domingo, 8 de febrero de 2015

Vicious - Capítulo 17: Intriga Internacional

<<Capítulo 16

Traducido por: Daniela
Corregido por: Brayan, Julieta, Andrea F.


           - Yo creo que nunca me voy a acostumbrar al euro como moneda - dijo Noel la tarde del jueves mientras ojeaba una pila de billetes en la barata habitación del hostal que había rentado-. Digo, mira esto -levantó un billete de diez euros-, parece dinero del Monopoly.
           Aria se lo quitó de la mano.  
- Ten cuidado con eso. Por aquí, el dinero del Monopoly es libertad.
           - Estoy agradecido de que seamos libres juntos. -dijo Noel, trayendo a Aria hacia la pequeña cama del hostal con colchón tieso. Aria lo disfruto por un momento, pero luego se alejó. Aún se sentía muy, muy nerviosa por Noel estando aquí. Especialmente después de algunos de los, errores que había cometido.
           Cuando se volteó y le dio la cara el día anterior, pensó que había inhalado humo de marihuana del bar de hachís cercano.
- ¿Qué haces aquí? -dijo frenéticamente.
           Noel se encogió de hombros.
- La forma en que te despediste, y después cuando recibí llamadas de tu mamá esa noche preguntándose dónde estabas, comencé a unir cabos. Sabía que te habías ido. Y sabía que tenía que encontrarte. Habías mencionado Ámsterdam hace unos días, ¿recuerdas? Y la casa de Ana Frank específicamente. Sólo que no sabía que te iba a encontrar tan rápidamente.
           Aria lo miró con ansiedad, aún preocupada de que alguien la podría ver.
- Noel, tienes que irte. No te pueden ver conmigo. ¿Y no te están buscando?
           - Mis padres creen que fui a su casa en Vail. Compré un pasaje en avión a mi nombre para allá, e incluso me presenté para ese vuelo, pero no lo abordé. Me escabullí por la pasarela de abordaje, llegué al terminal internacional, y me subí a un vuelo de Ámsterdam.
           Aria comenzó  sentirse sudorosa.
- ¿No entiendes? -susurró- ¡Soy una criminal internacional! ¡Tienes que mantenerte lejos de mí! ¡La policía está tras mis pasos! -había gente pasando. Se sentía como si todos la estuvieran mirando, escuchando cada palabra.
           Noel solo tomó el brazo de Aria y la llevó caminando por el canal.
- Solo has estado aquí por un día. No has hecho nada para llamar la atención, ¿cierto? ¿Has usado alguna tarjeta de crédito, has mostrado tu ID?
           El labio inferior de Aria comenzó a temblar. Justo había hecho esas cosas.
- Quizás -mintió-. Pero hay alertas sobre mí. La Interpol está buscándome por todos lados. A donde sea que vaya, alguien va a reconocerme -cerró sus ojos-. Quizás simplemente debería entregarme.
           - Tonterías -Noel le tomó la mano-. Yo te mantendré a salvo.
           Lo primero que hicieron fue encontrar a un tipo que hacía pasaportes falsos, quien sacó dos documentos Estadounidenses para Aria y Noel, apenas los miró y no les preguntó si aprobaban sus nombres falsos —Elizabeth Rogers para Aria, y  Ronald Nestor para Noel. A Aria le gustó su nombre falso. Elizabeth Rogers le parecía como una chica que escribía para el periódico de la escuela y mantenía su dormitorio muy limpio y era demasiado tímida para tener novio. Una chica que nunca, jamás estaría en juicio por asesinato.
           La calmada y quieta presencia de Noel la alivió —quizá ella realmente estaba a salvo con él. Sabiendo que Ámsterdam era muy peligroso, abordaron un tren con sus pasaportes falsos y se dirigieron a Bruselas, Bélgica, registrándose en un pequeño hostal en una calle tranquila. Noel la llevó a pasear a la luz de la luna por un sendero que tenía vista de pájaro hacia la ciudad. A pesar de las protestas de Aria de que alguien podría reconocerla, Noel la persuadió de ir a un pequeño restaurante que servía papas fritas belgas con mayonesa, su favorito. Volvieron a la su habitación del hostal, sintiéndose casi tímidos mientras se recostaron juntos en la cama.
- Vayamos a Japón -Aria dijo, mientras apoyaba su cabeza en la almohada. Sonaba tan extranjero, tan exótico, tan profundamente alejado de cualquier cosa que tenga que ver con su vieja vida —o Ali-. Enseñaremos inglés y comeremos sushi. Y andaremos en bicicleta, y aprenderemos japonés.
           - Tendremos que conseguir una guía turística -Noel dijo-, ver dónde queremos vivir.
           Aria pensó en eso.
- Un pueblo en la playa, ¿quizás? ¿O cerca de una montaña?
           - Ooh, me pregunto si Japón tiene buenos sitios para esquiar -Noel lucia emocionado-, nunca he ido, pero Eric sí.
           Su cara lucia nostálgica. Aria miró su propio regazo. Por supuesto que él querría llamar a su hermano y preguntar. Pero no podía.
           Luego Noel la abrazó.
- Todo suena perfecto, Liz.
           - Solo respondo a Elizabeth -Aria lo molestó-, pero gracias, Ronald.
           - Es Ron para ti. -Noel se rio ligeramente.
           Y ahora estaban empacando para irse nuevamente. Aria había buscado vuelos para Tokio y encontró que eran más baratos desde Londres, así que planeaban tomar el bus que pasaba el Chunnel (1) allí. Abordarían un avión para Tokio al día siguiente.
           Después de empacar, bajaron los débiles escalones y atravesaron el recibidor. De la mano, se subieron a un trolebús que los llevaría a la estación de trenes de los suburbios. La mayoría de las personas en el trolebús eran o muy viejos o parecían estudiantes.
- ¿Ves? -Noel susurró, apretándole la mano- Nadie te está dando miradas extrañas en lo más mínimo -Noel se iluminó y comenzó a abrir el cierre de su mochila-. Se me olvidó -sacó una bolsa de plástico y se la pasó a ella-, te compré algo ayer.
           Aria metió su mano en la bolsa. Al interior había una larga peluca rubia. Tocó algunos mechones. Se sentían como cabello real.
- Wow.
           - La compré mientras te probabas ese vestido en la tienda de anoche -Noel explicó, mencionando la única boutique a la que entraron durante su tour de Bruselas-. Solo en caso de que te sientas… preocupada de que alguien te reconozca. Pensé que sería un lindo disfraz.
           - Es bella. -Aria deseaba poder ponérsela ahora mismo, pero sabía que eso podría traer sospechas.
           La mirada de Noel fue hacia la bolsa.
- También hay otra cosa ahí.
           Buscó en el fondo, y luego sacó un pequeño brazalete de oro que parecía vintage, grabado con piedras moradas.
- Noel. - suspiró. El nombre Cartier estaba inscripto en el interior.
           - Te lo iba a dar la noche del baile de graduación -Noel dijo gentilmente-, pero luego todo… bueno, tú sabes.
           Aria pensó en cómo se había asustado de Noel en el cementerio cerca del baile —aunque tenía buenos motivos. Acababa de enterarse de todo eso de su amistad secreta con Ali. A la mañana siguiente fue cuando encontraron a Noel en la bodega. Nick y Ali lo habían golpeado, seguramente porque había dicho demasiada información.
           - Era de mi abuela -explicó Noel-, me lo dio antes de morir y me dijo que debería dárselo a alguien muy especial -su voz temblaba un  poquito-.Es lo último que tome antes de venir a encontrarte. Mi abuela significaba mucho para mí, y tú también.
           Aria se puso el brazalete y levantó su muñeca, su corazón se hinchó de amor.
- Gracias.
           El trolebús los dejó en la estación de trenes y juntos caminaron a través del edificio que hacía ecos, para encontrar su tren. Mostraron sus nuevos pasaportes, y la mujer tras el vidrio asintió somnolienta. Abordaron el tren rápidamente, dejándose llevar en la multitud y en los balbuceos y el movimiento. Después de diez minutos, sonó un silbato, y el tren partió de la estación. Aria miró hacia afuera por las ventanas, su estómago saltaba con emoción, su nuevo brazalete enlazaba su muñeca.
           Noel apoyó su cabeza en el asiento. Aria miró con la mente en blanco alrededor en la cabina, luego sacó una revista de la bolsa de redecilla frente a ella. Tuvo una repentina y espinosa premonición, y claro, cuando miró una de las primeras páginas, su propia cara la miró de vuelta. Era una borrosa foto de ella en el aeropuerto de Filadelfia, aún vestida con su traje negro para el funeral de Emily. Aria Montgomery Prófuga, decía.
           El artículo no decía mucho más que el que Aria leyó en Ámsterdam, aunque este había entrevistado a varias personas quienes decían ser “amigos cercanos de Aria”. Uno de ellos, ridículamente, era Klaudia Huusko, la estudiante de intercambio que vivía con los Kahn.
- Aria empujar a mí de una telesilla -citaban a Klaudia diciendo —era tan vulgar haciendo su papel de inglés simplificado-. Ella también espiarme. Ella una chica muy escurridiza. Espero no en Finlandia, podría herir mi familia.
           Otro era Ezra Fitz. Aria casi soltó el periódico cuando leyó su nombre. También incluía una foto —Ezra lucía como hinchado, y usaba un par de lentes de marco negro que no le favorecían.
- Aria siempre hablaba de su amor por Europa, así que no tengo dudas de que haya ido allí. -dijo. Luego había una línea sobre el libro de Ezra Veámonos Después de Clases, iba a salir en el Octubre próximo. Puta de la publicidad.
           Aria miró adelante, alguien la estaba mirando —podía sentirlo. Miró alrededor, luego vio a un hombre de pie en la parte de atrás del carro. Usaba un abrigo y tenía sus manos bien adentro de sus bolsillos. Ni siquiera cuando encontró su mirada miró a otro lado.
           Aria pretendió estar ocupada con los botones de su abrigo. Cuando le echo un vistazo otra vez, él seguía mirando. Su respiración se aceleró. El hombre lucía mayor, profesional. Sacó su celular y comenzó a decir algo inaudible al micrófono. De vez en cuando, la volvía a mirar, su expresión era más y más severa.
           Se formaron gotas de sudor en su frente. Lenta y casualmente, tocó el hombro de Noel.
- Um, creo que tenemos que bajarnos de este tren.
           Noel lucia confundido.
- ¿Ah? ¿Por qué?
           Aria puso su dedo en sus propios labios.
- Sólo sígueme hacia el próximo carro en unos minutos, ¿está bien?
           Se levantó, poniendo su cartera sobre su hombro. Podía sentir los ojos del hombre sobre ella mientras empujaba la puerta hacia el próximo carro. La puerta se cerró, y se tambaleó por el pasillo. Tragando saliva, se metió al baño y cerró la puerta.
           Se miró en el espejo, luego se puso la peluca rubia en la cabeza. Instantáneamente, quedó transformada en alguien más, pero ¿era suficiente? Buscó sus lentes en su cartera, y luego también se puso un gorro.
           Noel estaba esperándola cuando salió por la puerta del baño. Aria supo que él quería  hacer preguntas, pero no dijo una palabra, en vez de eso, buscó al tipo. Estaba en el carro de atrás, aun al teléfono. ¿Se daría cuenta pronto de que no volvía?
           Afortunadamente, el tren llegó a una estación. Una voz grabada dijo el nombre de la estación en danés, francés, y alemán, y Aria tomó la mano de Noel y lo tiró hacia la plataforma. Corrió todo el camino hasta las escaleras, y luego miró sobre su hombro. El hombre no estaba persiguiendolos.
           - ¿Ahora puedes decirme qué ocurre? -Noel gritó mientras bajaban los escalones.
           - Sentí como si alguien me estaba mirando -Aria dijo entre dientes-, ¿lo viste? ¿Ese tipo al otro extremo del carro?
           La boca de Noel tiritaba.
- Ese tipo se me acercó y me preguntó si tenía fuego para su cigarrillo. E-él escuchó mi acento, me preguntó de dónde era.
           Aria lo miró boquiabierta.
- ¿Y qué dijiste?
           La garganta de Noel temblaba. Miró de nuevo al tren.
- Dije que era de los Estados Unidos. Es todo. Luego me alejé de él. Pedí permiso -negó con la cabeza-. Aria, probablemente no sea nada. Estás siendo paranoica.
           Aria sintió un tirón en su estómago.
- Como que tengo motivos para serlo.
           Noel asintió. Luego, una sonrisa curiosamente emocionada se extendió en sus labios, y le tocó un mechón de su peluca.
- Te ves sexy cuando eres una criminal internacional.
           - Para. -Aria lo golpeó de broma. Pero apreciaba el intento de Noel de hacer alegre el momento. Quizás el hombre no iba tras ella. Y ahora, en el remolino de gente, se sentía anónima otra vez. Como que era sexy —se sentía como un personaje de Asesinato en el Orient Express. Y, de repente, se sintió tan vencida que tomó la mano de Noel y lo trajo debajo de la escalera. Lo besó como si fuera su último día en la tierra.
           O como si fuera su último día de libertad.


  1. Chunnel: Channel Tunel o Eurotúnel es un túnel ferroviario que cruza el canal de la Mancha, uniendo Francia con el Reino Unido.


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