Traducido
por: Analía :)
Corregido
por: Brayan, Pilar.
Traducido por: Analía :)
Corregido por: Brayan,
Pilar.
Todas se miraron entre sí alrededor de la mesa de
conferencias después de que el abogado dejara la habitación. Hanna temblaba
tanto, que hacía que la silla en la que estaba sentada temblara. Parecía que
Aria iba a vomitar.
- ¿Cómo puede estar pasando esto?- Spencer susurró,
mirando a su alrededor con impotencia.- Quiero decir, bien, sí, puedo creer que
el Equipo A enviara cada nota devuelta a nuestros teléfonos. Son inteligentes.
Tal vez es posible.
- Y debimos haber tomado más precauciones con las personas
nombradas en las notas de A,- Emily añadió.- La madre de Isaac estaba harta de
mí desde el principio. Por supuesto que Kelsey va a acusar a Spencer.
Hanna vacilantemente tocó su cara. Pudo sentir que sus
ojos estaban hinchados, que su cabello apuntaba en millones de direcciones
diferentes, y que le habían salido varios granos en su barbilla. Cuando se
removió en su silla, su abdomen palpitó con dolor. No había orinado desde que
habían llegado, tenía mucho miedo de que los oficiales pudieran observarla desde
una cámara escondida.
- Pero aun así,- dijo Spencer.- ¿Cómo hicieron ese
video de vigilancia?
Hubo una pausa.
- ¿Crees que nos drogaron y nos hicieron hacerlo?- Se
escuchó la voz de Aria.
- Chicas, recuerdo cada segundo de ese día,- dijo Hanna.-
Corrimos escaleras abajo en el momento en que Tabitha cayó. No me desperté
adormilada unas horas después. ¿Ustedes sí?
- No,- la voz de Spencer llamó desde lejos.
- Tal vez el ayudante de A contrató a cuatro chicas que
lucían como nosotras,- sugirió Emily.- Y luego, no lo sé, sacó una muñeca
inflable que se parecía a Tabitha, y sólo…
-... ¿Puso en escena toda la cosa?- finalizó
Hanna.- ¿Cómo podría conseguir chicas que hagan eso?
- Tal vez les dijo que era una película que estaba
haciendo,- dijo Aria.- Tal vez les pagó un montón de dinero, y eso fue todo.
Hanna aspiró.- Entonces, ¿qué, deberíamos buscar un viejo
anuncio en Craiglist que diga Se Busca: Cuatro Chicas para Recrear un
Asesinato en Jamaica?- No sonaba muy realista, ¿pero quién sabe? Tal
vez el Equipo A mató a los clones de Hanna, Aria, Spencer y Emily después de
que el video hubiera sido hecho para que ellas nunca hablaran. Era difícil
imaginar la magnitud de su locura.
Una puerta se cerró de un portazo en algún lugar del
pasillo. El aire acondicionado volvió a prenderse, y un fuerte olor a café
rancio de repente flotó en el aire.
- Necesitamos conseguir a alguien que chequee el hotel
Lychee Nut,- sugirió Emily.- ¿En verdad ese era su metraje? ¿Por qué habrían de
tener un asesinato grabado todo el tiempo y no lo presentaron al instante?
- Es obvio que la cinta fue plantada,- dijo Hanna.- ¿Pero
a quién tenemos fuera que en verdad investigue esto por nosotras?- Fuera. Aún
no estaba de verdad en prisión y ya estaba usando la jerga.
- ¿Disculpen?
Hanna saltó. El padre de Spencer asomó la cabeza.- Su
fianza ha sido pagada. Todas son libres de irse.
- ¿Lo somos?- Emily no
se levantó.
- Su lectura de cargos será en un mes.- El Sr. Hastings
mantuvo la puerta abierta para ellas.
- ¿Y luego qué?- Aria preguntó nerviosamente.-
¿Volveremos aquí?
El Sr. Hastings rechinó los dientes.- No se asusten, pero
hemos descubierto que quieren extraditarlas a Jamaica.
- ¿Qué?- Spencer
explotó.
Hanna presionó una mano contra su pecho.- ¿Por qué?
- Ahí es donde cometieron el crimen. Su juicio será allí,
y cumplirán su sentencia allí también, si son declaradas culpables. Eso es lo
que están tratando de hacer, de todos modos.- El Sr. Hastings lucía furioso.-
Sin embargo, estamos haciendo todo lo que podemos para cambiarlo. Es basura.
Sólo tratan de hacer un ejemplo de ustedes.
Una bomba explotó en el cerebro de Hanna. La perspectiva
de pasar el resto de su vida en una prisión estadounidense era ya suficientemente
malo, ¿pero pasarlo en una de Jamaica?
Siguió al abogado fuera de la habitación de conferencias
con el corazón martilleando. Caminaron a través de un largo vestíbulo. El Sr.
Hastings abrió la puerta que las conducía hacia el lobby. Hanna parpadeó ante
el resplandor de la habitación que tenía delante, luego miró a todos los que
estaban esperando. Cuando la Sra. Hastings vio a Spencer con esposas, rompió en
llanto. A su izquierda estaban el Sr. y la Sra. Fields que lucían estupefactos
y pálidos. Al lado de ellos estaban los padres de Aria, pero no estaba Mike. La
mamá de Hanna estaba junto a ellos. Hanna miró alrededor, buscando a su papá,
pero no lo vio.
La mamá de Hanna corrió hacia ella.- Vamos a sacarte de
aquí, cariño.
Pero Hanna aún buscaba.- Papá está aquí también, ¿verdad?
La Sra. Marin sostuvo la mano de Hanna y la dirigió hacia
una puerta corrediza. Llegaron a un escritorio, y un guardia le pidió que
firmara algunos papeles. Los guardias le devolvieron a Hanna sus pertenencias,
incluyendo su celular. Hanna chequeó los mensajes y textos. Había un montón de
preocupados mensajes de Mike pero nada de su padre.
- Mamá.- Puso sus manos en sus caderas.- ¿Dónde está
papá?
La Sra. Marin entregó los papeles y tomó el brazo de
Hanna.- Traje un pañuelo para que te pongas en la cabeza cuando salgamos. Hay
mucha prensa fuera.
El corazón de Hanna golpeó más rápido.- Él sabe sobre
esto, ¿no? ¿Por qué no está aquí?
Finalmente, la Sra. Marin se paró a mitad del pasillo.
Parecía extremadamente afligida.- Cariño, no pudo arriesgarse a tener mala
publicidad.
Hanna parpadeó. - ¿Ha-hablaste con él? ¿Está preocupado
por mí?
Su madre tragó con fuerza, y pasó uno de sus brazos
alrededor de los hombros de Hanna. -Vamos a meterte al auto, ¿bien?
Le entregó a Hanna el pañuelo, y luego se empujó a través
de la puerta de salida. Al menos veinte reporteros y camarógrafos se
arremolinaron alrededor de ellas, las lámparas de flash aparecieron, con
videocámaras apuntando y micrófonos preparados.
Las preguntas llegaron rápida y ferozmente.- Sra. Marin,
¿sabía que su hija lo hizo?- Hanna, ¿cómo te sientes al ser extraditada a
Jamaica?- Sra. Marin, ¿su ex esposo va a retirarse de las elecciones del
senado?
Hanna sabía que si su padre estuviera allí, la prensa lo
estaría interrogando él. Pero no tan al fondo, a ella no le importaba. Él debería
estar allí. ¿A quién le importaba la campaña en momentos como estos?
Pestañeó a través de las lágrimas y se aferró incluso más
fuerte al brazo de su mamá, de repente más agradecida por tenerla de lo que
había estado en años. Ashley Marin arrasó a través de la prensa, sin dejarlos
tomar ni siquiera una foto decente de su hija. No dirigió ni una palabra, a
excepción de “Sin comentarios”, a los reporteros. No le preguntó a Hanna si lo
había hecho o no. No le dio a Hanna ninguna mierda o pensó en formas de girar
esto para su beneficio. Así, se dio cuenta Hanna, era cómo se suponía
que un padre debía actuar.
Y eso era lo que necesitaba.
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