jueves, 8 de mayo de 2014

Deadly - Capítulo 15 - Chica de Galería

            Traducido por: analía :)
            Corregido por: Brayan, Andrea, Pilar, Daniela

            El jueves por la tarde, Aria se detuvo en Old Hollis y encontró un espacio en la calle. Luego salió, rescató su carpeta del asiento trasero, y se detuvo en frente de la galería de su mamá. Era una gran casa victoriana con ventanales y un gran porche delantero. Había un cairel en la ventana frontal, y campanas de viento de bronce colgaban de los aleros. Tulipanes brotaban de los lechos de flores en el jardín delantero. Hoy era su primer día de trabajo, y trataba de sentirse emocionada, pero sólo se sentía entumecida. Su carpeta se sentía pesada en sus manos. Dudaba que Jim, el propietario de la galería, en verdad vendería sus cosas, pero su madre había insistido en que llevara todo en lo que estuviera trabajando.
            Encuadrando sus hombros, se puso en marcha por el camino de entrada, cuidando de no tropezarse con sus nuevos tacos bajos de color rosa fuerte. Mientras pasaba el gran árbol con un columpio de neumático y un nido de pájaros en una de las ramas bajas, su teléfono sonó en su bolso. Lo buscó. AGENTE FUJI, decía el identificador de llamadas. El corazón de Aria dio un vuelco. ¿Había habido un cambio en el caso?
            - Hola, Aria, soy Jasmine Fuji,- se oyó el tranquilo, y profesional tono de Fuji.- Tengo a Spencer en la otra línea. ¿Tienes un segundo?
            - Seguro.- Una sombra moviéndose por la calle captó su atención, pero cuando Aria miró, lo que sea que fuese había desaparecido. No vio a su guardaespaldas por ningún lado.
            Fuji se aclaró la garganta. - Antes que nada, aprecio que ustedes, chicas, me pasen sus notas de A. Ha sido muy útil.
            - Recibí una anoche, Aria,- La voz áspera de Spencer partió. - ¿Has recibido alguna?
            - Nop, - Aria dijo.- ¿Qué decía la tuya?
            - Amenazaba a un amigo mío, Chase— el chico que dirige el sitio web de conspiraciones. Temo que pueda estar en peligro. Tal vez quieras ponerle seguridad a él también.
            - Veré qué puedo hacer,- Fuji dijo.- Pero en realidad, las llamé porque quiero aclarar algo con ustedes sobre Graham Pratt. Aria, tú buscaste a Graham, ¿cierto?
            Aria apoyó su carpeta contra un poste de luz. - En absoluto. Terminamos en el mismo grupo en el crucero.
            - Hmm,- Fuji dijo.- ¿Entonces no te diste cuenta hasta después que Graham era el ex de Tabitha?
            - Así es,- Aria dijo, alejándose mientras una chica en bicicleta pasaba por la calle.- Después recibí un mensaje de A casi en el momento en que lo descubrí, como si A estuviera mirando.
            - Bien.- Fuji suspiró.- Desearía que hubiéramos podido hablar con Graham antes de que muriera.
            - Antes de que fuera asesinado,- Spencer le corrigió.- Por cierto,  ¿has investigado la pista de N que le dio a Hanna en la clínica de quemaduras?
            Fuji rio suavemente.- Estamos investigando todo, no te preocupes.
            - ¿Qué hay de la lista de pacientes de la Reserva de cuando Ali estaba ahí?- Spencer presionó.- Eso sería de gran ayuda.
- Estamos en eso.- Fuji sonaba un poquito impaciente. Hubo otra voz amortiguada en el fondo del extremo de Fuji.- Bien, chicas, me tengo que ir,- dijo.- Gracias por su tiempo.
- ¡Espere!- dijo Spencer, pero Fuji ya había colgado.
Aria también colgó, poniendo los ojos en blanco. Spencer era excesivamente competitiva.
            - ¡Aria! Gracias a Dios que estás aquí.
            La puerta de la victoriana se había abierto, y Ella estaba justo dentro. Su madre estaba usando su “uniforme de galería”— una larga falda de retazos, una blusa campesina blanca, y un par de Birkenstocks de gamuza. Acompañó a Aria dentro de la casa, la cual había sido convertida en una sola gran habitación que exhibía incontables pinturas de graneros de Pennsylvania y de la vida salvaje en las paredes.- Un nuevo artista vendrá en un par de minutos. Vamos a debutar su trabajo en un show privado. Es muy emocionante.
            Aria tocó la parte superior de una vieja rueca que había estado en la esquina de la galería desde que tenía memoria—como mucho de los trabajos de arte allí.- ¿Cuál es su nombre?- preguntó.
            Ella se asomó por la ventana delantera.- Asher Trethewey.
            Asher Trethewey. Aria no podría haber inventado un nombre más apropiado para un abogado retirado que se había convertido en artista si lo hubiera intentado. Podía imaginarlo con una caja de pasteles, vacilando ante una escena pastoral del Brandywine Water Gap.- ¿Necesitas mi ayuda?- preguntó.
            - De hecho, sí.- Ella chequeó su reloj.- Tengo que encontrarme con otro artista para almorzar en quince minutos—así que debo irme. Me preguntaba si hablarías con el Sr. Trethewey en mi lugar.
            - ¿Yo?- Aria señaló su pecho. Parecía una gran responsabilidad.
            - Sólo tiene que recoger un poco de papeleo.- Ella hizo un gesto hacia la pila de papeles sobre el escritorio.- Todo lo que tienes que hacer es asegurarte de que lo reciba, ¿está bien?- Volvió a chequear su reloj, luego agarró sus llaves y su bolso de su escritorio.- Tengo que correr. ¡Estoy segura de que estarás bien!
            Salió volando por la puerta. Aria se acercó a la ventana y la miró apresurarse por los escalones de la entrada y subirse al auto. El motor rugió, y su madre se fue. La calle estaba siniestramente silenciosa en su ausencia. Una ardilla se detuvo en una rama, ladeó su cabeza. Las campanas de viento en el porche delantero se mecieron pero no se tocaron. Un avión voló por encima, demasiado alto para ser oído.
Aria dio vueltas alrededor de la gran habitación, primero posó la mirada perdida en una pared que tenía acuarelas de naturalezas muertas, luego miró el papeleo para el artista. Estaba lleno de palabrerías legales que ella no entendía. ¿Y si el artista tenía preguntas? Esto era tan típico de su madre. Cuando estaban viviendo en Islandia, Ella se había roto la pierna mientras trataba de atrapar a un frailecillo bebé perdido arriba de un árbol, y mientras estaba postrada, le había pedido a Aria que manejara su Saab al supermercado. No importaba que Aria sólo tuviera catorce años y que nunca había conducido en toda su vida.- ¡Lo harás genial!- Ella había insistido.- ¡Solo mantente en el lado izquierdo de la ruta y detente en las luces rojas!
Hubo un golpe en la puerta, Aria se dio la vuelta. Echando hacia atrás los hombros, cruzó la habitación tratando de preparar lo que diría — sólo que, no tenía ni idea de qué decirle. Cuando abrió la puerta, un hombre joven con una remera negra y ajustados pantalones grises, que llevaba una gran carpeta negra, estaba parado en el porche. Tenía hombros anchos, ardientes ojos azul hielo, una nariz perfecta, una mandíbula fuerte, y labios sensuales. Parecía una cruza entre un sexy futbolista británico y el chico de los anuncios de la colonia Polo.
Aria enarcó una ceja.- Um, ¿hola?
Él extendió una mano.- Hola. Soy Asher Trethewey. ¿Tú eres Ella Montgomery?
- O-oh,- Aria tartamudeó. Retrocedió, casi tropezando con sus tacones.- Um, no, soy su hija, Aria. Pero te puedo ayudar. Entra.- Su voz se agudizó en la última parte, haciendo que sonara como un pregunta.- Tengo los papeles justo aquí,- dijo, caminando hacia el escritorio.
Asher entró a la habitación y colocó sus manos en las caderas.- En realidad, le iba a mostrar mi trabajo a tu mamá — ver lo que ella piensa que podría ser mejor para la exhibición.
- Oh.- Aria rechinó sus dientes. ¿Ves? Ella sabía que algo como esto ocurriría.- Bueno. Estará de vuelta pronto, yo creo…
Asher ladeo su cabeza y le sonrió a Aria.- O puedes verlo, si quieres.
Puso el portafolio sobre el escritorio y lo abrió. Dentro había un montón de imágenes. Todas ellas tenían una calidad etérea, fuera de foco, y la mayoría presentaban a personas en movimiento — saltando, girando, haciendo piruetas en un trampolín. Aria se inclinó e inspeccionó más de cerca una foto de una pequeña niña jugando con un rociador. No era una foto en absoluto sino que estaba  hecha de pequeños píxeles, como un mosaico.
- Whoa,- Aria dijo.- Eres un Chuck Close digital.
Una esquina de la boca en forma de arco de Asher se elevó.- Algunos críticos también dijeron eso.
- Es uno de mis favoritos,- Aria admitió.- He tratado de hacer piezas en su estilo, pero no soy lo suficientemente talentosa.- Se había inspirado tras asistir a una retrospectiva de Chuck Close en el museo de arte de Philadelphia el verano pasado. Noel había ido con ella, pasando horas allí mientras ella estudiaba atentamente cada trabajo, sin decir ni una palabra sobre estar aburrido.
Se puso rígida. No pienses en Noel, Aria se reprendió silenciosamente, dándose una bofetada mental. Aclaró su garganta.- No te lo tomes a mal, pero, ¿por qué estás aquí, en Rosewood?
Asher levantó la cabeza y rio entre dientes.- Estoy en Hollis porque tengo un evento comunitario con el que tengo que cumplir. Antes de eso, estaba en San Francisco.
- ¿De verdad?- Aria levantó un portavasos que mostraba una mosca atrapada en una gota de ámbar, medio sintiendo lástima por el pobre bicho.- Siempre quise ir allí.
- Es frío.- Él estrechó sus largos, y fuertes brazos sobre su pecho.- Di la verdad. Pensaste que yo iba a ser uno de esos artistas que pintan cochecitos Amish y pastizales de vacas, ¿no?
- Bien, tal vez,- Aria admitió. Su mirada volvió otra vez al trabajo de Asher.- ¿Has tenido muchos shows?
- Tengo un agente en Nueva York, así que he tenido suerte.- Él bajó sus largas pestañas.- Un par de celebridades han estado interesadas en mi trabajo, así que es bastante genial.
Aria enarcó una ceja.- ¿Alguno que conozca?
Asher cerró su carpeta.- Un montón de músicos indie, viejos jugadores en la escena de las galerías de arte. La figura más grande probablemente fue Madonna.
- ¿Esa Madonna?- Aria no pudo controlar su chillido.- ¿De verdad la conociste?
Asher parecía avergonzado.- Oh, no. He hablado con ella por teléfono. Es tan creída con ese falso acento británico.
- Oh, cierto,- Aria dijo, tratando de recuperar la calma.
Asher cerró la tapa de la carpeta.- ¿Así que tú también eres una artista?
Aria jugueteó con un mechón de pelo que se le había salido de su colita.- Oh, no realmente. No en serio.- Su mirada fue hacia su propia carpeta de cartón en la esquina. Se veía tan mediocre comparada con la de cuero de Asher.- Hay algunas cosas con las que todavía estoy jugando.
Los ojos azules de Asher se iluminaron.- ¿Puedo echarle un vistazo?
Antes de que Aria pudiera darle permiso, Asher se acercó a zancadas a su carpeta, la levantó, y la apoyó al lado de la suya en el escritorio. Cuando la abrió en la primera pieza, la cara de Aria se sintió caliente. Era una colorida y surrealista pintura de Noel. Su piel era púrpura. Su cabello, verde. Su cuerpo se fundía en un charco. Pero era Noel de todas formas— sus ojos, su sonrisa, su jopo en el cabello. Había un zumbido dentro de su pecho.
Asher volteó a otra imagen de Noel. Luego otra. Aria apartó la mirada, de repente incapaz de soportarlas. Noel solía molestarla sobre pintarlo una y otra vez; él le había preguntado si podía tener su trabajo después del show de arte de fin de año en Rosewood Day.- ¿Las llevarás contigo a la facultad?- Aria había bromeado.- Duh,- Noel le había respondido.- Las colgaré en mi habitación, al lado de los poster de modelos porno de mi compañero de cuarto.- Ella supuso que eso no pasaría ahora.
- ¿Estás bien?
Aria parpadeó fuerte. Para su horror, lágrimas llenaban sus ojos. Trató de sonreír.- Lo siento. Todas esas pinturas son de un ex. Todavía estoy superándolo. En realidad odio todas estas cosas. Debería quemarlas.
Asher miró detenidamente la cara de Noel por un segundo, luego cerró la carpeta.- Yo incorporo personas de las que estoy enamorado en mis pinturas también. Es humano, ¿sabes?- Él rodó hacia ella.- No las quemes. Podrían valer algo algún día.
Aria lo miró alocadamente.- Sí, seguro.
- Lo digo en serio. Son asombrosamente profundas. Tienes mucho talento.
El sol emergió de detrás de una nube y entró a raudales a través de la ventana. Aria tragó saliva, sin saber si debía reír o romper a llorar.- Gracias,- dijo suavemente.
Asher enlazó sus dedos.- Deberías seguir con ello. Enséñame las cosas mientras las vayas terminando. Podría ponerte en contacto con mi agente.
- ¿Qué?- Aria soltó abruptamente.
Pero Asher solo sonrió con confianza.- Reconozco el talento cuando lo veo.- Luego agarró la pila de papeles del escritorio, los deslizó en su carpeta, y metió todas las cosas debajo de su brazo.- De todos modos, estaré en contacto. Pídele a tu mamá que me llame.
- Lo haré,- Aria dijo.
Un cálido y placentero sentimiento la envolvió mientras lo veía bajar del porche y andar a zancadas por la calle. Quería llamar a alguien en este momento y contarle que un famoso  artista la había animado a pintar más— ¡Imagina si realmente la ponía en contacto con su agente! Después se dio cuenta de a quién quería llamar: a Noel.
Pero mientras Asher doblaba la esquina, su humor cambió. De repente, la calle estaba muy oscura y sin sombras. Un auto pasó silbando y no redujo la velocidad. Un gato maulló en un callejón oculto.
Ping.
Su teléfono vibró en su mano. Aria se encogió y miró la pantalla. UN NUEVO MENSAJE DE ANÓNIMO. Abrió el mensaje.

No te acerques demasiado a tu nuevo amiguito artista, Aria. O también lo heriré. —A

El estómago de Aria se apretó. ¿Cómo lo supo Ali? ¿Estaba escuchando? ¿Es que iba acabar con cada persona que Aria conociera?
Había una manera de resolver esto. Pulsó REENVIAR y se lo envió a Fuji. Luego metió su teléfono en su bolso y se obligó a entrar de vuelta a la galería con la cabeza en alto. Estás a salvo, se repitió una y otra vez mentalmente. Ya se terminó. Finalmente vas a seguir adelante.
Al menos, eso esperaba.

Capítulo 14 - Capítulo 16

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