traducido por: @analia8D, Gabriela
Corregido por: Brayan, Daniela


            La última clase del día de Aria era edición de periódicos, la cual se realizaba en el cobertizo de periodismo. Aunque el periódico de la escuela se había vuelto digital siglos atrás, el edificio todavía olía como a tinta y a papel de periódico. Viejos encabezados de eventos importantes de Rosewood Day decoraban las paredes, todo desde el equipo de soccer masculino de 1982 de Rosewood Day ganando el campeonato de estado, hasta los cien árboles siendo plantados en el perímetro de la escuela para honrar a las víctimas del 9/11.

            Diez minutos desde el inicio de la clase, Noel entró escabulléndose  a través de la puerta de atrás. - ¿Dónde estabas?- Aria preguntó mientras él se deslizaba en una silla al lado de ella.

            Noel se encogió de hombros. - Traté de enviarte un mensaje, pero este mensaje me llegó diciendo que tu teléfono estaba fuera de servicio.

            Aria miró a las ranuras que estaban en su escritorio. - Te lo dije, no estoy usando tecnología esta semana como parte del proyecto de ciencias. - Esa mentira se sentía torpe en su lengua. Noel no iba a comprar esa historia por mucho tiempo.

            El Altoparlante crujió, y un familiar sonido de aclaración-de-garganta señaló que el director Appleton estaba por hablar. - ¿Estudiantes? - Él dijo. - ¿Podrían todos prestar atención  a nuestra emisora escolar? Tenemos algunas noticias importantes del Baile Del Día de Mayo.

            El señor Tremont, el profesor, rodó sus ojos pero obedientemente encendió la televisión que colgaba en la pared, al lado de la pizarra. Penny Dietz, quién hacía las noticias matutinas, apareció. - ¡Buenos días estudiantes de Rosewood Day! - Ella gorjeó, sus mejillas estaban extra brillantes. - El Baile del Día de Mayo se está aproximando, y hoy vamos a escuchar de algunos de los candidatos para Rey y Reina del baile. Primero, la reina del baile. No hemos recibido el video de Hanna Marin hasta la fecha, así que vamos a oír el de Chassey Bledsoe.

            Noel frunció el ceño. - No puedo creer que Hanna no hiciera el video ayer.

            Aria miró a otra parte. Ella estaba ocupada encontrándose en una habitación secreta, investigando quién podría ser A.

            Chassey Bledsoe apareció en la pantalla, hablando super-entusiasmada sobre cuán emocionada estaba por estar compitiendo y que ella estaba organizando una Cena  de Pasta de Vote por Chassey mañana en la franquicia local Olive Garden, de la cual su tío era el dueño.

            Después fue tiempo de los candidatos para rey. Cuando la imagen de Noel surgió, el corazón de Aria se dio vuelta de orgullo. Su cabello estaba empujado detrás de su frente, mostrando sus brillantes ojos verdes. La camisa negra abotonada que estaba usando resaltaba en su piel oliva.

            Aria lo empujó juguetonamente. – Sin duda que todas las chicas te quieran.

            Noel sonrió perezosamente. - Pero yo tengo a la mejor.

            Aria exprimió su brazo, pero luego su sonrisa se atenuó, y ella se alejó. Spencer había escrito el nombre de Noel en la pizarra de sospechosos ayer… y Aria la había dejado. Solo eso la hacía sentir sucia y avergonzada.

            Todo el día Spencer había estado mensajeando a Aria, preguntándole si ya le había preguntado algo a Noel. ¿Pero qué diablos se suponía que Aria debía preguntarle? Hey, ¿mataste a una chica que estaba imitando a Alison en Jamaica y estás tratando de  echarnos la culpa? ¿No se daba cuenta Spencer de que su relación, la única cosa buena que tenía en ese momento, podría terminar?

            ¿Cómo podían sus amigas pensar que Noel posiblemente podría estar ayudando a Ali? Está bien Noel había estado en Jamaica—Era posible que él hubiera visto a las chicas en el tejado con Tabitha. Pero el nunca, jamás podría haber facilitado a Tabitha todas esas frases de Ali. Y ¿Qué? ¿En serio ellas creían que él había matado a Tabitha en la playa? Noel sacaba las arañas de la casa en lugar de pisarlas. Él no pudo ir al SPCA*, porque dijo que se llevaría a cada perro a casa con él.

            Si, él había conocido a Ali— Ambas Alis. Él y Su Ali incluso habían salido por un pequeño tiempo al final de séptimo grado, pero Ali había roto con él después de dos citas, probablemente porque a ella le gustaba Ian Thomas.

            Cuando Aria miró hacia arriba, Penny estaba de vuelta en la pantalla de TV. - También tengo un emocionante anuncio sobre el encargado del comité de decoración del baile. En un encuentro secreto con el personal Rosewood, estudiantes,  y nuestros generosos donantes, se ha decidido que el presidente de decoración del evento temático de La Noche Estrellada es… ¡Aria Montgomery!

            Todos se volvieron y miraron a Aria. Ella parpadeó hacia la televisión. Imágenes de La noche estrellada  de  Van Gogh  daban vueltas, acompañadas con una canción tecno. Luego su foto de graduación apareció. ARIA MONTGOMERY, se leía en el pie de foto. PRESIDENTA DE DECORACIÓN DEL BAILE DE MAYO.

            -¡Felicidades! - Devon Arlyss palmeó a Aria en la espalda. - Estoy tan celoso.

 - ¿Puedo ayudarte? - Collen Bebris preguntó emocionada, aunque ella solo era una estudiante de segundo año.

            - ¡Eso es asombroso! - La cara de Noel apareció en frente de Aria. - Tú siempre has querido ser la presidenta de decoración, ¿verdad?

            - P-Pero yo no postulé para eso. - Aria espetó.

            Noel frunció el ceño - ¿No lo quieres?

            Aria tragó saliva. - Yo…. - No hace mucho, ella lo hubiera hecho. Pero la última cosa que ella quería hacer era un gran mural de La Noche Estrellada.

            Sus pensamientos volvieron a esa noche Islandia. Después de que Hanna la atrapara a ella y Olaf besándose, los tres fueron a tropezones de vuelta al  bar. Aria había estado segura de que tan pronto como ella entrara, Noel lo sabría... pero él estaba conversando con un par de chicas rubias de Polonia. Las chicas estaban haciendo que Mike y Noel digan ciertas palabras con acento americano; cada vez que Noel decía algo nuevo, las chicas se reían y agitaban sus pechos. ¿Siquiera le importaría que Aria se había besado con alguien más? ¿Siquiera importaba ella?

            Ella quería probarse algo a ella misma esa noche. Que ella era todavía mundana. Que ella todavía era Aria Islandesa. Ella agarró el brazo de Olaf y susurró. - Vamos a robar el cuadro que está encerrado en el castillo.

Olaf parpadeó. - ¿En serio?

            - ¡Sí! - Aria saltó y bajó. - ¡Seremos justicieros del arte! Llamaremos a la prensa y les diremos que la hemos salvado y la pondremos en un museo. ¡Tal vez podríamos empezar nuestro propio museo!

            Había arrugas junto a los ojos de Olaf cuando sonreía. - Eres muy linda cuando te emocionas.

            - ¡Esto no es sobre ser bonita! - Aria gritó. - ¿Lo harás?

            Olaf miró a Noel, como si dijera, No vas a involucrar a tu novio también en esto, ¿O sí? Luego él se encogió de hombros. - ¿Qué demonios?

            Ellos esperaron otra hora—Para ese momento, Noel era apenas entendible, y él, Mike, y Hanna estaban preparándose para volver a la hospedería. Aria fue con él, pero después dijo que se había olvidado de algo en el bar y que necesitaba volver. Noel tropezó hasta la cama, ni siquiera la cuestionó. Aria corrió al siguiente callejón, donde Olaf la estaba esperando en su Jeep. Él la recogió en sus brazos, su respiración olía dulce, no alcohólica en lo absoluto—Aria luego se dio cuenta de que ella sólo lo había visto con una cerveza en toda la noche. - Esto es tan increíble.- Él susurró.

            - Lo sé - Aria dijo, pero ella se alejó, ella estaba un algo borracha—incluso demasiado borracha para besar. Su cabeza estaba girando sobre todo el lugar.

            Ellos derraparon fuera del estacionamiento directo a las calles llenas de baches de Reykjavik. Olaf agarró la rodilla de Aria con una mano mientras conducía. Cuando una casa de piedra se aproximó sobre un monte a la vista, Aria realmente gimió. Algunas de las ventanas de la casa estaban hechas de vitrales. Una veleta giraba en el techo. La casa tenía gárgolas y torrecillas y un montón de arcos ornamentales, ni parecida a las deportivas, simples, y náuticas casas en la ciudad.

Ellos estacionaron lejos de la casa y salieron. A pesar de que eran las dos AM, pudieron ver fácilmente  las puertas y las ventanas bajo la luz del sol de medianoche. - Mira. - Olaf susurró, señalando una ventana abierta de par en par en el primer piso. Era como si quien quiera que viviera aquí estuviera pidiendo que robaran.

            Aria vio los pies de Olaf desaparecer a través de la ventana. Un segundo después, su cabeza apareció sobre la faja. - ¿Vienes?

            Aria se metió a la casa también. Olía como a moho adentro, y había una fina capa de polvo en el piso. Muebles cubiertos con sabanas ubicados en cada habitación. Un reloj antiguo hacía tic-tac fuertemente en la esquina. Marcos dorados de pinturas colgaban en las paredes, pero la mayoría eran más abstractos que La noche Estrellada, cubos y líneas e incluso una que era, hasta donde Aria pudo descifrar, nada más que garabatos azules.

            Olaf desapareció por un pasillo, y Aria lo siguió. Cuando ella miró a una pequeña, sombría oficina, ella vio un lienzo de tamaño mediano con familiares espirales y estrellas. Jadeó y retrocedió, su cabeza daba vueltas con el alcohol. Parpadeó con fuerza, preguntándose si estaba imaginándose cosas. Ella realmente no había creído que la iban a encontrar.

            - ¡Olaf! - ella gritó, saltando sobre una otomana en medio de la habitación y tocando el marco con ambas manos. La pintura se salió de su gancho fácilmente. Aria la sujetó en sus brazos. Olía como a lienzo y a polvo. De cerca, ella apenas podía divisar la firma de Van Gogh en la parte inferior.

            Eso la puso sobria inmediatamente. Ella sostuvo la pintura extendida como si esta acabara de chillar. Mierda una voz gritó fuertemente en su mente. Estaba  sosteniendo un Van Gogh, ¿Estaba ella loca?

            - ¡Bien! - Olaf dijo desde la entrada. Llamó a Aria hacia él, pero sus piernas se sintieron inútiles. Dejando salir un gemido, ella empujó la pintura hacia él  y se alejó tambaleándose.

            - ¿Aria? - Olaf la había llamado después.- ¿A dónde vas? – fue entonces cuando todas las alarmas se dispararon.

            El timbre señalando el final del periodo sonó, y Aria saltó. Noel la estaba mirando fijamente con curiosidad, pero todos los demás en clase habían vuelto a sus propios  asuntos. El señor Tremont abrió la puerta, y la clase salió en fila. Aria siguió, todavía aturdida. La gente la rodeó tan pronto como ella caminó sobre el césped.

            - ¡Felicitaciones, Aria! - dijo Reeve Donahue, una de las chicas del comité del baile.

            - ¡Buena Esa! - Mai Anderson trinó, palmeando el brazo de Aria.

            Riley Wolfe aspiro. - Tú sabes que solo es porque ella está saliendo con Noel. - Ella susurró sonoramente a Naomi Zeigler.

            Aria parpadeo con ojos legañosos hacia Noel, las palabras de Riley sonaban ciertas. - ¿Tuviste algo que ver con esto?

            Noel torció su boca, luciendo culpable. - Pensé que estarías feliz por eso. Sabía que no habías postulado… Así que yo puse una postulación por ti, usando algunos de tus proyectos de arte.

            Aria tragó saliva. Ella sabía que debía estar conmovida. Pero todo lo que ella sentía era pánico. – Es solo que tengo demasiada carga encima en este momento, es todo. - Ella murmuró después de un muy largo momento.

            - ¿Cómo qué? - Noel preguntó.

- Como… - Ella miró alrededor y bajó su voz. – Fui cuestionada sobre la  muerte de la chica en Jamaica.

            Noel se encogió de hombros. - Si, yo fui interrogado también. ¿Cuál es el problema?

            Aria le echó un vistazo, su pulso estaba aumentando la velocidad. - ¿Hablaste con la Agente Fuji? ¿Qué dijiste?

            Llegaron al edificio principal. Niños pasaban como rayos delante de ellos por los pasillos. Alguien azotó la puerta de un casillero. Noel puso la combinación de su casillero, evitando su mirada. - No lo sé. Le dije que vi a Tabitha pero que no hablé con ella. Y ciertamente no vi a nadie golpeando su cráneo en la playa.

            - ¿Eso es todo lo que dijiste?

            Noel sacó un libro del estante. Un músculo al lado de su ojo se movió. - Sí. ¿Por qué? ¿Qué ocurre?

            Ella lamió sus labios. Si ella seguía con esta línea de preguntas, ella iba a verse realmente, realmente culpable. - Yo solo estoy asustada. - Ella se las arregló para decir. - Después de todo lo de Ali… Es duro hablar con más policías.

            Noel azotó su casillero y tocó su brazo. - Pero eso se acabó. La mujer del FBI dijo que no te molestará de nuevo—Ella dijo que había terminado conmigo también. Apesta que estuviéramos ahí cuando alguien murió, pero no es como que nosotros la hayamos asesinado.

            Los nervios cortaron a través del pecho de Aria. - Uh-huh. - ella dijo débilmente.

            De repente, ella tenía que salir de aquí. Ella lo besó apresuradamente. - Estoy emocionada sobre lo de ser presidente de decoración, de verdad. Muchas gracias. Pero ahora tengo que irme.

            Le tomó sólo diez minutos llegar a la casa de su madre, y ella trató de mantener su mente en blanco todo el viaje a casa. Ella arremetió por la entrada del auto, y metió la llave en la cerradura. Pero antes de que ella siquiera la girara, la puerta se abrió. Usualmente ellos también ponían el pestillo del pomo.

            - ¿Hola? - Aria llamó desde el recibidor. No hubo respuesta. Ella echó un vistazo a la cocina, el patio trasero, y luego las habitaciones. Su mamá, Ella, no estaba ahí.

            Ella miró en su habitación por último, y su sangre se heló. Ahí, en su cama, tendía una pieza de papel  que no había estado ahí esta mañana. Ella la agarró y miró las palabras que cruzaban la parte de arriba de la página. Estaban en islandés. La mitad final de la página había sido traducida al inglés: Hombre de Reykjavik buscado. Se sospecha asesinato.

Cuando Aria vio la cara de la foto, jadeó. Olaf.  

Tragó saliva y miró el artículo. Olaf Gundersson, 21 años, desapareció de su casa en las afueras de Reykjavik en la noche del 4 de enero.  

Eso parecía décadas atrás. Aria trató de recordar. Ella no tenía idea que  había estado haciendo el 4 de enero. Holgazaneando—Ellos aún estaban en el receso de invierno. Aburrida sin Noel— Su familia había ido a Suiza a esquiar.

Ella continuó leyendo. Se sospecha de algo extraño, ya que el apartamento del señor Gundersson fue saqueado y había sangre en el suelo. Después de extensivos interrogatorios policiales, lugareños  dijeron que el señor Gundersson, quien era “un poco ermitaño”, había estado en una ruidosa y violenta pelea la noche anterior, a pesar de que no pudieron identificar la otra persona involucrada.

El señor Gundersson había sido acusado de entrar en la Brennan Manor el último verano y de robar la pintura de estudio de la  Noche Estrellada, de Vincent van Gogh, a pesar de que él había declarado en interrogatorios anteriores que no había hecho semejante cosa. Una búsqueda policial en su casa no logró encontrar la pintura, y una teoría es que el señor Gundersson se la llevó con él después del ataque. Hay una búsqueda por toda la ciudad tanto de su cuerpo como de la invaluable obra de arte, ya que no ha sido encontrado nada aún.

La cabeza de Aria giraba.

Entonces notó un garabato rojo en el final de la página. Mira en tu armario. Alguien había dibujado una grande y llamativa flecha, como si Aria no supiera donde estaba su armario.

Temblando volteó y se quedó mirando fijamente a la puerta de su armario. Alguien había estado aquí. ¿Debería llamar la policía?, ¿y decir…qué?

Se movió lentamente hacia la puerta de su armario, y jaló el picaporte. Sus faldas y vestidos colgaban de ganchos. Sus zapatos descansaban en la zapatera. Pero ahí, en el polvoriento piso de madera, se encontraba un lienzo enrollado. Los dedos de Aria titubearon con él, mientras ella lo levantaba y le quitaba la banda de elástico. Una pintura familiar  ahora fuera de su pesado marco se desplegó. Allí estaban aquellas icónicas estrellas arremolinadas. Y allí, en el borde, estaba la firma que le robó el aliento: Van Gogh.

Ella dejó caer la pintura en el suelo. Mientras rebotaba en la madera dura, un pequeño papel se escurrió de alguna parte de adentro. Aterrizó boca arriba, así que Aria pudo leer exactamente lo que decía sin tener que poner un dedo en él.

Querida Aria,
¿No es verdaderamente liberador ver buen arte?
—A

*Sociedad protectora de animales.


Capítulo 7 | Capítulo 9

domingo, 17 de noviembre de 2013

Crushed - Capítulo 7: El nuevo huésped de Emily

Traducido por: Daniela
Corregido por: Gabriela

A pesar de que Emily había estado en La Reserva de Addison-Stevens sólo una vez anteriormente, tuvo una incómoda sensación de familiaridad mientras conducía por el largo camino. El enladrillado gris del edificio definitivamente se había aparecido en sus sueños. Ella había bosquejado las ventanas góticas en los márgenes de su cuaderno sin saber por qué.

Se estacionó en el lugar para visitas y trató de calmar su respiración. Era la tarde siguiente; se había saltado su último periodo del día, uno de estudios libres, para hacer el viaje hasta La Reserva. Pero solo saber que la Verdadera Ali había pasado años aquí, planificando modos para matarlas, hizo que su estómago se revuelva. ¿Y si la ayudante de Ali había estado también aprisionado tras estas paredes? ¿Y si las dos habían conversado en la deprimente sala de esparcimiento juntas, organizando cómo iban a arruinar a Emily, Hanna, Spencer, y Aria? Emily miró las siluetas pasando a través de un pasillo con paredes de vidrio. Si la próxima persona que pase es una mujer, esto saldrá bien, apostó silenciosamente.

Un alto hombre con chaqueta de tweed con parches en los codos caminó por ahí. Eso no era alentador.

Pero tenía que seguir con esto. Moviendo sus hombros, salió del auto y miró hacia las puertas dobles. Más temprano ese día, había llamado al hospital preguntando si podía visitar a Iris Taylor. La enfermera había dicho que Iris podía tener visitas en la tarde, así que Emily supo que Iris aún era una paciente. Pero cuando Emily insistió en saber cuánto tiempo había estado Iris en La Reserva—quería descartarla como la ayudante de Ali—la enfermera no le dio ninguna información.

Una ráfaga de viento culebreó por la espalda baja de Emily y levantó su falda. Antes de entrar, levantó su nuevo teléfono y, luego de un momento, entró a Twitter. Sí, era romper la regla de no-internet, pero tenía que revisar. Allí estaba su invitación al baile y su nota, pero nadie había respondido o retweeteado. ¿Qué le hizo pensar a Emily que Jordan siquiera lo había visto?

Cerró sus ojos y trató de imaginarse lo que Jordan estaba haciendo en ese momento. ¿Sentada en un café Italiano con grandes lentes de sol? ¿Descansando en una playa desierta en el trópico? Quería estar revolviendo su café junto a ella, o mojándola con la espuma marina. El deseo era tan fuerte que dolía físicamente.

Suspirando con fuerza, entró al recibidor de mármol. Una mujer con un delantal blanco de laboratorio la saludó con una gran sonrisa. – Estoy aquí para ver a Iris Taylor – Emily dijo – Soy Heather Murphy – Era su nombre estándar; lo había usado cuando era una camarera en el restaurant de comida en Penn’s Landing el verano que estuvo embarazada. Gayle Riggs, la mujer a la que casi le dio su bebé, sólo la conocía como Heather… hasta que A se involucró, claro.

La mujer sonrió – Se lo haré saber.

           Con un gesto con el brazo, dirigió a Emily hacia el área de los pacientes. Emily caminó lentamente, preparándose, y tembló cuando oyó el click del cerrojo en la puerta que separaba el recibidor del área de pacientes. El pasillo estaba quieto, tenía alfombras beige manchadas, y olía a hot dogs. Una escalofriante risa se escuchó desde una de las habitaciones. Una chica con el cabello alocado pasó, yendo en la otra dirección. Cuando vio a Emily mirándola, la miró de vuelta en blanco - ¡Buu! – gritó. Emily saltó, y la chica se rio.

           Emily abrió las puertas dobles hacia la sala de esparcimiento. Los mismos globos  y estrellas falsas y animadas de cartulina estaban en las paredes desde cuando las chicas visitaron a Kelsey. Gastados puzles estaban amontonados en una repisa, y allí había unos pocos libros en un librero de metal de apariencia industrial. Un letrero sobre la TV decía SIN CABLE.

           Cuando Emily cerró la puerta, unas pocas chicas, todas vestidas en pijamas blancos, se dieron vuelta emocionadas, quizás esperando que Emily estuviera allí por ellas. Una chica con sobrepeso que tenía una parte calva trató de sonreír, pero se veía más como una mueca. Una chica pálida como las cenizas de apariencia frágil bajó su cabeza y murmuró. Emily buscó a su alrededor a Kelsey, pero no la veía en ninguna parte. Había estado muy nerviosa para preguntarle a la enfermera si Kelsey seguía allí.

           Entonces Emily vio a una chica con el cabello rubio albino en una esquina. Ella encajaba con la descripción que Hanna le dio sobre Iris. Aclarando su garganta, Emily gritó el nombre de Iris. La chica, quien no podría haber pesado más de noventa libras, se dio vuelta y le dio a Emily una larga mirada de conocimiento.

           - Tu nombre no es Heather Murphy – dijo en una seca, dura, y ruda voz. La parte de debajo de su pijama blanco se cayeron ligeramente de sus caderas cuando se paró. – Tú eras una de sus amigas, ¿o no? – se acercó. Su aliento olía a caramelo agrio. – Esa perra que se robó la vida de Alison.

           Emily se encogió. Podía sentir a todos en la sala de esparcimiento mirándola, pero no quería darle la satisfacción de parecer incómoda. – Correcto, soy Emily – dijo. – Era amiga de Courtney. –Aún era raro llamar a Su Ali Courtney. – Y yo oí que tú eras amiga de Ali—y compañera de habitación. Tengo un par de preguntas sobre ella. ¿Hay algún lugar donde podamos hablar en privado?

           Iris se cruzó de brazos. Por un momento, Emily estuvo segura de que iba a decir que no, pero luego se encogió de hombros. – No sé qué puedo decirte yo sobre ella, pero seguro. Hablemos.-

           Entonces dio media vuelta y se dirigió a una puerta. Emily la siguió, tratando de ignorar las miradas entrometidas en su espalda. Se preguntó si siquiera tenían permitido salir de la sala de esparcimiento, pero no habían enfermeras por ahí, nadie que las detenga.

           Iris bajó por un pasillo y abrió una puerta cerca de la salida de incendios. Adentro había dos camas sin hacer. Un lado tenía posters de bandas adolescentes en la pared—Justin Bieber y unas cuantas estrellas de Disney Channel—y una diversidad de animales de peluche rosados en la cama. El otro lado era vacío e impersonal, como un cuarto de hotel. Iris se dejó caer en el lado genérico y miró con desdén a los posters de Bieber. – Mi nueva compañera de cuarto es toda una perdedora. – Luego sus brillantes ojos verdes volvieron a Emily. - ¿Entonces? ¿Por qué quieres saber sobre Ali?

           Emily se apoyó en una silla rasgada de cotelé. – Creo que aún está viva.

           Iris resopló. – Basura. Se quedó atrapada dentro de una casa explotando.

           - Quizás no.

           Iris cruzó sus piernas. Sus huesudas rodillas se asomaron por la tela de los pijamas. - ¿La policía sabe sobre esto?

           Emily negó con la cabeza. – Queríamos averiguarlo nosotras mismas.

           - ¿Por qué?

           Emily miró fijamente el reloj digital al otro lado de la habitación. ¿Cómo podía hacer que esto suene inocuo? Iris no parecía una idiota; si había oído sobre la Verdadera Ali muriendo al interior de esa casa, entonces probablemente había oído también que la Verdadera Ali las había atormentado como A. ¿Por qué más querrían ella encontrarla sino para detener esto para siempre? Esta era la amiga de Iris de quien estaba hablando Emily. No quería vendérsela.

           - Olvídalo, no me importa realmente, - dijo Iris, como si sintiera la razón de la duda de Emily. Y luego apareció un brillo en sus ojos. Se acercó al lado de Emily. Su repentina proximidad hizo a Emily estremecerse. A pesar de que Iris era pequeña, irradiaba energía de enojo.

           - Entonces ¿Qué quieres saber? – Iris preguntó – Podría decirte todo tipo de cosas sobre ella.

           - ¿En serio? – Emily se enderezó.

           - Ajá. Pero solo hay un modo de que yo vaya a hacer eso. Tú vas a sacarme de aquí.

           Emily se rio nerviosamente. - ¿Afuera de aquí?

           Iris asintió. – Ya le he dicho a las enfermeras que tengo una abuela enferma en el hospital. Ese es el único modo de que te dejen salir por unos días, ¿Sabes? —Para ver familiares enfermos o ir a funerales. Realmente alegre, ¿huh? – Giró sus ojos – Solo estaba esperando la oportunidad correcta— ¿Y adivina qué? Tú eres esa oportunidad. Ahora, vuelve al mesón frontal y explícales que eres mi prima y que has venido para firmar y sacarme para que podamos ver a Nana juntas.

           - ¿Nana?

           - ¡Tenemos que hacerlo convincente! – Iris sonaba exasperada.

           - ¿Y luego qué? – De a poco le iba entrando a Emily la idea de que Iris hablaba en serio - ¿Quieres ir a tu casa?

           - De hecho, estaba pensando que podría quedarme contigo.

           - ¿Conmigo?

           Iris cruzó sus brazos. – Sin preguntar. ¿Está bien? He estado encerrada en este lugar infernal por cuatro años ya sin descanso. Ni siquiera te puedes imaginar cómo se siente eso. Yo de verdad tengo buena información sobre Ali, pero no vas a oír una palabra al respecto si no me ayudas. ¿Aceptas o no?

           Emily se mordió su uña. – Espera. ¿Has estado aquí por cuatro años sin parar?

           Iris apuntó a una carpeta colgando de una ranura plástico en la puerta. – Chequea los registros si quieres.

           Su mirada se mantuvo en Emily. Luego de una pausa, Emily caminó hacia la puerta, sacó el archivador, y lo hojeó. Justamente, habían registros de paciente de Iris con fecha de hace cuatro años. En ningún lugar habían señales de que alguna vez haya salido, ni siquiera por un fin de semana. Iris estaba diciendo la verdad.

           Emily dejó el archivador en la ranura. Si Iris había estado aquí por cuatro años sin descanso, eso significaba que no podía ser la ayudante de Ali, matando a toda esa gente el invierno pasado y asesinando a Tabitha en Jamaica la primavera pasada. Sintiéndose mejor, aclaró su garganta. - ¿No tienes cuentas pendientes con alguien afuera, o si? ¿No vas a tener alguna clase de conducta violenta si te saco?

           Iris se burló. – No dejan salir a gente así nunca. ¿Por qué crees que Alison nunca fue a casa?

           Emily nunca había pensado en eso. – Está bien. – dijo tranquilamente. Así que Iris se quedaría con Emily por unos días. Si eso significaba saber más sobre Ali—sobre A—valdría la pena.

           Pero sus piernas seguían temblando cuando caminó por el pasillo hacia el recibidor. La misma mujer que la había dejado entrar sonrió desde detrás del escritorio. – Um, olvidé mencionar – Emily comenzó, su voz temblando. – Soy la prima de Iris. La llevaré a ver a nuestra abuelita.

           Se imaginó que la recepcionista no se la compraría, pero luego de un rápido chequeo con otras enfermeras y con la encargada del caso de Iris, Iris pudo salir. Cuando apareció en el recibidor, se había cambiado a un par de jeans que eran ligeramente muy cortos, como si los hubiera comprado unos años atrás. Haciendo juego con una parka rosada y una cartera de cuero con bultos, se veía un poco…torpe, como una chica que se sentaba sola en la cafetería.

           Salieron juntas del hospital. El pasto chapoteaba bajo sus pies mientras ellas caminaban hacia el estacionamiento. Estaba tan tranquilo afuera que Emily podía oír su propia respiración nerviosa, cansada. Miró alrededor, segura de que A estaba mirando, pero no había ni un solo auto en el camino o transeúnte en los pequeños senderos que rodeaban la propiedad. El único sonido era el de la fuente burbujeante que estaba cerca, la que estaba dedicada en memoria de Tabitha Clark.

           - ¡Hagamos esto, perra! – Iris exclamó mientras Emily abría el Volvo. Se subió al asiento del copiloto, cerró la puerta, y sacó una hoja de papel arrugada de su bolsillo. – Bien. Primera parada, el Bar Metropolitano en Philly.

           - ¿Disculpa? – Emily la miró. - ¿Por qué vamos para allá?

           Iris le pasó el papel. Se veía como una lista, escrita en abrupta, frenética letra. Tomar cocktails en el Bar metropolitano. Simular follar a los dinosaurios en el Instituto Franklin. Subir corriendo los escalones del Museo de Artes como Rocky. Encontrar a Tripp. – Estas son cosas que he querido hacer por cuatro años. Y tú me vas a llevar a hacerlas todas.

           - ¿Todas? – Emily dijo, escaneando la lista. Era al menos de cincuenta ítems de largo.

           Iris levantó una ceja. – Si quieres saber sobre Ali, cada una de ellas.

           - Está bien – Emily dijo tranquilamente. No había nada como la promesa de los secretos de Ali para hacerla callar. Y tenía la sensación de que Iris sabía eso también.

           Prendió el motor, apretando sus dientes. Esto es por una buena causa, esto es por una buena causa. Aún, su garganta estaba seca. Miró su nuevo celular, segura de que A le había enviado un mensaje sobre cómo no iba a salirse con la suya con esto.

           Pero no había nada.


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