Traducido por: Daniela
Corregido por: Brayan
La
tarde del jueves, Ali y Aria estaban en los pasillos de Sparrow, una
polvorienta tienda de discos en el corazón del distrito comercial de Hollis.
Por los altavoces sonaba Cut Copy, y un par de chicos universitarios de
apariencia sucia estaba de pie en las cajas registradoras moviéndose al ritmo
de la música con los ojos cerrados. Sparrow era una de las únicas tiendas que
quedaban en el área de Philadelphia que vendía discos de verdad. A pesar de que
la familia de Ali no tenía un tocadiscos, era divertido hojear las repisas,
mirando las portadas.
-
Estoy muy emocionada por esta fiesta, - Aria dijo mientras revisaba rápidamente
los discos de música dance. – Fue lindo de tu parte darla, Ali.
-
Estoy ansiosa por la fiesta, - Ali dijo calmadamente. Luego miró abajo a su
teléfono sonando. Por una vez, no era una llamada de un número anónimo, sino
que un mensaje de Spencer. Tomé el examen final de historia hoy, decía.
¿Quieres las claves de las respuestas?
Está
bien, Ali respondió, sintiendo satisfacción. Este era el tercer mensaje de
negocios que recibía de Spencer hoy, todo para evitar que Ali diga algo a
Melissa. En el primero, Spencer había dicho que Ali podía quedarse con
su cartera Burberry en vez de simplemente pedirla prestada. En el segundo, dijo
que estaba haciendo su mayor esfuerzo para tener el granero para la pijamada.
Ali probablemente podía pedir la luna ahora mismo y Spencer ofrecería bajarla
con un lazo. Se sentía bien tener a Spencer de vuelta en su control. – Quizás
debería ser DJ, - Aria murmuró, sus brazaletes colgantes chocaron entre sí
mientras levantó un gran par de audífonos plásticos y los puso sobre sus oídos.
- ¿Me veo genial? Quizás a un chico universitario le guste.
-
Te ves como una controladora de tráfico aéreo, - Ali dijo, sacándoselos. – Los
audífonos grandes arruinan tu cabello.
Aria
hizo un puchero, luego se encogió de hombros y puso los audífonos de vuelta en
la repisa. Levantó un viejo disco de Rolling Stones. – Deberías comprarle este
a Noel. Le gusta mucho el rock clásico.
Ali
parpadeó. - ¿Por qué se lo compraría a Noel?
Aria
parecía sorprendida. - ¿Porque sales con él?
Ali
miró enfáticamente una mota de polvo en el rincón; era el tipo de tiendas que
probablemente nunca había visto una Swiffer[1]. Casi había olvidado que le
había dicho a Aria que a Noel le gustaba ella. Incluso le había dicho que
habían salido en dos citas, a pesar de que no era así. – Cierto, - dijo sin
interés. – Pero debes estar muy dolida sobre Noel, ¿ah?
Aria
se dirigió a la sala de discos raros, la cual tenía un par de cabinas de audio
en la parte de atrás y acuosas lámparas de lava de colores neón sobre mesas en
los rincones. – No lo sé, - murmuró. – Hoy recibí unas noticias que alivianan
la carga un poco.
Ali
la miró. - ¿Qué tipo de noticias? – Se preocupó, de repente, de que hubiera una
excusa inocente por lo que había pasado entre el Sr. Montgomery y esa chica. De
que la familia de Aria estuviera bien—que solo fuera su familia la que
era un desastre.
Aria
tomo un álbum de Fleet Foxes, luego lo bajó otra vez. – Mi papá recibió una
oferta para enseñar en la Universidad de Islandia el próximo año. Puede que
vayamos todos.
Ali
parpadeó. - ¿Islandia? Pensé que solo los pingüinos vivían allí.
-
Esa es Groenlandia, - Aria dijo sabiondamente. – Islandia es abundante y bella.
Miramos fotos de ahí en internet anoche, y se ve genial—está lleno de volcanes
y glaciares y tiene un snowboard impresionante. También hay una gran escena
musical allí, y aparentemente todos los chicos son altos y bellos.
Ali
la miró. Solo imaginándose la familia de Aria alegremente sentada alrededor de
un computador la mareó. La última reunión de la familia DiLaurentis fue cuando
sus padres le dijeron que su hermana venía a casa, y mira lo bien que eso
había salido. - ¿No es Islandia el lugar que, como que, se queda iluminado todo
el tiempo en verano y oscuro en invierno? ¡Eso apestaría!
Aria
se encogió de hombros. – Supongo que te acostumbras.
-
¿Y si no hablan inglés allí?
-
Lo hablan. Revisamos. Todos hablan inglés perfecto. Y la tasa de alfabetización
es del cien por ciento.
Ali
aspiró, no convencida. - ¿Y si te hacen aprender a cantar yodel?
-
Creo que esa es Suecia, - Aria dijo. – O Noruega.
-
Suena como una idea terrible, - Ali decidió. - ¿No leíste la Teen Vogue
del mes pasado? Hicieron una lista de los lugares más geniales para vivir, e
Islandia no estaba en ella.
Aria
ladeó su cabeza. – ¡Estás celosa! Puedes venir de visita. Me encantaría.
-
¡No estoy celosa! – Ali dijo bruscamente.
Pero
quizás estaba algo celosa. Además, Aria ni siquiera parecía que le
importara dejar Rosewood, dejarla a ella. De hecho, parecía que quería
irse de aquí, como si sus amigas no valieran nada para ella. Aria ni siquiera
había dicho aún cuánto iba a extrañar a nadie. No había mencionado lo triste
que estaría de irse.
El
sentimiento hizo que a Ali le de calor y tenga picazón, como si acabara de ser
mordida por hormigas. Repentinamente, se le ocurrió una idea. Fue cerca de esa
hora cuando hizo su descubrimiento en el callejón. Quizás había algo que
descubrir allí hoy también. De repente quería que Aria sufra tanto como ella.
Miró
a Aria. - ¿Dijiste que tu papá recibió esta oferta?
-
Sip. – Aria sonrió. – Van a hacerle la cabeza del departamento. Está pensando
en hacer una investigación sobre trolls. ¿Loco, eh?
Ali
inspiró. – Tu papá no va a dejar Hollis.
Aria
entrecerró los ojos. - ¿Por qué no?
Ali
se balanceó de atrás a adelante en sus tacones. Buscó algún signo de
conocimiento en la expresión de Aria, pero Aria solo la miraba con los ojos
angostos. Encogiéndose de hombros, Ali se dio vuelta y comenzó a salir de la
tienda. Aria la siguió cuando bajó por la acera. - ¿A dónde vas? – llamó. -
¿Estás enojada?
-
No estoy enojada, - Ali dijo frescamente. – Solo necesitaba algo de aire.
Camina conmigo.
-
Lo siento, Ali. – Aria sonaba defensiva. – Pero pensé que estarías feliz. Es
una oportunidad increíble para mi papá—para todos nosotros.
-
Ahá, - Ali dijo. – Estoy muy feliz por ti, Aria. Tu vida va a ser
verdaderamente perfecta. – Eso es lo que crees, agregó en su mente.
Pasaron
un familiar Kinko’s, luego el lugar en la cuneta donde ella y Jason se habían
estacionado hace unas semanas. Cuando Ali dobló por el callejón que daba al
edificio de historia del arte, mirad, allí estaba el magullado Subaru en su
sitio de aparcamiento recular solo-para-facultad. Sí.
Aria
dio vuelta a la esquina tras ella. – Ali, ¿Por qué estamos…- Su voz se apagó,
mirando el auto de su papá. - ¡Oh, mira! Dejémosle una nota a mi papá.
Aria
buscó en su bolso, quizás buscando un cuaderno y un lápiz, cuando algo en el
auto le llamó la atención. Sus cejas se arrugaron cuando vio la cabeza de su
papá levantarse sobre los asientos. Estaba a punto de llamar, pero luego la
cabeza de la chica también apareció. Ali vio el momento exacto en que Aria se
dio cuenta de lo que estaba ocurriendo. Su cartera se cayó de su mano. Dio un
gran paso atrás, tropezando con una rejilla de alcantarillado. Byron Montgomery
se inclinó hacia la chica y la besó en la boca.
-
¿Papá? – Aria dijo.
Las
siluetas en el auto se separaron. El Sr. Montgomery se dio vuelta y miró a
Aria, el color se drenó de su cara. La chica, quien era rubia y linda y casi
claramente una estudiante, miró a Aria sin inmutarse, un aire de sonrisa en sus
labios.
-
¡Aria! – El Sr. Montgomery dijo, abriendo su puerta.
Aria
dio otro paso atrás. Miro a Ali, sus ojos redondos. Su expresión transmitía
toda clase de preguntas. ¿Viste eso? ¿Está ocurriendo realmente? Y
quizás, solo quizás, ¿Sabías que estaban aquí? Y entonces, antes de que
su padre pudiera alcanzarla, se dio la vuelta y corrió.
[1] Swiffer: Marca de
productos de limpieza para suelos.
Capítulo 21 | Capítulo 23
gracias por el capítulo! tus traducciones son lo mejor
ResponderBorrarpor nada :)
BorrarSaludos