Traducido por: Daniela.
Corregido por: Gabriela y Brayan.
Esa misma tarde, Spencer estaba vestida nuevamente con su peluca
y lentes de Britney, caminando de un lugar a otro frente a un brownstone [1] en Philly cerca del
río Schuylkill. Los botes tocaban la bocina. Un bus de doble cubierta lleno de
turistas con lentes falsos de Ben Franklin y sudaderas de la Campana de la
Libertad pasaron por ahí. Acababa de llover, y el aire olía a cemento
escurridizo y a tubo de escape. Chequeó su e-mail de la escuela en su celular
antiguo, colgándose de la red de WiFi sin contraseña de alguien. Un nuevo
mensaje había llegado. Querida Spencer; quizás nuestros cables se enredaron.
Esperaba verte en tu casa ayer, pero quizás no recibiste mi mensaje. ¿Podemos
intentarlo mañana? Sinceramente, Jasmine Fuji.
Su estómago se llenó de bilis. Ayer,
había tenido cuidado especial de no estar en ningún lugar cerca de su casa por
las cuatro de la tarde, cuando la Agente Fuji dijo que iba a pasarse
oh-tan-casualmente. Había invitado al Sr. Pennythistle, su madre, y a Amelia a
tomar helado en el mall King James, así ellos tampoco estarían en casa
cuando Fuji se pasara. Pero Spencer no podía evitarla por siempre.
- Bu – dijo una voz. Spencer se dio vuelta y levantó su puño.
- ¡Solo soy yo, Britney! – Chase levantó sus manos con miedo de
broma, haciéndose hacia atrás.
- No hagas eso. – Spencer le dio un empujón juguetón.
Luego lo examinó más de cerca. Hoy, él usaba jeans apitillados, una remera de
polo abotonada, y una chaqueta sin mangas que lo hacía ver robusto y duro. ¿Era
posible que se viera incluso mejor que como lucía la última vez que lo
había visto? Spencer se había emocionado cuando, ayer, le envió un mensaje
privado diciendo, Mi conexión en CVS encontró una dirección de Barbara
Rogers en su sistema. 2560 calle Spruce, apartamento 4B, ¿4 PM mañana?
Ella miró al brownstone. - ¿Ahora qué hacemos?
- Golpear su puerta – dijo Chase como si fuera obvio.
Spencer lo miró como loca. - ¿Siquiera estamos seguros de que
ella vive aquí?
- Averigüemos. – Él subió los escalones y miró los nombres en
los timbres, luego frunció el ceño. – Hmm. No está Rogers en la lista.
- Puede haber sido un directorio antiguo, - Spencer sugirió. – O
quizás no está arrendándolo.
- Toquemos – Chase se estiró hasta el botón 4B.
Spencer le atrapó el brazo. - ¡Espera! Quizás no deberíamos
decirle que vamos.
Chase la miró con los ojos entrecerrados. - ¿Entonces cómo vamos
a entrar al edificio?
En ese mismo instante, se abrió la puerta roja, y un hombre
viejo con cabello blanco salió. Spencer trató de pillarla, pero la puerta se
cerró tras él. Se dio vuelta hacia el hombre. – Um, soy la sobrina de Barbara
Rogers. ¿Me puede dejar entrar?
El hombre miró la peluca de Britney de Spencer. – Nunca oí de
ella. – Bajó las escaleras.
Spencer intercambió miradas con Chase. Algo le decía que el tipo
estaba mintiendo. - ¿Está seguro? – ella lo llamó.
- Dije que no sé nada, - él respondió sobre su hombro,
prácticamente lanzándose al interior de un Audi estacionado. En segundos,
prendió el motor y arrancó de la cuneta. Salió humo negro del tubo de escape.
Chase subió los escalones y se paró junto a Spencer. – Bieeeen.
Spencer se apoyó contra la reja de metal, tratando de mirar la
placa de licencia desvaneciéndose, pero ya estaba muy lejos. – Parece que
quería alejarse de nosotros muy rápido, ¿no? Casi como si alguien lo molestara,
le dijera que no hable.
- Y si lo molestan, tienen que tener un motivo, - Chase
continuó. – Quizás Barbara Rogers si es la enfermera de Alison. – Él
levantó la vista hacia el brownstone otra vez. – Esperemos que alguien más
salga y pillemos la puerta antes de que se cierre.
- Buena idea. – Spencer se sentó en el primer escalón y miró
fijamente a la puerta, deseando que alguien aparezca. Los autos pegaban
bocinazos en la avenida principal. Un par de palomas se peleaban por unas
migajas de pan en la acera. Pero nadie salía al pórtico. ¿Cuánto tendrían que
esperar?
- ¿Y resolviste tu emergencia bloguera el otro día? – Spencer
preguntó.
Chase la miró sin entender. - ¿Qué?
- Ya sabes, la razón por la que tuviste que irte antes en
nuestro primer encuentro, - Spencer dijo. - ¿Habían noticias de última hora
sobre Benjamín Franklin secretamente corriendo un laboratorio de metanfetamina?
¿La Casa de la Independencia alguna vez fue un prostíbulo? – En algunos de sus
chats, Chase reveló algunos de los mitos ridículos que sus lectores debatían.
- Oh – Chase miró sus manos. – De hecho, no era una
emergencia de blog para nada. Era más bien una cosa de familia. Mi hermano
necesitaba ayuda.
Una hilera de hojas verdes pálidas revolotearon por la calle.
Una de ellas voló directamente hacia la mejilla de Chase. Spencer resistió la
necesidad de quitarla. - ¿Tu hermano es mayor o menor? – ella preguntó.
- Un año menor, - Chase dijo. – Somos muy cercanos. No lo éramos
tanto cuando éramos pequeños, pero luego de lo del acecho… - su voz se apagó,
su mirada de repente era distante.
Spencer cerró su mandíbula. – Eso debe haber sido muy intenso, -
ella dijo tranquilamente. - ¿Qué ocurrió, exactamente, si es que no te molesta
que pregunte?
La mirada de Chase se fue hacia la derecha. – Al comienzo, el
chico y yo éramos amigos. Pero luego, algo cambió. Me amenazó. Trató de
matarme. Me hizo un desastre terrible.
- No hay ni un rastro en ti. – Spencer se permitió decirlo luego
de unos momentos de mirar.
Chase agachó su cabeza. Hubo una larga pausa antes de que él
volviera a hablar. – Sí, bueno. La mayoría de las cicatrices no puedes verlas.
Spencer sabía exactamente a qué se refería. Y ella odiaba
saberlo. Ella miró los transeúntes en la calle, perdida por un momento en los
recuerdos de Ali. - ¿Sabes lo que le pasó? – ella preguntó luego de un rato. -
¿Fue a la cárcel?
Chase parecía dolido. – Él tenía menos de dieciocho, así que no.
Y como dije, sus padres estaban cargados de dinero. Mantuvieron a la prensa
alejada, le pagaron a la policía. Él dejó la escuela, pero es todo lo que sé.
Spencer negó con la cabeza. – Eso es tan injusto. ¿Así
que solo camina por las calles?
Chase asintió. – Supongo.
Dio vuelta su cabeza hacia otro lado y luego hizo un sonido de
dolor que rompió el corazón de Spencer. Ella tocó su brazo, al mismo tiempo tan
triste y con el corazón roto, tanto por la experiencia de Chase como la de
ella. ¿Cómo se atrevía alguien a atormentarlo a él? ¿Cómo se atrevía alguien a
atormentarla a ella?
- Yo sé cómo es, - ella susurró. – También he sido acechada.
Chase se dio vuelta, sus cejas se arrugaron. - ¿Has sido
acechada?
Rápidamente, antes de cambiar de opinión, Spencer se sacó la
peluca de Britney y los lentes. – Soy Spencer Hastings, - ella dijo. – Una de
las chicas que Ali trató de, uh, matar.
La boca de Chase hizo una O. Todo tipo de expresiones pasaron
por su cara en un solo segundo. – Me preguntaba si eras tú, - dijo luego
de un momento con una voz tan tierna que rompió el corazón de Spencer. – Pero
tenía miedo de preguntar. Tenía miedo de asustarte y alejarte.
Spencer se volvió a poner la peluca. – Pero no puedes decirle a
nadie, ¿Está bien? Confiaré en ti. Si veo que esto aparece en tu blog…
- ¡Eso nunca ocurrirá! – Chase dijo, sacudiendo su cabeza como
urgido. Luego se inclinó hacia atrás y parpadeó al mirarla. – Jesús. Spencer
Hastings. Ahora me siento como un idiota por contarte todo eso del acecho. No
es nada en comparación.
- No, si es algo. – Spencer dijo firmemente. – Nos pasó lo mismo
a los dos. Alguien en quien confiábamos nos arruinó del peor modo posible. – De
repente sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas. Ella se había conectado
con otra gente sobre Ali, confesado lo que Ali había hecho ante otros chicos en
quienes había estado interesada, pero nadie había pasado por esto también. Ella
siempre se había reído de la expresión almas gemelas, pero ahora, con
Chase, ella entendía lo que significaba. Si solo pudiera ver a Chase en otras
ocasiones aparte de vigilancias de Ali. Tenía la sensación de que podían hablar
toda la noche sin quedarse sin temas para hablar.
Tragó saliva. - ¿Irías al baile de graduación conmigo?
Chase se inclinó hacia atrás y parpadeó. – Espera. ¿Qué?
- Ambos necesitamos algo divertido en nuestras vidas. Algo para
alejar lo que pasó de nuestras mentes. Podemos ir como amigos. Como lo que sea.
Y probablemente no podrías decirle a mis amigos que tienes un blog de Ali, y
tienes que prometer no hablar sobre nada de nosotros en el—
- Spencer, - Chase interrumpió. – Ya te lo dije, nunca haría
eso.
Spencer asintió. – Así que ¿qué dices?
Su corazón latía con fuerza mientras miraba a Chase ladear su
cabeza y mirar por su nariz hacia ella, como tratando de verla desde un ángulo
distinto. Mientras más no decía nada, más ridícula se sentía. Era una idea
horrible. Chase había salido de la secundaria, era demasiado genial como para
ir a bailes de graduación.
Luego Chase tomó su mano. – Sería un honor. Solo dime cuándo y
dónde, y estaré ahí vestido con un traje.
- ¿En serio? – La boca de Spencer formó una sonrisa.
Chase estaba a punto de decir algo más, pero entonces la puerta
tras ellos se abrió. Una anciana con un pañuelo sobre su cabeza y un montón de
bolsas en sus brazos salió por la puerta. Chase se levantó y le sostuvo la
puerta abierta. La anciana le sonrió. - ¡Que dulce de tu parte, querido!
- No es problema – Chase dijo, haciéndole una pequeña
reverencia. Él y Spencer pasaron por la puerta antes de que se cerrara.
El pasillo era oscuro y olía a curry picante. Habían dos puertas
de apartamentos en la planta baja, luego unas escaleras. Spencer podía ver otra
puerta de departamento en el primer piso. Tenía que haber al menos cuatro o
cinco apartamentos más en el edificio.
Miró a Chase. - ¿Entonces qué hacemos ahora?
- Ir al Cuatro-B, supongo. – Chase dijo, mirando escaleras
arriba. Luego se dio vuelta hacia la puerta frontal otra vez. Tú sube. Yo iré
detrás de ti, vigilando.
Spencer asintió, luego subió las escaleras, pasando tres puertas
pintadas de rojo, naranjo, y azul. Otra puerta azul aún tenía una corona
navideña, a pesar del hecho de que era Mayo. Otra naranja tenía una pila de
correo en la alfombra. La baranda se tambaleó cuando la tomó para apoyarse.
Podía oír los pasos de Chase en las escaleras tras ella.
En el piso de la cima, parpadeaba una luz tras 4B. Tragando
saliva, Spencer intercambió miradas con Chase, quien estaba unos cuantos
escalones más abajo. Luego subió y acercó su oído a la puerta. ¿Podía la
enfermera de Ali realmente estar adentro? ¿Y si Ali estaba adentro
también?
- ¿Qué debo hacer? – le susurró a Chase.
Él se encogió de hombros. ¿Golpear? Él articuló.
Temblando, Spencer golpeó una, después dos. Luego escuchó. El
volumen de la televisión no cambió, pero creyó oír un suspiro y un sofá
crujiendo. Hubo un click en el pasillo, y se dio vuelta, alerta. -
¿Qué fue eso? – le susurró a Chase.
- No lo sé, - él respondió susurrando, con los ojos bien
abiertos. Luego caminó más lejos por el pasillo. Se detuvo en la penúltima
puerta a la derecha y se acercó a esta, inspeccionando la manilla. Acercó su
oído a la puerta, como escuchando, luego perdió el equilibrio, cayéndose hacia
adelante y suavemente golpeando la puerta con su palma. Spencer se cubrió los
ojos. - ¡Shh!
- ¡Lo siento! – Chase se alejó de la puerta de un salto como
anticipando que un fantasma fuera a salir.
Por un momento, hubo un silencio tenebroso. Luego, un sonido de
crujido sonó sobre ella, y miró hacia arriba. Y de una vez…boom. Hubo un
gran crujido de metal, y una brisa de aire, y luego más sonidos metálicos y de
golpes. Spencer saltó hacia atrás mientras una puerta de ático en el techo se
abrió y cayeron cosas por él. Primero un perchero difícil de manejar, luego una
cabeza de alce montada, sus cornamentas estaban afiladas a punta de navaja, y
luego una bola de bolos. La bola calló en el piso a su lado y bajó bruscamente
por los escalones.
- ¿Spencer? – Chase llamó por entre el polvo. – Jesús. ¿Estás
bien?
- N-no lo sé, - Spencer dijo, dándose cuenta de que había caído
al piso. Cuando se tocó la cara, estaba húmeda. Sacó su mano de ella—era sudor
o lágrimas, no sangre. Más polvo cayó del techo. La puerta colgaba
peligrosamente en una bisagra, los tornillos estaban peligrosamente sueltos.
- Vamos – Chase dijo, disparándose sobre los escombros, tomando
su mano, y llevándola por los escalones hacia abajo. Se asomaban cabezas de las
puertas de los apartamentos, boquiabiertas.
- Eso fue raro – Spencer dijo temblorosamente mientras bajaban
más escaleras.
- Raro ni siquiera comienza a describir eso, -
Chase dijo. Miró por las escaleras hacia arriba. Otro fuerte thunk se
escuchó. – Es casi como si estuviera planeado.
Spencer tembló. Había estado pensando lo mismo. Era posible,
quizás, que Ali o su ayudante hayan puesto esta dirección online para que Chase
la encuentre. Y entonces se escabulló aquí y llenó el ático con cosas
peligrosas. Arreglando la puerta para que se caiga en el momento exacto… o en
la cabeza de la persona correcta…
El malvado mensaje de A daba vueltas en su mente. Yo lo hice.
¿Y adivinen qué? Ustedes son las que siguen. Quizás todo esto había sido
una trampa. Y quizás la advertencia de A se estaba haciendo verdadera.
[1] Brownstone: Tipo de edificios
típicamente hechos de piedra rojiza.
Capítulo 19 | Capítulo 21
GRACIAS! Estoy como loca esperando nuevas actualizaciones.
ResponderBorrarpor nada :) ten paciencia que la historia es tan buena que vale la pena la espera ;)
BorrarGracias por comentar
Saludos