Traducido
por: Daniela
Corregido
por: Gabriela
A pesar de que Emily había estado en La Reserva de
Addison-Stevens sólo una vez anteriormente, tuvo una incómoda sensación de
familiaridad mientras conducía por el largo camino. El enladrillado gris del
edificio definitivamente se había aparecido en sus sueños. Ella había
bosquejado las ventanas góticas en los márgenes de su cuaderno sin saber por
qué.
Se estacionó en el lugar para visitas y trató de
calmar su respiración. Era la tarde siguiente; se había saltado su último
periodo del día, uno de estudios libres, para hacer el viaje hasta La Reserva.
Pero solo saber que la Verdadera Ali había pasado años aquí, planificando modos
para matarlas, hizo que su estómago se revuelva. ¿Y si la ayudante de Ali había
estado también aprisionado tras estas paredes? ¿Y si las dos habían conversado
en la deprimente sala de esparcimiento juntas, organizando cómo iban a arruinar
a Emily, Hanna, Spencer, y Aria? Emily miró las siluetas pasando a través de un
pasillo con paredes de vidrio. Si la próxima persona que pase es una mujer,
esto saldrá bien, apostó silenciosamente.
Un alto hombre con chaqueta de tweed con parches en
los codos caminó por ahí. Eso no era alentador.
Pero tenía que seguir con esto. Moviendo sus
hombros, salió del auto y miró hacia las puertas dobles. Más temprano ese día,
había llamado al hospital preguntando si podía visitar a Iris Taylor. La
enfermera había dicho que Iris podía tener visitas en la tarde, así que Emily
supo que Iris aún era una paciente. Pero cuando Emily insistió en saber cuánto
tiempo había estado Iris en La Reserva—quería descartarla como la ayudante de
Ali—la enfermera no le dio ninguna información.
Una ráfaga de viento culebreó por la espalda baja
de Emily y levantó su falda. Antes de entrar, levantó su nuevo teléfono y,
luego de un momento, entró a Twitter. Sí, era romper la regla de no-internet,
pero tenía que revisar. Allí estaba su invitación al baile y su nota,
pero nadie había respondido o retweeteado. ¿Qué le hizo pensar a Emily que Jordan
siquiera lo había visto?
Cerró sus ojos y trató de imaginarse lo que Jordan
estaba haciendo en ese momento. ¿Sentada en un café Italiano con grandes lentes
de sol? ¿Descansando en una playa desierta en el trópico? Quería estar revolviendo
su café junto a ella, o mojándola con la espuma marina. El deseo era tan fuerte
que dolía físicamente.
Suspirando con fuerza, entró al recibidor de
mármol. Una mujer con un delantal blanco de laboratorio la saludó con una gran
sonrisa. – Estoy aquí para ver a Iris Taylor – Emily dijo – Soy Heather Murphy
– Era su nombre estándar; lo había usado cuando era una camarera en el
restaurant de comida en Penn’s Landing el verano que estuvo embarazada. Gayle
Riggs, la mujer a la que casi le dio su bebé, sólo la conocía como Heather…
hasta que A se involucró, claro.
La mujer sonrió – Se lo haré saber.
Con
un gesto con el brazo, dirigió a Emily hacia el área de los pacientes. Emily
caminó lentamente, preparándose, y tembló cuando oyó el click del
cerrojo en la puerta que separaba el recibidor del área de pacientes. El
pasillo estaba quieto, tenía alfombras beige manchadas, y olía a hot dogs. Una
escalofriante risa se escuchó desde una de las habitaciones. Una chica con el
cabello alocado pasó, yendo en la otra dirección. Cuando vio a Emily mirándola,
la miró de vuelta en blanco - ¡Buu! – gritó. Emily saltó, y la chica se rio.
Emily
abrió las puertas dobles hacia la sala de esparcimiento. Los mismos globos
y estrellas falsas y animadas de cartulina estaban en las paredes desde
cuando las chicas visitaron a Kelsey. Gastados puzles estaban amontonados en
una repisa, y allí había unos pocos libros en un librero de metal de apariencia
industrial. Un letrero sobre la TV decía SIN CABLE.
Cuando
Emily cerró la puerta, unas pocas chicas, todas vestidas en pijamas blancos, se
dieron vuelta emocionadas, quizás esperando que Emily estuviera allí por ellas.
Una chica con sobrepeso que tenía una parte calva trató de sonreír, pero se
veía más como una mueca. Una chica pálida como las cenizas de apariencia frágil
bajó su cabeza y murmuró. Emily buscó a su alrededor a Kelsey, pero no la veía
en ninguna parte. Había estado muy nerviosa para preguntarle a la enfermera si
Kelsey seguía allí.
Entonces
Emily vio a una chica con el cabello rubio albino en una esquina. Ella encajaba
con la descripción que Hanna le dio sobre Iris. Aclarando su garganta, Emily
gritó el nombre de Iris. La chica, quien no podría haber pesado más de noventa
libras, se dio vuelta y le dio a Emily una larga mirada de conocimiento.
-
Tu nombre no es Heather Murphy – dijo en una seca, dura, y ruda voz. La parte
de debajo de su pijama blanco se cayeron ligeramente de sus caderas cuando se
paró. – Tú eras una de sus amigas, ¿o no? – se acercó. Su aliento olía a
caramelo agrio. – Esa perra que se robó la vida de Alison.
Emily
se encogió. Podía sentir a todos en la sala de esparcimiento mirándola, pero no
quería darle la satisfacción de parecer incómoda. – Correcto, soy Emily – dijo.
– Era amiga de Courtney. –Aún era raro llamar a Su Ali Courtney. – Y yo
oí que tú eras amiga de Ali—y compañera de habitación. Tengo un par de
preguntas sobre ella. ¿Hay algún lugar donde podamos hablar en privado?
Iris
se cruzó de brazos. Por un momento, Emily estuvo segura de que iba a decir que
no, pero luego se encogió de hombros. – No sé qué puedo decirte yo sobre ella,
pero seguro. Hablemos.-
Entonces
dio media vuelta y se dirigió a una puerta. Emily la siguió, tratando de
ignorar las miradas entrometidas en su espalda. Se preguntó si siquiera tenían permitido
salir de la sala de esparcimiento, pero no habían enfermeras por ahí, nadie que
las detenga.
Iris
bajó por un pasillo y abrió una puerta cerca de la salida de incendios. Adentro
había dos camas sin hacer. Un lado tenía posters de bandas adolescentes en la
pared—Justin Bieber y unas cuantas estrellas de Disney Channel—y una diversidad
de animales de peluche rosados en la cama. El otro lado era vacío e impersonal,
como un cuarto de hotel. Iris se dejó caer en el lado genérico y miró con
desdén a los posters de Bieber. – Mi nueva compañera de cuarto es toda
una perdedora. – Luego sus brillantes ojos verdes volvieron a Emily. -
¿Entonces? ¿Por qué quieres saber sobre Ali?
Emily
se apoyó en una silla rasgada de cotelé. – Creo que aún está viva.
Iris
resopló. – Basura. Se quedó atrapada dentro de una casa explotando.
-
Quizás no.
Iris
cruzó sus piernas. Sus huesudas rodillas se asomaron por la tela de los pijamas.
- ¿La policía sabe sobre esto?
Emily
negó con la cabeza. – Queríamos averiguarlo nosotras mismas.
-
¿Por qué?
Emily
miró fijamente el reloj digital al otro lado de la habitación. ¿Cómo podía
hacer que esto suene inocuo? Iris no parecía una idiota; si había oído sobre la
Verdadera Ali muriendo al interior de esa casa, entonces probablemente había
oído también que la Verdadera Ali las había atormentado como A. ¿Por qué más
querrían ella encontrarla sino para detener esto para siempre? Esta era la
amiga de Iris de quien estaba hablando Emily. No quería vendérsela.
-
Olvídalo, no me importa realmente, - dijo Iris, como si sintiera la razón de la
duda de Emily. Y luego apareció un brillo en sus ojos. Se acercó al lado de
Emily. Su repentina proximidad hizo a Emily estremecerse. A pesar de que Iris
era pequeña, irradiaba energía de enojo.
-
Entonces ¿Qué quieres saber? – Iris preguntó – Podría decirte todo tipo de
cosas sobre ella.
-
¿En serio? – Emily se enderezó.
-
Ajá. Pero solo hay un modo de que yo vaya a hacer eso. Tú vas a sacarme de
aquí.
Emily
se rio nerviosamente. - ¿Afuera de aquí?
Iris
asintió. – Ya le he dicho a las enfermeras que tengo una abuela enferma en el
hospital. Ese es el único modo de que te dejen salir por unos días, ¿Sabes?
—Para ver familiares enfermos o ir a funerales. Realmente alegre, ¿huh? – Giró
sus ojos – Solo estaba esperando la oportunidad correcta— ¿Y adivina qué? Tú
eres esa oportunidad. Ahora, vuelve al mesón frontal y explícales que eres mi
prima y que has venido para firmar y sacarme para que podamos ver a Nana
juntas.
-
¿Nana?
-
¡Tenemos que hacerlo convincente! – Iris sonaba exasperada.
-
¿Y luego qué? – De a poco le iba entrando a Emily la idea de que Iris hablaba
en serio - ¿Quieres ir a tu casa?
-
De hecho, estaba pensando que podría quedarme contigo.
-
¿Conmigo?
Iris
cruzó sus brazos. – Sin preguntar. ¿Está bien? He estado encerrada en este
lugar infernal por cuatro años ya sin descanso. Ni siquiera te puedes imaginar
cómo se siente eso. Yo de verdad tengo buena información sobre Ali, pero
no vas a oír una palabra al respecto si no me ayudas. ¿Aceptas o no?
Emily
se mordió su uña. – Espera. ¿Has estado aquí por cuatro años sin parar?
Iris
apuntó a una carpeta colgando de una ranura plástico en la puerta. – Chequea
los registros si quieres.
Su
mirada se mantuvo en Emily. Luego de una pausa, Emily caminó hacia la puerta,
sacó el archivador, y lo hojeó. Justamente, habían registros de paciente de
Iris con fecha de hace cuatro años. En ningún lugar habían señales de que
alguna vez haya salido, ni siquiera por un fin de semana. Iris estaba diciendo
la verdad.
Emily
dejó el archivador en la ranura. Si Iris había estado aquí por cuatro años sin
descanso, eso significaba que no podía ser la ayudante de Ali, matando a toda
esa gente el invierno pasado y asesinando a Tabitha en Jamaica la primavera
pasada. Sintiéndose mejor, aclaró su garganta. - ¿No tienes cuentas pendientes
con alguien afuera, o si? ¿No vas a tener alguna clase de conducta violenta si
te saco?
Iris
se burló. – No dejan salir a gente así nunca. ¿Por qué crees que Alison
nunca fue a casa?
Emily
nunca había pensado en eso. – Está bien. – dijo tranquilamente. Así que Iris se
quedaría con Emily por unos días. Si eso significaba saber más sobre Ali—sobre
A—valdría la pena.
Pero
sus piernas seguían temblando cuando caminó por el pasillo hacia el recibidor.
La misma mujer que la había dejado entrar sonrió desde detrás del escritorio. –
Um, olvidé mencionar – Emily comenzó, su voz temblando. – Soy la prima de Iris.
La llevaré a ver a nuestra abuelita.
Se
imaginó que la recepcionista no se la compraría, pero luego de un rápido chequeo
con otras enfermeras y con la encargada del caso de Iris, Iris pudo salir.
Cuando apareció en el recibidor, se había cambiado a un par de jeans que eran
ligeramente muy cortos, como si los hubiera comprado unos años atrás. Haciendo
juego con una parka rosada y una cartera de cuero con bultos, se veía un
poco…torpe, como una chica que se sentaba sola en la cafetería.
Salieron
juntas del hospital. El pasto chapoteaba bajo sus pies mientras ellas caminaban
hacia el estacionamiento. Estaba tan tranquilo afuera que Emily podía oír su
propia respiración nerviosa, cansada. Miró alrededor, segura de que A estaba
mirando, pero no había ni un solo auto en el camino o transeúnte en los
pequeños senderos que rodeaban la propiedad. El único sonido era el de la fuente
burbujeante que estaba cerca, la que estaba dedicada en memoria de Tabitha
Clark.
-
¡Hagamos esto, perra! – Iris exclamó mientras Emily abría el Volvo. Se subió al
asiento del copiloto, cerró la puerta, y sacó una hoja de papel arrugada de su
bolsillo. – Bien. Primera parada, el Bar Metropolitano en Philly.
-
¿Disculpa? – Emily la miró. - ¿Por qué vamos para allá?
Iris
le pasó el papel. Se veía como una lista, escrita en abrupta, frenética letra. Tomar
cocktails en el Bar metropolitano. Simular follar a los dinosaurios en el
Instituto Franklin. Subir corriendo los escalones del Museo de Artes como
Rocky. Encontrar a Tripp. – Estas son cosas que he querido hacer por cuatro
años. Y tú me vas a llevar a hacerlas todas.
-
¿Todas? – Emily dijo, escaneando la lista. Era al menos de cincuenta
ítems de largo.
Iris
levantó una ceja. – Si quieres saber sobre Ali, cada una de ellas.
-
Está bien – Emily dijo tranquilamente. No había nada como la promesa de los
secretos de Ali para hacerla callar. Y tenía la sensación de que Iris sabía eso
también.
Prendió
el motor, apretando sus dientes. Esto es por una buena causa, esto es por
una buena causa. Aún, su garganta estaba seca. Miró su nuevo celular,
segura de que A le había enviado un mensaje sobre cómo no iba a salirse con la
suya con esto.
Pero
no había nada.
Capítulo 6 | Capítulo 8
ame este capitulo ♥
ResponderBorrarsi! Por fin pasa algo más novedoso :)
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