miércoles, 14 de enero de 2015

Vicious - Capítulo 9: Spencer es La Próxima

<<Capítulo 8

           Traducido por: Daniela
          Corregido por: Brayan, Julieta    



Pocas horas después del funeral, Spencer estaba sentada silenciosamente en el asiento del copiloto mientras su madre conducía su Mercedes por la 76 hacia la ciudad. La Sra. Hastings puso cara molesta, y luego hizo un gesto violento al auto frente a ella.
- No te atrevas a interrumpirme, Ford Fiesta. -advirtió.
           Spencer juntó sus palmas. Su madre sólo le gruñía a otros conductores cuando estaba muy, muy molesta, y ahora mismo estaba bastante claro qué era lo que la enojaba. El día anterior, en el hospital, un policía le había explicado a la Sra. Hastings que ya que Spencer ya no tenía licencia de conducir, ahora alguien tendría que llevar a Spencer a sus citaciones, reuniones con el abogado y el juicio. La Sra. Hastings contrajo su cara.
- Pero tengo cosas que hacer -se quejó-. Esto es extremadamente inconveniente.
           No era necesario decirlo, su madre no había tenido una conversación profunda con Spencer sobre lo que había ocurrido en Cape May. No hubo preguntas sobre lo que estaban haciendo en la playa, para empezar. Ninguna interrogación sobre cómo se sentía por la muerte de Emily o lo asustada que debe haber estado Spencer cuando trató de rescatarla. Su madre probablemente encontraba más fácil no involucrarse emocionalmente.
           Gracias a Dios por Melissa, quien no había dejado de llamar a Spencer desde que fue dada de alta del hospital, le llevaba comida a la cama y se quedaba tarde para ver Arsénico y Encaje Antiguo, la película antigua favorita de ambas, con ella. Melissa se había disculpado efusivamente por no estar allí en el hospital cuando Spencer se despertó —había estado trabajando todo el fin de semana y nadie la había llamado hasta que Spencer fue dada de alta. Spencer le había dicho que estaba bien, después de todo, hubiera sido trés incómodo con ella, Melissa, y Wren juntos en la misma habitación.
           Spencer había considerado contarle a Melissa sobre la coincidencia, pero nunca hubo un momento perfecto para eso. Como sea. Sólo tenía este chequeo único con Wren en el hospital y luego no lo volvería a ver más.
           En minutos, estaban pasando rápidamente por Market Street, y la Sra. Hastings se dirigió al Hospital Jefferson.
- Esperaré allí. -hizo un gesto hacia un café en la esquina de la Décima y Walnut.
           Spencer murmuró un gracias y se bajó del auto. Mientras caminaba por el vestíbulo de aroma antiséptico, se sintió exaltada. Miró a un gran espejo justo después del mesón de informaciones, fijándose en su maquillaje corrido y la tensa mirada en sus ojos. Había estado llorando mucho últimamente.
           Sus manos se empuñaron al recordar la pelea que habían tenido en el funeral. ¡Cómo se atrevía Hanna a decir esas cosas! ¿Cómo se atrevían ella y Aria a sentarse allí y decir que ni siquiera habían querido quedarse en Cape May, e insinuar que todo fue su culpa? ¿No se daban cuenta de lo culpable que ya se sentía? ¿No entendían que ya se estaba preocupando sobre lo mismo? Se odiaba por las cosas malvadas que le había dicho a Hanna… y luego por casi haberle pegado. ¿En quién se había convertido? ¿En quién se habían convertido todas? Se imaginó a Ali acechando por allí cerca, muerta de la risa. Perra estúpida.
           Spencer tomó aire. Necesitaba seguir adelante, dar un paso, ir a esta cita. Se secó los ojos y subió al ascensor.
           La oficina de Wren estaba en el tercer piso, al otro lado de un ala de pacientes. La sala de espera era genérica, con montones de revistas tiradas por las mesas y un Live! With Kelly and Michael transmitiéndose en una pantalla plana en el rincón. Spencer dio su nombre en el mesón frontal y se sentó remilgadamente en la silla. Cuando trato de cruzar sus piernas, sus pies chocaron contra el monitor que la policía le había puesto en su pierna luego del funeral. Miró su forma cuadrada e imponente, odiando que esté unida a ella todo el tiempo.
           La puerta se abrió, y allí estaba Wren.
- Ah, Spencer -dijo-. Entra.
           Spencer mantuvo su mentón en alto y no hizo contacto visual con él. Wren la guió directo hacia una sala de examinaciones y la hizo sentarse en una silla frente a él. Ella miró sus zapatillas Adidas, irritada porque eran las mismas que había usado el año anterior mientras estaba en la escuela de medicina. También seguía oliendo a lo mismo —a cigarrillos. Se preguntó si seguía fumando; compartieron un cigarro la primera vez que se conocieron en el restaurant Moshulu.
           - Entonces -dijo finalmente, con voz grave, tocando el borde de una carpeta de manila-, ¿cómo fue el funeral de Emily? Eso era hoy, ¿no?
           Spencer se erizó.
- ¿Cómo lo supiste?
           Wren miró sus manos, lucia avergonzado.
- Lo siento, estaba en las noticias. Mira, sé que va a ser difícil. Ustedes eran cercanas, ¿cierto? Solías hablar un montón sobre ella.
           Spencer miró una carta del cuerpo humano e hizo un sonido evasivo.
           - ¿Está bien si te chequeo ahora? -Wren preguntó indeciso, poniendo la carpeta en la mesa.
           Spencer se encogió de hombros.
- Haz lo que tengas que hacer.
           Wren se levantó y presionó un estetoscopio contra su espalda, luego su pecho. Spencer sintió sus mejillas ardiendo —sus manos estaban muy cerca de sus pechos— pero se mantuvo sentada derecha y pensando pensamientos impersonales y asexuales.
           - Leí un poco sobre el juicio -Wren dijo suavemente-. Comienza mañana, ¿cierto? Debes estar bajo mucha presión, ¿estás durmiendo?
           Se encogió de hombros.
- No realmente.
           - ¿Te gustaría que te recete pastillas para dormir?
           - No lo hice. -se le escapó a Spencer, luego resopló. No había querido decirle nada remotamente personal. Wren la miró.
- Por supuesto que no, nunca creí eso ni por un segundo.
           Se formó un nudo en la garganta de Spencer. Él era la primera persona, al parecer, quien creía que ella era inocente simplemente basado en su persona.
           - Pero no pueden condenarte solamente con lo que tienen, ¿cierto? -Wren insistió- Suena como que ni siquiera hay suficiente evidencia.
           Spencer se picó las cutículas.
- Está la sangre de Alison, y encontraron un diente. De acuerdo a los muchos abogados con los que he hablado, eso es suficiente.
           - Ni siquiera crees que esté muerta, ¿o sí?
           Spencer miró abajo. Los policías habían discutido con ella porque habían ido a New Jersey. Ella les dijo que estaban buscando a Ali a partir de una pista, aunque ciertamente no dijo nada de escabullirse en la casa alquilada de una vieja mujer. Naturalmente, había llegado a las noticias. Mentirosas Intentan Desesperadamente Resucitar el Fantasma de Ali, decían los titulares. Lucían aún más locas que antes.
           Wren jugaba con su taco de recetas.
- ¿Entonces crees que no hay modo de que salgas libre?
           Sólo si consigo $100.000 pensó Spencer, recordando a Angela. La conversación se sentía como si hubiera sido hace un millón de años.
           Cuando volvió a mirar hacia arriba, Wren la estaba mirando tan compasivamente, casi como si quisiera abrazarla. Se le acercó, desesperada por contacto humano. Pero luego se encogió. ¿Qué iba a hacer? ¿Besarse con el primer chico que fuera bueno con ella?
           Spencer apretó la boca.
- Las vendas en mi brazo necesitan ser cambiadas. -se subió la manga y reveló las viejas vendas.
           Wren la miró por un momento, luego suspiró.
- Mira, odio lo que te hice -dijo tranquilamente-, y odio que aún me odies.
           Cada músculo del cuerpo de Spencer se puso tenso. Está bien, entonces Wren había engañado a Melissa con ella. Y luego ella se había enamorado de él, y luego él la había engañado a ella con Melissa. Pero era historia ancestral. No quería darle la satisfacción de que piense de que eso se le pasara alguna vez por la mente.
           - Significaría mucho para mí el saber que me perdonaste -Wren la miró, suplicando-, me he sentido horrible por haberte herido, Spencer. Nunca me permitiré olvidarlo.
           Spencer sabía que si hablaba se delataría, así que solo se encogió de hombros.
           - ¿Entonces me perdonas? -la voz de Wren aumentó de tono.
           Se mordió el interior de su mejilla. Su decisión se estaba desmoronando.
- Dios. Bueno. Te perdono.
           Wren lucía prudente.
- ¿Estás segura?
           - -Spencer dijo, luego tomó aire-. Sí -repitió. Y se dio cuenta, lo perdonaba. En su mayoría. Había tanta otra basura con la que lidiar ahora mismo, Wren metiéndose con ambas hermanas al mismo tiempo apenas aparecía en su Medidor de Vida Loca. Spencer estiró su brazo-. ¿Me puedes vendar esto ahora?
           - Por supuesto, por supuesto. -Wren dijo rápidamente.
           Movió su silla hasta Spencer y cuidadosamente ató una nueva venda alrededor de su brazo. Ella trató de no mirar sus largos y elegantes dedos y estaba agradecida de que ya no le estaba escuchando su corazón galopante. De vez en cuando, Wren dejaba de hacer lo que hacía para darle una pequeña sonrisa.
           - Todo listo -Wren presionó la venda para que se mantenga-. Creo que eso debería mantenerse por un tiempo.
           - Genial -Spencer se levantó y tomó su bolso-, ¿entonces ya me puedo ir?
           - Sí -la mejilla de Wren tiritó-, aunque…
           - Nos vemos -Spencer dijo al mismo tiempo. Luego lo miró-. Lo siento. Sigue.
           Aparecieron dos manchas rosadas en las mejillas de Wren.
- Y-yo solo iba a decir que tengo tu número de teléfono y estaré en contacto -jugueteó con su estetoscopio-. ¿Quizás te gustaría ir a tomar café un día?
           Spencer lo miró. Por un lado, era un poquito halagador que la estuviera invitando a salir. Por el otro, como que le daba rabia. ¿Realmente creía que ella tenía tiempo para él además de todo lo demás?
- No creo que sea una buena idea. -dijo sin rodeos. El parpadeo.
- ¿Oh?
           Se encogió de hombros.
- Melissa y yo estamos de buenas. Mejor de lo que nunca hemos estado. Y sin ofender, pero que tú vuelvas a nuestras vidas… bueno, no quiero arruinarlo.
           Wren asintió lentamente, su expresión se puso triste.
- Ah, ya veo. Bueno, entonces está bien.
           Spencer se detuvo un momento, luego le dio un firme asentimiento como despedida. Se sintió satisfecha por su decisión —incluso, adulta. Melissa era lejos más importante que cualquier chico.
           Incluso si era el ojos-de-dormitorio, voz-sexy, dulces-manos-de-doctor Wren.

4 comentarios:

  1. Todos los días checo el blog dos veces, solo para ver si ya subieron el capitulo 10 T.T cometí la locura de comenzar el libro antes de que lo pusieran completo

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    1. Arriba puse que estaba de vacaciones hasta hoyy, pero lo puse desde el celular y ahora me vengo a dar cuenta de que a penas se nota! Pronto actualizo

      Saludos :)

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  2. No leí que estuvieras de vacaciones, desde mi cel no se visializa, que idiota me siento D: son las 10:57 pm en México, hoy salí tarde de mi primer día de trabajo, estoy cansada y mñn me espera un día peor que comenzará a las 5 de la mñn, pero aun así leeré el capitulo 10, muchas gracias, esto me levanta el ánimo :)
    At. Liz

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    1. Esas son palabras de una fan! jjajaja :) Espero lo hayas disfrutado y hayas despertado bien para el trabajo!

      Saludos

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