jueves, 16 de enero de 2014

Ali's Pretty Little Lies - Capítulo 11: Bang, bang, estás enamorada

Traducido por: Guadalupe
Corregid por: Daniela

            Al día siguiente, Ali estaba frente al espejo de cuerpo entero en el cuarto de baño de Paint Ball y Laser Tag de Henry, un gran lugar indoor/outdoor para chicos en las afueras de Rosewood. Nick había querido que sea aquí su primera cita, y aunque Ali normalmente se resistía a la idea de paintball, estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para enganchar y mantener al chico que había despreciado a su gemela—incluso usar el feo traje azul de paintball. Alisó con las manos la tela holgada, luego ató un cinturón J. Crew rosado-neón alrededor de su cintura. Eso hizo que se viera un poco mejor.

            - ¿Ali? – Llamó una voz cuando ella salió del baño.

            El corazón de Ali dio un vuelco. Nick se apoyó en el stand de registro, se veía hermoso a pesar del hecho de que él también usaba el traje. Sus penetrantes ojos azules la miraban a ella y sólo a ella. Aparecieron margaritas en las esquinas de su sonrisa. Ella avanzó hacia él tan tranquilamente como pudo, resistiendo el impulso de chillar.

            - Hey -Dijo ella, sonriendo.

            Nick hizo un gesto a la zona de paintball, una pista de obstáculos de arbustos y baluartes, proporcionando lugares para esconderse. - ¿Estás lista?

            - Absolutamente. - Respondió Ali. Pero cuando Nick le pasó una pistola, ella se resistió. Era enorme.

            Nick se rio. - No es necesario que actúes como una chica a mí alrededor. Recuerdo que pateabas traseros el día de paintball en el campamento.

            Ali llevó el arma a su pecho y se enderezó. Nunca había jugado paintball en su vida, pero Nick no podía saberlo. Ella miró a los otros niños que jugaban en el campo, disparándose desde detrás de los arbustos para marcar a sus enemigos. Ella había hablado con suficientes chicos para saber que había dos equipos; el objetivo era capturar las banderas amarillas que colgaban de la cerca a través de la amplia extensión de césped. - ¿Qué tan difícil podía ser?

            - Vamos a ganar. - Dijo.

            Mientras corrían a través del campo, Nick se inclinó hacia ella. - Así que, ¿qué hay de nuevo en el mundo de Alison DiLaurentis?

            - No mucho. - Dijo Ali mientras se agacharon detrás de un arbusto. Ella no iba a decirle la verdad—como sobre su visita al hospital mental, por ejemplo. - ¿Y tú?

            Nick miró por encima del arbusto Un niño pasó rápido, pero él estaba en un traje azul como ellos. Globos de pintura explotaron hacia él desde todas las direcciones, y él tembló y se cubrió la cabeza. - Acabo de recibir un trabajo en un nuevo restaurante francés en el King James.

            - ¿Rive Gauche? - Preguntó Ali emocionada. - ¡Me encanta ese lugar! Ahora voy a tener que ir más a menudo.

            - Eso espero. - Los ojos de Nick brillaron. Luego la empujó juguetonamente. - Por supuesto que sabías sobre Rive Gauche. Probablemente eres el tipo de chica que le gusta ir de compras, ¿no?

            - Me gusta ir de compras. - Dijo Ali. - Pero no soy un tipo de chica.

            - ¿No? - Nick levantó una ceja. - En el campamento lo eras. Tenías esas chicas en tu litera en la palma de tu mano.

            - Tal vez he cambiado. - Dijo Ali bromeando. - Tú mismo dijiste que yo realmente había crecido.

            Nick no parecía muy convencido. - ¿Así que ya no eres el tipo de chica Miss Popular, que tiene todo lo que ella quiere, ama las manicuras y pedicuras, tiene un gran grupo de amigos, y es buena en todo lo que hace?

            Ali miró por encima del arbusto, pero no había nadie a la vista. Esa era sin duda la imagen que quería proyectar, la Alison perfecta que necesitaba ser. Pero, de repente, ella quería que Nick supiera que era más que eso. Más profunda. - Para tu información, no me gusta las mani-pedis. - Admitió.

            Nick abrió los ojos. - ¡Sorprendente! - Dijo con horror fingido. - Le avisaré a la prensa.

            Ali se acercó más. - Y como que me gusta ver fútbol. - Susurró. - Y comer alas de pollo en lugar de ensaladas.

            - ¡No!

            Ella se rio. - También me encantan los animales.

            - ¿Ah, sí? - Él le sonrió. - ¿Tienes alguna mascota?

            Ali negó con la cabeza. - Ahora no. Pero tenía un gerbo.

            Nick la miró sorprendido. - No pareces ser del tipo gerbo.

            Ali le dio un golpecito. – Ahí vas haciendo suposiciones de nuevo. - Ella subió la pistola más arriba en su hombro. - El nombre de mi gerbo era Marshmallow. Ella era la mejor—decoraba su pelaje, pintaba sus uñas, y ponía moños en su cabeza.

            - Así que te estás de acuerdo en darle una mani-pedi a un gerbo aunque a ti no te gusten. - Nick chasqueó la lengua. - Crueldad animal.

            - A ella no parecía importarle. - Ali admitió, de repente sintiendo nostalgia. - Durante un tiempo, Marshmallow era mi única amiga.

            Nick resopló. - Sí, claro.

            Ali cerró la boca, dándose cuenta de que había dicho demasiado. Marshmallow había sido su única amiga porque había sido su mascota en el Radley. Había sido un gran privilegio que se le permita tenerla como mascota, y ella había disfrutado la responsabilidad, dándole un montón de abrazos, asegurándose de que hiciera suficiente ejercicio en su rueda, poniendo su jaula justo al lado de su cama, porque escuchar el tap-tap-tap de sus garras en el medio de la noche la consolaba.

            - Bueno. - Dijo Nick, acercándose a Ali. - Espero poder llegar a conocer a esta chica que definitivamente no es Srta. Perfecta.

            - Me gustaría eso. - Dijo Ali con timidez. - ¿Y qué hay de ti? ¿Algún secreto que debería conocer?

            Nick acarició el gatillo de la pistola. - En realidad no. Lo que ves es lo que soy. - Dijo, mirándola a los ojos.

            Un cosquilleo atravesó el cuerpo de Ali. Entonces, de repente, algo rojo pasó ante sus ojos. Una chica en un traje rojo zigzagueó a través del campo. Ali se levantó de un salto y apuntó a ella, disparando la pistola de paintball como si ella realmente hubiera sido la maestra de paintball en el campamento. La chica gritó y corrió a esconderse.

            Ali agarró la mano de Nick. - ¡Vamos! - Ella tiró de él hacia el campo en dirección de las banderas. La pintura voló hacia ellos desde todas las direcciones, y Ali se agachó y rio, logrando evitar cada asalto. Las banderas amarillas se alzaban cerca. Arrancó una de la valla y dejó escapar un grito. Nick, que estaba detrás de ella, estaba tan emocionado que la recogió y la hizo girar.

            - ¡Eres genial en paintball! - Exclamó, con una sonrisa amplia. - Supongo que no has cambiado por completo.

            - Supongo que no. - Dijo Ali mientras él la dejaba suavemente en el piso. Su pecho jadeaba por su carrera a través del campo. Pero estando allí con Nick, sonriendo como loco, no notaba ningún dolor en absoluto. Yo soy la mejor Alison de todas, pensó.

            Nadie, ni siquiera la verdadera Alison, jamás podría ocupar su lugar.          


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