lunes, 20 de octubre de 2014

PLS - Hanna - Capítulo 11: Vi a Alguien Besando a Santa Claus

<<<Capítulo 10

Traducido por: Daniela
Corregido por: Brayan.

           La tarde del miércoles después de clases, Hanna pasó a través de las puertas dobles de Devon Crest, pasó justo por el lado de Otter y el malvado Lauren, y se dirigió al piso superior de Saks. Si cantar villancicos hoy era su única oportunidad para ganar o perder con Vince, necesitaba encontrar el atuendo perfecto para ganárselo. Algo apropiado pero lindo, como un abrigo de lana de Diane von Furstenberg con cintura entallada. O quizás una de esas chaquetas con piel en el gorro y en las muñecas. Algo que dijera sagrado, no golfa.
           - O Little town of Bethlehem, - Hanna cantó en voz baja junto a los altavoces Muzak. Anoche, había desenterrado los CDs navideños más religiosos de Isabel y aprendido las palabras, incluyendo todos los versos de “Joy to the world”, la versión Latina de “O Come, All Ye Faithful,” y “O christmas tree” — ¿Qué tenían los villancicos, que todos comenzaban con O? —en Alemán. También se había memorizado las oraciones católicas del acto de contrición y ave maría por si acaso, pero se detuvo antes de encontrarse ordenando un rosario en Amazon. En cierto punto anoche, Isabel se había detenido frente a la habitación de Hanna, y levantó sus cejas al sentir la música emanando del estéreo de Hanna. - ¡Bien! – dijo, llevando su mano al pecho. - ¡Qué lindo que estés entrando en el espíritu, Hanna!
           Un fresco aroma a Chanel No. 5 entró por su nariz mientras entró a la tienda. Una vendedora en el mostrador de MAC la saludó, había maniquíes vestidos con faldas de tubo y sweaters de cachemira, posicionados junto a mesas con remeras dobladas hechas del algodón más suave que puedas imaginar. El aire olía a Gucci Envy, y cuando Hanna se miró al espejo, no pudo evitar notar que su trasero se veía más pequeño y sus brazos estaban definitivamente menos hinchados. Los viajes de la mañana y tarde al tratamiento de fitness estaban haciendo magia. Incluso Vince había comentado lo genial que se veía esta mañana—pensándolo bien también le había dicho eso a Inez, quien tenía hombros de apoyadora[1], y a Richard, cuyo estómago colgaba sobre la cintura de sus shorts.
           Su mirada se dirigió a un vestido envolvente color esmeralda-verde de Elizabeth and James que estaba colgando en un rack. Respiró, ya imaginándose en él—sería el perfecto atuendo para villancicos. El único que quedaba en el rack era un talla cuatro, pero estaba segura de que le quedaría bien. Se acercó, pero una silueta se puso frente a ella, tomándolo primero.
           - ¡Oye! – Hanna gritó. - ¡Yo iba a tomarlo!
           - Lo siento, - dijo una voz conocida. Luego la silueta se volteó. - ¿Hanna?
           - Dinah, - Hanna gruñó, observando la chica de cabello oscuro usando el feo abrigo de lana blanco estilo cincuentas, falda de poodle, y cartera acolchada imitación Chanel. Era como si Dinah fuera su nueva A.
           La mirada de Hanna cayó sobre el vestido en las manos de Dinah. – No es tu talla, - dijo, no pudiendo ocultar el desdén en su voz. – Y tampoco es tu estilo realmente.
           Dinah se llevó el vestido al pecho. - ¿Cómo sabes tú cuál es mi estilo? Y soy más pequeña de lo que parezco, Hanna. No todas tenemos trasero plano y nada de pechos.
           No todas tenemos cintura flácida tampoco, Hanna quiso decir. Hizo un gesto hacia el vestido. - ¿A dónde planeabas llevarlo?
           Una sonrisa astuta apareció en la cara de Dinah. – Por ahí, - dijo críticamente, e instantáneamente el corazón de Hanna comenzó a latir rápido. ¿Había conseguido una cita con Vince? ¿Iban a hacer otra actividad voluntaria juntos?
           - ¿Cómo es que conoces a Elizabeth and James, de todos modos? – Hanna preguntó.
           Un soplido exasperado emanó por las fosas nasales de Dinah. – Mi tía trabaja en Bazaar en Nueva York. Fui al desfile de modas de Elizabeth and James en la Semana de la Moda el año pasado.
           - ¿Sí? – Hanna dijo antes de poder detenerse. Ella se moría por ir a un show de la 7ª con la 6ª, aunque sea por uno de los diseñadores más pequeños—diablos, incluso por uno de uno de los ganadores de Project Runway. Y debe ser genial tener una tía que trabajaba en Bazaar.
           Hanna titubeó, considerando dejar que Dinah tenga el vestido, pero luego se imaginó a Vince sonriéndole desde el otro lado de la mesa en la heladería. – Yo vi primero el vestido, - insistió.
           - Yo lo toqué primero. – Dinah se llevó el vestido al pecho. – De todos modos se verá mejor en mí.
           - No se verá mejor en ti en lo absoluto. – Hanna levantó sus manos. – Tus pechos son muy grandes.
           - Si, bueno, tu cuerpo es demasiado plano. – Dinah levantó el colgador más arriba de la cabeza de Hanna para que no pudiera alcanzarlo.
           Hanna lo trató de alcanzar. – Te verás patética en él.
           - te cansarás de él en una semana. – Dinah escondió el vestido tras su espalda. – Se nota que eres una perra caprichosa.
           - ¡No soy caprichosa! – Hanna chilló. - ¡Tú eres relinchuda! ¡Y tu tatuaje es horrible! ¡Va a desentonar!
           Las chicas se miraron entre sí.
           - ¡Sólo pásamelo! – Hanna trató de alcanzar más allá de la espalda de Dinah. – No es adecuado para ti, ¿está bien?
           Dinah se salió de su camino. Hanna jadeó y fue por ella otra vez, quitándole el vestido de las manos. - ¡Ha! – se pavoneó, moviéndolo sobre su cabeza como una bandera y corriendo a los probadores. Una pareja de compradores miraron sorprendidos. Una vendedora se detuvo en el mostrador con la boca abierta.
           - ¡Vuelve aquí! – Dinah chilló, pisándole los talones a Hanna. Hanna pasó por entre los racks de ropa, la entrada a los probadores estaba a plena vista. Repentinamente, sintió dos fuertes brazos abrazarla por la cintura y tirándola abajo. Dinah cayó sobre ella, y por un segundo Hanna estuvo apretada contra el tatuaje de su brazo. Sintió el vestido siendo tirado de sus dedos.
           - ¡Cómo te atreves! – murmuró. - ¡Sal de encima mío!
           Para la sorpresa de Hanna, Dinah se bajó, el vestido seguía seguro en manos de Hanna. Dinah ni siquiera la estaba mirando, sino que a algo en los probadores. - ¡Shhh! – susurró.
           Hanna escuchó, temerosa de oír la tenebrosa risa aguda que la había estado acechando últimamente. Pero en su lugar, escuchó un fuere sonido de un manotazo saliendo de los probadores.
           - ¿Qué es eso? – Hanna dijo, lentamente parándose. Se acercó a los probadores, los cuales estaban vacíos excepto por la cabina ruidosa. Por debajo de la puerta, se asomaban dos pares de zapatos, uno de ellos eran oscuras botas negras, los otros eran puritanos tacones blanco y negro que se le hacían familiares.
           Hanna intercambió una mirada de entendimiento con Dinah. Con un pequeño movimiento de su cabeza, Dinah la animó a acercarse. Hanna dio unos pasos más en puntillas hacia la habitación. Los zapatos y botas bajo el probador se movieron. Los sonidos de sorbeteos bajaron en intensidad.
           Repentinamente, la puerta se abrió, y dos personas salieron al pasillo. Hanna se presionó contra la pared, llevándose a Dinah con ella. Allí, reflejado en el espejo de tres cuerpos, se veía un chico con un traje rojo de Santa, un gorro de Santa, una barba de Santa, y brillantes botas negras. – Eres tan hot, - Santa dijo con voz pervertida.
           Estaba chupándole el cuello a una chica delgada, y la chica estaba corriendo su mano por su barba. Hanna la miró. El cabello castaño de la chica estaba puesto en una desordenada cola francesa, su trasero era inexistente, y en su delgada muñeca de bailarina de ballet había un brazalete plateado de David Yurman que se le hacía muy familiar.
           Era Kate.
           Hanna tomó su teléfono, el cual estaba convenientemente en el bolsillo frontal de su cartera, y tomó una foto. Luego ella y Dinah salieron corriendo del probador. Sin aliento, colapsaron en una mesa de jeans y se miraron entre sí por un embarazoso momento. En ese mismo instante, ambas explotaron de la risa.


[1] Apoyadora: Posición de jugador de fútbol


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