Traducido por: Daniela
Corregido por: Brayan.
- ¿Entonces no has oído nada de
Noel? – Hanna dijo al teléfono prepago mientras caminaba por la entrada trasera
del Bill Beach—todos los sitios de aparcamiento enfrente estaban llenos otra
vez. La entrada bordeaba una de las salas comunitarias. El lugar olía a café
agrio. Había un juego de béisbol en la TV en el recibidor, y muchos miembros de
familia de visita estaban reunidos ahí usando jerseys de los Phillies.
- Nop, - Mike dijo al otro extremo. –
Aunque Aria también me preguntó por él. ¿Qué ocurrió entre ellos anoche?
- No importa, - Hanna dijo nerviosa. – Solo
una pelea estúpida.
- ¿En serio? – Mike se aclaró la garganta.
– Hanna, todas esas preguntas que hiciste sobre Noel y esa bomba—
- No puedo hablar ahora, - Hanna
interrumpió. Mike se enteraría pronto, después de todo. No quería que sepa nada
antes de tiempo. Iba a romperle el corazón a Mike el que su mejor amigo haya
tratado de asesinar a su hermana y a su novia.
Hanna aún no podía creer con lo que se
habían encontrado anoche en el cementerio. Tampoco podía creer que Spencer
tuviera las agallas para golpearlo con ese cetro. ¿Y había herido a Noel? Él se
había escapado, pero su correr había sido a tropezones y extraño.
El momento más preocupante de todos, sin
embargo, fue la sensación que tuvo Hanna después de que Noel se escapó. A pesar
de que el cementerio parecía desierto, no pudo quitarse la sensación de que
había alguien más con ellas. Pero no se lo había mencionado a sus amigas—y
ninguna de ellas le dijo nada a ella. Probablemente estaba todo en su mente.
Abrió la puerta hacia la sala del personal
femenino—la cual, extrañamente, estaba vacía. Usualmente había un par de
enfermeras pasando el rato allí, mirando telenovelas – Mi turno empieza pronto,
así que mejor me voy.
- ¿Entonces por cuánto vas a trabajar allí?
– Mike preguntó.
- De hecho, creo que hoy será mi último
día. – Hanna tomó su bata de su casillero y comenzó a desbotonar sus jeans. Su
investigación con Graham estaba hecha. – Te llamo más tarde.
Presionó FINALIZAR. Su teléfono sonó otra
vez medio segundo después. Era el número de su papá. Cuando contestó, su padre
sonaba furioso.
- Hanna, alguien llamada Agente Fuji
apareció en casa esta mañana con un equipo y una orden de allanamiento para tu
dormitorio, - dijo. – Pude hacer que mis abogados los echen, pero volverán.
¿Qué diablos sucede? ¿En qué estás metida?
Hanna se congeló. ¿Una orden de
allanamiento? Spencer había estado en lo cierto: Fuji iba a ir a cada una
de ellas sistemáticamente, tratando de encontrar esa pintura. Al menos no había
escogido a Aria como su próxima víctima.
- N-no tengo idea, - mintió. - ¿Qué estaba
buscando la agente?
- No lo dijo. – La voz del Sr. Marin se oía
fatigada. - ¿Son drogas? Habían rumores de que tenías un pacto suicida— ¿Era un
arma? No puedo creer que no haya aparecido aún una van de noticiero. Lo último
que necesito es un vehículo del FBI en la casa y un montón de agentes allanando
el lugar y conmigo sin saber que decir.
Los ojos de Hanna se llenaron de lágrimas.
No podía ser que pillaran a su padre en esto. – Lo que sea que esté buscando,
no lo encontrará en mi habitación, - Hanna dijo. – Siento que hayas tenido que
pasar por eso… pero solo fue un enredo. Estaré en casa pronto, ¿está bien?
Colgó el teléfono y respiró hondo. Si su
padre había echado a la Agente Fuji, ella trataría en la casa de alguien más.
Como la de Aria, quizás. ¿Y luego qué?
No había modo de que pudiera continuar su
turno ahora. Bajó por el pasillo y se dirigió hacia el recibidor, lista para
decirle a Sean que recuperaría el día en otra ocasión. Estaba lleno con gente,
toneladas de voces gritando a la vez. El Sr. Ackard les estaba hablando a dos
hombres de apariencia de oficiales junto al mesón frontal. Un oficial de
policía hablaba hacia un walkie-talkie. Un hombre con una cámara de noticiario
entró, seguido por un reportero vestido de traje. En el rincón, otro reportero
entrevistaba a Sean, cuya cara estaba llena de preocupación.
El estómago de Hanna se revolvió. ¿Era por
Graham?
Kelly estaba de pie al borde del grupo, con
su mano en su boca. Hanna le tocó la manga.
- ¿Qué ocurre?
La enfermera la miró boquiabierta con los
ojos bien grandes. Abrió la boca para hablar, pero no salieron sonidos.
Hanna miró por uno de los pasillos donde
estaban los pacientes. - ¿Puedo ir atrás y hablar con Kyla? – Quizás ella
podría explicarle lo que ocurría.
Una enfermera de pie junto a Kelly abrió
los ojos. – Cariño, haz fila.
Hanna parpadeó con fuerza. -¿L-le pasó
algo a Kyla?
La boca de Kelly se abrió de golpe. –
Pensamos que sabías, - dijo susurrando. – Cariño, Kyla está muerta.
- ¿Qué? – Hanna retrocedió lejos de
ellas y chocó con alguien. Cuando se dio vuelta, era Sean. - ¿Qué sucede? –
demandó temblorosa.
Los ojos de Sean iban de un lado a otro.
Luego se acercó. – Alguien encontró un cuerpo en una zanja tras la facilidad
esta mañana. Era una chica usando un brazalete de hospital de esta clínica. Su
nombre era Kyla Kennedy.
Hanna presionó su mano sobre su boca. – No.
– Su cara se ardía y lloraba.
Colapsó en los brazos de Sean, y él
acarició su hombro. – Parece que fue asesinada unos días atrás y arrojado allí,
- Sean dijo apenadamente.
Hanna se enderezó de golpe. – Espera. Eso
no es posible. Vi a Kyla anoche. Estaba en la cama en el pasillo, cerca de la
habitación de Graham.
Una mirada de incomodidad apareció en la
cara de Sean. – Ese es el punto, Hanna. No creo que esa fuera Kyla. Fue…alguien
más. Este es un terrible error—una enorme pesadilla legal y de publicidad.
- ¿Qué? – Se sentía como si la
materia de su cerebro estuviera filtrándose por sus oídos. - ¿A qué te
refieres?
- Los policías están seguros de que la verdadera
Kyla, nuestra paciente, murió varios días atrás por lo menos. Pero las
enfermeras—y tú, obviamente—recuerdan a alguien en la cama de Kyla luego
de eso.
- Pero… ¡yo hablé con ella! – Hanna
inspiró. - ¡Nos unimos!
Sean se veía como si fuera a enfermarse. –
Anoche, las enfermeras descubrieron que Kyla se había ido. Cuando el cuerpo
apareció, pensamos que era eso, pero la información forense es sólida. La
teoría ahora mismo es que quien sea que estaba en esa cama asesinó a la
verdadera Kyla y se puso vendas en la cara para entrar a la clínica de
quemaduras por algún motivo. Y entonces, por algún otro motivo,
simplemente…se fue.
- ¡Eso no tiene sentido! – Hanna gimió. -
¿Por qué alguien haría eso?
- No lo sé, - Sean dijo silenciosamente.
Se veían flashes por la habitación. Un
grupo de enfermeras estaba en el rincón, llorando. Un hombre con una chaqueta
que decía FORENSE comenzó a acordonar parte de la sala. Hanna se apoyó en la
mesa y trató de recobrar el aliento. Cuando se movió, algo puntiagudo le tocó
el costado. Era algo metido en el bolsillo de su remera. Hanna frunció el ceño
y sacó un trozo de papel cuidadosamente doblado. No recordaba haber dejado nada
en su bata la última vez que la uso.
Desdobló el papel y vio pequeñas y redondas
letras. Conocidas redondas letras, de hecho. Su estómago comenzó a borbotear.
Esta se veía como la letra de Ali.
Querida Hanna, iniciaba. Puedo
explicarlo todo, especialmente por qué hice lo que hice. Pero creo que sé qué
es lo que buscas, y quiero ayudarte. La respuesta que quieres está en el galpón
de depósito de Rosewood Day. Te dará la prueba que necesitas y acabará con
todo. Ve allí AHORA…antes de que sea muy tarde.
Su cara debe haber estado pálida, porque
Sean le tocó la muñeca. - ¿Qué es eso?
Hanna se llevó la nota al pecho. – Nada, -
dijo. Y luego se dio vuelta y salió corriendo del edificio.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Los comentarios pasan por moderación así que no aparecen de inmediato :) (Para evitar spam y/o spoilers)
Recuerda suscribirte a tu comentario para recibir una notificación cuando alguien responde :)