martes, 12 de marzo de 2013

PLS - Hanna - Capítulo 6: Las Mayores Perdedoras

Traducido por: Daniela
Corregido por: Catalina F, Pilar

Ese día después de clases, Hanna estaba sentada en los escalones afuera de Body Tonic y sostenía su celular entre su hombro y su oído. - Lo siento, papá. Juré haberte dicho que tenía planes esta noche.
- Pero te vas a perder El Pueblo de Santa en Longwood Gardens. - El Sr. Marin sonaba muy decepcionado. - Va a ser una pasada.
Hanna resistió la urgencia de reír. En séptimo grado, ella, Ali y las otras chicas habían ido a Longwood Gardens, que era esencialmente, sólo eso—un gran y aburrido jardín. Hacía calor, estaba lleno de gente y el interior era totalmente miserable, así que habían pasado la mayor parte del tiempo en el estacionamiento, chismeando sobre qué chico de Rosewood Day querían besar y a qué celebridades invitarían a sus fiestas de cumpleaños de fantasía.
- Lo siento mucho, - repitió Hanna. - Pero hice estos planes antes de saber de lo de los Doce Días de Navidad.
El Sr. Marin suspiró. - Esto no es porque estás incómoda con Isabel y Kate, ¿no? Kate dice que quiere conocerte, pero que tú mantienes distancia. También mencionó que la dejaste plantada para ir al centro comercial con ella el día que nos mudamos.
Hanna abrió la boca, y luego la cerró. Kate era una descarada. - Esto no tiene nada que ver con ellas, - mintió.
Al colgar, dejó su celular sobre su regazo, deseando que sonara una vez más y que fuera la voz de Lucas la que estuviera del otro lado. Pero permaneció en silencio. Miró a los autos yendo y viniendo en el remoto camino de campo. Caía nieve suavemente, haciendo que el pavimento brillara. Hanna escuchó un sonido a su izquierda y se enderezó. Sonaba como que si alguien estuviera a la vuelta de la esquina.
Hanna no le hizo caso—ya nadie la estaba acechando—y se paró. Entró al gimnasio, sintió una ráfaga de emoción. Puede que al principio se hubiera resistido a la idea del tratamiento grupal, pero ahora estaba motivada. Probablemente todas serían lindas chicas de la Main Line—quizás hasta haría una o dos amigas. Y Vince había dicho que la clase incorporaba fitness, nutrición y bienestar; quizás eso significaba masajes regulares al final de cada sesión, hechos por Vince, por supuesto. Algo totalmente profesional, para que Lucas no se pusiera demasiado celoso.
Un letrero impreso que decía RETIRO DE FITNESS NAVIDEÑO estaba pegado en la puerta de una de las salas de ejercicios. Hanna había esperado que la clase fuera en una sala secreta de Body Tonic—algo que fuera sólo para los VIPs—pero qué más daba. Tomó aire y atravesó la puerta, con una gran sonrisa en la cara, medio esperando que todas las bellas participantes se dieran vuelta y le dieran la bienvenida con los brazos abiertos, casi como si fuera una sesión de terapia grupal excepto que más glamorosa.
Pero las luces, que eran muy brillantes, casi fluorescentes, revelaron una escena completamente diferente. Diez personas sentadas en el suelo con varias alfombrillas, bolas, bandas, aparatos de balance y bloques de yoga frente a ellos. Sí que todos se dieron vuelta a mirarla, pero no la recibieron con los brazos abiertos para un abrazo grupal. Tampoco era como si ella quisiera tocarlos. Estaban lo más lejos posible a ser glamorosos seguidores de fitness.
Había una mujer con un triple mentón. Un hombre cuya panza colgaba de su cintura. Madres suburbanas desaliñadas. Padres suburbanos regordetes. Adolescentes del tipo de las que se inscriben en el club de teatro o en la banda, o de las que pasan su hora de almuerzo en la sala de arte, sin importarles para nada cómo se veían sus cuerpos. Una chica que tenía los pechos más grandes que había visto. Era de la edad de Hanna y lucía sexymente rellenita, con grandes caderas y un gran trasero, como una pinup[1] de los cincuenta. Tenía un estilo medio punk—alta, lustroso cabello negro, mucho delineador en sus ojos con forma de almendra, un montón de labial rojo sobre sus labios de muñeca y un tatuaje con forma de una daga ondeada en su hombro. Normalmente a Hanna no le gustaba ese tipo de atuendos, pero a ella le quedaba bien. Claro que no iba a decirlo en voz alta.
Definitivamente no era un retiro de fitness glamoroso. Era más como una versión de bajos ingresos de The Biggest Loser[2] Hanna jamás había visto a ninguno de ellos en el piso de Body Tonic—era como si el gimnasio hubiera escondido a estas personas como para no ahuyentar a los clientes regulares. Y cada uno de ellos usaba una remera roja gigante que decía ¡PON TU TRASERO EN MARCHA! en grandes letras blancas en la parte delantera, y CAMPAMENTO NAVIDEÑO DE FITNESS en la parte de atrás.
- ¡Hanna! - Vince apareció desde atrás del equipo de estéreo del rincón y le dedicó una gran sonrisa. Él también usaba una camisa roja de ¡PON TU TRASERO EN MARCHA!—no obstante, una mucho más ajustada. - ¡Qué bueno que pudiste venir! ¡Aquí, toma una remera!
Le lanzó una, pero Hanna no hizo ni un esfuerzo para atraparla, dejándola rebotar en su pecho y caer al suelo. Tras ella, escuchó una débil risilla aguda y se congeló. Una silueta dio la vuelta  a la esquina, su largo cabello rubio se movió. ¿Alguien la había visto? ¿Acaso alguien creería que ella era parte de… esto?
- Comencemos presentándonos y diciendo por qué estamos aquí - Comenzó Vince. Apuntó a la chica pinup.
Movió los pechos en dirección a él y ronroneó, - Soy Dinah Morrisey. No me importa perder peso, pero sí quiero lograr un compromiso de ser más sana. - Ondeó sus pestañas a Vince, quien le sonrió de vuelta.
- Encantado de conocerte, Dinah. Hanna, ¿qué tal si sigues tú? - Vince dijo.
La boca de Hanna estaba sellada. Volvió a mirar a los burdos inadaptados en el suelo, soltando un pequeño chillido, y se dio vuelta. Corrió tan rápido como pudo hacia el gimnasio principal, de vuelta a donde todos eran lindos y delgados y normales.
- Hanna, - Llamó Vince mientras ella iba disparada por entre las máquinas de pesas y corredoras. La alcanzó en el pasillo entre el estudio de yoga y el bar de snacks macrobióticos. - ¿Qué ocurre?
Hanna se encogió de hombros incómoda, notando que Vince la había seguido con la polera de ¡PON TU TRASERO EN MARCHA! que Hanna había rechazado. - No creo que esta clase sea para mí.
- ¿El retiro? ¿Por qué?
¿Estaba drogado? Primero que nada, era un campamento, no un retiro de fitness. Segundo, ¿cómo pudo Vince pensar que Hanna pertenecía a una clase como esa? ¿La había notado en la elíptica hoy y pensado que era alguien fuera de forma, alguien ordinario? ¿Alguien de quien las vendedoras se reían, padres negaban, y mejores amigas menospreciaban?
- ¡Porque es una clase llena de gente gorda! - Hanna finalmente dijo.
Vince retrocedió un poco, su boca formaba una pequeña O. - Estás bromeando, ¿cierto?
Una versión tecno de una canción de Rihanna sonaba de fondo. Cuando Hanna no respondió, Vince negó con la cabeza.  - Los otros miembros no están gordos. Está bien, quizás algunos están un poco por encima de su peso ideal, pero ¿no crees que sea genial que quieran volver a estar en forma? Siento que realmente puedo ayudarlos.
Eres como una Madre Teresa musculosa, Hanna quería decir. - Bueno, creo que paso.
- ¿Vas a pasar de una clase de fitness que va a patear tu trasero? ¿Por qué? ¿Porque todos los demás no lucen como si hubieran salido de Vogue?
Estaba hablando horriblemente muy fuerte. Hanna miró a su alrededor con cautela. La chica del mesón de recepción, que era tan flaca como un látigo, escaneó las tarjetas de dos miembros, la máquina hizo dos pequeños beeps. Un chico de edad universitaria corría aceleradamente en la trotadora, su lacio cabello rubio rebotaba. ¿Y si alguien estaba escuchando? ¿Alguien de Rosewood Day? Si alguien se enteraba de esto, sería la mayor perdedora de la escuela—en más de un sentido.
Vince miró astutamente a Hanna. - Creo que entiendo lo que ocurre. No eres capaz de hacerlo. No se llama campamento porque sea fácil. Tú no tienes la fuerza mental para pasar un programa tan riguroso.
   Hanna resopló indignadamente. - No tiene nada que ver con mi fuerza mental.
- Nah, olvídalo. - Vince movió su mano despectivamente. - Debí haber visto las señales. No todos están hechos para esta clase—tienes que realmente querer el bienestar, estar realmente lista para conseguirlo. No te preocupes, Hanna. Pensé que eras suficientemente dura para esto—pero está bien.
- Soy bastante dura, - Hanna dijo tan fuerte que una veinteañera con una sudadera de Hollis junto a las alfombrillas miró alarmada. - Estoy segura de que soy más dura que todas esas...personas allí.
Vince enderezó su barbilla. - Muy bien. Entonces demuéstramelo. Muéstrame que estás en serio.
Su voz sonaba brusca y severa, pero sus ojos eran suaves, casi deseosos. Una vez más, Hanna tuvo la corazonada de que él podría estar interesado en ella. Y el solo saber que le gustaba a alguien calmaba la soledad que sentía cada vez que pensaba en cómo Lucas había desaparecido en combate. Si se iba de aquí, condenando el retiro de fitness y sus participantes con sobrepeso, probablemente Vince no le volvería a hablar. Y odiaba  que él pensara que ella era alguien que abandonaba las cosas. Era prácticamente sinónimo de perdedora—Y no había modo de que ella volviera a ser una perdedora otra vez.
- Está bien, - gruñó. - Supongo que le daré otra oportunidad. Pero tengo una condición. No voy a usar uno de esos muumuus[3] - apuntó a la remera que Vince sostenía.
Vince se encogió de hombros y puso su mano en el brazo de Hanna. - Es un trato.


[1] Pinup: Modelo de revista
[2] The Biggest Loser: (el mayor perdedor) Reality show de personas que quieren bajar de peso
[3] Muumuu: Vestido Hawaiiano holgado

3 comentarios:

  1. Hola! ¿Cuándo volverás a retomar la traducción? (:

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    Respuestas
    1. Hola! Lo siento, habia olvidado poner un anuncio, la traducción quedó suspendida indefinidamente :/ Pero en este link:

      http://traduccionesasdf.blogspot.com/2013/04/PLL.html

      Puedes encontrar una traducción en pdf que me han enviado :)

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