jueves, 3 de abril de 2014

Ali's Pretty Little Lies - Capítulo 22: La hijita de papi

Traducido por: Daniela
Corregido por: Brayan

            La tarde del jueves, Ali y Aria estaban en los pasillos de Sparrow, una polvorienta tienda de discos en el corazón del distrito comercial de Hollis. Por los altavoces sonaba Cut Copy, y un par de chicos universitarios de apariencia sucia estaba de pie en las cajas registradoras moviéndose al ritmo de la música con los ojos cerrados. Sparrow era una de las únicas tiendas que quedaban en el área de Philadelphia que vendía discos de verdad. A pesar de que la familia de Ali no tenía un tocadiscos, era divertido hojear las repisas, mirando las portadas.
            - Estoy muy emocionada por esta fiesta, - Aria dijo mientras revisaba rápidamente los discos de música dance. – Fue lindo de tu parte darla, Ali.
            - Estoy ansiosa por la fiesta, - Ali dijo calmadamente. Luego miró abajo a su teléfono sonando. Por una vez, no era una llamada de un número anónimo, sino que un mensaje de Spencer. Tomé el examen final de historia hoy, decía. ¿Quieres las claves de las respuestas?
            Está bien, Ali respondió, sintiendo satisfacción. Este era el tercer mensaje de negocios que recibía de Spencer hoy, todo para evitar que Ali diga algo a Melissa. En el primero, Spencer había dicho que Ali podía quedarse con su cartera Burberry en vez de simplemente pedirla prestada. En el segundo, dijo que estaba haciendo su mayor esfuerzo para tener el granero para la pijamada. Ali probablemente podía pedir la luna ahora mismo y Spencer ofrecería bajarla con un lazo. Se sentía bien tener a Spencer de vuelta en su control. – Quizás debería ser DJ, - Aria murmuró, sus brazaletes colgantes chocaron entre sí mientras levantó un gran par de audífonos plásticos y los puso sobre sus oídos. - ¿Me veo genial? Quizás a un chico universitario le guste.
            - Te ves como una controladora de tráfico aéreo, - Ali dijo, sacándoselos. – Los audífonos grandes arruinan tu cabello.
            Aria hizo un puchero, luego se encogió de hombros y puso los audífonos de vuelta en la repisa. Levantó un viejo disco de Rolling Stones. – Deberías comprarle este a Noel. Le gusta mucho el rock clásico.
            Ali parpadeó. - ¿Por qué se lo compraría a Noel?
            Aria parecía sorprendida. - ¿Porque sales con él?
            Ali miró enfáticamente una mota de polvo en el rincón; era el tipo de tiendas que probablemente nunca había visto una Swiffer[1]. Casi había olvidado que le había dicho a Aria que a Noel le gustaba ella. Incluso le había dicho que habían salido en dos citas, a pesar de que no era así. – Cierto, - dijo sin interés. – Pero debes estar muy dolida sobre Noel, ¿ah?
            Aria se dirigió a la sala de discos raros, la cual tenía un par de cabinas de audio en la parte de atrás y acuosas lámparas de lava de colores neón sobre mesas en los rincones. – No lo sé, - murmuró. – Hoy recibí unas noticias que alivianan la carga un poco.
           
            Ali la miró. - ¿Qué tipo de noticias? – Se preocupó, de repente, de que hubiera una excusa inocente por lo que había pasado entre el Sr. Montgomery y esa chica. De que la familia de Aria estuviera bien—que solo fuera su familia la que era un desastre.
            Aria tomo un álbum de Fleet Foxes, luego lo bajó otra vez. – Mi papá recibió una oferta para enseñar en la Universidad de Islandia el próximo año. Puede que vayamos todos.
            Ali parpadeó. - ¿Islandia? Pensé que solo los pingüinos vivían allí.
            - Esa es Groenlandia, - Aria dijo sabiondamente. – Islandia es abundante y bella. Miramos fotos de ahí en internet anoche, y se ve genial—está lleno de volcanes y glaciares y tiene un snowboard impresionante. También hay una gran escena musical allí, y aparentemente todos los chicos son altos y bellos.
            Ali la miró. Solo imaginándose la familia de Aria alegremente sentada alrededor de un computador la mareó. La última reunión de la familia DiLaurentis fue cuando sus padres le dijeron que su hermana venía a casa, y mira lo bien que eso había salido. - ¿No es Islandia el lugar que, como que, se queda iluminado todo el tiempo en verano y oscuro en invierno? ¡Eso apestaría!
            Aria se encogió de hombros. – Supongo que te acostumbras.
            - ¿Y si no hablan inglés allí?
            - Lo hablan. Revisamos. Todos hablan inglés perfecto. Y la tasa de alfabetización es del cien por ciento.
            Ali aspiró, no convencida. - ¿Y si te hacen aprender a cantar yodel?
            - Creo que esa es Suecia, - Aria dijo. – O Noruega.
            - Suena como una idea terrible, - Ali decidió. - ¿No leíste la Teen Vogue del mes pasado? Hicieron una lista de los lugares más geniales para vivir, e Islandia no estaba en ella.
            Aria ladeó su cabeza. – ¡Estás celosa! Puedes venir de visita. Me encantaría.
            - ¡No estoy celosa! – Ali dijo bruscamente.
            Pero quizás estaba algo celosa. Además, Aria ni siquiera parecía que le importara dejar Rosewood, dejarla a ella. De hecho, parecía que quería irse de aquí, como si sus amigas no valieran nada para ella. Aria ni siquiera había dicho aún cuánto iba a extrañar a nadie. No había mencionado lo triste que estaría de irse.
            El sentimiento hizo que a Ali le de calor y tenga picazón, como si acabara de ser mordida por hormigas. Repentinamente, se le ocurrió una idea. Fue cerca de esa hora cuando hizo su descubrimiento en el callejón. Quizás había algo que descubrir allí hoy también. De repente quería que Aria sufra tanto como ella.
            Miró a Aria. - ¿Dijiste que tu papá recibió esta oferta?
            - Sip. – Aria sonrió. – Van a hacerle la cabeza del departamento. Está pensando en hacer una investigación sobre trolls. ¿Loco, eh?
            Ali inspiró. – Tu papá no va a dejar Hollis.
            Aria entrecerró los ojos. - ¿Por qué no?
            Ali se balanceó de atrás a adelante en sus tacones. Buscó algún signo de conocimiento en la expresión de Aria, pero Aria solo la miraba con los ojos angostos. Encogiéndose de hombros, Ali se dio vuelta y comenzó a salir de la tienda. Aria la siguió cuando bajó por la acera. - ¿A dónde vas? – llamó. - ¿Estás enojada?
            - No estoy enojada, - Ali dijo frescamente. – Solo necesitaba algo de aire. Camina conmigo.
            - Lo siento, Ali. – Aria sonaba defensiva. – Pero pensé que estarías feliz. Es una oportunidad increíble para mi papá—para todos nosotros.
            - Ahá, - Ali dijo. – Estoy muy feliz por ti, Aria. Tu vida va a ser verdaderamente perfecta. – Eso es lo que crees, agregó en su mente.
            Pasaron un familiar Kinko’s, luego el lugar en la cuneta donde ella y Jason se habían estacionado hace unas semanas. Cuando Ali dobló por el callejón que daba al edificio de historia del arte, mirad, allí estaba el magullado Subaru en su sitio de aparcamiento recular solo-para-facultad. .
            Aria dio vuelta a la esquina tras ella. – Ali, ¿Por qué estamos…- Su voz se apagó, mirando el auto de su papá. - ¡Oh, mira! Dejémosle una nota a mi papá.
            Aria buscó en su bolso, quizás buscando un cuaderno y un lápiz, cuando algo en el auto le llamó la atención. Sus cejas se arrugaron cuando vio la cabeza de su papá levantarse sobre los asientos. Estaba a punto de llamar, pero luego la cabeza de la chica también apareció. Ali vio el momento exacto en que Aria se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo. Su cartera se cayó de su mano. Dio un gran paso atrás, tropezando con una rejilla de alcantarillado. Byron Montgomery se inclinó hacia la chica y la besó en la boca.
            - ¿Papá? – Aria dijo.
            Las siluetas en el auto se separaron. El Sr. Montgomery se dio vuelta y miró a Aria, el color se drenó de su cara. La chica, quien era rubia y linda y casi claramente una estudiante, miró a Aria sin inmutarse, un aire de sonrisa en sus labios.
            - ¡Aria! – El Sr. Montgomery dijo, abriendo su puerta.
            Aria dio otro paso atrás. Miro a Ali, sus ojos redondos. Su expresión transmitía toda clase de preguntas. ¿Viste eso? ¿Está ocurriendo realmente? Y quizás, solo quizás, ¿Sabías que estaban aquí? Y entonces, antes de que su padre pudiera alcanzarla, se dio la vuelta y corrió.




[1] Swiffer: Marca de productos de limpieza para suelos.




Capítulo 21 | Capítulo 23

2 comentarios:

Los comentarios pasan por moderación así que no aparecen de inmediato :) (Para evitar spam y/o spoilers)

Recuerda suscribirte a tu comentario para recibir una notificación cuando alguien responde :)