jueves, 22 de mayo de 2014

Deadly - Capítulo 26 - El Lugar Más Oscuro de Todos

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Traducido por: Daniela
Corregido por: Brayan.

            Ese jueves siguiente, Emily se despertó con dolor de cabeza y un perfecto cielo azul. Trató de salir de la cama, pero sus piernas no querían moverse. Tienes que levantarte, se dijo a sí misma.
            Solo que ¿Por qué? Su graduación de Rosewood Day era en una hora, pero no era como si la escuela le permitiera formar parte de esta. Se le había dado permiso para asistir, pero ¿Por qué querría mirar? Y más que eso, su madre aún no había vuelto del hospital, más objetos costosos estaban desapareciendo de su casa,  y el FBI aun pensaba que Ali estaba muerta y las chicas habían matado a Tabitha. La lectura de cargos de Emily era mañana, y entonces sería enviada a Jamaica. A todo su alrededor el verano se estaba desenvolviendo: Sus vecinos hacían parrilladas y jugaban con sus perros e iban a pasear por el vecindario. Pero cuando Emily siquiera miraba las flores floreciendo o el brillante césped verde, todo lo que sentía era temor. Todo esto era para que otra gente la disfrute, no ella.
            Tomó su teléfono, buscó CNN, y volvió a mirar el video. Para entonces, once mil ochocientos cuarenta y dos—no, cuarenta y tres—personas habían comentado que Emily y sus amigas eran el diablo encarnado. Se dobló del dolor mientras las borrosas chicas golpeaban a Tabitha hasta morir. que se parecía a ellas cuatro. Además, si la policía sospechaba que el video fuera falso, ¿No habrían ya apagado todo? ¿Usado toda su tecnología de punta para demostrarlo? Ali de algún modo había que el video sea a prueba de tontos.
            Entonces averigua quién puede ser N, le dijo una voz en su interior.
            Otra imposibilidad. Como si el staff en La Reserva fuera a permitir que un supuesto criminal se infiltre en su edificio. Además, ya se habían negado cuando había preguntado.
            Pero marcó el número de La Reserva de igual modo, con otra cuestión en su mente. Cuando una enfermera respondió, Emily tosió. - ¿Ha vuelto Iris Taylor? - preguntó temblorosa.
            - Déjame revisar. - Hubo tecleo. - No, Iris Taylor no está aquí. - respondió.
            Emily agarró con fuerza el teléfono. - ¿No la han encontrado?
            Hubo bulla al otro lado, una segunda voz entró a la línea. - ¿Quién es? - demandó un hombre. - ¿Eres otra reportera? - Y luego, click.
            La llamada apareció en el teléfono de Emily. Puso su teléfono devuelta en el velador y miró en blanco hacia la ventana. Iris estaba allí afuera en algún lado. ¿Quién sabía si estaba viva o muerta? Y era todo por culpa de Emily.
            Repentinamente, una segunda voz sonó en la cabeza de Emily, esta en un tono más bajo y tenebrosamente hipnótico. Entonces ríndete, hizo eco. Solo quédate en cama. Cierra tus ojos. No hay razón para nada.
            Una puerta se cerró afuera, y Emily abrió sus ojos una vez más. A pesar de que le tomó un gran esfuerzo, se levantó de la cama y atravesó el pasillo hacia la ventana frontal. Afuera, su padre estaba ayudando a su mamá a salir de un taxi. Carolyn tomó los bolsos de la Sra. Fields y la hermana de Emily, Beth y el hermano, Jake, caminaban alrededor, tratando de ser útiles.
            Observó a su mamá cojeando hacia la puerta frontal. La Sra. Fields se veía gris y vieja, claramente enferma. La puerta crujió al abrirse, y Emily escuchó voces abajo. - Siéntate allí, - El Sr. Fields dijo suavemente. - ¿Ves? ¿No se siente bien?
            - ¿Puedo buscarte algo, mamá? - Esa era la voz de Beth.
            - ¿Qué tal algo de ginger ale? - Dijo Jake.
            - Eso sería encantador, - dijo la Sra. Fields. Su voz era temblorosa, como la de una abuela.
            Hubieron pasos apresurados, el sonido del refrigerador abriéndose y cerrándose. Emily dudaba arriba de las escaleras, más nerviosa de lo que se sintió en los bloques antes del campeonato estatal de natación del año pasado. Luego de unas cuantas inhalaciones agitadas, encuadró sus hombros y bajó las escaleras.
            Beth y Carolyn estaban sentadas en el sofá, con sus manos en sus regazos, sus sonrisas temblorosas. Jake volvió de la cocina con un vaso alto de ginger ale. El Sr. Fields estaba agachado junto a la TV, haciendo algo con la caja del cable, y la mamá de Emily estaba sentada en la reclinadora, con la cara pálida y arrugada.
            Cuando Emily llegó al fondo de las escaleras, todos se congelaron. Los labios de Carolyn hicieron un puchero. Jake se puso de pie. Beth miró a otro lado, lo cual hizo que Emily se sienta especialmente mal.
            Emily se acercó a su mamá. - Es tan bueno verte en casa, - dijo temblorosa. - ¿Cómo te sientes?
            La Sra. Fields se miró las manos. A la vez, su respiración comenzó a apresurarse.
            - ¿Cansada? - Emily intentó. - ¿Te alimentaron bien en el hospital?
            La Sra. Fields estaba respirando con dificultad ahora. Carolyn chilló. - Papá, haz algo.
            - Ella no debería estar aquí, - dijo Beth rápida y bruscamente.
            El Sr. Fields se levantó de la TV. Había desconectado el cable de la televisión. ¿Estaban tan en quiebra que ya ni podían pagar el cable? - Tienes que volver arriba, - le dijo firmemente a Emily, con la mirada fría.
            - Lo siento, todos, - dio hasta su último esfuerzo. - Lo siento mucho, mucho.
            Luego subió volando las escaleras, guardándose los sollozos solo hasta estar tranquilamente tras su puerta cerrada. Su teléfono estaba parpadeando en la cama.  ALERTA DE GOOGLE POR LA LADRONA PREPPY, decía la pantalla. Emily escaneó los titulares. El juicio de sentencia estaba agendado para la próxima semana. Expertos dicen que su sentencia será entre veinte y cincuenta años.
            Emily lanzó el teléfono contra la pared. Jordan estaría bien si no fuera por Emily. Ella también había arruinado su vida.
            Todo de una vez, pensó en Derrick, su amigo del verano pasado. ¿Cuántas veces había él sostenido su mano en el cuarto de descanso cuando ella abría su corazón sobre lo asustada que estaba por tener un bebé? ¿Cuántas veces lo había llamado en medio de la noche porque no podía dormir? Ella no lo había visto hace mucho, cuando A estaba atormentándola sobre Gayle, así que ella sabía que él seguía por ahí. Quizás él la escucharía. Quizás él la entendería.
            Recogió su teléfono de la alfombra y marcó su número, pero la llamada pasó a buzón de voz. Emily colgó sin dejar un mensaje. ¿Y si Derrick vio su número y presionó IGNORAR? Quizás él pensaba que ella era una asesina, al igual que todos los demás. Quizás el seguía molesto de que ella le haya costado su trabajo con Gayle, porque ella no le dio su bebé a Gayle—la última vez que lo vio, él lo mencionó. Ella también había impactado negativamente la vida de Derrick.
            Ella era el opuesto del Rey Midas—todo y a todos a quienes tocaba se pudrían, y había tan poco que podía arreglar. De repente, algo se le ocurrió. Mucho de todo esto estaba fuera de su control, pero había un modo que podía hacer a su familia feliz otra vez, tener su dinero de vuelta, y curar a su madre. Podía desaparecer completamente.
            ¿Pero siquiera se atrevía a pensarlo?
            Emily apretó con fuerza su cojín. Si no estuviese aquí ahora mismo, si no fuera un constante factor de stress, su mamá se recuperaría. Pero cuando pensaba en desaparecer, no se refería a simplemente irse de la ciudad. Era una decisión más grande, más aterradora, más definitiva que eso.
            Salvaría a su familia ¿Y quién la extrañaría?
            Se sintió una risa abajo. Alguien abrió una puerta y la cerró otra vez. Emily se levantó de su cama y se puso de pie en miedo del cuarto, sus dedos tiritaban. A la vez, no podía sacarse ese pensamiento de su mente. Tenía tanto sentido. No podía vivir así. No podía dejar que su familia sufra. No podía ir a Jamaica tampoco. Quizás lo rumores no estaban dando vueltas porque Ali y su ayudante los habían iniciado. Quizás todos pensaban que era el próximo paso lógicamente.
            Emily cerró sus ojos y pensó por un momento. El puente cubierto de Rosewood se le vino a la mente. La mayor parte del puente tenía un techo sobre él, las paredes interiores estaban cubiertas con graffitis, pero había una pequeña pasarela por fuera que estaba abierta al agua debajo. El arroyo era profundo en esta época del año por toda la nieve derretida. También sería fría. Adormecedora.
            Con el corazón latiendo con fuerza, se puso jeans y una remera. Entonces, reuniendo coraje, abrió su ventana, subió al techo, escaló hasta el roble, y se deslizó por el tronco, del modo que siempre lo hacía cuando se escapaba. Hacia el puente era una caminata de unos veinte minutos. Para cuando su padre le echara un ojo—si es que siquiera lo hacía—ya se habría ido hace mucho.


Capítulo 25 - Capítulo 27

2 comentarios:

  1. Cuando Emily se le acerca a su madre, en la oración hay un pequeño error, dice "vasa" en vez de "casa" :) Saludos

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