Traducido por: Guadalupe
Corregid por: Daniela
Al
día siguiente, Ali estaba frente al espejo de cuerpo entero en el cuarto de
baño de Paint Ball y Laser Tag de Henry, un gran lugar indoor/outdoor para
chicos en las afueras de Rosewood. Nick había querido que sea aquí su primera
cita, y aunque Ali normalmente se resistía a la idea de paintball, estaba
dispuesta a hacer cualquier cosa para enganchar y mantener al chico que había
despreciado a su gemela—incluso usar el feo traje azul de paintball. Alisó con
las manos la tela holgada, luego ató un cinturón J. Crew rosado-neón alrededor
de su cintura. Eso hizo que se viera un poco mejor.
-
¿Ali? – Llamó una voz cuando ella salió del baño.
El
corazón de Ali dio un vuelco. Nick se apoyó en el stand de registro, se veía
hermoso a pesar del hecho de que él también usaba el traje. Sus penetrantes
ojos azules la miraban a ella y sólo a ella. Aparecieron margaritas en las
esquinas de su sonrisa. Ella avanzó hacia él tan tranquilamente como pudo,
resistiendo el impulso de chillar.
-
Hey -Dijo ella, sonriendo.
Nick
hizo un gesto a la zona de paintball, una pista de obstáculos de arbustos y
baluartes, proporcionando lugares para esconderse. - ¿Estás lista?
-
Absolutamente. - Respondió Ali. Pero cuando Nick le pasó una pistola, ella se
resistió. Era enorme.
Nick
se rio. - No es necesario que actúes como una chica a mí alrededor. Recuerdo
que pateabas traseros el día de paintball en el campamento.
Ali
llevó el arma a su pecho y se enderezó. Nunca había jugado paintball en su
vida, pero Nick no podía saberlo. Ella miró a los otros niños que jugaban en el
campo, disparándose desde detrás de los arbustos para marcar a sus enemigos.
Ella había hablado con suficientes chicos para saber que había dos equipos; el
objetivo era capturar las banderas amarillas que colgaban de la cerca a través
de la amplia extensión de césped. - ¿Qué tan difícil podía ser?
-
Vamos a ganar. - Dijo.
Mientras
corrían a través del campo, Nick se inclinó hacia ella. - Así que, ¿qué hay de
nuevo en el mundo de Alison DiLaurentis?
-
No mucho. - Dijo Ali mientras se agacharon detrás de un arbusto. Ella no iba a
decirle la verdad—como sobre su visita al hospital mental, por ejemplo. - ¿Y
tú?
Nick
miró por encima del arbusto Un niño pasó rápido, pero él estaba en un traje
azul como ellos. Globos de pintura explotaron hacia él desde todas las
direcciones, y él tembló y se cubrió la cabeza. - Acabo de recibir un trabajo
en un nuevo restaurante francés en el King James.
-
¿Rive Gauche? - Preguntó Ali emocionada. - ¡Me encanta ese lugar! Ahora voy a
tener que ir más a menudo.
-
Eso espero. - Los ojos de Nick brillaron. Luego la empujó juguetonamente. - Por
supuesto que sabías sobre Rive Gauche. Probablemente eres el tipo de chica que
le gusta ir de compras, ¿no?
-
Me gusta ir de compras. - Dijo Ali. - Pero no soy un tipo de chica.
-
¿No? - Nick levantó una ceja. - En el campamento lo eras. Tenías esas chicas en
tu litera en la palma de tu mano.
-
Tal vez he cambiado. - Dijo Ali bromeando. - Tú mismo dijiste que yo realmente
había crecido.
Nick
no parecía muy convencido. - ¿Así que ya no eres el tipo de chica Miss Popular,
que tiene todo lo que ella quiere, ama las manicuras y pedicuras, tiene un gran
grupo de amigos, y es buena en todo lo que hace?
Ali
miró por encima del arbusto, pero no había nadie a la vista. Esa era sin duda
la imagen que quería proyectar, la Alison perfecta que necesitaba ser. Pero, de
repente, ella quería que Nick supiera que era más que eso. Más profunda. - Para
tu información, no me gusta las mani-pedis. - Admitió.
Nick
abrió los ojos. - ¡Sorprendente! - Dijo con horror fingido. - Le avisaré a la
prensa.
Ali
se acercó más. - Y como que me gusta ver fútbol. - Susurró. - Y comer alas de pollo en lugar de
ensaladas.
-
¡No!
Ella
se rio. - También me encantan los animales.
-
¿Ah, sí? - Él le sonrió. - ¿Tienes alguna mascota?
Ali
negó con la cabeza. - Ahora no. Pero tenía un gerbo.
Nick
la miró sorprendido. - No pareces ser del tipo gerbo.
Ali
le dio un golpecito. – Ahí vas haciendo suposiciones de nuevo. - Ella subió la
pistola más arriba en su hombro. - El nombre de mi gerbo era Marshmallow. Ella
era la mejor—decoraba su pelaje, pintaba sus uñas, y ponía moños en su cabeza.
-
Así que te estás de acuerdo en darle una mani-pedi a un gerbo aunque a ti no te gusten. - Nick chasqueó la
lengua. - Crueldad animal.
-
A ella no parecía importarle. - Ali admitió, de repente sintiendo nostalgia. -
Durante un tiempo, Marshmallow era mi única amiga.
Nick
resopló. - Sí, claro.
Ali
cerró la boca, dándose cuenta de que había dicho demasiado. Marshmallow había
sido su única amiga porque había sido su mascota en el Radley. Había sido un
gran privilegio que se le permita tenerla como mascota, y ella había disfrutado
la responsabilidad, dándole un montón de abrazos, asegurándose de que hiciera
suficiente ejercicio en su rueda, poniendo su jaula justo al lado de su cama,
porque escuchar el tap-tap-tap de sus
garras en el medio de la noche la consolaba.
-
Bueno. - Dijo Nick, acercándose a Ali. - Espero poder llegar a conocer a esta
chica que definitivamente no es Srta.
Perfecta.
-
Me gustaría eso. - Dijo Ali con timidez. - ¿Y qué hay de ti? ¿Algún secreto que
debería conocer?
Nick
acarició el gatillo de la pistola. - En realidad no. Lo que ves es lo que soy.
- Dijo, mirándola a los ojos.
Un
cosquilleo atravesó el cuerpo de Ali. Entonces, de repente, algo rojo pasó ante
sus ojos. Una chica en un traje rojo zigzagueó a través del campo. Ali se levantó
de un salto y apuntó a ella, disparando la pistola de paintball como si ella
realmente hubiera sido la maestra de
paintball en el campamento. La chica gritó y corrió a esconderse.
Ali
agarró la mano de Nick. - ¡Vamos! - Ella tiró de él hacia el campo en dirección
de las banderas. La pintura voló hacia ellos desde todas las direcciones, y Ali
se agachó y rio, logrando evitar cada asalto. Las banderas amarillas se alzaban
cerca. Arrancó una de la valla y dejó escapar un grito. Nick, que estaba detrás
de ella, estaba tan emocionado que la recogió y la hizo girar.
-
¡Eres genial en paintball! - Exclamó,
con una sonrisa amplia. - Supongo que no has cambiado por completo.
-
Supongo que no. - Dijo Ali mientras él la dejaba suavemente en el piso. Su pecho
jadeaba por su carrera a través del campo. Pero estando allí con Nick,
sonriendo como loco, no notaba ningún dolor en absoluto. Yo soy la mejor
Alison de todas, pensó.
Nadie,
ni siquiera la verdadera Alison, jamás podría ocupar su lugar.
Capítulo 10 | Capítulo 12
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