sábado, 7 de diciembre de 2013

Crushed - Capítulo 11: Tiempo de calidad en familia

Traducido por: Daniela
Corregido por: Gabriela y Brayan, Maite.

Tan pronto como Emily entró a Saks Fifth Avenue en el Mall King James, una chica delgada apareció con un atomizador de vidrio con forma de flor. - ¿Quieres probar la nueva Flowerbomb?
           
- Absolutamente – Iris insistió, sacando a Emily del camino y estirando su muñeca imposiblemente delgada y de venas azules. – Ahora tú, Emily.
           
Emily se encogió de hombros y cumplió. Luego de que la chica del perfume le puso del líquido frutal en su muñeca, Iris miró a alguien tras ella.- ¡Usted también debería probarlo, Sra. Fields!
           
Emily se dio vuelta. Su mamá estaba en la entrada, sacándose su sombrero plástico transparente para la lluvia de la cabeza. - ¿M-mamá? – Emily tartamudeó. - ¿Qué estás haciendo aquí?
           
La Sra. Fields puso el sombrero en su cartera acolchada. – Iris me invitó. Y ya que estaba en mi camino a casa desde CVS me pregunté ¿Por qué no? – Luego estiró su muñeca para un poco de Flowerbomb y le sonrió cálidamente a Iris.
           
Todo este asunto de Iris asustaba cada vez más a Emily. En primer lugar, Emily seguía esperando que La Reserva llamase y dijeran, Um, ¿te has robado a nuestra paciente? En segundo lugar, odiaba, odiaba, odiaba que Iris tuviera que quedarse en su casa—a veces sin que Emily esté supervisando. Después de que Emily hubiese vuelto a su casa de la habitación del pánico ayer, no sabía qué esperar. ¿Y si Iris había decidido contarle todo a sus padres? ¿Y si Iris se había escapado y había ido tras ellas con un cuchillo de la cocina?
           
Pero en vez de eso, había encontrado a Iris y a sus padres sentados en el sofá del salón mirando ¡Jeopardy! Y tomando té. De algún modo, eso fue incluso más terrorífico. Iris estaba actuando tal como si fuera un miembro de la familia. – Estoy segura de que Iris está cansada, mamá. –Emily había dicho con horror. – Ha tenido un largo día, y probablemente quiere irse a la cama.
           
-¿De qué hablas? ¡Estoy súper despierta! – había dicho Iris, acercándose un poco más a la Sra. Fields en el sofá. Había estado comiendo, Emily había notado, uno de los Rice Krispies de su madre. Nadie comía esas cosas—siempre venían duras como piedras y demasiado enmantequillados. La Sra. Fields, por supuesto, se veía emocionada.
           
Ahora, Emily tocó el costado de Iris.- ¿Por qué invitaste a mi mamá? – murmuró.
           
Iris se encogió de hombros inocentemente– Es genial.
           
Sí, claro, Emily pensó, esperando que Iris gire sus ojos y diga algo travieso. Pero no lo hizo. Por el contrario, Iris se dio vuelta, vio que la espalda de la chica del perfume estaba hacia ellas y la atención de la Sra. Fields estuviera ocupada por un ofrecimiento de una muestra gratis de maquillaje, y tomó una caja de perfume Flowerbomb de un mostrador y lo deslizó por la manga de la sudadera holgada que Emily le había prestado. Emily se acercó para detenerla, pero Iris la miró como diciendo sé-lo-que-hago. Esta era la razón por la que estaban en el mall después de todo. Robar un montón de basura de Saks era el número dieciséis en su lista de Cosas que Quiero Hacer Durante mi Tiempo Lejos de La Reserva. Quizás había puntos extra por hacerlo frente a la mamá de Emily.
           
Siguió a Iris por un corredor de aroma dulce hacia la sección de Contemporary. Mientras Emily pasó por las carteras, alguien la tomó del brazo. Spencer estaba agachada tras una mesa llena de bolsos Marc by Marc Jacobs. – Psst – susurró.
           
Emily se agachó junto a ella. - ¿Qué estás haciendo aquí?
           
Los ojos de Spencer iban de un lugar a otro. – Hice una orden especial de zapatos para el baile en Saks – Miró por el corredor a Iris, quien ahora estaba posando frente a un espejo. - ¿Te ha dicho algo ya?
           
- No desde la última vez que preguntaste – Emily gruñó. – Hemos estado muy ocupadas.
           
- ¿Haciendo qué?
           
Emily miró un anuncio de perfume al otro lado del pasillo. La chica en la foto se veía un poco como Jordan, lo cual hizo que le duela el corazón. – Bueno, luego de que la saqué de La Reserva y antes de juntarme con ustedes en la habitación del pánico, Iris me hizo ir a la ciudad para poder besarse con un imitador de Ben Franklin. Y luego, esta mañana, tuve que llevarla a su vieja escuela. Iris quería escalar una cuerda en el patio de juegos y tocar una campana de metal en la cima. –Había parecido una araña en esa cuerda, con los brazos y piernas larguiruchos, los jeans que Emily le había prestado estaban sujetados por un cinturón tamaño infantil.
           
- Resulta que los chicos de secundaria esconden marihuana en esa campana, -Emily continuó– Iris bajo de vuelta con una gran bolsa. Así que ahora tengo en mi casa a un paciente mental que se escapó y marihuana. Mis padres se volverán locos si se enteran.
           
Tan pronto como lo dijo, se dio cuenta de lo ridículo que sonaba. Sus padres se volverían aún más locos si supieran que Emily estaba guardando el secreto de que Aria tenía una pintura robada de valor incalculable. Y ayudó a empujar a una chica de un techo. Y todo lo demás.
           
Spencer se acomodó. - ¿Así que no te ha dicho nada sobre Ali?
           
Emily miró a su alrededor en busca de Iris, finalmente viendo su rubia cabeza junto a un mostrador de minifaldas. – Estoy trabajando en ello. –Le había pedido algo de información sobre Ali a Iris la noche anterior, pero Iris dijo que Emily realmente no había hecho nada aún para merecerse la información—tendría que probarse a sí misma. Cuando Emily le preguntó qué era, específicamente, lo que tenía que hacer para recibir la bendita información, Iris movió su cabellera, se encogió de hombros, y dijo – Lo sabré cuando lo vea.
           
- ¿Y A no sabe que Iris está contigo, cierto? – Spencer susurró.
           
Emily apretó una cartera de Michael Kors, volviéndose a enojar porque Iris había vuelto a cambiar las reglas. El papel al interior se arrugó. – No.
           
- ¿Qué debemos hacer sobre la pintura?
           
La empalagosa mezcla de perfumes estaba provocándole a Emily un dolor de cabeza – No lo sé. ¿Qué crees que debemos hacer?
           
Spencer negó lentamente con la cabeza. – No tengo ni idea.
           
Emily miró los claros ojos azules de Spencer. Aún no podía creer que Aria había guardado su secreto por tanto tiempo, especialmente dado que ella sabía las cosas que Spencer, Emily, y Hanna habían hecho durante el verano. Pero ahora que lo pensaba, puede que hubiese habido una vez, cerca de Navidad en la que Aria había tratado de hablarles; estaban en la fiesta anual de Spencer, y después de un par de copas, Aria había llevado aparte a Emily. – He hecho algo terrible – susurró en su oído. – No puedo vivir conmigo misma.
           
Emily había asumido que se trataba sobre Tabitha – Cualquiera de nosotras habría hecho lo mismo.
           
Aria negó con la cabeza, sus ojos llenándose de lágrimas. – No entiendes. Simplemente no entiendes. Lo que yo hice lo arruinará todo, y—
           
- ¡Allí estás! –Dijo una voz detrás suyo, y de repente Noel puso una mano sobre el hombro de Aria. Las facciones de Aria formaron algo que simulaba una sonrisa. – Hey, ¿Vendrás a conocer a mi amigo del campamento de lacrosse? ¡No lo he visto en años! – dijo Noel.

- ¡Claro! – Aria dijo emocionada, su boca seguía temblando.

Y así tal cual, él se la llevó lejos de Emily. En retrospectiva, quizás un poco bruscamente. Como si Aria fuera su posesión.
           
Pero la siguiente vez que Emily se encontró con ella, había estado optimista y vivaz. ¿Y si Aria había estado tratando de contarle sobre haberse enrollado con Olaf? ¿Sobre robar la pintura?
           
- ¡Ooh! ¡Esos son lindos!
           
Emily salió de su ensueño a tiempo para ver a Iris mostrándole un par de jeans verde-azulado a la Sra. Fields. Eran talla 00—y Emily supuso que aún serían demasiado grandes para Iris.
           
Estaba a punto de levantarse y unirse a ellas, pero Spencer le tomó del brazo. - ¿Crees que de verdad Noel estuvo en un viaje de esquí el fin de semana que Olaf fue asesinado?
           
Había una mirada de determinación en los ojos de Spencer, la misma que ponía cuando ella, Ali, Emily, y las otras solían armar puzles en el piso del salón de Ali en Poconos. A veces, hacían de armar puzles una carrera, y Spencer, desesperada por vencer a Ali, metía piezas juntas incluso cuando no encajaban.
           
- No creo que debamos ir de cacería de brujas aún – dijo Emily lentamente.
           
- Pero Noel tiene sentido. ¿No crees? – Spencer susurró.
           
Emily cerró sus ojos. No quería que Noel tuviera sentido. Mataría a Aria. – No sé – dijo desanimada.
          
                        - ¡Emily! – Iris gritó. Cuando Emily levantó la vista, Iris venía directa hacia ellas.
           
Emily alejó a Spencer del camino y se levantó.- ¡Hey! – llamó, tratando de sonreír.

- ¿Qué hacías en el piso? – Iris miró sospechosamente el sitio donde Emily acababa de estar sentada. Benditamente, Spencer se había desaparecido de la vista. Luego Iris le pasó un montón de blusas de seda a Emily. – Mete estas en tu cartera. Ya les saqué las etiquetas electrónicas.

Miró a Iris. - ¡Mi mamá está justo allí! – La Sra. Fields estaba afirmando una chaqueta de diseño de leopardo en su torso y girándose de un lado a otro en el espejo.
           
Iris se burló. - ¿Y? No verá. – Se acercó. – Te daré muy buena información sobre Ali si lo haces.
           
- Bien – Emily gruño, recibiendo las remeras de los brazos de Iris. Mirando de un lugar a otro, tomó aire y metió las remeras profundamente en su bolso de natación que a veces hacía de cartera a la vez. Caminó hacia su mamá y le tomó el codo. – Nos vamos ahora.
           
- ¿Tan pronto? – la Sra. Fields parecía decepcionada. - ¡Acabamos de llegar aquí! ¿Y no es linda esta? – le mostró a Emily la chaqueta de leopardo. – Quería regalarte algo especial.
           
- Es linda, pero, um, Iris tiene una entrevista a las cuatro y media. – Emily dijo, conduciéndolas por la salida. – Es algo realmente serio—están pensando en ofrecerle una beca.
           
- ¿En serio? – La Sra. Fields le sonrió a Iris. - ¿Dónde?
           
- Villanova – Emily dijo rápidamente antes de que Iris pudiera soltar un nombre inventado—o preguntar de qué rayos estaba hablando Emily. – Tengo que llevarla allí, de hecho. Así que mejor nos vamos.
           
Su corazón latió con fuerza cuando caminó junto a los mostradores hacia las puertas. Mientras sus dedos afirmaron la manija, se preparó para las alarmas—y la ira de su madre.

            Pero ninguna sirena sonó cuando Emily pasó por la segunda puerta rápidamente y salió a la acera. Todo su cuerpo sudaba. Su cabeza palpitaba. No podía creer que Jordan solía hacer esto de forma regular—pero con coches y barcos.

            - Está bien, nos vemos, mamá – Emily dijo, llevando a Iris hacia la furgoneta.
  
            - ¡Esto fue adorable, chicas! – La Sra. Fields se veía tan complacida que Emily casi sintió pena por ella. Hizo señas mientras se dirigía hacia la minivan de la familia. - ¡Lo haremos otra vez!

            El bolso de natación de Emily se sentía como una pesa de plomo en su mano. Estaba segura de que en cualquier minuto alguien iba a precipitarse y hacerla devolver todo. Solo una vez que estuvieron en el auto y andando, pudo respirar.

            Iris pataleó. - ¡Wow, qué emoción!

            Emily apretó el volante con sus manos. – No puedo creer que me hicieras hacer eso delante de mi mamá.

            Iris rodó sus ojos. – Deja de ser tan dramática.

            -Definitivamente ya hice mi parte – Emily insistió. – Ahora dime algo sobre Ali.

            Iris frotó sus palmas - ¿Qué quieres saber?

            La mente de Emily se esparció en mil direcciones diferentes. No estaba preparada para poder escoger su pregunta. - ¿Ali tenía un novio?

            Iris pasó sus dedos por una de sus camisas recién robadas. – Todos adoraban a Ali. Chicos y chicas. Todos querían algo de ella.

            - ¿Había alguien especial? ¿Alguien que hubiera hecho cualquier cosa por ella?

            Una sonrisa de conocimiento se expandió en la cara de Iris. – Tú eras la que estaba enamorada de ella. ¿O no?

            Emily se estremeció. - ¿Quién te dijo eso?

            Los ojos de Iris se fijaron en los de Emily. – Ali hablaba sobre ti todo el tiempo que estuvo en La Reserva. Ella estaba como, Mi hermana tiene una amiga llamada Emily que está mal por ella. Así es como me la voy a ganar. Será pan comido.

            Emily se enfocó en las líneas en la carretera hasta que se hicieron borrosas. Así era exactamente como Ali se la había ganado; había besado a Emily tan apasionadamente como Emily había besado a Su Ali en la casa del árbol al final de séptimo grado. Y luego Ali había dicho cuánto había amado por siempre a Emily, incluso cuando estaba atrapada en la Reserva. Por supuesto que Emily lo había creído. Era lo que siempre había querido oír.

            - Aw, ¿toqué un nervio?- Iris preguntó, haciéndole cariño al brazo de Emily.

            Emily alejó su brazo. – No importa.

            - ¿Aún la amas?

            - No hablaré de esto contigo. – Emily dijo. – Pero no, ya no la amo. – Nuevamente, la cara de Jordan apareció en su mente. Sintió una corriente de tristeza.

            - Pero seguiste amándola después del incendio en Poconos, ¿o no? Alguien metió un iPad a La Reserva por las fechas en que todo lo de Ali ocurrió, y recuerdo haber visto un montón de las grabaciones. Vi tu cara en las noticias. Te veías destrozada porque ella podría estar muerta. Tu verdadero amor…ido. Eso tenía que doler.

            Emily dio vuelta su cabeza tan bruscamente hacia Iris que esta se cubrió. - ¿Qué sabes tú de verdadero amor? – Emily rugió.

            Los labios de Iris temblaron. – Yo también estuve enamorada una vez.

            El momento de repente se apaciguó. Había lágrimas en los ojos de Iris. Juntó sus labios con tanta fuerza que eran transparentes. Emily hacía lo mismo cuando trataba de mantenerse firme.

            Emily miró al frente nuevamente, sintiéndose mal por ser insolente. – Lo siento – murmuró. – Pensé que estabas molestándome. ¿Quieres hablar de esto?

            Iris espetó. – No hablaré de esto contigo, - dijo en el mismo tono exactamente que Emily había usado.

            - Touché – Emily dijo suavemente.

            Pasaron un Wawa y una florería, y luego el camino que llevaba a la casa de Aria. Emily trató de imaginarse a la persona de la que Iris había estado enamorada, pero cuando trataba de imaginarse una cara, solo se imaginaba un signo de pregunta.

            - Ok, está bien. – Iris rompió el silencio. – Ali tenía a alguien especial. Un chico.

            El corazón de Emily comenzó a latir con más rapidez. – Está bien…

            - Hablaba de él todo el tiempo. Estaban realmente unidos.

            Emily estaba tan emocionada que se retiró a la cuneta. Pasaron coches. Estacionó el coche y miró a Iris. - ¿Él era un paciente del hospital? ¿O solo un visitante? ¿Sabes su nombre?

            - ¡Ah, ah ah! – Iris movió su dedo. – Tú solo querías saber si ella tenía un novio, no cuál era su nombre. – Palmeó el muslo de Emily. Todo a su tiempo, querida. Ahora, creo que tenemos más cosas que hacer en mi lista, ¿o no?

            Luego sacó la lista de su cartera y la consultó. Emily mordió con fuerza el interior de su labio, tratando de tragarse su frustración. Después de todo, no tenía elección más que jugar el juego de Iris.

            Especialmente si llevaba a respuestas. Y a Ali.




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