miércoles, 21 de mayo de 2014

Deadly - Capítulo 25 - Frases Jugosas

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Traducido por: Daniela
Corregido por: Brayan, Raúl S, Pilar.


           - Uh, ¿hola? - Dijo Melissa Hastings mientras les abría la puerta roja de su casa Victoriana en la ciudad en Rittenhouse Square a Spencer y las otras. Era casi medianoche, y tenía crema con aroma a lavanda por toda la cara y estaba vestida con una remera deshilachada del Equipo de Debate de Rosewood Day y boxers estampados con mini golden retrievers. Spencer tenía la sensación de que eran de Wilden.
            - ¿Podemos pasar? - le preguntó a su hermana. - Es importante.
            Melissa miró a las otras chicas en el pórtico, luego asintió sólidamente, - Entren.
            Las guió a través la casa, pidiéndoles que dejaran sus cosas y sus zapatos en un pequeño armario junto al vestíbulo. Entraron al living, el cual era de un calmante color amarillo y tenía un brillante piso de nogal. Los muebles, chucherías y alfombras combinaban perfectamente. La habitación le parecía familiar, y Spencer de repente supo por qué. Estaba decorada exactamente como su casa en Rosewood. La TV en el living estaba puesta en CNN. Como siempre, los reporteros estaban hablando sobre el
asesinato de Tabitha. Lectura de cargos de las mentirosas en siete días,  decía en la parte de abajo de la pantalla. Incluso el banner hablaba de eso. Melissa la apagó.
            - ¿Spencer? ¿Hanna? - Wilden apareció en la cima de las escaleras, también vestido con boxers y una remera. Lucía nervioso.
            Spencer contuvo la respiración. Quizás esta era una mala idea—Melissa era su aliada, ¿pero lo era Wilden?
            Melissa dio un paso al frente. - Darren, tenemos que ayudarlas.
            Wilden suspiró y bajó al primer piso. Su expresión era cautelosa pero también curiosa. Emily buscó en su bolsillo y le pasó su teléfono. - Hay un correo de voz que quiero que revises. Estoy casi segura de que es Ali.
            - ¿Tienes alguna clase de equipo que pueda amplificar una parte de la grabación? - Preguntó Spencer. - Podríamos averiguar desde dónde estaba llamando.
            - O incluso aislar su voz para probar que es ella, - añadió Emily. - La policía no cree que siga viva. Tenemos que hacerles entender.
            Wilden entrecerró sus verdes ojos. - Aún no estoy seguro de que sea una buena idea.
            - Darren, por favor. - Melissa se puso junto a él. - Es mi hermana.
            Spencer tragó un nudo en su garganta. Se sentía tan bien oír a Melissa decir eso.
            Wilden miró de una chica a la otra. - Muy bien, - dijo, luego de un momento, luego tomó el teléfono de Emily y se sentó en el sofá. - Cuando trabajaba para la policía de Rosewood, usábamos un programa al que accedíamos a través de una intranet—todo lo que necesitabas era un archivo digital de la grabación. Si los códigos de acceso a la intranet no han cambiado, podría entrar al sistema.
            - Eso sería genial, - susurró Emily.
            Melissa se metió en un cuarto de atrás. Las chicas se acomodaron en el sofá y esperaron. Melissa volvió con un MacBook Air plateado y un cable USB. Wilden levantó la tapa y escribió algo en el teclado. - Entré. - Le pasó el teléfono a Emily y el USB. - Enchufa esto, y luego reproduce la grabación para nosotros.
            Emily hizo lo que se le dijo, accediendo a su buzón de voz y encontrando el mensaje guardado de Ali. Allí estaban los sonidos de un montón de voces hablando a la vez, todas sus voces amortiguadas. Luego la escalofriante risa de Ali sonó a través de la habitación. Todos se estremecieron. Se rió por unos buenos cinco segundos, y luego la grabación terminó.
            Melissa cerró sus ojos. - Definitivamente es ella. - Incluso Wilden lucía asustado.
            Reprodujeron el mensaje otra vez. Melissa ladeó su oído hacia el teléfono. - Suena como si estuviera en una multitud.
            - Eso es lo que también pensamos nosotras. - Spencer miró a la laptop. Un programa de audio que transformaba el mensaje de voz en paquetes de información y ondas de sonido se veía en la pantalla. Cada vez que Ali reía, una onda de sonido saltaba. De fondo, había gente animando y riendo. Alguien hizo un confuso anuncio por un megáfono, y una segunda onda subía.
            - ¿Oyeron eso? - Spencer señaló a la segunda onda. - Pensamos que si pudiéramos aumentar ese anuncio, podríamos averiguar desde dónde está llamando.
            Melissa, quien se había acomodado en el rincón del sofá, abrazaba sus rodillas contra su pecho. - No puedo creer que tenga los ovarios como para llamarlas desde el medio de una muchedumbre.
            - A menos que no esté en la muchedumbre, sino cerca de ella, - dijo Spencer.
            Wilden escuchó el mensaje una vez más, resaltando la segunda onda puntiaguda de sonido, e hizo click en un botón abajo en la pantalla. El sonido de fondo se suavizó y el anuncio se hizo más fuerte, pero no más claro.
            Hubo un sonido de rasgado en algún lugar de la casa. Spencer saltó. - ¿Qué es eso?
            Todos se quedaron en silencio. La cara de Hanna estaba pálida y Emily no movió un músculo. Algo crujió. Hubo un pequeño, diminuto creak. Aria se llevó una mano a la boca.
            Melissa medio que se levantó del sofá y miró a su alrededor. - Este lugar tiene cien años de antigüedad. Hace muchos ruidos, especialmente cuando hay viento.
            Escucharon por unos segundos más. Silencio. Wilden volvió a la computadora. - Déjenme tratar algo más, - murmuró, presionando unos cuantos botones más.
            El mensaje se reprodujo otra vez. Melissa entrecerró los ojos con fuerza. - Suena como si alguien estuviera diciendo Mo Ma a través de un megáfono… y luego el mensaje se corta.
            Wilden apretó REPRODUCIR una y otra vez. Ánimos. El fuerte sonido de acople de un megáfono. Mo, Ma. - Quizás están en un evento deportivo, - sugirió Hanna.
            - ¿Y Ali está escondida bajo las gradas? –preguntó Spencer, mirando a Hanna con duda.
            Wilden apretó unos cuantos botones más. Luego apareció un mensaje en la pantalla. Usuario desconocido, decía. Acceso denegado. - Mierda, - dijo, sentándose. - Creo que se dieron cuenta de que alguien fuera de la fuerza está usando esto. Me echaron.
            Spencer se inclinó hacia adelante. - ¿Puedes volver a entrar con un nombre diferente?
            Wilden cerró la tapa del laptop y negó con la cabeza. - No creo que deba. No debería hacer nada de esto.
            Spencer pasó su mirada de él a su hermana. - ¿No pueden hacer nada más?
            Los ojos de Wilden iban y venían. - Lo siento, chicas.
            Caían lágrimas de los ojos de Melissa. - Esto no es justo. Ustedes, chicas, no se merecen esto. Alison no debería ganar.
            - ¿Has hablado con papá? ¿Qué dicen sobre nuestras posibilidades? - Preguntó Spencer. - Cada vez que le pregunto a Goddard o a los otros tipos del equipo legal, evitan la respuesta. ¿Crees que de verdad seremos enviadas a Jamaica?
            Melissa miró a Wilden. Él se volteó. Cuando volvió la mirada a Spencer, había lágrimas en sus ojos. - Papá dice que es casi un caso perdido, - susurró.
            El estómago de Spencer se desmoronó. Se estiró y tomó la mano de Aria. Emily apoyó su cabeza en el hombro de Hanna. Caso perdido.
            - ¿Qué vamos a hacer? - gimió Emily.
            Wilden aclaró su garganta. - No hagan nada impulsivo, chicas. He oído… rumores.
            Todas intercambiaron otra mirada. Ni siquiera valía la pena preguntar—todas sabían sobre qué eran los rumores: el pacto suicida. De repente, Spencer pensó que no parecía una tan mala idea. ¿Qué le quedaba, después de todo?
            Pero, entonces Spencer volvió a mirar a Melissa. Lucía preocupada, casi como si pudiera leer sus pensamientos. Spencer puso su mano sobre la de Melissa, y su hermana la abrazó. Luego de un momento, Aria también las abrazó , y luego Emily y Hanna. Spencer inhaló el limpio y jabonoso aroma de Melissa. Era tan lindo estar a su lado después de tantos años de haberla odiado. Aunque no fuese de ayuda, al menos alguien se preocupaba.
            Ya que no quedaba nada más que hacer, todas se pararon y se dirigieron a la puerta. Melissa las siguió, cabizbaja, lucía derrotada. Le ofreció a Spencer y a las otras llevarlas a la estación, pero Spencer la rechazó. - Ya has hecho suficiente.
            - Llámame si necesitas algo, - le dijo a Spencer, ahora las lágrimas corrían por sus mejillas. - Incluso si solo quieres hablar. Siempre estoy aquí.
            - Gracias, - dijo Spencer, apretando su mano.
            Y luego se volvió hacia la calle. La temperatura fuera había bajado significativamente, y la luna ahora estaba escondida entre las nubes. Spencer se abrazó a sí misma y siguió a las otras de vuelta a la estación de trenes. Nadie dijo nada, porque ¿qué había que decir? Otro callejón sin salida. Otra pista congelada.


Capítulo 24 - Capítulo 26

2 comentarios:

  1. Creo que ya se donde esta Ali *-*, por cierto tu blog me ENCANTA!!! eres la mejor :D.
    Posdata: Si alguien quiere saber donde esta Ali, MoMa es un museo de arte moderno.

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