Traducido por: Guadalupe
Corregido por: Daniela
- ¡Pero suave! ¿Qué es esa
luz a través de la ventana? - Dijo Aria dramáticamente, agarrándose el
pecho.
- Es el este, y Julieta es
el sol. - Spencer continuó, y luego se desplomó en el banco fuera de la Compañía
de Luz y Teatro del Pueblo, a pocas millas de Rosewood, donde algunos de la
clase habían venido a una excursión para ver la famosa obra. - Eso es tan romántico.
- Sí, pero no hay que olvidar que mueren al final. - Ali bromeó,
pateando una chuleta en la hierba. - Ni siquiera llegan a disfrutar de estar
enamorados. ¡Patético!
- Sí, pero la muerte es el gesto más romántico de todos, ¿no te
parece? -Preguntó Aria, con los ojos brillantes. - Quiero decir, si estás
dispuesta a morir por alguien, eso
significa que realmente lo amas.
- Gracias, pero preferiría vivir y disfrutar de estar enamorada.
- Dijo Ali.
Y ella se sentía
enamorada en estos días. Ella y Nick habían estado enviándose mensajes de texto
sin parar durante dos semanas. No habían salido todavía, pero su primera cita
era el día siguiente, y no podía esperar. También habían pasado dos semanas
desde que su hermana había hecho esa amenaza, y nada había sabido de ella.
Todavía. Aunque Ali tenía sueños tumultuosos de su hermana de alguna manera
probando lo que había hecho, no había habido ninguna intervención de sus padres
o revelaciones aterradoras. Su hermana no había aparecido en su puerta o en la
habitación de Ali en la noche, obligando a que Ali saliera de su cama y volver
a intercambiar lugares. Los padres de familia DiLaurentis la habían llamado los
dos domingos, Ali escuchando a hurtadillas la conversación.
"Courtney" hablaba de su novio, Tripp. Sus clases. De cómo Iris, su
compañera de cuarto, se había ido, pero no le habían asignado a alguien nuevo
todavía. Nada acerca de Ali. Nada remotamente loco en absoluto.
Lo que hacía que Ali estuviera aún más nerviosa.
Pero dos semanas no habían cambiado la situación con sus amigas.
Emily seguía guardando secretos. Hanna seguía socializando con Josie. Spencer
todavía parecía desconfiar de Ali, y Aria se había cerrado por completo. Cada
observación desafiante de las amigas de Ali se sentía como una prueba que tenía
que pasar—sobre todo si
su hermana estaba observando,
juzgando, recopilando información para demostrar que ella no era quien decía
que era. Ella no iba a la Reserva.
Ella no iba a despedirse. Ella
moriría primero.
Aria tomó su bolso. - Tengo que ir al baño.
- Yo también. - Dijo Emily, mirando con disculpa a Ali antes de
pararse, como si tuviese que pedir permiso. Ali se limitó a rodar los ojos y no
le hizo caso.
Junto a ella, la mirada de Spencer estaba en el campo. Cerca de
una mesa de picnic llena de acompañantes de los profesores estaban un grupo de
chicos mayores, incluyendo Jason, Darren Wilden, Melissa Hastings, y Violet
Keyes, quien había estado detrás de Jason por años. Ian Thomas estaba allí
también. Los ojos de Spencer se iluminaron cuando lo vio.
Ella dio un salto. - Tengo una pregunta para la señora Delancey.
- Dijo ella, señalando con la cabeza a una de las profesoras de inglés.
Ali y Hanna, las únicas dos que quedaban, observaron la coleta
de Spencer rebotar contra su espalda mientras corría hacia la mesa de picnic.
Ella le hizo la pregunta a la Sra. Delancey, pero seguía mirando furtivamente a
Ian por el rabillo del ojo.
Ali hizo un ruido de disgusto en la parte posterior de su
garganta, y Hanna levantó la vista de su sándwich. - ¿Qué pasa?
- Ella sólo está allí para estar más cerca de los chicos
mayores.
- Podemos ir, también. -Hanna sugirió.
- No. - Ali cruzó los brazos sobre el pecho. - Estoy enojada con
Spencer.
- ¿Lo estás? -Hanna parecía preocupada.- ¿Por qué?
Ali golpeó sus uñas contra el banco. Por la misma razón que
estoy enojada contigo, quería decir. Pero en vez de eso, suspiró. -
Aburrida y larga historia.
Hanna se quedó en silencio. Ali miró hacia los autobuses
escolares amarillos estacionados, que interrumpían los campos y granjas del
Condado de Chester. Pero su fealdad le sentaba el estado de ánimo, ya que la
desobediencia de sus amigas había despertado todos sus sentimientos revueltos,
una vez más. ¿Y si ella estaba empezando
a hacer mal su trabajo? ¿Y si su hermana encontraba
una manera de volver y tomar su vida de nuevo? Si Ali iba a la Reserva, nunca
iba a tener la oportunidad de ver estos campos de nuevo. Y ella ni siquiera los
había apreciado.
A veces, en sus momentos más oscuros, imaginaba que sus padres
se daban cuenta de lo que había hecho y la dejaban al lado de la carretera en
algún lugar, hasta que se pudra. La odiarían odian para siempre. Tal vez
incluso la meterían a la cárcel.
Ella sintió una lágrima en su mejilla. Cuando levantó la vista,
Hanna estaba mirándola. - ¿Ali? - Dijo. - ¿Qué ocurre? ¿Estás bien?
La garganta de Ali se balanceó mientras tragaba saliva. Por un fugaz
segundo, consideró decirle todo a Hanna, con su pelo marrón-caca, frenillos, y
seria expresión de anhelo. Pero en lugar de eso sólo se encogió de hombros. -
Olvídalo.
Una risa sonó desde el otro lado de los jardines de picnic, y
Ali levantó la vista. Un grupo de chicos de último año estaba de pie sobre la
hierba, actuando una de las escenas de duelo de la obra. Ian esgrimía una
espada imaginaria. Eric Kahn, el hermano de noveno grado de Noel, se echó a
reír ruidosamente. Spencer se había ido.
De repente, desesperada por estar lejos de Hanna, quien había
presenciado una breve grieta en su armadura, Ali agarró su cámara Polaroid, se
levantó de la mesa y caminó hacia Ian y los demás antes de que Hanna pudiera
preguntar a dónde iba.
- Hey, I - Dijo Ali, dándole una socarrona sonrisa coqueta.
Ian hizo una pausa de su fingido-duelo y le devolvió la sonrisa.
- Hey. -Él apartó un mechón de pelo
rubio de su frente. - no sabía que ibas a venir a esto.
- He estado aquí todo el tiempo. - Dijo ella, inclinando sus
caderas.
Ian sonrió y se acercó un poco más a ella. - ¿Ah, sí?
- Sip. - Ali levantó la cámara, el nudo en su intestino
lentamente desplegándose. - ¿Puedo tomar una foto de nosotros dos?
- Claro. - Dijo Ian, y envolvió su brazo alrededor de los
hombros de Ali.
Ali sostuvo la cámara con
el brazo extendido y sacó una foto. La máquina zumbó y se quejó, luego escupió
una foto en blanco por la parte inferior. Poco a poco, la imagen apareció. La
cara de Ali se veía perfecta como de modelo. Y la forma en que Ian inclinaba la
cabeza hacia ella le hacía parecer su novio.
Ian examinó la foto, también. - Te ves hermosa. - dijo.
Un estremecimiento recorrió a Ali. - Tú también. - Respondió
ella. Cuando ella levantó la barbilla, se sorprendió al ver la cara de Ian allí
mismo, casi como si quisiera un beso. Pero ella
no quería a Ian—ese era el
asunto raro de Spencer. Lo cual le hizo pensar en su plan para conquistar a sus
amigas de nuevo. Y eso le dio una idea.
Ella se apartó y le dio a Ian una mirada larga. - Conozco a
alguien que gusta de ti.
Las cejas de Ian se dispararon.- ¿Quién?
- Spencer.
Ian parpadeó, tal vez pensando que Ali iba a decir que era
ella.- ¿Spencer Hastings? Él se rio.- Está bien.
- ¿La besarías?
Él la miró como si estuviera loca. - Eso parece un poco
peligroso.
Ali quería resoplar. Era increíble cómo Ian no se negó lisa y
llanamente, porque él tenía una novia. Ella bajó la barbilla e hizo ojos de
cachorrito. - ¿Por favor? A ella le encantaría,
Ian. Ella tiene una cosa contigo, profundamente.
Una sonrisa complacida apareció en el rostro de Ian. Él fingió pensar.
- ¿Qué tal esto? Si le doy un beso a Spencer, luego tendré un beso tuyo.
- Está bien. - Dijo Ali, encogiéndose de hombros. Un beso de Ian
Thomas no era la peor cosa en el mundo. Sin duda, sería algo para presumir a
Cassie y las otras. - Pero tienes que besar realmente a Spencer, ¿de acuerdo?
No sólo un pequeño beso en la mejilla. Bésala como si quisieras.
- Es un trato. - Dijo Ian, tendiéndole la mano. Cuando Ali la
estrechó, él dejó sus dedos toquen el interior de la palma de ella, y su
interior se estremeció un poco. Ian podría ser algo asqueroso, pero él era precioso.
Empezó a caminar hacia donde sus amigas estaban sentadas,
sintiéndose un millón de veces más optimista que antes. Una vez que Spencer
supiera que Ali hizo que Ian la besara con un chasquido de sus dedos, ella
estaría tan agradecida e impresionada que ella nunca desobedecería a Ali de
nuevo. Pero cuando pasó un viejo roble, oyó una risa extraña, aguda. Se detuvo
y miró a su alrededor, escuchando. Había alguien sentado en la parte superior
de una de las mesas de picnic, mirándola con los ojos entrecerrados.
Melissa. Y por la mirada en su cara, parecía que había oído cada
palabra que Ali e Ian habían dicho.
Capítulo 9 | Capítulo 11
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