Hanna Marin y su hermanastra, Kate
Randall, estaban sentadas en una larga mesa en el corredor central del Mall
King James. Les mostraban grandes e irresistibles sonrisas que decían
somos-lindas-y-lo-sabemos a todos los que pasaban.
“¿Estás registrada para votar?”
Hanna le preguntó a una mujer de mediana edad que cargaba una bolsa de la
tienda de queso artesanal Quel Fromage!
“¿Quiere venir al encuentro de Tom
Marin en el ayuntamiento de la ciudad el Martes en la noche?” Kate le pasó un
flyer a un tipo usando una credencial de Banana Republic
“¡Vote por Tom Marin en las próximas
elecciones!” Hanna vociferó a un grupo de abuelas fashion que miraban el
ventanal de Tiffany.
La multitud estaba muy calmada, y
Kate se volvió hacia Hanna. “Deberías haber sido cheerleader.”
“Nah, el cheerleader no es mi
estilo,” Hanna dijo ágilmente.
Eran las siete de la tarde la noche
del sábado, y estaban tratando de fomentar interés por la campaña presidencial
del Sr. Marin. Él estaba aumentando en las encuestas, y se esperaba que el
encuentro y recaudación de fondos en el ayuntamiento que iba a realizar la
próxima semana le daría una ventaja sobre su opositor, Tucker Wilkinson. Hanna
y Kate eran las voces juveniles de la campaña, poniendo feeds en Twitter y
organizando Flash Mobs.
Kate jugueteaba con la gran chapa de
VOTE POR TOM MARIN que usaba en la solapa de su ajustada chaqueta. “Por cierto,
vi otra foto de Liam en el diario esta mañana con alguna zorra en South
Street,” susurró. “Parece que ha ganado peso.”
Normalmente, Hanna habría pensado
que la mención de su hermanastra sobre Liam, un chico que había dejado como
idiota a Hanna una semana atrás, solo para hacerla sufrir—especialmente ya que
Liam era el hijo de Tucker Wilkinson. Pero sorprendentemente, Kate había estado
siendo muy simpática. Había dejado los sarcásticos comentarios de
soy-mejor-que-tú en la mesa a la cena. Dejó a Hanna usar primero el baño tres
mañanas seguidas. Y la noche anterior, trajo el nuevo álbum de LMFAO, diciendo
que pensaba que le gustaría a Hanna. Hanna tenía que admitir que la nueva Kate
era genial, pero en realidad nunca se lo diría a ella.
“Quizás está comiendo por el stress
de que no estoy respondiendo sus llamadas,” Hanna dijo riendo. “Me ha dejado un
montón de correos de voz.”
Kate se acercó “¿Qué crees que Tom
hará con lo que le contaste?”
Hanna miró ausentemente a un grupo
de chicas de séptimo grado reunidas afuera de Sweet Life, una tienda de dulces
gourmet. Luego de enterarse de que Liam era un grande y gordo mentiroso, le
contó a su padre un montón de chismes jugosos y dañinos sobre el papá de Liam.
“No lo sé,” respondió. “No estoy
segura de que la política sucia sea su estilo.”
“Que mal.” Kate juntó sus labios y
puso sus manos sobre el montón de flyers frente a ella. “Ese idiota se merece
hundirse.”
“¿Y donde están Naomi y Riley esta
noche? Hanna estiró sus largas y delgadas piernas bajo la mesa, impaciente por
cambiar el tema. “Pensé que tu siempre pasabas las noches de los Sábados con
ellas” Naomi Zeigler y Riley Wolfe eran las BFFs de Kate. Fueron las mayores
enemigas de Hanna cuando ella era la mejor amiga de Mona Vanderwaal, la chica
que resultó ser la primera A.
Kate se encogió de hombros. “De
hecho, estoy tomándome un poco de tiempo sin Naomi y Riley.”
“¿En serio?” Hanna se enderezó
interesada. “¿Por qué?”
Kate le pasó un flyer a una chica
universitaria que usaba una chaqueta de cuero. “Nos peleamos.”
“¿Por qué cosa?”
Kate tosió incómodamente. “Em, sobre
el Eco Crucero que se viene. Y sobre ti, de hecho.”
Hanna arrugó su nariz. “¿Qué cosa
sobre mi?”
“Olvídalo.” Kate miró a otro lado.
“No importa.”
Hanna estaba a punto de presionar a
Kate por más detalles cuando su padre apareció desde el patio de comidas con un
contenedor de cartón de lattes de Starbucks y una bolsa de variados muffins.
“Chicas han hecho un increíble trabajo,” dijo, poniendo una mano sobre el
hombro de Kate. “He visto toneladas de personas con flyers. Apuesto que
tendremos una gran concurrencia en el encuentro en el ayuntamiento el Martes. Y
Hanna estoy recibiendo un montón de retroalimentación positiva sobre el
comercial. Quizás te pida que grabes otro.” Guiñó el ojo.
“¡Por supuesto!” Hanna dijo
animadamente. En los seis años desde que su padre se divorció de su madre, se
mudó de la casa, y olvidó que Hanna existía, ella había anhelado su aceptación,
tratando mucho de lograr que él la note. Desde que le fue bien en los grupos de
discusión, ella ha sido una estrella en sus ojos. Su papá le pedía su opinión
sobre estrategia de campaña, y el de verdad quería
estar cerca de ella.
Luego el Sr. Marin se dio vuelta y
tomó el hombro de una mujer tras él. Hanna esperaba ver a Isabel, la nueva
esposa de su papá y la madre de Kate, pero era una alta e imponente mujer en
sus cuarenta. Usaba un precioso abrigo de pelo de camello y altas, puntiagudas
botas de Jimmy Choo.
“Damas, ella es la Señorita Riggs,”
dijo. “Ella se acaba de mudar a Rosewood, y prometió una gran donación a la
campaña.”
“Te lo mereces, Tom.” La voz de la
Srta. Riggs era muy refinada, como la de Katharine Hepburn “Necesitamos más
gente como tú en Washington.”
Miró a las chicas, dándole la mano a
Kate, luego a Hanna. “Te encuentro muy familiar,” dijo, mirando a Hanna de pies
a cabeza. “¿Dónde te he visto?”
Los labios de Hanna tiritaron. “En
la revista People, probablemente.”
La Srta. Riggs sonrió. “Dios, ¿por
qué?”
Las cejas de Hanna se levantaron.
¿En serio esta mujer no sabía?
“People
hizo un perfil de Hanna,” El Sr. Marin dijo. “Su mejor amiga era Alison
DiLaurentis. La chica asesinada por su hermana gemela.”
Hanna se retorcía en su asiento, no
quería corregir a su papá en los detalles. Técnicamente su mejor amiga había
sido Courtney DiLaurentis, la chica
que se hizo pasar por Alison cuando Alison fue forzada a tomar el lugar de
Courtney en el hospital mental. Pero era muy complicado acostumbrarse al hecho.
“Sí
oí algo sobre eso.” La Srta. Riggs miró a Hanna con piedad. “Pobrecita.
¿Estás bien?”
Hanna se encogió de hombros. Ella
estaba algo bien…y algo mal. ¿Podrías alguna vez superar algo como eso? Y
además estaba la nueva A en la escena. A sabía sobre Tabitha, sobre las
fotos obscenas de Hanna con Patrick, el fotógrafo que le prometió que la haría
una modelo pero solo quería meterse en sus pantalones, y sobre su encuentro
amoroso con Liam. Cualquiera de esas cosas podría arruinar su vida—y la campaña de su padre. Gracias a dios
A
no sabía sobre el accidente en el que estuvo el veráno pasado.
La Srta. Riggs miró su reloj. “Tom,
vamos tarde a nuestra charla de estrategias.”
“Adelántate, estaré allí en un
segundo,” dijo el Sr. Marin. La Srta. Riggs se despidió de las chicas, y luego
fue en dirección de El Año del Conejo, un exclusivo restaurant Chino. El Sr.
Marin se quedó ahí, mirando a Hanna y a Kate cuando la Srta. Riggs estaba a una
distancia segura. “Sean buenas con la Srta. Riggs, ¿está bien?” Murmuró.
Hanna hizo una cara. “¡Yo fui
buena!”
“Yo siempre soy buena, Tom,” Kate
añadió, parecía ofendida.
“Lo sé, lo sé, chicas, solo
manténganlo así.” Los ojos del Sr. Marin estaban muy abiertos. “Ella es una
gran filántropa y gran influencia. Necesitamos sus fondos para poner al aire
nuestros comerciales a través del estado. Podría hacer la diferencia entre
ganar y perder.”
Su padre fue deprisa hacia la Srta.
Riggs, y Kate fue hacia el baño. Hanna miraba a la gente pasando otra vez,
molesta de que su padre la haya sermoneado como si fuera una traviesa de seis
años. ¿Desde cuándo Hanna necesitaba una lección sobre ser buena con los
donantes?
Una figura emergió de Armani
Exchange, y Hanna miró. Hanna vio el ondulado pelo del chico, su mentón
cuadrado, y su gastada y esbelta chaqueta de cuero. Algo en su interior se
retorció. Era su ex, Mike Montgomery. Ella lo había evitado desde la fiesta del
elenco de Macbeth unas cuantas
semanas atrás, donde él le había pedido que ella lo reciba de vuelta y ella lo rechazó.
Pero se veía completamente delicioso esta noche.
Hanna lo llamó, y Mike miró y
sonrió. Mientras él caminaba hacia ella, Hanna se ajustó su blusa punteada de
seda para que un poquito del tirante de su sostén se vea y rápidamente chequeó
su reflejo en la parte de atrás de si iPod. Su cabello castaño estaba brillante
y lleno, y su delineador de ojos estaba perfecto.
“Hey.” Mike apoyó sus codos en la
mesa. “Haciendo campaña, ¿ha?”
“Sep.” Hanna cruzó coquetamente sus
piernas, con un zumbido nervioso en su estómago. “Tu estás… ¿comprando?” Quería
golpearse por sonar tan patética.
Mike levantó la bolsa de A/X “Me
compré un sweater negro que tu y yo vimos hace un tiempo.”
“¿El ajustado?” Hanna enrolló un
mechón de cabello en su dedo. “Ese te quedaba muy bien.”
Dos hoyuelos aparecieron en ambos
lados de la cara de Mike cuando él sonrió. “Gracias,” dijo tímidamente.
“¿Mike?”
Mike saltó, como si lo hubieran
pillado. Una flaca chica con largo cabello café, cara ovalada, y grandes ojos
como de muñeca se paró tras él. “¡Allí
estas!”Gorjeó.
“¡Oh, Hola!” La voz de Mike elevó su
tono. “Eh, Hanna, ¿Conoces a Colleen? ¿Mi…novia?”
Hanna se sintió como si Mike la
hubiera pateado en los pechos. Por supuesto que conocía a Collen Bebris—Habían
ido a la misma escuela por años. Pero ella era su ¿Novia? Colleen era una de esas chupamedias que trataban de ser la
mejor amiga de todos. Alguna vez, Colleen hizo su meta personal el ser BFF con
Hanna y Mona, a pesar de que ella era dos años menor y ridículamente ñoña.
Hacían que Colleen tome apuntes en latín I por ellas mientras ellas se saltaban
la escuela para ir de compras, llevaban sus ropas a la lavandería, y acampaban
frente a la tienda Apple todo el fin de semana para no tener que esperar en la
fila por el último iPod. Eventualmente, Colleen entendió la señal y comenzó a
juntarse con los chicos del Festival de Shakespeare. Pero ella siempre tenía
una gran sonrisa para Hanna y Mona en los pasillos, diciendo “¡Beso beso!” cada
vez que pasaba. Mona solía codear a Hanna y murmurar, “¡No no!”
“Qué bueno verte,” Hanna dijo
tensamente. De repente se sintió rara, le pasó un flyer a Colleen en la cara.
“Vota por Tom Marin.”
“Oh, Hanna, no tengo edad para
votar.” Colleen sonaba muy desilusionada, como si Hana no estuviera simplemente
tratando de romper el hielo. “Pero tu papá es genial. Ese tipo Wilkinson parece
un idiota, ¿No crees? Y su hijo es todo un buscavidas.”
Los ojos de Hanna se expandieron.
¿Cómo sabía Collen que Liam era un buscavidas?”
Colleen tocó el brazo de Mike.
“Deberíamos irnos. Nuestras reservas para cenar son a las siete y cuarto.”
Colleen le sonrió a Hanna. “Tenemos reservas en Rive Gauche esta noche. Es una
tradición de los sábados. Amo absolutamente el moules frites.”
“Leí que moules frites están cargadas con los peores tipos de gasa. Pero tú
no pareces realmente preocuparte por ese tipo de cosas,” Hanna dijo dulcemente
a Colleen. Luego miró enfáticamente a Mike. Él siempre había querido ir a Rive
Gauche cuando salían, pero Hanna se negaba porque Lucas Beattie, su ex,
trabajaba allí. Rive Gauche era el
lugar para reunirse de Rosewood Day, aunque Hanna odiaba la idea de que la
elite de la escuela vea a Mike Montgomery con Colleen juntos. Salir con Mike
automáticamente haría que Colleen esté in,
y ella no se lo merecía para nada.
“Nos vemos después,” Mike dijo, sin
captar lo mordaz de Hanna—o su frustración. Mientras él se alejaba, con la mano
entrelazada con la de Colleen, Hanna sintió una extraña sensación de pérdida y
anhelo. No se había dado cuenta de lo lindo que era el trasero de Mike. O lo
atento que era con sus novias. Todo de una vez, extrañaba todo sobre él.
Extrañaba los viajes de compras donde él se sentaba pacientemente afuera del
probador y criticaba los atuendos de Hanna, los lujuriosos comentarios que hacía
sobre las chicas Kardashian cuando miraban sus shows en E!, y cómo él dejó una
vez que Hanna lo maquille—se veía sorprendentemente bien con delineador. Hanna
incluso extrañaba el estúpido llavero de Hooters que colgaba del cierre de su
mochila. Sus momentos con Liam podrán haber sido eléctricos e intoxicantes,
pero con Mike ella había sido tonta e inmadura y completamente ella misma.
De repente, le llegó tal como un
shockeante mensaje de A: Ella quería de vuelta a Mike.
Incluso se podía imaginar el tipo de nota que A escribiría para la ocasión:
El pasto siempre es más verde, ¿o
no,
Hannakins? ¡Parece que estás tan
out como los jeans de piernas
anchas de la temporada pasada!
¿cual es el accidente que Hanna dice que A no sabe? normalmente A sabe todo entonces ¿cual es? diganlo porfavor si saben tendra algo que ver con lo que hizo aria en islandia....
ResponderBorrarel accidente lo han mencionado un par de veces, pero no han relatado cómo fue ni nada, aun es un misterio, igual que lo de islandia :O
BorrarEn vez de Islandia no será Jamaica? o pasó algo cuando viajó con Mike, Noel y Aria a Islandia?
ResponderBorrarel accidente y lo de Islandia y lo de Jamaica son tres cosas apartes :) Sigue la historia y entenderás ;)
BorrarSaludos