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Traducido por: Analia:)
Corregido por: Brayan y Pilar, Raúl S.
El mismo día,
Aria estaba sentada en el sala de espera de la oficina de un abogado. Bueno,
algo parecido a una oficina de abogado— nunca había conocido a un
abogado tuviera su negocio en un centro comercial entre Five Below y Curves,
pero lo que sea. Mike estaba sentado a su lado, mirando un panfleto sobre un
curso de demanda colectiva de drogas. - Oye, - susurró.- ¿Alguna vez has tomado
Celebrex? ¿Prozac?
- No,- Aria
murmuró.
- ¿Tienes
mesothelioma?- Mike preguntó.
- Ni siquiera sé
que es eso.
- Demonios.- Mike
dejó el folleto.- Si lo tuvieras, tendríamos derecho a un gran acuerdo.
Aria puso los
ojos en blanco, preguntándose cómo Mike podía estar animado. También había
comenzado a dudar de esta reunión—se podía escuchar la música tecno de Curves a
través de las paredes. Esta mañana, Mike había golpeado a su puerta y dicho,-
Levántate. Vamos a hablar con Desmond Sturbridge a las 10 a.m. Saldremos a
hurtadillas. - ¿Quién es ese? - Aria había preguntado, y Mike le había
explicado que era un abogado que había llamado a la casa ayer ofreciéndose a
tomar el caso de Aria. Aria había tratado de decirle que el papá de Spencer
estaba defendiéndolas, pero Mike sólo se había encogido de hombros. - Siempre
es bueno tener una segunda opinión. Además, no tenemos que pagarle a este tipo
a menos que gane.
Ahora, una puerta
se abrió de golpe, y un hombre alto y delgado con una sonrisa pegajosa y el
cabello tan alisado con gel que realmente brillaba, les sonrió.- ¡Srta.
Montgomery y su amigo!- bramó.- ¡Entren, entren!
Aria miró
nerviosamente a Mike, pero él sólo tiró de ella para ponerla de pie y la guio
hacia la oficina.- Saldrá bien,- le murmuró mientras seguían a Sturbridge por
el pasillo.- Tienes un buen caso. Él le presentará la verdad al juez— ¿Cómo
podría ir mal?
Aria esperaba que
tuviera razón. Entró a la oficina del abogado, la cual estaba decorada con
muñecos cabezones, jerseys firmados de las Águilas, y un montón de envolturas
vacías de Arby’s. También había un diploma de la universidad de Michigan en la
pared, que la hizo sentir mejor.
-Gracias por
hablar con nosotros,- dijo mientras se sentaba.
- ¡Desde luego, desde
luego!- Los ojos de Sturbridge resplandecieron.- Creo que tienes un caso muy
interesante. Y tengo un par de ideas para mantenerte fuera de Jamaica.
Mike enarcó las
cejas esperanzadoramente. Aria sacó un cuaderno de su bolso y lo deslizó a
través del escritorio. - No tenemos mucho tiempo, ya que la lectura de cargos
es el viernes, escribí todo lo que pasó así puedes revisarlo en tu tiempo
libre. - Dentro del cuaderno también habían dibujos que había empezado para
Asher Trethewey. No era como si los necesitara ahora.
Sturbridge agitó
su mano. - No será necesario. Creo que tengo todo lo que necesito.
Aria y Mike
intercambiaron miradas. - Pero usted no tiene nada, - Aria dijo.- ¿No
quiere saber lo que en verdad pasó esa noche?
- Señor, no.-
Sturbridge parecía avergonzado.- Srta. Montgomery este es un caso complicado.
Hay testigos oculares, hay un video de ustedes en la escena… eso no se ve muy
bien. Del modo en que lo veo, hay en verdad sólo una manera de llevar este caso
para salir ganadores.
- ¿Cuál es? -
Mike preguntó.
- Alegaremos
locura.
Lucía complacido
consigo mismo, como si hubiera descubierto una nueva ley de gravedad. Aria
parpadeó fuerte. - Pero no estoy loca.
Una ceja se
elevó. - ¿Alucinar que Alison DiLaurentis está viva? ¿Enviarse notas acosadoras
a ustedes mismas?
- ¡Esas notas no
las envié yo!- Aria lloró.
Sturbridge sonrió
con tristeza.- La policía dice que sí lo hiciste.
Los hombros de
Mike cayeron. - Estás usando información de mi hermana que leíste en Internet.
Cosas que los policías inventaron. La del video no es ella.
Sturbridge
frunció el ceño.- Pues definitivamente luce como ella.
- No lo soy,-
Aria dijo.- Yo no lo hice.
Sturbridge formó
una X con sus dedos índices.- ¡No quiero oírlo! - Canturreó. Luego le pasó un
conjunto engrapado de papeles a través de su escritorio.- Si no quieres ir a la
prisión de Jamaica, firmarás este alegato de locura. Esto hará que te quedes y que
te hagan una evaluación psiquiátrica. No es tan malo. Es probable que termines
en uno de esos cómodos hospitales mentales de aquí cerca, todos los costos
pagos por el estado.
- ¿Cómo la
Reserva de Addison-Stevens?- Aria cuestionó.
Los ojos de
Sturbridge se iluminaron.- ¡Exacto! Escuché que la comida allí es asombrosa.
Aria cerró los
ojos y se forzó a tomar respiraciones calmantes.
Mike le lanzó los
papeles de vuelta a Sturbridge.- Gracias por tu tiempo, pero estás chiflado,
hombre. - Le sacó el cuaderno al abogado y tomó el brazo de Aria. - Vamos.
- ¡Se
arrepentirán!- Sturbridge gritó mientras ellos huían por el pasillo.
- Lo siento,-
dijo Mike, empujando la puerta para abrirla. Parecía miserable.- De haber
sabido hacia dónde quería ir, nunca te hubiera hecho pasar por esto.
- Está bien,-
Aria murmuró, mirando sin expresión a un montón de mujeres con sobrepeso que se
congregaban frente a Curves. Suficiente con lo del abogado.
Sintió vibrar su
teléfono en su bolsillo. Lo agarró y miró el mensaje. Estoy de vuelta en la
cacería, Emily había escrito. ¿Están dentro o fuera? En el mismo
hilo, Hanna había respondido que contara con ella. Un minuto después, Spencer
también dijo que sí.
- ¿Qué es eso?- Mike
preguntó, inclinándose. Aria estaba por cubrir la pantalla, pero Mike ya había
leído el mensaje. Su cara se iluminó.- Sí, ¿irán tras Ali otra vez?
- No vas a
involucrarte en esto, - Aria dijo rápidamente.
Mike se hundió. -
¿Por qué no? Lo sé todo. Puedo ayudar. No tienes nada que perder.
Aria cerró los ojos.-
Lo siento,- dijo.- Simplemente no puedo dejar que ayudes.
La cara de Mike
cayó.- En las inmortales palabras de ese friki abogado, te arrepentirás.
Aria metió su
teléfono de vuelta en su bolsillo. No, se arrepentiría si sí lo dejaba
ayudar. Ya había perdido demasiado. No podía perder a su hermano también.
Estaba lloviendo
cuando Aria anduvo en bicicleta por la acera detrás del local Wawa unas horas
después, después de que oscureciera. Espió a sus viejas amigas que estaban
cerca del bosque que separaba el mini mercado de un complejo de apartamentos y
se dirigió hacia ellas. Sus zapatos inmediatamente se hundieron en el barro.
Gotas de lluvia se arrojaban a sus mejillas. Se puso la capucha y corrió.
Spencer inhaló
temblorosamente cuando ya todas estaban reunidas.- Bien, ¿cómo vamos a hacer
esto? ¿Qué tenemos de Ali que podamos investigar?
Todas estaban en
silencio. Un camión de leche traqueteo en Wawa y aparcó al costado. Luego Emily
aclaró su garganta.- Recibí un correo de voz de Ali. Se estaba riendo de mí. De
nosotras.
Los ojos de Aria se ensancharon.- ¿Ali te
llamó?
- ¿Por qué haría
eso?- Spencer susurró, su estómago arremolinándose.
- No lo sé.-
Emily apoyó sus manos sobre sus caderas.- Pero lo hizo.
- Tal vez pensó
que eras la menos probable en acusarla,- sugirió Spencer.
- Bueno, se
equivocó.- Emily sacó su teléfono. Se acercaron y escucharon el correo de voz.
Cuando Aria oyó la aguda risa, un escalofrío subió por su columna.
- No lo puedo
creer,- Hanna murmuró, palideciendo.- ¿Crees que quiso llamarte o fue un
accidente?
Emily cerró los
ojos.- No tengo idea.
- ¿Deberíamos
enviarle esto a Fuji?- Aria preguntó después de un segundo.
Spencer resopló.-
Pensará que nosotras lo hicimos. Por lo que sabemos, probablemente venga desde
nuestros teléfonos.
Aria miró a
Emily.- Reprodúcelo otra vez.
Emily hizo como
se le dijo. Aria escuchó una vez más mientras esa familiar risa daba vueltas en
el aire.- Suena como si estuviera en una multitud, ¿no creen?
- Y hay algún
tipo de anuncio,- señaló Hanna.- Sin embargo, no sabría decirte qué es lo que
está diciendo el tipo.
- Lo sé, yo
también lo oigo,- Emily dijo.- Si fuéramos capaces de aislar esa parte del
mensaje, tal vez podríamos rastrear dónde estaba Ali cuando llamó. Tal vez es
un lugar en el que pasa mucho tiempo.
- O tal vez es
otra trampa,- Aria dijo amargamente.
Hanna la miró
amenazadoramente.- ¿Tienes una mejor idea?
- Lo siento.-
Aria alzó sus manos.- Pero incluso si el mensaje tuviera alguna pista,
¿qué podemos hacer con eso? No es como si pudiéramos pasearnos por el
Departamento Policial de Rosewood y decir, Hey, ¿podemos tomar prestado su
equipo forense?
Los ojos de Spencer se iluminaron.- En realidad,
sé de alguien que podría saber cómo usar esas cosas— y ayudarnos.
Emily ladeó su
cabeza.- ¿Quién?
- Mi hermana y
Wilden.
Hanna rompió a
reír,- ¿Melissa? ¿En serio?
- Ella ofreció
sus servicios. Y piénsalo— desde luego que quiere a Ali muerta.- Spencer cruzó
sus brazos sobre su pecho.- Podemos tomar el SEPTA en la ciudad. Es muy tarde—
nadie nos notará en el tren. La peor cosa que puede pasar es que Melissa nos
cierre la puerta en las caras… O que llame a los policías.
Aria miró sin
expresión hacia Wawa, considerándolo. El viento sopló, enviando el dulce aroma
de la tienda de donas caseras hacia sus fosas nasales.- Estoy dentro si ustedes
lo están.
-Yo también,-
dijo Hanna.
- Conmigo son
tres,- Emily dijo con los ojos centelleantes.- Vamos.
Capítulo 23 - Capítulo 25
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