martes, 1 de abril de 2014

Deadly - Prólogo - La Gran y Poderosa Ali

Traducido por: Daniela

            ¿Recuerdas cuando aprendiste sobre la omnipotencia en la clase de inglés? Es cuando un narrador lo sabe todo y puede verlo y oírlo todo. Suena como algo muy dulce, ¿cierto? Algo como ser el Mago de Oz. Imagínate lo que harías su lo supieras todo. Como cuando perdiste tu diario en la sala de los lockers—podrías ver a dónde fue. O en esa fiesta el mes pasado: Sabrías si tu novio se besó con tu rival en el dormitorio de atrás o no. Podrías descifrar miradas secretas. Oír pensamientos íntimos. Ver lo que es invisible…incluso improbable.
            Cuatro lindas chicas en Rosewood desearían ser omnipotentes también. Pero hay un detalle en cuanto a verlo y saberlo todo—a veces la ignorancia es más segura. Porque mientras más las chicas se acercan a la verdad sobre lo que ocurrió esa fatídica noche en Poconos, cuando Alison DiLaurentis casi las mató y luego desapareció, más peligrosas sus vidas serán.
            Una fría noche de Febrero, en una segregada calle boscosa en las Montañas Pocono, estaba tan tranquilo que podías oír una ramita crujiendo, una risa aguda, o un respingo a millas de distancia. Pero no había nadie en el área en esta época del año, lo cual era el motivo de que Alison DiLaurentis no se sentía en lo más mínimo preocupada mientras ella y cuatro chicas que apenas conocía estaban de pie en el oscuro dormitorio del segundo piso en la casa vacacional de su familia. Puede que las paredes hayan sido delgadas, las ventanas con corrientes de aire, pero no había nadie cerca que escuche a las chicas gritar. En solo unos pocos y cortos minutos, Emily Fields, Spencer Hastings, Aria Montgomery, y Hanna Marin estarían muertas.
            Ali no podía esperar.
            Todo estaba en su sitio. En la última semana, Ali había arrastrado al inocente Ian Thomas, muerto de hace un tiempo, a uno de los dormitorios del segundo piso de esta casa y lo había ocultado en el closet. Había puesto a una inconsciente Melissa Hastings, alguna vez novia de Ian, junto a su cuerpo hinchado ese mismo día más temprano. Había reunido la gasolina, los fósforos, las tablas, y los clavos, y llamado a su cómplice para hacerle saber la hora exacta y los detalles finales. Y ahora, finalmente, había convencido a Spencer, Aria, Hanna, y Emily de venir a esta casa esta noche, llevándolas hacia arriba a ese mismo dormitorio donde Ian y Melissa estaban.
            Daba la cara a las chicas ahora, con las manos en las caderas, mirándolas como la veían como su vieja amiga Alison, una chica que habían amado—aunque en verdad la “Alison” que ellas conocían era la hermana de Alison, Courtney. Ella había intercambiado  lugares con la verdadera Alison, enviando a su gemela al hospital mental y apoderándose de su vida. – ¿Déjenme hipnotizarlas otra vez en honor a los viejos tiempos? – preguntó, mostrándoles esa encantadora sonrisa de súplicas. Sabía que dirían que sí.
            Y lo hicieron. Ali trató de contener su emoción mientras ellas cerraron sus ojos. Contó disminuyendo desde cien, paseándose por el pequeño dormitorio, escuchando los sonidos en el primer piso. Desconocido por las otras cuatro, un chico se había metido a la casa solo momentos atrás. Ahora mismo, él estaba poniendo líquido, cerrando puertas, y colocando tablas contra las ventanas. Todo era parte del plan.
            Ali siguió contando, usando una voz de arrullo y sosiego. Las chicas se quedaron quietas. Cuando Ali casi estaba en el uno, salió de la habitación, cerró la puerta desde afuera, y metió una carta bajo la apertura. Luego se fue de puntillas por las escaleras y rebuscó en sus bolsillos. Sus dedos se enroscaron alrededor de su caja de fósforos. Sacó un fósforo, luego lo dejó caer al piso.
            Whoosh. Cada pared, cada viga expuesta, y cada antiguo juego de mesa, libro de aves de la Sociedad Audubon, y tienda de campaña de nylon se prendió en llamas. El aire se puso picante con el vapor de la gasolina, y el humo era tan denso que era difícil ver desde una orilla de una habitación hasta la otra. Alison escuchó los gemidos en pánico de las chicas salir de la casa. Correcto, perras, pensó alegremente. Griten y lloren todo lo que quieran, no va a ayudar.
            Pero dios, el humo apestaba. Ali se puso su remera sobre su nariz y se apresuró a través del primer piso. Miró por todos lados por el chico de sus sueños, la única persona en la que confiaba, pero él ya debería haber estado camino a su punto de encuentro. Rápidamente, revisó su trabajo en las ventanas. Él había puesto tablas ajustadamente en casi todos lados, dejando poca oportunidad para que las otras escapen, pero ella tomó el martillo que él había dejado en el asiento de la ventana y le dio un extra golpe a una de las tablas, solo para asegurarse.
            Luego se detuvo y ladeó su cabeza. ¿Fue eso…un golpe? ¿Una voz? Miró al techo. Sonaba como si hubiera pasos bajando por unas escaleras—pero ¿Cuáles escaleras? Miró al recibidor. Nadie. Aun no conocía el plano de esta dispersa y vieja casa muy bien, ya que sus padres la habían comprado justo antes de que Courtney hiciera el cambio y la enviara lejos.
            Entonces algo le llamó la atención, y se dio vuelta. A través del humo gris y nuboso, cinco figuras se apresuraron hacia la puerta de la cocina y hacia afuera para estar a salvo. La mandíbula de Ali se abrió. Rabia similar a lava burbujeó en su estómago.
            La última chica se detuvo y miró a través de la niebla. Sus ojos azules se abrieron. Su cabello pelirrojo era una nube de frizz alrededor de su cara. Emily Fields. Emily se apresuró, su cara una mezcla de rabia e incredulidad, y tomó a Ali  por los hombros. - ¿Cómo pudiste hacer esto? – demandó.
            Ali se alejó del agarre de Emily. – Ya les dije. Ustedes perras arruinaron mi vida.
            Emily se veía como si acabara de ser golpeada. – Pero… te amé.
            Ali se echó a reír. – Eres una gran perdedora, Emily.
            Emily miró a otro lado, como si no creyera que Ali pudiera decir tal cosa. Ali quería sacudirla. ¿En serio? Consideró decir. Ni siquiera te conozco. Consíguete una jodida vida.
            Pero luego se escuchó un gran boom, la presión las separó. Los pies de Ali se elevaron, y segundos después cayó sobre su mejilla con tanta fuerza, que casi se mordió completamente a través de su lengua.
            Cuando volvió a abrir sus ojos, las flamas estaban revoloteando alrededor de ella aún más hambrientamente que antes. Se levantó sobre sus manos y rodillas y gateó hacia la puerta de la cocina, pero Emily había llegado allí antes. Ella tenía una mano en la manija. La otra mano sostenía una tabla de madera, suficientemente grande para tapar la puerta desde afuera, dejando a Ali adentro.
            Ali de repente se tuvo la misma sensación titubeante y atrapada que había sentido al comienzo de sexto grado, cuando su gemela estaba en casa por el fin de semana. Su madre había subido, arrastrado a Ali desde su dormitorio, y le dijo Sal del cuarto de tu hermana, Courtney. Es hora de irse.
            Ahora Emily encontró la mirada de Ali. Miró la tabla en su mano como si no supiera cómo había llegado allí. Lágrimas bajaron por sus mejillas. Pero en vez de cerrar con fuerza la puerta, en vez de colocar la tabla diagonalmente a través del exterior de la puerta para que Ali no pudiera escapar, como Ali pensó que haría, Emily lanzó la tabla al pórtico. Cayó fuera de vista con un pesado golpe. Luego de una mirada ambigua hacia Ali más, se fue.


            Dejando la puerta completamente abierta para ella.
            Ali cojeó hacia la puerta, pero a la vez que llegó al umbral, hubo otro estruendoso boom. Lo que se sintió como dos calientes y pesadas manos la empujaron desde atrás, y se fue volando otra vez. Un horrible hedor a piel y cabello quemados pasó por sus fosas nasales. Su pierna explotó de dolor. Su piel chisporroteaba. Podía oírse a sí misma gritando, pero no podía parar. Pero entonces, de repente, fue como si alguien apretara un botón: el dolor simplemente…desapareció. Flotó por fuera de su cuerpo, arriba, arriba, arriba, sobre el infierno y hacia los árboles.
            Podía verlo todo. El auto estacionado. Techos de casas cercanas. Y bajo un gran árbol en el jardín delantero, esas estúpidas perras. Spencer gemía. Aria se doblaba de tos. Hanna se tocaba su cabello como si estuviera en llamas. Melissa era un bulto sobre el piso. Y Emily miraba preocupadamente hacia la puerta por la cual todas habían escapado, con una expresión de preocupación, antes de cubrir sus ojos con sus manos.
            Luego otra figura salió de las profundidades del bosque. La mirada de Ali se movió hacia él, y su corazón dio un salto. Él corrió directo hacia donde ella había caído y se puso de rodillas junto a su cuerpo. – Ali, - dijo él de repente tan cerca de su oído. – Ali. Despierta. Tienes que despertar.
            La atadura invisible que la extendía hacia el cielo se ajustó, e inmediatamente estaba de vuelta en su cuerpo. El dolor volvió inmediatamente. Su piel chamuscada palpitaba. Su pierna palpitaba con sus latidos. Pero no importa cuánto gritara, no podía hacer un sonido.
            - Por favor, - él rogaba, sacudiéndola con más ganas. – Por favor abre tus ojos.
            Trató lo más que pudo, queriendo ver al chico a quien había amado por tanto tiempo. Quería decir su nombre, pero su cabeza se sentía muy nublada, su garganta muy arruinada. Se las arregló para soltar un quejido.
            - Vas a estar bien, - él dijo enfáticamente, como si estuviera tratando de convencerse a sí mismo. – Solo tenemos que… - Luego dio un respingo. Sonaron sirenas por la colina. ­– Mierda, - susurró.
            Ali se las arregló para abrir sus ojos al sonido. – Mierda, - hizo eco débilmente. Esto no era como se suponía que fueran las cosas. Se suponía que para entonces estarían muy, muy lejos.
            El tiró su brazo. – Tenemos que salir de aquí. ¿Puedes caminar?
            - No. – Tomó toda la fuerza de Ali para susurrar. Tenía tanto dolor, tenía miedo de vomitar.
            - Tienes que hacerlo. – Él trató de levantarla, pero ella solo se acurrucó. – No es muy lejos.
            Ali miró sus inútiles piernas. Incluso mover un dedo del pie dolía. - ¡No puedo!
            Sus ojos se encontraron con los de ella. – Todo está en su lugar. Solo tienes que dar un par de pasos.
            Las sirenas se acercaron. La cabeza de Ali se ladeó hacia el pasto. Soltando un gemido de frustración, él la levantó sobre su hombro, al estilo bombero, y la llevó por el bosque. Ellos saltaron y empujaron. Las ramas raspaban la cara de Ali. Las hojas revoloteaban contra sus chamuscados brazos.
            Con toda la fuerza que le quedaba, se dio vuelta  y miró a través de los árboles. Esas perras aún estaban apiñadas, las luces de las ambulancias se reflejaban en sus facciones. No parecía como que ellas necesitaran atención médica para nada. Ellas no tenían huesos rotos. Ellas no habían soportado quemaduras. Pero ellas eran las que se suponía que debían sufrir. No ella.
            Soltó un aullido de furia. No era justo.
            El chico que había amado por siempre siguió su mirada, luego le tocó el hombro. – Las atraparemos, - gruñó en su oído mientras la llevaba hacia el lugar seguro. – Lo prometo. Las haremos pagar.
            Ali sabía que él decía en serio cada palabra. Y justo entonces se hizo una promesa a si misma también: Juntos, iban a acabar con Spencer, Aria, Hanna, y Emily si eso era lo último que hicieran. No importaba a quién se llevaban abajo. No importaba a quién tenían que matar para hacerlo.
            Esta vez, iban a hacerlo bien.





5 comentarios:

  1. Así que finalmente Ali está viva... Sobre el compañero yo tengo dos candidatos:
    1-Mike.
    2-Noel, lo que implicaría que todo lo que pasó fue un plan armado por los dos para que no sospechen de él.
    ¡Gracias por traducir!

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    Respuestas
    1. Muy buenas ideas :O ya veremos si adivinaste bien cuando terminemos este libro
      Saludos! :)

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  2. Yo creo que es Nick, el novio que tenía Courtney y cuando la encontró besándose con Ian, le cojio mucho rencor y por eso se alió a Ali, a parte de que el ya sabía que eran gemelas.

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  3. yo todavia creo que es Wilden habia muchas cosas sospechosas en el siempre

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