jueves, 5 de junio de 2014

Deadly - Capítulo 32 - El Chico


Traducido por: Daniela
Corregido por: Brayan. Raúl S.

            Una tras una, Hanna y las otras treparon los arbustos. De cerca, era mucho más desagradable que como se veía desde el estacionamiento. Las ventanas estaban cubiertas con pedazos podridos de madera, y un pórtico frontal estaba cubierto con telas de araña y basura. Una veleta oxidada y con forma de gallo en el techo daba vueltas lentamente y chillando con el viento. Hierbas crecían hacia arriba y adentro de las paredes como si estuvieran tratando de tragarse la casa completamente. El fétido olor a cadáver de animal pudriéndose provenía de algún lugar al interior.
            Hanna se cubrió la nariz con la manga. - ¿Cómo podría vivir en un lugar como este?
            - Del mismo modo que pudo matar a cinco personas, - Aria le recordó. – Está loca.
            Spencer trepó una subida desmoronada hacia la puerta frontal. Las bisagras eran tan viejas que se abrió fácilmente, haciendo un fuerte chillido. Hanna se erizó y se cubrió la cabeza como si una bomba estuviera a punto de estallar. Luego de unos segundos, se atrevió a abrir los ojos. La puerta estaba semiabierta. Nadie estaba allí. Spencer estaba inmóvil en la entrada, su cara era una máscara de miedo.
            Emily subió por la subida después de Spencer. Hanna fue la siguiente, y todas miraron al interior. Estaba muy oscuro. El olor a animal muerto era más fuerte, casi nauseabundo.
            - Ugh, - dijo Hanna, dándose vuelta.
            - Es muy malo. – Spencer se atragantó. Emily se puso el cuello de su remera sobre la nariz.
            Aria sacó su teléfono y alumbró por toda la habitación. Los pisos estaban cubiertos de polvo, yeso, trozos de madera, y mugre. Cuando alumbró a un rincón, algo se salió del camino, chillando mientras se iba. Las chicas gritaron y saltaron hacia atrás otra vez.
- Solo es un ratón, - Spencer chilló.
            Tratando de no respirar, Hanna dio un paso dudoso al interior de la habitación. El piso parecía soportar su peso, así que se atrevió a dar unos pasos más a través de un arco. La siguiente habitación contenía un viejo lavabo de metal y un horno negro de tres piernas que parecía sacado de “Hansel y Gretel”. Un antiguo periódico descansaba cerca de un enorme agujero en la pared que alguna vez podría haber sido una puerta trasera. Lo recogió y miró los titulares, pero la página estaba tan desteñida que no pudo entender lo que decía.
            Asomó su cabeza a un baño. Una bañera oxidada se ubicaba en la esquina, un retrete sin asiento contra la pared. Había agujeros donde puede haber estado un lavabo, y gran parte de las cerámicas estaba sacadas y hechas picadillo. Una ventana estaba abierta, la fuerte brisa entraba. Hanna dio un paso atrás. El aire olía sucio y contaminado.
            Las otras chicas vagaban por las habitaciones, asomándose en los armarios. Habrían subido al segundo piso, pero faltaban la mitad de los escalones. – No hay nadie aquí, - Spencer susurró. – Está totalmente vacío.
            - ¿Hay un sótano? – Emily sugirió.
            Spencer se encogió de hombros. – No he visto ninguna escalera que vaya hacia abajo.
            Aria se dio vuelta, sus ojos como platos. - ¿Oyeron eso?
            - ¿Qué? – Hanna preguntó temblorosamente, quedándose quieta.
            Nadie dijo una palabra. Hanna escuchó atentamente. Aún no oía nada. Miró alrededor al espacio vacío, oscuro y tenebroso. – Quizás no es aquí, - dijo. – No veo ninguna evidencia de nada. No creo que Ali esté aquí.
            Spencer suspiró también. – Quizás estábamos equivocadas.
            Hubo un crujido sobre ellas. Sonaba como ramas rasgando el techo. – Quizás debamos irnos, - Emily dijo, yendo de puntillas hacia la puerta. – Este lugar me está aterrorizando.
            Todas asintieron y se movieron hacia la salida. Pero luego se oyeron pasos tras ellas, esta vez de verdad. Hanna se dio vuelta, sus músculos se pusieron rígidos, Repentinamente, había alguien de pie en las sombras cerca de la parte de atrás de la habitación.
            Las otras se dieron vuelta también. Spencer respingó. Aria hizo un pequeño hip. Emily se encogió de miedo contra la pared. - ¿H-hola? – Hanna dijo temblando, tratando de ver quién podía ser la silueta.
            Se prendió una linterna. Una difusa luz amarilla se dispersó a través de la habitación. El ratón chilló y correteo La casa crujió y gruñó por el viento. Finalmente, la silueta que sostenía la linterna la giró hacia arriba, alumbrandose a sí mismo. – Hola, chicas - dijo una voz de chico.
            Hanna parpadeó al ver la cara en la luz. Tenía ojos café, nariz inclinada, y una mandíbula puntiaguda y afeitada. Había una pistola en su mano derecha, apuntándolas.
            Mientras él se enderezaba a su altura completa, Hanna se dio cuenta de impacto de que lo conocía. Madison le acababa de mostrar su foto.
            - ¿Jackson? – exclamó. El barman. El que había servido demasiados tragos a Madison y se rio cuando Hanna sugirió que le llamen un taxi.
            Solo que… ¿Qué hacía él aquí?
            - ¿Derrick? – Emily dijo lentamente, junto a ella.
            Hanna frunció el ceño y estudió la mirada de impacto en la cara de Emily ¿Quién era Derrick?
            Spencer estaba tiritando también. – Phineas - dijo deslumbrada, mirando al chico. – El Phineas de las A Fácil de Penn.
            - Olaf, - Aria dijo al mismo tiempo.
            Hanna retrocedió, demasiadas neuronas en marcha al mismo tiempo en su cerebro. – Espera. ¿Olaf de Islandia?
            - Sí, - Aria dijo lentamente, su mano medio cubría su boca. – Es él.
            Hanna negó con la cabeza enfáticamente. – Ese no es Olaf. Yo conocí a Olaf. – Su noche en ese antro en Philly había ocurrido antes de Islandiahabría sabido si el mismo chico que la había atendido la noche del accidente de Madison también estaba coqueteando con Aria al otro lado del mundo.
            ¿Cierto? Miró las oscuras cejas de Jackson y los delgados labios. Pensándolo bien, él que se veía como Olaf. Pero ella nunca habría pensado en conectar al extraño tipo Islandés con un barman preppy en los Estados Unidos.
            - N-no entiendo, - Spencer rugió.
            - ¿Qué rayos está ocurriendo? – Hanna dijo al mismo tiempo.
            El chico dio un paso adelante. – Mi nombre es Jackson, - dijo. – Y Derrick. Y Phineas, y sí, también Olaf. Pero mi nombre real es Nick. O Tripp para mis amigos. Tripp Maxwell.
            Emily parpadeó con fuerza. – Tripp, - suspiró. – Oh dios mío.
            Spencer la miró. - ¿Quién es Tripp?
            La mandíbula de Emily temblaba. – A Iris le gustaba un chico llamado Tripp Maxwell. Él era un paciente en La Reserva.
            - Oh, Iris, - Nick giró sus ojos. – Siempre sintió algo por mí.
            La cabeza de Hanna daba vueltas. Él era un paciente en La Reserva. Su nombre comenzaba con N. Este era el novio de Ali. Él era la persona de quien Graham estaba hablando. Él también había herido a Noel. Matado a Gayle. Asesinado a Kyla.
            Él era el Ayudante de A.
            El pánico subió por su pecho. Se asomó por su hombro. Solo habían unos pasos de distancia hasta la puerta—quizá podrían llegar sin que Nick alcance a ninguna de ellas. Tomó el brazo de Spencer y la dio vuelta. Emily y Aria se abalanzaron a ella también. Hanna dio un paso hacia la puerta, luego otro, estirando sus brazos para alcanzar la suelta manija.
            Pero entonces, aparentemente de la nada, un cuerpo salió disparada y se paró frente a la puerta, obstaculizando su salida. – No tan rápido, - dijo una fría voz.
            Esta voz Hanna la conoció instantáneamente. De una vez, el aroma a perfume salió al aire. La sangre de Hanna se enfrió. Perfume de vainilla.
            Lentamente, dramáticamente, Nick apuntó la linterna a ella. Cicatrices cubrían su cuello y brazos. Aún tenía grandes ojos azules y cara con forma de corazón, pero había algo duro y malvado en ella. Estaba más delgada, flaca, con menos ropa, y lucía muy enferma. Sus ojos eran fríos y malvados, sin la más pequeña muestra de emoción. Hanna contuvo la respiración.
            - Saludos, perras, - Ali susurró, sacando una pistola al mismo tiempo. – Vendrán con nosotros.



Capítulo 31 - Capítulo 33

3 comentarios:

  1. Oh por Dios, cuando termine de leer Ali's pretty little lies me imagine al insante que Nick sería el asistente de A. Pero jamás me imagine que el había sido todos ellos, Jackson, Olaf, Derrick y Phineas.
    Te amo eternamente por haber subido este bendito capitulo, gracias en seriooooo, te amo, te pondre una casa y un auto si quieres*----*♥♥♥♥♥

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    1. A mi me pasó lo mismo! yo sospechaba de Nick, pero jam´´as de ninguno de ellos.

      Bueno si tu quieres... acepto la oferta jajajaaj :)
      Saludos!

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    2. Tambien cuando ternine de leer el libro de Ali´s pretty lies llegue a la conclusion que Nick era el otro A. Tambien pense en que Jackson de serguro era el otro A o que por lo menos lo habian cntratado para meter en problemas a Hanna pero si jamas me imagine de los demas serian la misma persona.

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