domingo, 4 de enero de 2015

Vicious - Capítulo 6: Esfuerzos de Rescate

<<Capítulo 5

Traducido por: Daniela
Corregido por: Brayan, Julieta


      
            Crack.
           Spencer se sentó en la cama. Al comienzo, no tenía idea de dónde estaba… y luego vio a Aria junto a ella y sintió la áspera manta del motel. El reloj digital en el velador decía que eran las 05:30AM. La habitación aún estaba oscura, aunque el viento afuera aullaba ferozmente.
           Se fue tropezando al baño, sin molestarse en prender la luz. Luego de tirar de la cadena, se paró nuevamente junto a su cama, sintiendo que algo andaba mal. No le tomó mucho tiempo darse cuenta de qué era.
           Emily no estaba allí.
           Spencer se apresuró hacia el lado de la cama de Emily y lo sintió, pero el montón de almohadas y sábanas no estaban intentando imitar a una chica. Abrió la puerta del armario —aparentemente, después de que Jordan murió, Emily se había puesto a dormir en su armario— pero Emily tampoco estaba allí. Spencer se dio la vuelta por la habitación, respirando con dificultad. Algo estaba mal, ¿dónde podría haber ido Emily a estas horas de la mañana?
           Y luego lo vio.
           Un austero papel, doblado, en el escritorio. Spencer, Aria, y Hanna, decía en la manuscrita de Emily. Spencer lo  tomó, corrió al baño, y prendió la luz. Desdobló el papel con las manos temblando. Allí, en letra desordenada, había cuatro terribles oraciones.
           Ya simplemente no puedo seguir. Ustedes son mucho más fuertes que yo. Por favor no vengan por mí. Lo siento.
           La nota se escapó de sus manos. Spencer corrió de vuelta a la habitación y tomó sus sandalias, se las puso en los pies.
- Oh dios mío, oh dios mío.
           Aria se movió, adormecida: - ¿Estás bien, Spence?
           Spencer no contestó. Quedarse aquí, explicarlo… tomaría demasiado tiempo.
- Volveré. -dijo. Luego salió por la puerta y bajó corriendo las escaleras del motel.
           Apenas estaba aclarando afuera. El primer lugar que Spencer revisó fue el auto de Hanna, pero estaba quieto en el estacionamiento; Emily no estaba adentro. Corrió a la piscina; la superficie estaba siendo barrida por el viento, pero nadie estaba nadando. Miró a la acera, luego en la otra dirección. Las calles estaban vacías. Claramente la tormenta estaba comenzando antes; la mayoría de las personas probablemente se habían ido. Nadie estaría en la playa un día como hoy.
           Y luego se le ocurrió.
           Spencer corrió junto al costado del motel hacia el camino de la playa. Trepó los escalones y luego los bajó, tropezándose sobre las dunas. Cuando vio la ropa de Emily en un desordenado montón, dejó escapar un grito ahogado de conmoción. No podía. No lo haría.
           - ¿Spence?
           Spencer se dio vuelta. Hanna y Aria estaban tras ella, aún en pijamas. Ambas estaban pálidas.
- ¿Qué ocurre? -Aria preguntó asustada, mirando a Spencer como si se hubiera vuelto loca- ¿Por qué estás aquí? ¿Dónde está Emily?
           - Ella está… - Spencer dijo, pero luego notó la mirada en la cara de Hanna. Hanna estaba mirado más allá de ellas hacia el agua. Extendió un dedo tembloroso y Spencer se dio vuelta para seguir su mirada. Allí, más allá de las grandes olas, muy a la vista, estaba la cara delgada y oscura de una chica.
           - ¡No! -Spencer gritó, arrastrando la arena hacia el agua. Emily avanzaba a golpes en las olas, con los brazos extendidos. Una ola calló sobre ella, y desapareció.
           Spencer se volteó hacia sus amigas, quienes también habían corrido.
- ¡Va a morir allí!
           - Deberíamos llamar al 911. -dijo Hanna, sacando su teléfono.
           - ¡No hay tiempo! -Spencer se sacó sus shorts-. Iré tras ella.
           Aria la tomó del brazo. - ¡También morirás!
           Pero Spencer ya se había sacado las sandalias y estaba corriendo hacia la espumosa agua. No había modo de que fuera a dejar al océano tragarse a Emily. Esto era su culpa: ella había visto lo fuera de sí que estaba Emily. Ella sabía lo fuerte que todo esto de Ali la había golpeado y había sentido las turbulentas tormentas que estaban produciéndose en la cabeza de Emily. Emily ya había intentado suicidarse una vez antes —por supuesto que iba a intentarlo otra vez. Spencer debería haberse quedado despierta toda la noche vigilándola. Debería haber sabido que Emily iba a hacer algo así. Todas deberían.
           El agua estaba fría, pero avanzó hacia las profundidades, apenas sintiendo la temperatura en sus pies y pantorrillas. La primera ola la botó de lado, casi hasta la arena. Spencer miró sobre su hombro a Hanna y Aria en la orilla. Hanna estaba gritando algo hacia su teléfono. Aria tenía sus manos alrededor su boca, probablemente gritándole a Spencer que regrese. Spencer se dio vuelta, alcanzando a tener vista de la cabeza de Emily a la distancia.
- ¡Em! -gritó, vadeando hacia ella. Pensó que Emily la escuchó, porque se volteó y pareció mirar en dirección a Spencer. Pero luego una ola pasó sobre su cabeza, y se desapareció.
           - ¡Em!  -Spencer gritó otra vez, sumergiéndose bajo la siguiente ola. La corriente la empujó de lado y dio un giro completo antes de crepitar en la superficie. Volvió a mirar al horizonte. Allí estaba la cabeza de Emily, balanceándose sobre las olas por medio segundo- ¡Emily! -Spencer rugió, nadando. Otra ola la arrastró hacia abajo. La fuerza de esta empujó a Spencer hasta el mismo fondo, bajándola sin llevarla hacia arriba. De repente, no tenía más aire en sus pulmones, trató de hacerse camino y anduvo a tientas, pero la corriente era muy fuerte. Oh dios mío, pensó. De verdad podría morir.
           Finalmente llegó a la superficie. Respirando con dificultad, miró a la distancia. ¿Era esa Emily? Se formaron puntos en los ojos de Spencer. Ya estaba exhausta. No podía nadar tan lejos. Las otras estaban en lo cierto: esta era una idea terrible.
Tenía que volver.
           Pero cuando Spencer se volteó hacia la orilla, sus amigas parecían tan lejanas. Una corriente de resaca la había llevado adentro del mar. La mente de Spencer se dispersó. Se suponía que tenías que hacer algo para salirte de la contracorriente, ¿pero qué? Comenzó a nadar como perrito hacia la orilla, pero la corriente la empujó de vuelta. Intentó otra vez —no hubo suerte. Sus músculos ardían. Sus pulmones dolían. Las olas  reventaban sobre su cabeza, y sus ojos picaban por la sal.
           Hanna y Aria lucían más y más agitadas en la orilla. También se había reunido más gente, con sus manos sobre sus bocas. Spencer pataleó con fuerza, sabiendo que si seguía intentándolo, lo lograría. Pero cuando la próxima ola reventó sobre su cabeza, su cuerpo se hundió como una piedra. Su brazo se dobló de forma poco natural tras su espalda, y chocó contra el fondo del océano. Botó el aire por su nariz y trató de luchar hacia la orilla, pero sus brazos ya no trabajaban. La corriente la lanzaba de un lado a otro.
           Se dejó ir, abriendo sus ojos bajo el agua. Al comienzo, todo lo que veía era oscuridad, pero luego emergió una figura. Era una chica con la piel blanca como la leche y el cabello amarillo como mantequilla. Detrás de su espalda salía luz, creando un espeluznante halo. Nadó hábilmente hacia Spencer  hasta que estaba tan cerca que sus caras casi se tocaban.
           Fue entonces que Spencer se dio cuenta de que era Ali. Ella estaba aquí de algún modo. Quizás ella había traído esta tormenta.
           - ¡Vete! -Spencer gritó, extendiendo sus manos hacia la chica. Pero en un abrir y cerrar de ojos, Ali se disolvió en un millar de moléculas de agua, y luego a nada. Y segundos después, todo lo que Spencer veía también era nada.
           - Spencer. Spencer.
           Spencer recobró conciencia. Un círculo blanco casi la cegó y se cubrió los ojos. Luego apareció una silueta. Repentinamente, recordó la sirena en el agua —Ali.
           - ¡Déjame sola! -Spencer gritó, agitando sus brazos. Pero la persona de pie sobre ella no era Ali, sino que su padre. Lucía enfermo de preocupación.
           Y entonces, recordó lo que realmente había ocurrido: la tormenta, la nota de Emily, cazar a Emily en las olas.
           Spencer se miró a sí misma mientras todo volvía a su mente. Ya no estaba luchando en el océano. De hecho, estaba usando una capa de hospital y descansando en una cama con una brillante luz sobre su cabeza. Un monitor hacía beep tranquilamente a unos pies de distancia.
           Temblorosamente se pasó la mano por su cabello. Estaba completamente seco, y lleno de sal. Intentó usar su otra mano, pero no podía moverla. Escuchó un sonido metálico y miró. Estaba esposada a la cama.
- ¿Qu-qué está pasando?
           - Estás en un hospital en Filadelfia -dijo el Sr. Hastings-. Te sacaron del océano hace unas horas.
           Alguien más apareció sobre ella. Era una mujer en un uniforme de policía.
- ¿Srta. Hastings? -dijo severamente-. Soy la Teniente Agossi del departamento de Filadelfia. No se suponía que saliera del estado, Srta. Hastings. ¿Qué estabas haciendo en New Jersey? ¿Tenía un intermediario que la iba a ayudar a escapar?
           La mente de Spencer se sentía nublada.
- ¿D-dónde están mis amigas? -susurró- ¿Dónde está Emily? ¿Está bien?
           - La Srta. Marin y la Srta. Montgomery fueron escoltadas a sus casas para esperar el inicio del juicio -la oficial dijo-. Ahora, ¿responderá mi pregunta?
           Miró a su padre, quien la estaba mirando con curiosidad. Seguramente él también tenía preguntas sobre lo que Spencer estaba haciendo en New Jersey, especialmente después de que él les había conseguido autorización para visitar a Nick en prisión. Ella le había dicho que querían visitar a Nick para darle un cierre al asunto, pero su padre era demasiado inteligente para comprarse eso.
           Luego notó lo que la oficial había dejado fuera.
- ¿Qué hay de Emily? -susurró, su mirada iba desde la oficial hacia su padre- ¿La rescataron? ¿También está aquí?
           Una mirada extraña pasó por la cara del Sr. Hastings. Estaba a punto de decir algo, pero luego sonó su teléfono. Miró la pantalla.
- Es tu mamá -le dijo a Spencer-.Volveré. -desapareció por la puerta.
           Spencer miró a la oficial.
- ¿Emily está bien? -volvió a preguntar.
           La oficial miró el walkie-talkie en su cinturón.
- Estuvo mal que vaya a New Jersey, Srta. Hastings -dijo robóticamente-. Por lo que dure el juicio, tendrá que usar una tobillera de rastreo. Tendrá que renunciar a todas tus identificaciones. No tendrá permitido conducir.
           El corazón de Spencer saltaba, y un sentimiento horrible se apoderó de su cuerpo. Esto no estaba bien. ¿Por qué nadie le respondía? Se sentó en la cama tan bien como las esposas se lo permitieron.
- ¿Qué. Le. Pasó. A. Emily?
           La oficial explícitamente miró a otro lado. Sintiéndose mal, Spencer le tomó el brazo.
- Por favor -aulló-. Si sabe algo, tiene que decírmelo.
           La oficial quitó su brazo del agarre de Spencer.
- Señorita Hastings -dijo bruscamente-. No me toque. No quiere ser sedada, ¿o sí?
           Spencer se sintió salvaje.
- ¿Por qué no me dice lo que le pasó a Emily? -tembló.
           De repente, la puerta se abrió.
- ¿Está despierta? -una voz masculina preguntó.
           La policía se volteó, luciendo aliviada. - Sí. Y está muy agitada.
           - ¿Le importaría salir? Hablaré con ella.
           Spencer frunció el ceño. Había algo extrañamente familiar con la voz del doctor. Pero ciertamente sólo era su mente jugándole bromas —su cerebro aún estaba confundido por el casi ahogo, ¿cierto? Se agitó de rabia, ¿por qué diablos nadie le decía nada sobre Emily?
           El doctor se le acercó. Cuando sonrió, era una sonrisa que Spencer conocía muy bien. Quedó boquiabierta. Sus ojos lo escanearon de arriba abajo. Y luego, para estar absolutamente segura, revisó la identificación enganchada en el bolsillo de su chaqueta. WREN KIM, decía en letra negrita, MÉDICO RESIDENTE.
           Wren como el Wren que le había robado a Melissa. Wren como en el primer chico con el que se había acostado, quizás el primero que había amado.
           - Es bueno volver a verte, Spencer -Wren dijo, con su familiar acento británico-. ¿Cómo te sientes?
           Un pequeño chillido se escapó de la boca de Spencer. Esto no se sentía real. Nada de esto se sentía real.
           Tenía un millón de preguntas para Wren —e inmediatamente fue presa por un millón de recuerdos. Pero de repente, nada de eso se sintió pertinente. Había algo que realmente, realmente necesitaba saber que tachó todo lo demás. Tomó aire y miró a los ojos de Wren.
- Estoy bien -dijo, con la voz entrecortada-, pero necesito saber qué le pasó a Emily -susurró, su voz temblaba-. Por favor dime, ¿está…?
           La mirada de Wren calló a la cama, y de un momento a otro, Spencer estaba segura. Él puso una cálida mano reconfortante sobre su brazo.
- Spencer, lo siento. El equipo de rescate sigue buscando, pero están bastante seguros de que ella se… fue.
          


1 comentario:

Los comentarios pasan por moderación así que no aparecen de inmediato :) (Para evitar spam y/o spoilers)

Recuerda suscribirte a tu comentario para recibir una notificación cuando alguien responde :)