Corregido por: Andrea, Brayan y Pilar. Raúl S.
Una semana más tarde, Spencer caminaba
agachada a través del bosque tras su casa para juntarse con Aria, Hanna y
Emily. Estaba demasiado oscuro como para ver nada, así que usaba la luz de su
celular para guiarse por el camino. Gruesas raíces salían de la tierra. Un
tronco caído obstruía su camino. En muy poco tiempo, ella llegó al pozo de los
deseos, una reliquia de piedra dejada allí por los granjeros en los 1700s.
Musgo crecía por los costados. Algo de la roca se había desmoronado. Spencer se
asomó por el borde y lanzó un centavo por el agujero. Hubo un eco de vacío
cuando cayó en agua poco profunda.
Luego se volteó y miró colina abajo hacia
su casa. La mayoría de las luces estaban apagadas. La ventana del sótano por la
cual se había escabullido estaba semiabierta. El sitio donde el
apartamento-granero de su familia había estado antes de que Ali lo quemara aún
no tenía pasto. Contó siete vehículos de noticiarios aparcados en la acera,
afuera de su casa. Habían estado estacionados allí las 24 hs., todos los días,
desde su arresto.
- Hey, - la cabeza de Emily apareció por el
otro lado de la colina. Era una noche fría y tenía puesta una sudadera
negra con capucha y jeans. Miró al pozo e hizo un pequeño gemido. -
¿Crees que ella de verdad solía venir aquí?
- Supongo. - Spencer se atrevió a tocar las
piedras ligeramente curvas. El borde estaba medio podrido. Había un montón de
musgo en los lados y encima, y había un balde de metal oxidado a unos pies de
allí. - La cima de esta colina le daba un punto de observación perfecto hacia
mi casa.
Emily chasqueó la lengua. Una rama crujió y
se voltearon. Aria y Hanna subían la colina. Cuando llegaron a la cima, las
chicas solo estuvieron de pie bajo la luna, mirándose entre sí.
- ¿Y bien? - Spencer dijo finalmente. -
Mejor comenzamos a hablar. Habrá una cacería de brujas por mí pronto. - Había
habido demasiada agitación como para que las cuatro se juntasen luego de que
volvieran a sus casas, pero finalmente, esa noche, Hanna había enviado un
mensaje diciendo que necesitaban hablar. Pero lo de la cacería de brujas era
cierto: los reporteros que acampaban afuera de la casa de Spencer eran tan
entrometidos e inteligentes que se darían cuenta de que ella no estaba antes de
que su familia lo notara. En la semana desde el arresto, su mamá apenas había
salido de la cama, y el Sr. Pennythistle había estado caminando de puntillas a
su alrededor nervioso, como si tuviera miedo de que fuera a enloquecer y hacer
algo loco. - ¡No soy de verdad una asesina! - Spencer le gritó una vez,
pero no sirvió de nada.
- Sí, yo tampoco debería estar fuera por
mucho tiempo, - Aria murmuró. - Pero es bueno verlas.
- En serio. - Emily las miró, con los ojos
húmedos. - Pero es terrible, ¿no?
Hanna asintió con desánimo. - Voy a
volverme loca si tengo que quedarme sentada en casa otro día. - Eso era parte
de su castigo: hasta que fueran extraditadas a Jamaica, debían permanecer en
sus casas a tiempo completo. Rosewood Day no las había expulsado, pero la
escuela tampoco permitía que volvieran.
- ¿Todas están listas para los exámenes
finales? - Aria dijo con una voz no-tan-de-broma. Se les permitía tomar sus
exámenes en casa.
- No veo el punto, - Spencer dijo con
tristeza. Miró a las otras. - Recibí una carta de Princeton esta semana. No
quieren un presunto asesino en su clase de primer año.
Emily hizo un gesto de dolor. - Yo también
tuve noticias de NC State. - Mostró sus pulgares hacia abajo.
- Sí, estoy fuera de FIT, - Hanna murmuró.
Cerró sus ojos con fuerza y bajó los hombros. - Esto no es justo,
chicas. Eso es lo que no dejo de pensar. Esto. No. Es. Justo.
- Dímelo a mí, - Aria murmuró, removiendo
sus pies entre las hojas secas. - Pero no es como si pudiéramos hacer algo.
Hanna pegó con su puño a su palma abierta.
- Sí que podemos. Yo digo que volvamos a buscar a Ali por cuenta propia.
- ¿Estás loca? - Spencer se apoyó contra el
borde raquítico del pozo. - A aún podría herir a un montón de gente que
queremos. Además, deberíamos mantener el perfil bajo y no hacer nada para
suscitar a la prensa.
- ¿Entonces solo esperamos a que nos envíen
lejos? - Hanna gritó. - ¿Has visto las prisiones en Jamaica? Están
llenas de serpientes. Y como que te obligan a hacer pipas de gravedad.
Es uno de sus métodos de tortura.
Las cejas de Spencer se juntaron. - Estoy
segura de que no hacen eso, Han.
- Apuesto a que sí. - Hanna puso sus manos
en sus caderas. - Una vez, Mike me hizo fumar de una de esas, y comencé a
sentir hormigueos y a alucinar. Fue un infierno.
- Mi papá me prometió que nuestro equipo
legal encontraría un modo de evitar que fuéramos allí, - Spencer dijo
débilmente.
Aria suspiró. - Sin ofender a tu papá o a
nuestro equipo legal, pero todos los informes dicen que el FBI quiere hacer un
ejemplo a partir de nosotras. Está casi garantizado, iremos a Jamaica.
Spencer rechinó los dientes. - Bueno,
quizás Fuji se dará cuenta de la verdad. O quizás Ali lo arruinará.
- Eso no va a ocurrir, - Emily dijo sin
ánimo. - Ali nos tiene exactamente donde nos quiere. ¿Y cuándo, alguna vez,
lo ha arruinado?
- En verdad no creo que debamos comenzar a
escarbar otra vez, chicas. - Spencer advirtió.
- Pero tenemos pistas, - Aria dijo. - Ese
video adulterado. Quien sea que N sea.
Spencer caminó en círculos. - Lo sé, pero…
- Tu amigo Chase es bueno con las
computadoras, ¿cierto, Spence? - Hanna rogó. - Quizás él pueda hacerle zoom a
ese archivo de video y mostrar las caras de las chicas para demostrarle a la
policía que no somos nosotras.
Spencer torció la boca. - Pero no puedo
ponerlo en riesgo.
- Él ya está en riesgo, - Aria le
recordó.
Hubo una larga pausa. Se escuchó a lo lejos
un camión que cambió de marcha cerca del puesto de peaje.
- No voy a ir a Jamaica, - dijo Hanna
firmemente. - Quiero quedarme en Rosewood.
Aria tragó saliva. - Yo también.
Spencer miró el cielo oscuro. Aria estaba
en lo cierto. Si Ali iba a hacerle algo a Chase, el plan ya estaba en marcha.
Spencer no había oído de Chase desde su arresto, pero sabía que él haría lo que
fuese por ella.
Una luz se prendió en su casa, y bajó los
hombros, medio esperando que su mamá apareciera por la entrada trasera en
cualquier segundo. - Mejor vuelvo. Pero lo haré, Han. Me comunicaré con Chase.
- Bien. - Hanna sonaba aliviada.
Spencer bajó por la colina con el corazón latiéndole
rápido. Misericordiosamente, la luz se apagó poco después de encenderse, y
nadie apareció en la terraza de atrás. Dio la vuelta a la parte de enfrente de
su casa, mirando al auto en la entrada, luego a los vehículos estacionados en
la cuneta. La verían si retrocedía—tendría
que tomar el bus. Había una parada de SEPTA a solo una milla de allí, en la
Avenida Lancaster.
Miró sus zapatos, agradecida por estar
usando zapatillas. Aquí vamos, pensó, comenzando a trotar. Era el único
modo.
Media hora después, Spencer abordó un bus
de Rosewood brillantemente iluminado y con aroma a cigarro hacia Filadelfia y
se dejó caer en un asiento. Al otro lado del pasillo, una mujer estaba leyendo
una copia del Centinela de Filadelfia. En la primera plana aparecía una
foto de Spencer.
La mentira que colmó el vaso, decía
el titular. Spencer se volteó hacia la ventana y torció su cuerpo para parecer
más pequeña. Había evitado las noticias toda la semana, sabiendo que solo vería
historias como esa. Por favor que no me vean, por favor que no me vean,
deseaba. La mujer pasó página. La foto de Spencer se desvaneció. Nadie dijo una
palabra.
Chase vivía en Merion, un suburbio cercano
a la ciudad. Spencer tiró de la cadena en su parada y se apresuró a bajar del
autobús. A pesar de que nunca había ido a la casa de Chase, encontró el
edificio de departamentos con facilidad y caminó por la dispareja acera hasta
la puerta frontal. Hubo un swish tras ella y se volteó. Un auto pasaba
lentamente con el logo del Departamento Policial de Merion que se observaba en
un costado.
Spencer se agachó tras un árbol. El
automóvil pasó a velocidad pareja, el policía miraba directo hacia adelante.
Luego de un momento, el auto bordeó la esquina. A salvo.
Se escurrió al interior de la primera
puerta y examinó la lista de nombres de los residentes. Chase vivía en el
apartamento 4D; presionó el timbre. Unos segundos pasaron. Nada ocurrió.
Spencer ladeó la cabeza, escuchando. Sólo era un poco después de las diez
treinta, y Chase una vez había admitido que solía quedarse despierto hasta la
una o dos de la mañana. ¿Quizás no estaba en casa?
Una mujer que llevaba una cartera verde
apareció en las escaleras del interior del edificio. Miró superficialmente a
Spencer, y luego salió por la puerta hacia la calle. Spencer paró la puerta y
se metió adentro, su corazón latía fuertemente. Quizás el timbre de Chase no
funcionaba. Golpearía a su puerta ella misma.
Subió los cuatro pisos, jadeando un poco
cuando finalmente llegó a la puerta de Chase. Tuvo que dejar de respirar para
escuchar si había sonidos al interior del apartamento. Se oía música en un
cuarto trasero. Y entonces, alguien tosió. Sí. Estaba en casa.
El timbre estaba roto cuando trató de
usarlo, así que golpeó—primero suavemente y luego más fuerte. - ¿Chase? -
llamó. - Soy yo. Spencer. Necesito hablar contigo.
La música se apagó. Sonaron pasos cerca de
la puerta, y Chase la abrió un poquito, la cadena no estaba puesta. - Spencer.
- Sus ojos se encontraron. - No puedes estar aquí.
La mandíbula de Spencer cayó. - P-pero
estamos siendo incriminadas. Hay un video que necesito que veas—uno de nosotras
en Jamaica. Alison obviamente lo adulteró.
La manzana de Adán de Chase tembló cuando
tragó saliva. - ¿Por qué no me dijiste que yo también estaba en la lista de
sospechosos?
- ¿Qué? - Pensó en el amenazador
mensaje de A. ¿Cómo se había enterado Chase? - ¿Recibiste un mensaje de A?
¿Alguien ha tratado de herirte?
Los ojos de Chase fueron de un sitio a
otro. - No, - dijo después de un tiempo demasiado largo, pero fue la mentira
más patética que Spencer había escuchado alguna vez.
La cabeza de Spencer zumbaba. En todo lo
que se pudo enfocar, por un momento, fue la dispareja textura de las paredes
del pasillo. - Y-yo pensé que la policía te mantendría a salvo, - dijo con
impotencia. - Pensé que nos mantendrían a todos a salvo. - Trató de
abrir la puerta. - Por favor déjame entrar. Podemos descifrar el video—sé que
podemos. Te necesito.
Chase apretó sus labios como si estuviera
tratando de no llorar. - Tienes que irte, Spencer. Lo siento. He pasado por
mucho, ¿está bien? Esto es demasiado intenso, incluso para mí.
- Pero—
- Y no
puedo creer que no me lo advirtieras. - Los ojos de Chase estaban tristes. -
Pensé que yo significaba más para ti.
Luego la puerta se cerró. Hubo sonidos de
click como si Chase estuviera girando los pestillos del interior. Se sintieron
pasos alejándose. La música volvió a encenderse, esta vez más fuerte. Una rápida y enojada canción
ahogándolo todo.
Spencer sintió como si le hubiera dado una
bofetada en la cara. Se alejó de la puerta, sorpresivas lágrimas se formaron en
sus ojos. De repente, se sintió completamente abandonada. Nadie la volvería a
ayudar.
La magnitud de lo que estaba ocurriendo la
azotó con fuerza. No había salida de esta. Ali verdaderamente había
ganado.
Spencer buscó su teléfono y lo miró con
dureza. Envíame un mensaje, perra, pensó feroz y desesperadamente. Si
tan solo Ali le escribiera ahora mismo y se lo restregara en la cara. Buu-huu,
quizás. La pobrecita Spencer perdió a su novio. Probablemente se moría
por hacerlo.
Miraba duramente la pantalla, deseando que
algo ocurriera. Caminó hasta el frente del edificio de apartamentos y se quedó
de pie en la entrada para que Ali la pudiera ver, para que supiera su
dolor. - Ven a buscarme, - dijo incluso en voz alta en la
tranquila oscuridad. - Deja de esconderte y finalmente muestra tu cara,
cobarde.
Nadie se movió tras los arbustos. Ninguna
risa hizo eco en las cimas de los árboles. El teléfono de Spencer permaneció en
silencio. Cerró sus ojos y echó atrás su mano, lista para lanzar su teléfono
hacia la acera.
Pero en vez de eso dejó caer su brazo a su
costado y caminó las tres cuadras para tomar el autobús de vuelta a casa.
Vale. Estoy en un momento en el que mi corazón esta en Shock. necesito saber que diablos pasa. Posdata: Muy bueno el blog ;)
ResponderBorrar-P. Con ganas de saber
jaja eso es lo que provoca la saga, estamos trabajando para seguir publicando todo lo más rapido posible :)
BorrarSaludos