jueves, 19 de febrero de 2015

Vicious - Capítulo 29: Camino Jacinto, 8901

<<Capítulo 28

Traducido por: Daniela
Corregido por: Andrea F.


           Una semana y un día después del chapuzón de Emily al océano, esta había hecho su camino hasta Florida. La opresiva humedad la azotó en el instante en que se bajó del bus, pero fue un cambio bienvenido en comparación al aparato rancio, con olor a bologna, azota-huesos en el que había sido prisionera la semana recién pasada. Se tapó el sol de los ojos y miró alrededor. Palmeras se mecían majestuosamente por la arboleda. Acolchadas nubes de medio día pasaban sin rumbo sobre las cabezas. Un gran letrero electrónico se asomó al costado del edificio. Hoy es domingo, decían las letras digitales rojas. Bienvenido a Cocoa Beach.
           Emily finalmente estaba aquí. Ladeó su cabeza, aun esperando oír un comentario de la voz de Ali, pero Ali había estado en silencio desde el piquero de Emily al mar. Así que Emily confiaba en el viejo juego de supersticiones que había usado tantas veces desde que era una niña, mirando al apresurado tráfico en la autopista. Si pasa un semi-remolque en los próximos diez segundos, la encontrarás. Si no, no.
           Comenzó a contar. En siete, pasó un semi-remolque. Sus dedos hormiguearon con la posibilidad.
           Siguió a la multitud de gente hacia el terminal, cautelosamente mirando de un lado a otro por miedo de que alguien la pueda reconocer. Pero nadie ni siquiera estaba mirando en su dirección. Pensándolo bien, no lucía exactamente como la Emily Fields de las noticias, sino más bien como una delgada, desaliñada granuja que no se había bañado ni comido una comida decente en días. Había tenido que  transbordar  en siete ocasiones distintas para asegurar el bus más barato al sur de Florida. Había leído la misma copia de Golf Digest cuatro días seguidos sólo para evitar volverse loca. Había dormido con la cabeza contra la ventana de un bus, o acurrucada en una banca de una terminal. Casi había sido asaltada dos veces, incontables viajeros asquerosos le habían tirado los tejos, y una mujer viera le había gritado en portugués—Emily sospechaba que le había lanzado un hechizo. Había sufrido mucho en este viaje. También había arriesgado mucho.
           Pero habia  valído la pena. Estaba en una misión.
           La terminal era fría y olía a productos de limpieza, y un anuncio sonaba por el altoparlante en inglés. Emily entró al baño de mujer—el retrete en el bus se había vuelto completamente muy asqueroso para ser usado al final del viaje, y había estado aguantándose desde la línea de Georgia/Florida. Dentro del cubículo, alcanzó la bolsa plástica que había estado trayendo, sacó el teléfono prepago que había comprado en una parada en Carolina del Norte, y siguió los pasos para activarlo. No había querido usar  un teléfono antes de esto, pero ahora que estaba aquí, no estaba segura de en qué tipo de situación podría meterse. Después de que la pantalla anunció que el teléfono estaba activo, lo metió en su bolsillo, sintiendo cada gramo de su peso.
           Afuera del baño había un gran mapa del área de Cocoa Beach. Le tomó algo de búsqueda, pero Emily localizó la Calle Jacinto en un complejo a varias millas. Sacó el lápiz que había robado de una parada de descanso en Carolina del Sur y escribió las indicaciones en su mano. Luego, algo en la TV que colgaba sobre la ventana de boletería le llamó la atención, y observó. Las solemnes y sobrias caras de Hanna y Spencer aparecieron en la pantalla, llenando a Emily con más culpa aun. Lucían tan torturadas. Había oído fragmentos del juicio durante el viaje, y con cada historia nueva, se había sentido aun peor por dejarlas que lidiaran con eso por sí mismas, especialmente ya que Aria se había escapado a Europa. También odiaba que su suicidio no haya sido para el jurado un voto de confianza de que eran inocentes.
           Luego notó el titular. Pequeñas Lindas Mentirosas Encontradas Culpables, decían grandes letras rojas. Emily quedó boquiabierta. El juicio había acabado. El jurado no les creyó. Iban a ir a prisión.
           Tenía que llegar a esa casa, ahora.
           Encontró la línea de buses que iban hasta la Calle Jacinto y trotó hacia la parada justo cuando un bus iba llegando. Después de pagar, se dejó caer en un asiento, el aire acondicionado soplaba en la parte de atrás de su cuello. Edificios Art decó pasaban por las ventanas. Palmeras se mecían. Una mujer más adelante estaba escuchando ruidosa y animada música en sus audífonos. Emily sabía que Ali tenía una abuela en Florida; ¿Ella la estaba ocultando ahora? Pero ¿quién la había ayudado a llegar aquí? ¿Quién pagó su viaje por toda la distancia por la costa?
           ¿Cómo Ali había pasado desapercibida para todos otra vez?
           El bus llegó a su parada, y Emily se bajó rápido y en una parte desolada de la acera. Pequeñas casas de estuco bordeaban las calles. Dos yardas más allá, una vieja mujer con encrespadores cuidaba un jardín. Cruzando la calle, un hombre mayor estaba paseando un Lakeland terrier. Un grupo de ciudadanos ancianos usando buzos que combinaban desaparecieron por la esquina, sus brazos se movían, al estilo de caminata vigorosa. Todos los autos estacionados en la calle parecían como lo que sus abuelos conducirían: o grandes, autos cruisers como botes, o bien eficientes y pequeños Toyotas Corollas.
           La garganta de Emily se secó cuando caminó la cuadra y dobló a la derecha en Jacinto. Más lindas casas de estuco bordeaban la cuadra, todas pintadas en animados colores pastel. Emily miró los números dibujados con spray en la cuneta—8879… 8881…. 8891… y de repente, allí estaba 8901, justo al frente. Era una animada casa rosada con persianas blancas y una cerca blanca. Un rociador mojaba el pasto verde en el terreno, y plantas tropicales crecían en unos cuantos lechos de flores cerca de las ventanas. En el pórtico estaba la misma estatua de un perro con ojos caídos que tenía en su pórtico la anciana que vivía a tres casas de Emily allá en Rosewood. La entrada de autos estaba vacía.
           Emily se escondió tras una palmera gigante. ¿Estaba bien esto? El lugar parecía como una comunidad de retirados. ¿Y si Ali había puesto ese sobre en el basurero para que Emily lo encuentrara? ¿Y si estaba observando desde algún lado, matándose de la risa?
           Emily pensó en las caras de sus amigas en el noticiario otra vez. Prisión. Era impensable. Estaban pasando por el infierno, y ella no estaba a sus lados. ¿Y si esta era una trampa y la pillaban? Iría a la cárcel y probablemente tendría el doble de sentencia por fingir su muerte. Sus amigas la odiarían. Su familia la odiaría. Todos la odiarían. Pensarían que estaba más loca que antes. Quizás terminaría en La Reserva.
           Pero luego la puerta frontal se abrió.
           Emily se agachó. Una persona avanzó por el camino frontal y cruzó el terreno hacia la entrada de autos. Era una mujer, sus caderas se meneaban y su cabello rebotaba, y no lucía ni cerca de vieja como los otros residentes en el vecindario. Su cabello aún era de un fresco y mantecoso rubio. Su cuerpo era delgado y joven, como si hiciera mucho yoga. Usaba un vestido veraniego, alpargatas azules, y un brillante pendiente de diamante en su garganta.
           Emily frunció el ceño. Ese pendiente de diamante lucía familiar—muy familiar. Solo entonces, tuvo el recuerdo más extraño: Era séptimo grado, y ella y las otras chicas estaban vistiendo a Ali para que fuera al baile San Valentín de la secundaria—la había invitado un lindo chico de primer año llamado Tegan. Emily se había metido de lleno en ayudar a Ali a prepararse, preocupándose por los detalles de su cabello y maquillaje, diciendo ooh y aah por el collar de diamante con forma de gota que Ali podía usar esa noche, como préstamo de su madre.
           Day. De repente, Emily supo por qué ese nombre era tan significativo. Antes de que los DiLaurentis se mudaran a Rosewood, habían sido conocidos como los Day-DiLaurentis. Pero cuando se mudaron por los ataques violentos de su hija, queriendo cambiar y comenzar de nuevo, dejaron la primera mitad de su apellido.
           ¿Podría ser?
           La mujer fue hacia la parte de atrás de la casa, ese familiar pendiente de diamante punzando su garganta. Cuando abrió la reja, el sol azotó su cara, iluminando sus finas y huesudas facciones, desde su inclinada nariz hasta sus grandes ojos azules, y hasta sus labios con forma de lazo. Emily quedó boquiabierta. Un grito se congeló en su garganta.
           Era la madre de Ali.
           Emily estaba tan impresionada que sus rodillas cedieron. Pero de repente, tenía tanto sentido. Esto era por lo que la Sra. D no había asistido al juicio. Esto era por lo que  ella no había hecho comentarios a la prensa. Quizá la prensa no sabía dónde estaba ella. Y Ali debe haber estado loca, y la Sra. D debe haber entendido eso por completo, pero Ali aún era su hija. Y como su madre, la Sra. D probablemente sintió una obligación de protegerla. Era algo con lo que Emily podía empatizar fácilmente: Ella también tenía una hija, la pequeña Violet. No había sido hace mucho que A había insinuado que Violet podría estar en peligro. Emily se había vuelto loca de la preocupación, desesperada por mantener a Violet a salvo.
           Quizá también era eso lo que la Sra. D estaba haciendo. Sin siquiera pensarlo, Emily se lanzó a cruzar la calle y hacia la propiedad. Abrió la reja de metal blanco en el frente y reptó por el terreno lateral, su corazón latiendo muy fuerte. Hacía más frio en el patio trasero, el área estaba a la sombra de palmeras, y una aplicación de agua burbujeaba ruidosamente cerca de la puerta lateral.
           La Sra. D estaba de pie con la espalda hacia Emily. Un hilo de humo de cigarrillo serpenteaba sobre su cabeza, y la punta roja brillante del cigarrillo se extendía entre sus dedos. Lucía tan vulnerable, de pie allí, sin idea de que Emily estaba tras ella. Emily también se sintió vulnerable. Aun no tenía idea de qué iba a decir o hacer.
           Tomando aire, encubiertamente presionó LLAMAR en la pantalla del teléfono prepago. Con los dedos temblando, marcó 911. Alguien contestó inmediatamente. - ¿Cuál es su emergencia? – dijo la voz de una mujer.
           La cabeza de la Sra. D se levantó de golpe, y  se volteó con el ruido.  Cuando vio a Emily, sus ojos se achicaron, y luego se abrieron como plato.
           - H-hola, - Emily se escuchó decir, con voz muy baja.
           - ¿Cuál es su emergencia? – la voz volvió a decir. Emily simplemente esperaba que la operadora no cuelgue antes de que ciertas cosas fueran dichas. ¿No grababan las llamadas del 911?
           EL color de la cara de la Sra. D se drenó. De cerca, lucia más vieja de lo que Emily recordaba. Había círculos oscuros bajo sus ojos, y su piel parecía  demacrada, su cuerpo demasiado delgado.
           - ¿Qué estás haciendo aquí? – La Sra. D finalmente chilló, retrocediendo. - ¿No te…ahogaste?
           Sonaba asustada, Emily notó. Quizá atrapada. – Estoy buscando a Alison, - Emily dijo con la voz más firme que pudo conseguir, con la mirada en la mamá de Ali. – Creo que la has visto.
           La Sra. D miró a Emily como si estuviera loca. Su boca se abrió, pero no salieron palabras.
           - Creo que sabes dónde está, - Emily continuó. – Entiendo lo que está haciendo, Sra. DiLaurentis. Yo también tengo una hija. Si yo pensara que ella está en peligro, haría lo que fuera para ayudarla. Pero tiene que hacer lo correcto. Su hija ha herido mucha gente y ha arruinado muchas vidas.
           La Sra. D dejó caer el cigarrillo en las baldosas. – No sé de qué estás hablando, - dijo. – Mi hija está muerta. la mataste.
           Había un leve hipo en su voz, y desviaba sus ojos. El corazón de Emily saltó. – Sabe que eso no es cierto, - dijo fuertemente. – Ha estado en contacto con ella. De hecho, creo que ella está aquí.
           La Sra. D negó con la cabeza. – He oído cosas de ti. Dicen que te volviste loca. Supuse que tú eras la que mató a Alison. Apuesto que fuiste tú sola, ¿no?
           - Yo no la maté, - Emily rugió. – Ella casi me mató a mí.
           - Leí las cosas que escribió de ti en su diario. Ustedes son unos monstruos.
           - ¿Hola? – La operadora dijo. - ¿Hay alguien en la línea?
           La Sra. D miró al bolsillo de Emily. - ¿Con quién estás hablando?
           Emily tocó el teléfono a través de la tela. – He llamado a la policía. Están en camino. Así que mejor comienzas  a decirme la verdad.
           El labio inferior de la Sra. D comenzó a temblar. Algo en su expresión dura, colapsó. - ¿La policía? – chilló. - ¿P-por qué harías eso? Vendrán tras de ti¸ ¿Sabes? ¿No has oído? Encontraron culpables a tus amigas.
           - No vendrán por mí. Sabe eso. Sólo dime dónde está. No le voy a hacer daño. Lo prometo.
           Aunque fue difícil, Emily no abandonó su rostro de indiferencia. Los ojos de la Sra. D iban de allá para acá. Lucia como si fuera a romperse.
           - ¿Hola? – La operadora dijo otra vez. – Señora, estamos…
           Pero Emily no escuchó el resto. Sintió a alguien tirarla por detrás, afirmándole sus brazos tras su espalda. Gritó. Los ojos de la Sra. D se abrieron más. Y luego Emily sintió algo frio y duro presionando su frente. Todo su cuerpo se aflojó. Era una pistola.
           - No te muevas, perra, - una voz gruñó.
           Una silueta caminó frente a ella, quedando a la vista. Emily vio una maciza chica con piel amarillenta y apagado cabello castaño. Pero fueron los ojos, los que Emily reconoció de inmediato—ojos azul-cristal que brillaban cuando sonreían. Y también la boca. Esa bella, besable boca con forma de lazo.
           Ali.

24 comentarios:

  1. Me voy a volver loca jaja quiero saber que mas pasa la espera es muy traumatizante jaja ya quiero saber que mas pasa jajaj

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  2. OMG! OMG! Ya falta muy muy poco. Lo que acaba de pasar es asdfghjlñ!! El final esta tan cerca! TAN CERCA! No sé que hare cuando termine, bueno si sé lo que hare, pero esa sensacion de VACIOO otra vez NO jajaja :( porque siempre tiene que ser asi?

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    1. Jajajaja, sí, ese vacío es terrible :( Pero como dice este libro: todas las mentiras deben tener un final.

      Saludos!

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  3. :O :O :O por fiiiiin!!! super cuenta regresiva! No te imaginás lo hermoso que es llegar cansada de un largo día en la universidad y encontrar un nuevo capítulo :) muchas gracias :D

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  4. No se quien está mas loca, Alison con su sed de venganza o yo esperando el capitulo 30

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  5. Quieron mas favor mas capitulos no nos dejen tanto con la intriga q nos come por dentro jajajajajaja ni e dormido por esperar a ver q pasa en ese encuentro epico ente ali y emily. Muchas gracias dany por todo tu trabajo y por alegrarnos los dias con tus traducciones, pero ya por favor no nos hagas sufrir mas con la espera jajajajaja.

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    1. ajjaajjaja lo siento! Los haré esperar hasta el Lunes 23, así que marca tu calendario para ese día :O

      Saludos!

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    2. Muchas gracias danny por acabar con nuestra agonia mañana jajaja ahora me tendras todo el dia de mañana actualizando cada 5 minutos hasta q vea los capitulos q ya esten jajaja. Gracias danny.

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  6. Es increíble que hayas dejado hasta aquí la traducción esperando con ansias los últimos cap y gracias por tus traducciones son las mejores.

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    1. jajaja es que también tengo vida, lo sé, qué ridículo suena, ¿no? :P Ahora hablando en serio, avancé hasta donde estaba todo listo, ahora como dije antes, el lunes 23 subo lo que falta

      Saludos :)

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    2. Espero en ningún momento se haya mal interpretado mi comentario a lo que me refería es que dejaste muy shokeante todo fue como "wooo, porque no siguió" lol anyway gracias a ti, Saludos.

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    3. para nada, no te preocupes :) Lo decía por molestar, nada más

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  7. Ya falta poco stoy como en un remolino de emociones locura emoción tristeza todo...

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  8. Yo matas por la curiosidad me descargue el PDF en inglés y empecé a leer los prox capítulos. Por suerte sólo leí hasta el 31

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    1. y entendiste bien? Si es así, que genial :) Si sigues esperando la traducción, el Lunes 23 publico lo que falta

      Saludos :)

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  9. Lunes 23? Oh my cats!!! Y yo que reviso el blog cada 6 horas con la esperanza de que ya esté!
    At. Liz

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  10. No habia visto que lo subirias el 23 y yo revisando unas 20 veces todos los dias jaja, entonces hoy es el dia Gracias Daniela

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