martes, 28 de enero de 2014

Crushed - Capítulo 22: El viaje a la casa de Tripp

Traducido por: Gabriela, Daniela
Corregido por: Daniela


            - Gire a la izquierda en la siguiente intersección - Dijo la voz automática del GPS que Emily había colocado en el parabrisas de su Volvo. Se detuvo obedientemente en la luz y dobló hacia una urbanización llena de mansiones con columnas. - Wow - Ella murmuró, mirando hacia la derecha y la izquierda. - Una mansión lujosa.

            Iris, quien había tomado su puesto usual en el asiento del pasajero, se encogió apáticamente. - No estoy sorprendida de que Tripp viva aquí,- Dijo ella.- Tienes que tener un montón de dinero para costear la Reserva.

            - ¿Estás segura de que Tripp vive aquí? - Emily preguntó mientras pasaban por una casa blanca de roca con una versión miniatura de esta como buzón. Cuando ella había recogido a Iris del King James esa tarde, Iris había anunciado que había descubierto donde Tripp, su antiguo flechazo, vivía, y que iban a viajar hasta allí esa misma noche. Afortunadamente, su casa solo estaba al otro lado de Philly, en un bonito suburbio de Nueva Jersey que lucía mucho como Rosewood. Aun así había algo en este vecindario que hacía que Emily se sintiera extraña. Estas casas le recordaban a las de Crestview Manors, excepto que eran aún más frías y espeluznantes. De hecho, este vecindario le recordaba el grande, impersonal, extrañamente genérico vecindario donde Gayle Riggs vivía, y donde Emily la había conocido.

            -Lo he buscado, - Iris dijo altaneramente, mirando un cuaderno de notas en su regazo. - Su familia está listada en 411[1] - Luego ella apuntó hacia el aparcamiento de un club de campo. - Vamos a estacionarnos aquí y caminaremos el resto del camino. No quiero que Tripp vea un carro en la cuneta y corra.

            Emily se encogió de hombros y luego hizo lo que le fue dicho. Las cosas entre ella e Iris habían vuelto a estar tensas. Iris había creado un itinerario de cosas para hacer este fin de semana que ni siquiera estaban en su lista de cosas por hacer, las actividades se extendían hasta tarde en la noche. Era como si ella estuviera manteniendo a Emily a propósito fuera de la fiesta de graduación—Si Iris no podía ser feliz, entonces Emily tampoco podía.

            Se dirigieron por la silenciosa acera del vecindario, que estaba barrida de hojas, y siniestramente libre de grafitis. Todo el lugar casi se sentía como un set de películas. - Es la siguiente casa de este bloque, - Dijo Iris, dándole una sonrisa apretada a una mujer paseando su perro, como si fuera ella la que se suponía que no debía estar ahí.

            Finalmente, ellas se detuvieron enfrente de una gran estructura de ladrillo y piedra con una larga fila de ventanas a través del último piso. MAXWELL, decía en el buzón. Enderezándose, Iris marchó hacia la entrada y tocó el timbre. Emily permaneció en la cuneta. Una mujer que Emily asumía era la mamá de Tripp abrió la puerta, y la voz de Iris aumentó. La mujer frunció el ceño y sacudió su cabeza. Un segundo después cerró la puerta. Iris tocó de nuevo, pero no se volvió a abrir.

            Iris zapateó enfadada de regreso. - Tripp ya no vive aquí. Esa estúpida perra lo echó.-

            - ¿Dijo ella por qué? - Emily preguntó

            Iris arrancó furiosamente un narciso de la cama de flores cerca del buzón y la retorció entre sus manos. - Tripp siempre solía decir que su mamá era una estirada.

            - ¿A dónde podría haber ido?

            Iris lanzó la flor al césped. - Ella dijo que con su padre. Yo le pregunté dónde era eso, y ella dijo que no sabía. - Cerró su mandíbula. - Luego le dije que yo era su antigua novia, ¡y eso la puso incluso más brava! ¡Me tiró la puerta! - Ella se quedó mirando fijamente a la calle. - ¿Tú crees que él dijo cosas malas acerca de mí? ¿Por qué habrá ella hecho eso?

            La puerta del garaje subió, y ellas se volvieron hacia la casa de nuevo. Un mercedes plateado retrocedió por la salida. Iris empujó a Emily detrás de un gran matorral para que así la mamá de Tripp no pudiera verlas. El carro retrocedió hacia la carretera y se alejó, seguido por el garaje cerrándose silenciosamente.

            - Bueno supongo que eso es todo, - Dijo Emily.

            Iris apretó su brazo. - ¿Estas bromeando? Puede que Tripp no esté aquí, pero apuesto a que algunas de sus cosas aún están. Si no voy a encontrarlo, al menos quiero algo para recordarlo.

            Emily puso sus manos en sus caderas, sentía enfermo el estómago. - Y déjame adivinar. ¿Vamos a meternos y robarlo?

            - Aw, ¡me conoces tan bien! - Iris pellizcó la mejilla de Emily. Luego ella hizo piruetas hacia la casa. Emily la siguió unos cuantos pasos detrás, considerando solo dejar a Iris allí para que lo hiciera por sí misma. Pero luego pensó en Iris quedándose atrapada adentro, la mamá de Tripp encontrándola, Iris diciéndole a todo el mundo que ella había sido secuestrada…

            Iris redondeó hacia la parte trasera de la propiedad y escaló dentro de un patio multipropósito. Ella intentó con una de las puertas de vidrio deslizantes, y luego con otra.  Luego vio una solapa para perros puesta en las puertas francesas en la cocina. - .

            - Iris… - Emily dijo débilmente. Sin poder hacer nada para evitarlo, vio cómo Iris se puso sobre sus manos y rodillas y se revolcó pasando por la puerta de perro. Luego abrió la puerta del patio, dejando entrar a Emily. - Bienvenida, - gorjeo, levantando un mitón de cocina que estaba sobre la isla y poniéndolo en su mano. - ¿Te gustarían unos muffins recién horneados? ¿Una taza de té? Hago bien de ama de casa suburbana, ¿no?

            Emily miró alrededor de la cocina. Era masiva, con una estufa de seis quemadores de acero inoxidable y la isla con cubierta de granito más larga que Emily había visto. Un enorme refrigerador estaba a la izquierda, una brillante máquina de capuchino se ubicaba sobre el mesón, y un refrigerador de vino lleno de botellas se encontraba cerca de la despensa. Ni siquiera la cocina de Spencer era así de lujosa. Aun así tenía una calidad de no-vida en ella, los electrodomésticos un poco muy limpios, ni una pizca de mugre en la lechada de las baldosas, cada una de las toallas marcadas con una letra M con vueltas. Era extraño pensar que un paciente mental haya crecido dentro de estas paredes—cuando Emily era más joven, había asumido que nada malo le ocurría a la gente que tenía esta cantidad de dinero.

            - ¿Qué tenía Tripp, a todo esto? - Emily le susurró a Iris, quien estaba buscando en un cajón al otro lado de la habitación, con el mitón aun en su mano.

            Iris inspeccionó los objetos colgando del refrigerador, hojeó un calendario de escritorio, y abrió el refrigerador y sacó una botella de bebida energética 5-Hour. - Los doctores dijeron que él era esquizofrénico, pero yo creo que eso es basura. Él era la persona más sana allí. Súper inteligente también. Él siempre salía con citas divertidas para ir con nosotras dentro de las paredes del hospital. - Sacó una foto del cajón, la miró, y luego la dejó caer al piso. Emily fue tras ella para recogerla. Una pareja mayor estaba tintineando copas de vino. El hombre usaba un gorro de Santa.

            - Tiene que haber algo de él, - Iris gruñó. Atravesó la habitación. - Vamos. Subamos.

            Se dirigió por el pasillo y arriba por las escaleras como si ya hubiera estado aquí antes. Pinturas de oleo coloridas decoraban las paredes, incluyendo una arremolinada que le recordaba a Emily del Van Gogh de Aria. Su estómago gorgoteó. Era fácil olvidarse de la pintura, escondida al interior del armario de Aria. ¿Pero y si era de eso de lo que la Agente Fuji quería hablar con todas ellas?

            Iris abrió cada una de las puertas de dormitorio cerradas. Cuando miró por la tercera, hizo un sonido de asombro y entró. Emily la siguió. Una cama de una plaza estaba en la esquina. Había líneas en la alfombra de por donde había pasado la aspiradora, y la cómoda estaba libre de desorden. Le recordaba la habitación despersonalizada de Iris en la Reserva.

            Pero luego Iris abrió el closet. Unas cuantas camisas escocesas estaban en colgadores, y había una caja de leche al fondo. - Bingo, - Iris susurró, quitándose el mitón y sacando la caja.

            Dentro de esta había libros de bolsillo, cuadernos, y un viejo celular con la pantalla trizada. Iris tomó los cuadernos y los hojeó. Emily pasó sus dedos por las páginas de una vieja copia de 1984. ¿Era esto todo lo que la mamá de Tripp conservaba para recordarlo?

            - Ni una simple jodida cosa - Iris le dijo al cuaderno, cerrándolo con fuerza.

            - ¿Qué estabas buscando? - Emily preguntó.

            - Mi nombre en un corazón. Algo. - Iris escarbó en la caja en busca de más, haciendo a un lado peluches, una botella de agua vacía, un contenedor de sanitizador de manos, un brazalete de hospital que decía LA RESERVA EN ADDISON-STEVENS. Cuando llegó al fondo de la caja, su mandíbula tiritó. - Bueno, supongo que eso lo prueba. Yo no signifiqué nada para Tripp.

            - Quizás él se llevó algo tuyo con él cuando se fue.

            Iris se rio irónicamente. - Me he estado engañando por mucho tiempo. Tripp y yo nunca tuvimos nada real. Fue estúpido venir aquí.

            Repentinamente, ella metió su cabeza entre sus rodillas y dejó escapar un sollozo amortiguado. Emily se detuvo por un momento, no segura de qué hacer. Su mano sobrevoló la espalda baja de Iris, pero no estaba segura de qué decir para hacerla sentir mejor.

            Mejor levantó el celular y presionó el botón de encender. Sorprendentemente, un logo de Motorola apareció en la pantalla. Hizo click en el botón de CONTACTOS. Todo había sido borrado. Abrió los mensajes, pero esa carpeta también estaba vacía. Sin embargo, unas cuantas fotos habían sido guardadas—una nube con forma de pene, un golden retriever, y entonces, la tercera foto, una chica que Emily conocía muy bien.

            - Oh dios mío, - Emily susurró.

            El cabello rubio de Ali caía sobre sus hombros. Sus ojos azules brillaban. Usaba el mismo pijama blanco que Iris había estado usando en La Reserva. Emily supuso que la foto había sido tomada unos pocos años atrás, cuando Ali tenía quizás quince.

            Iris se secó una lágrima y también miró la pantalla. Aspiró molesta. - Bueno, supongo que has encontrado algo.

            - ¿Por qué este chico tendría una foto de Ali? - Emily preguntó temblorosamente.

            Iris se apoyó en sus manos. - Porque todos estuvimos juntos en La Reserva. Éramos amigos.

            Emily miró la foto otra vez. Solo ver la cara de Ali en un sitio tan inesperado la ponía impaciente. Alguien que estaba justo por fuera de la foto tenía un brazo apoyado en el hombro de ella—la única cosa identificadora era un reloj dorado en la muñeca peluda de la persona. Lo miró. ¿Lo había visto antes?

            Apuntó a la mano sin cuerpo. - ¿Quién es?

            Iris acercó la foto a su cara. Su boca hizo una O. - Sabes, ese podría ser él. El novio.

            Emily parpadeó con fuerza. - ¿Quieres decir el que venía todo el tiempo al hospital para verla? ¿El que se juntó con ella en el Keppler Creek cuando salió? - Emily tomó la muñeca de Iris. - Tienes que decirme su nombre. Ahora.

            Iris negó con la cabeza. - No puedo. - Se levantó y salió del cuarto.

            Emily se metió el celular con la foto de Ali al bolsillo y la siguió bajo las escaleras, saliendo por la puerta trasera y hasta el jardín. Iris estaba caminando rápidamente, pero Emily finalmente la alcanzó en la acera.

            - ¡Maldición, Iris! - Emily chilló. Hizo un gesto hacia la casa. - ¡Me metí a una casa contigo! ¿Qué viene, asesinar? Me has estado engañando toda la semana—Solo dame algo real, ¿está bien? ¿Es mucho pedir el nombre de este chico?

            Iris se detuvo junto a un muñón de árbol. Bajó la vista. - No puedo decirte su nombre...porque no lo sé.

            Emily sintió como si el viento hubiera sido expulsado de ella. - ¿Qué?

            La piel de Iris se veía aún más pálida a la luz del sol. - Nunca lo supe. Lo siento. No estaba mintiendo—Ali tuvo un chico que la visitaba todo el tiempo. Pero ella sólo lo llamaba Sr. Gran… como Carrie en Sex and the City. Nunca supe su nombre. Fue un gran secreto que ella me ocultó. Nunca tuve permitido estar con él tampoco. - Su boca se estiró. - Por eso es por lo que yo no soy leal a esa perra, ¿sabes? Ella me ocultaba cosas. Es como si no valiera la pena que yo sepa la verdad.

            Emily se apoyó contra un árbol. - ¿Por qué no me lo dijiste antes?

            Iris pateó una chuleta en el pasto. - pensé que era la única forma de que tu siguieras conduciéndome, llevándome a donde yo quiera, dejado quedarme en la casa de tu familia—el único modo de que las cosas pudieran ser normales por un poco. Tan pronto como te enteraras de que yo no sabía nada, me enviarías de vuelta a La Reserva.

            Emily parpadeó. No tenía idea de que Iris tenía tanto miedo de eso. - Entonces… espera. ¿Te gusta pasar tiempo en la casa de mi familia?

            - Uh, , - Iris dijo, como si fuera una respuesta obvia. - Pero como sea—ya se acabó. Puede dejarme tal como lo hizo mi mamá. Tal como lo hizo Tripp. Está bien—Simplemente volveré a La Reserva y me podriré por otros cuatro años. Puedes ir a tu fiesta. Seguir con tu vida.

            Se dio vuelta. Luego de un momento, sus hombros temblaron silenciosamente. Emily estaba tan aturdida que no podía moverse. Sabía que debía estar enojada, pero ver a Iris allí, sus larguiruchos brazos alrededor de sí misma mientras sollozaba, Emily no podía evitar sentirse por ella. Ella también sabía cómo se sentía ser abandonada por su familia. Y ser pateada por alguien que pensaba que la quería. Cuando Ali se rio de Emily en la casa del árbol al final de séptimo grado, algo al interior de Emily murió. Otro pedazo de ella se marchitó cuando la Verdadera Ali trató de matarla en Poconos.

            Miró el cuerpo de Iris tiritando. Realmente, ella y Emily no eran tan diferentes. Si las circunstancias de Emily hubieran sido un poco más severas, ¿quién decía que ella no hubiera mentido sobre información solo para que alguien le preste atención? De un extraño modo, era casi halagador que Iris encontrara que valía la pena mentirle a Emily, que valía la pena vivir la vida de Emily. Otro pensamiento sorprendente la atrapó: Si Iris sólo le hubiera pedido a Emily quedarse unos días más, a pesar de que ella no supiera el nombre del novio de Ali, Emily hubiera dicho que sí.

            Puso una mano sobre el hombro de Iris. - Iris, no voy a enviarte de vuelta a La Reserva antes de que estés lista. De hecho, creo que deberías venir al baile conmigo. Como mi cita.

            Iris se rio burlona y fuertemente y la miró con incredulidad. - Sí, claro.

            - Hablo en serio. - la voz de Emily subió. - Sé que el baile de graduación no está en tu lista, pero quizás debería. ¿Has ido a alguno alguna vez?

            Iris puso un mechón de cabello tras su oreja. - Bueno, no, pero…

            - Un montón de chicos van solos. Podemos encontrarte alguien nuevo para que salgas con él. Alguien mucho más genial que Tripp.

            Iris se pinchó la piel en su brazo. Un pájaro trinó a la distancia, y un auto pasó por la calle. El corazón de Emily latía rápido. Por favor di que sí, deseaba silenciosamente. Tanto porque quería ver la sorpresa de Jordan...como porque realmente pensaba que sería bueno que Iris venga.

            Finalmente, Iris suspiró. - Bueno, está bien.

            - ¡Sí! - Emily celebró, acercándose para darle un abrazo a Iris. Iris estuvo quieta por un momento, pero luego también la abrazó. Cuando se separaron, las mejillas de Iris estaban brillantes y rosadas.

            Luego el celular prepago de Emily sonó. Lo contestó y dijo hola.

            - ¿Señorita Fields? - dijo una voz dinámica. - Es Jasmine Fuji. ¿Nos juntamos el otro día?

            Emily abrió la boca, pero solo un gruñido bajo salió. Miró el teléfono como si estuviera en llamas. - ¿D-de dónde sacó este número?

            - Tu madre me lo dio. Llamé a tu casa primero.

            La cabeza de Emily empezó a dar vueltas. Su mamá. La Sra. Fields le sacó el número del teléfono prepago a la fuerza, y Emily no pensó en advertirle que no se lo dé a nadie. ¿A quién más se lo había dado?

            - Mira, he estado tratando de ponerme en contacto contigo y con todas tus amigas, pero estoy comenzando a sentir como que me están evitando. - La Agente Fuji se rio bruscamente. - ¿Tienes un momento para hablar ahora mismo?

            Emily miró a Iris, quién ahora se había detenido en la acera y estaba mirándola. - Um, como que tengo un compromiso.

            - No tomará mucho, lo prometo.

            - Lo siento, - Emily dijo. - Pero no puedo ahora mismo. Quizá en otra ocasión. - Y entonces, antes de saber lo que hacía, colgó.


           


[1] 411: Directorio electrónico de contacto que incluye personas y empresas.




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2 comentarios:

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