sábado, 2 de febrero de 2013

Stunning - Capítulo 3: El chico que se escapó


Hanna Marin y su hermanastra, Kate Randall, estaban sentadas en una larga mesa en el corredor central del Mall King James. Les mostraban grandes e irresistibles sonrisas que decían somos-lindas-y-lo-sabemos a todos los que pasaban.

“¿Estás registrada para votar?” Hanna le preguntó a una mujer de mediana edad que cargaba una bolsa de la tienda de queso artesanal Quel Fromage!

“¿Quiere venir al encuentro de Tom Marin en el ayuntamiento de la ciudad el Martes en la noche?” Kate le pasó un flyer a un tipo usando una credencial de Banana Republic

“¡Vote por Tom Marin en las próximas elecciones!” Hanna vociferó a un grupo de abuelas fashion que miraban el ventanal de Tiffany.

La multitud estaba muy calmada, y Kate se volvió hacia Hanna. “Deberías haber sido cheerleader.”

“Nah, el cheerleader no es mi estilo,” Hanna dijo ágilmente.

Eran las siete de la tarde la noche del sábado, y estaban tratando de fomentar interés por la campaña presidencial del Sr. Marin. Él estaba aumentando en las encuestas, y se esperaba que el encuentro y recaudación de fondos en el ayuntamiento que iba a realizar la próxima semana le daría una ventaja sobre su opositor, Tucker Wilkinson. Hanna y Kate eran las voces juveniles de la campaña, poniendo feeds en Twitter y organizando Flash Mobs.

Kate jugueteaba con la gran chapa de VOTE POR TOM MARIN que usaba en la solapa de su ajustada chaqueta. “Por cierto, vi otra foto de Liam en el diario esta mañana con alguna zorra en South Street,” susurró. “Parece que ha ganado peso.”

Normalmente, Hanna habría pensado que la mención de su hermanastra sobre Liam, un chico que había dejado como idiota a Hanna una semana atrás, solo para hacerla sufrir—especialmente ya que Liam era el hijo de Tucker Wilkinson. Pero sorprendentemente, Kate había estado siendo muy simpática. Había dejado los sarcásticos comentarios de soy-mejor-que-tú en la mesa a la cena. Dejó a Hanna usar primero el baño tres mañanas seguidas. Y la noche anterior, trajo el nuevo álbum de LMFAO, diciendo que pensaba que le gustaría a Hanna. Hanna tenía que admitir que la nueva Kate era genial, pero en realidad nunca se lo diría a ella.

“Quizás está comiendo por el stress de que no estoy respondiendo sus llamadas,” Hanna dijo riendo. “Me ha dejado un montón de correos de voz.”

Kate se acercó “¿Qué crees que Tom hará con lo que le contaste?”

Hanna miró ausentemente a un grupo de chicas de séptimo grado reunidas afuera de Sweet Life, una tienda de dulces gourmet. Luego de enterarse de que Liam era un grande y gordo mentiroso, le contó a su padre un montón de chismes jugosos y dañinos sobre el papá de Liam.

“No lo sé,” respondió. “No estoy segura de que la política sucia sea su estilo.”

“Que mal.” Kate juntó sus labios y puso sus manos sobre el montón de flyers frente a ella. “Ese idiota se merece hundirse.”

“¿Y donde están Naomi y Riley esta noche? Hanna estiró sus largas y delgadas piernas bajo la mesa, impaciente por cambiar el tema. “Pensé que tu siempre pasabas las noches de los Sábados con ellas” Naomi Zeigler y Riley Wolfe eran las BFFs de Kate. Fueron las mayores enemigas de Hanna cuando ella era la mejor amiga de Mona Vanderwaal, la chica que resultó ser la primera A.

Kate se encogió de hombros. “De hecho, estoy tomándome un poco de tiempo sin Naomi y Riley.”

“¿En serio?” Hanna se enderezó interesada. “¿Por qué?”

Kate le pasó un flyer a una chica universitaria que usaba una chaqueta de cuero. “Nos peleamos.”

“¿Por qué cosa?”

Kate tosió incómodamente. “Em, sobre el Eco Crucero que se viene. Y sobre ti, de hecho.”

Hanna arrugó su nariz. “¿Qué cosa sobre mi?”

“Olvídalo.” Kate miró a otro lado. “No importa.”

Hanna estaba a punto de presionar a Kate por más detalles cuando su padre apareció desde el patio de comidas con un contenedor de cartón de lattes de Starbucks y una bolsa de variados muffins. “Chicas han hecho un increíble trabajo,” dijo, poniendo una mano sobre el hombro de Kate. “He visto toneladas de personas con flyers. Apuesto que tendremos una gran concurrencia en el encuentro en el ayuntamiento el Martes. Y Hanna estoy recibiendo un montón de retroalimentación positiva sobre el comercial. Quizás te pida que grabes otro.” Guiñó el ojo.

“¡Por supuesto!” Hanna dijo animadamente. En los seis años desde que su padre se divorció de su madre, se mudó de la casa, y olvidó que Hanna existía, ella había anhelado su aceptación, tratando mucho de lograr que él la note. Desde que le fue bien en los grupos de discusión, ella ha sido una estrella en sus ojos. Su papá le pedía su opinión sobre estrategia de campaña, y el de verdad quería estar cerca de ella.

Luego el Sr. Marin se dio vuelta y tomó el hombro de una mujer tras él. Hanna esperaba ver a Isabel, la nueva esposa de su papá y la madre de Kate, pero era una alta e imponente mujer en sus cuarenta. Usaba un precioso abrigo de pelo de camello y altas, puntiagudas botas de Jimmy Choo.

“Damas, ella es la Señorita Riggs,” dijo. “Ella se acaba de mudar a Rosewood, y prometió una gran donación a la campaña.”

“Te lo mereces, Tom.” La voz de la Srta. Riggs era muy refinada, como la de Katharine Hepburn “Necesitamos más gente como tú en Washington.”

Miró a las chicas, dándole la mano a Kate, luego a Hanna. “Te encuentro muy familiar,” dijo, mirando a Hanna de pies a cabeza. “¿Dónde te he visto?”

Los labios de Hanna tiritaron. “En la revista People, probablemente.”

La Srta. Riggs sonrió. “Dios, ¿por qué?”

Las cejas de Hanna se levantaron. ¿En serio esta mujer no sabía?

People hizo un perfil de Hanna,” El Sr. Marin dijo. “Su mejor amiga era Alison DiLaurentis. La chica asesinada por su hermana gemela.”

Hanna se retorcía en su asiento, no quería corregir a su papá en los detalles. Técnicamente su mejor amiga había sido Courtney DiLaurentis, la chica que se hizo pasar por Alison cuando Alison fue forzada a tomar el lugar de Courtney en el hospital mental. Pero era muy complicado acostumbrarse al hecho.

Sí oí algo sobre eso.” La Srta. Riggs miró a Hanna con piedad. “Pobrecita. ¿Estás bien?”

Hanna se encogió de hombros. Ella estaba algo bien…y algo mal. ¿Podrías alguna vez superar algo como eso? Y además estaba la nueva A en la escena. A sabía sobre Tabitha, sobre las fotos obscenas de Hanna con Patrick, el fotógrafo que le prometió que la haría una modelo pero solo quería meterse en sus pantalones, y sobre su encuentro amoroso con Liam. Cualquiera de esas cosas podría arruinar su vida—y la campaña de su padre. Gracias a dios A no sabía sobre el accidente en el que estuvo el veráno pasado.

La Srta. Riggs miró su reloj. “Tom, vamos tarde a nuestra charla de estrategias.”

“Adelántate, estaré allí en un segundo,” dijo el Sr. Marin. La Srta. Riggs se despidió de las chicas, y luego fue en dirección de El Año del Conejo, un exclusivo restaurant Chino. El Sr. Marin se quedó ahí, mirando a Hanna y a Kate cuando la Srta. Riggs estaba a una distancia segura. “Sean buenas con la Srta. Riggs, ¿está bien?” Murmuró.

Hanna hizo una cara. “¡Yo fui buena!”

“Yo siempre soy buena, Tom,” Kate añadió, parecía ofendida.

“Lo sé, lo sé, chicas, solo manténganlo así.” Los ojos del Sr. Marin estaban muy abiertos. “Ella es una gran filántropa y gran influencia. Necesitamos sus fondos para poner al aire nuestros comerciales a través del estado. Podría hacer la diferencia entre ganar y perder.”

Su padre fue deprisa hacia la Srta. Riggs, y Kate fue hacia el baño. Hanna miraba a la gente pasando otra vez, molesta de que su padre la haya sermoneado como si fuera una traviesa de seis años. ¿Desde cuándo Hanna necesitaba una lección sobre ser buena con los donantes?

Una figura emergió de Armani Exchange, y Hanna miró. Hanna vio el ondulado pelo del chico, su mentón cuadrado, y su gastada y esbelta chaqueta de cuero. Algo en su interior se retorció. Era su ex, Mike Montgomery. Ella lo había evitado desde la fiesta del elenco de Macbeth unas cuantas semanas atrás, donde él le había pedido que ella lo reciba de vuelta y ella lo rechazó. Pero se veía completamente delicioso esta noche.

Hanna lo llamó, y Mike miró y sonrió. Mientras él caminaba hacia ella, Hanna se ajustó su blusa punteada de seda para que un poquito del tirante de su sostén se vea y rápidamente chequeó su reflejo en la parte de atrás de si iPod. Su cabello castaño estaba brillante y lleno, y su delineador de ojos estaba perfecto.

“Hey.” Mike apoyó sus codos en la mesa. “Haciendo campaña, ¿ha?”

“Sep.” Hanna cruzó coquetamente sus piernas, con un zumbido nervioso en su estómago. “Tu estás… ¿comprando?” Quería golpearse por sonar tan patética.

Mike levantó la bolsa de A/X “Me compré un sweater negro que tu y yo vimos hace un tiempo.”

“¿El ajustado?” Hanna enrolló un mechón de cabello en su dedo. “Ese te quedaba muy bien.”

Dos hoyuelos aparecieron en ambos lados de la cara de Mike cuando él sonrió. “Gracias,” dijo tímidamente.

“¿Mike?”

Mike saltó, como si lo hubieran pillado. Una flaca chica con largo cabello café, cara ovalada, y grandes ojos como de muñeca se paró tras él. “¡Allí estas!”Gorjeó.

“¡Oh, Hola!” La voz de Mike elevó su tono. “Eh, Hanna, ¿Conoces a Colleen? ¿Mi…novia?”

Hanna se sintió como si Mike la hubiera pateado en los pechos. Por supuesto que conocía a Collen Bebris—Habían ido a la misma escuela por años. Pero ella era su ¿Novia? Colleen era una de esas chupamedias que trataban de ser la mejor amiga de todos. Alguna vez, Colleen hizo su meta personal el ser BFF con Hanna y Mona, a pesar de que ella era dos años menor y ridículamente ñoña. Hacían que Colleen tome apuntes en latín I por ellas mientras ellas se saltaban la escuela para ir de compras, llevaban sus ropas a la lavandería, y acampaban frente a la tienda Apple todo el fin de semana para no tener que esperar en la fila por el último iPod. Eventualmente, Colleen entendió la señal y comenzó a juntarse con los chicos del Festival de Shakespeare. Pero ella siempre tenía una gran sonrisa para Hanna y Mona en los pasillos, diciendo “¡Beso beso!” cada vez que pasaba. Mona solía codear a Hanna y murmurar, “¡No no!”

“Qué bueno verte,” Hanna dijo tensamente. De repente se sintió rara, le pasó un flyer a Colleen en la cara. “Vota por Tom Marin.”

“Oh, Hanna, no tengo edad para votar.” Colleen sonaba muy desilusionada, como si Hana no estuviera simplemente tratando de romper el hielo. “Pero tu papá es genial. Ese tipo Wilkinson parece un idiota, ¿No crees? Y su hijo es todo un buscavidas.”

Los ojos de Hanna se expandieron. ¿Cómo sabía Collen que Liam era un buscavidas?”

Colleen tocó el brazo de Mike. “Deberíamos irnos. Nuestras reservas para cenar son a las siete y cuarto.” Colleen le sonrió a Hanna. “Tenemos reservas en Rive Gauche esta noche. Es una tradición de los sábados. Amo absolutamente el moules frites.”

“Leí que moules frites están cargadas con los peores tipos de gasa. Pero tú no pareces realmente preocuparte por ese tipo de cosas,” Hanna dijo dulcemente a Colleen. Luego miró enfáticamente a Mike. Él siempre había querido ir a Rive Gauche cuando salían, pero Hanna se negaba porque Lucas Beattie, su ex, trabajaba allí. Rive Gauche era el lugar para reunirse de Rosewood Day, aunque Hanna odiaba la idea de que la elite de la escuela vea a Mike Montgomery con Colleen juntos. Salir con Mike automáticamente haría que Colleen esté in, y ella no se lo merecía para nada.

“Nos vemos después,” Mike dijo, sin captar lo mordaz de Hanna—o su frustración. Mientras él se alejaba, con la mano entrelazada con la de Colleen, Hanna sintió una extraña sensación de pérdida y anhelo. No se había dado cuenta de lo lindo que era el trasero de Mike. O lo atento que era con sus novias. Todo de una vez, extrañaba todo sobre él. Extrañaba los viajes de compras donde él se sentaba pacientemente afuera del probador y criticaba los atuendos de Hanna, los lujuriosos comentarios que hacía sobre las chicas Kardashian cuando miraban sus shows en E!, y cómo él dejó una vez que Hanna lo maquille—se veía sorprendentemente bien con delineador. Hanna incluso extrañaba el estúpido llavero de Hooters que colgaba del cierre de su mochila. Sus momentos con Liam podrán haber sido eléctricos e intoxicantes, pero con Mike ella había sido tonta e inmadura y completamente ella misma.

De repente, le llegó tal como un shockeante mensaje de A: Ella quería de vuelta a Mike. Incluso se podía imaginar el tipo de nota que A escribiría para la ocasión:

El pasto siempre es más verde, ¿o no,
Hannakins? ¡Parece que estás tan
 out como los jeans de piernas
 anchas de la temporada pasada!


4 comentarios:

  1. ¿cual es el accidente que Hanna dice que A no sabe? normalmente A sabe todo entonces ¿cual es? diganlo porfavor si saben tendra algo que ver con lo que hizo aria en islandia....

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    1. el accidente lo han mencionado un par de veces, pero no han relatado cómo fue ni nada, aun es un misterio, igual que lo de islandia :O

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  2. En vez de Islandia no será Jamaica? o pasó algo cuando viajó con Mike, Noel y Aria a Islandia?

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    1. el accidente y lo de Islandia y lo de Jamaica son tres cosas apartes :) Sigue la historia y entenderás ;)

      Saludos

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