Traducido por: Guadalupe
Corregido por: Daniela
La tarde del sábado, Ali estacionó su bicicleta en la hierba entre
un cartel de madera grande, torcido que decía: “ALMACEN DE ANTIGUEDADES” y el
maltratado Subaru azul con parachoques llenos de stickers de los padres de
Aria. Ella la había llamado hace media hora—su familia iba a comprar una mesa,
y ¿Ali quería acompañarla? Ali no tenía nada que hacer, así que aceptó. Además,
el ambiente dentro de su casa estaba tenso— había portazos, sus padres se
cruzaban sin hablarse, y en un momento su madre contestó el teléfono que
sonaba, no dijo nada, pero suspiró y luego cortó estrellándolo. Ali necesitaba
salir.
Ali abrió la puerta del establo y parpadeó en la oscuridad. La
tienda de antigüedades olía a una extraña mezcla de moho y limonada recién
exprimida. Una estación de canciones clásicas estaba sonando en la radio, y en
todas partes había montones de basura. Juguetes antiguos, alfombras y mantas feas,
y sillas que definitivamente colapsarían si alguien se sentara sobre ellas. Más
relojes de los que Ali podría contar ocupaban todo el espacio disponible en el
mostrador. El hermano de Aria, Mike, que estaba en sexto grado, golpeó la parte
superior de una vieja máquina de pinball para hacerla funcionar. Luego él se
dirigió a Ali y le dio una mirada larga y amorosa, como siempre lo hacía. El
hermano de Aria estaba tan enamorado
de ella—una vez incluso él trató de besarla en una de las pijamadas de Aria
- Ahí estás. - Dijo Aria, tocando el hombro de Ali. Ali se dio la
vuelta y observó a su amiga. Parecía como si las mechas de color rosa en el
pelo de Aria se hubieran multiplicado, y llevaba pendientes largos de pluma que
rozaban sus hombros. Afirmada bajo su otro brazo estaba su cerdo de peluche,
Pigtunia, la cual su padre le había traído de Alemania.
- Sólo los bebés llevan animales de peluche. - Reprendió Ali.
Aria se dio la vuelta y se encogió de hombros, levantando el
peluche y haciendo que diga ‘Oink’ - Pigtunia quería ir a dar un paseo. ¿Cómo podría
decirle que no?
¿Porque es un
peluche? A veces Aria era una rara.
- Oye - Aria tocó una lámpara estilo Tiffany en la mesa con el
hocico de Pigtunia. - ¿Qué piensas tú? ¿No cuestan estas cosas un montón de
dinero? Y mira— ¡está sólo a veinticinco dólares!
Ali soltó un bufido. - Estoy segura de que es una imitación. - Esto
era Main Line, después de todo. Incluso los dueños de la tiendas vende-basura
sabían lo que una lámpara de Tiffany verdadera valía.
Justo en frente, el Sr. Montgomery, a quien Aria llamaba Byron, se
dirigió a una mesa redonda más pequeña con cubierta de azulejos.- ¿Qué tal esta?
La Sra. Montgomery—Ella—olfateó. - Esa no se alcanzará para
nosotros cuatro. ¿O es ese el punto?
- ¿Qué se supone que significa eso? - El Sr. Montgomery demandó,
cruzando los brazos sobre su pecho. Su blazer a cuadros tenía un agujero en el
codo.
La Sra. Montgomery empujó un mechón de cabello castaño detrás de
su oreja. - Olvídalo.
- Yo no quiero
olvidarlo. - El papá de Aria guio a su esposa hacia una esquina. Hablaban en
susurros. Mike levantó la vista desde la máquina de pinball, con el ceño
fruncido.
Ali miró a Aria. - ¿Qué pasa con tus padres?
Aria se encogió de hombros. - Ellos siempre se ponen así cuando compran
antigüedades.
Por el modo en que la garganta de Aria tembló cuando tragó saliva,
Ali supo que había tocado un tema delicado. Pero tenías que estar ciego para no
darte cuenta de que la relación de los padres de Aria había cambiado. En sexto
grado, el Sr. y la Sra. Montgomery hablaban en francés en la mesa cuando
querían decirse cosas románticas en presencia de sus hijos. Estos días, apenas
cenaban al mismo tiempo. Y una vez, no hace mucho tiempo, cuando Ali había
dormido en casa de Aria, ella se había levantado en medio de la noche para ir
al baño y se dio cuenta de que la madre de Aria estaba durmiendo en la
habitación de invitados. Aria dijo que era porque su padre roncaba, pero la
casa había estado muy callada esa noche.
Ali quería que Aria confiara en ella si estaba preocupada—tal vez
si Aria lo hacía, Ali podría contarle sobre sus propias preocupaciones
familiares. Pero Aria no funcionaba de esa manera. Mientras que las otras niñas
tenían sus propias razones para congraciarse con Ali, derramando sus secretos si
ella llegaba siquiera a preguntarles cómo había estado su día, era difícil
conseguir que Aria se sincerara. De hecho, Ali no estaba muy segura a veces lo
que Aria ganaba de su amistad. Claro, a ella le gusta ser parte de una
pandilla, pero a menudo tenía a Ali a una buena distancia, guardando sus
sentimientos para sí misma. A veces, hacía que Ali luchara por su afecto y atención
aún más. Otras veces, simplemente le molestaba.
De pronto, Ali vio algo en una de las mesas. Un viejo espejo de
bolsillo de plata con grabados delicados en el mango y la parte de atrás estaba
apoyado junto a una pila de libros. Los médicos habían utilizado espejos muy
similares durante las sesiones de grupo en Radley.
Ella cerró los ojos, un recuerdo de golpe. La Señorita Anna, la
psicóloga, pasaba el espejo a cada niña, diciéndoles que miraran en él y
compartieran con el grupo lo que más querían ser. La mayoría de las chicas
daban respuestas sentimentales: Quiero
ser fuerte, quiero ser mejor, quiero ser feliz. Pero Ali había mirado a su
reflejo, sus facciones coincidían con las de su hermana. Sin embargo ella no
había dicho que quería ser su hermana, como la mayoría de la gente en el
hospital hubiera pensado. Ella había dicho, quiero
ser libre.
Puso el espejo en el bolso y se fue.
- Este lugar huele como el sótano de mi abuela. - Ella dijo,
agarrando el brazo de Aria y guiándola hacia la puerta. - Salgamos afuera.
Ellas pasaron a través de las pilas de cestas de mimbre y
alrededor de una gran mantequera de madera y salieron al sol de la tarde. El
aire estaba perfumado por las lilas. Un caballo de un campo cercano relinchó. A
pesar del entorno idílico, Ali sintió de pronto una punzada familiar en su
columna vertebral. Pasó un coche, y cuando miró a través del parabrisas, el
rostro ceñudo de Melissa Hastings le devolvió la mirada. Ali dio un respingo.
Ellas no estaban lejos de su barrio, pero este era un camino alternativo, no
uno que Melissa tenga motivos para tomar.
Entonces Ali vio dos chicos que salían de la enorme casa de estilo
colonial por la calle del granero. - ¿Ese es Noel Kahn? - Preguntó.
Aria se giró. Ambas vieron como Noel y un chico que no reconocían
agarraron una pelota de baloncesto de la hierba y la tiraban hacia el aro de la
enorme entrada para autos circular.
- Vamos. - Dijo Ali, lanzándose a través del estacionamiento.-
Vamos a hablar con ellos.
- ¡Espera! -Aria gritó,
agarrando su brazo. - ¿Cómo me veo?
Ali inspeccionó a Aria, desde su pelo Tecnicolor, su sombra de
ojos azul brillante en sus párpados, hasta la camiseta con estampado hippie
ondeado que dejaba ver sus brazos flacos y sus pechos
muy-grandes-para-séptimo-grado. - Te ves genial. - Dijo. - Pero bota el cerdo,
¿de acuerdo?
Aria dejó a Pigtunia en el techo del coche de sus padres, y
entonces ella y Ali caminaron hasta allí. Los chicos levantaron las miradas
cuando las vieron venir. El pelo castaño de Noel estaba despeinado, y había una
mancha de suciedad en su cara. Él y el otro chico, que tenía el pelo rizado
rubio, pecas, y mejillas apretables de querubín, llevaban camisetas sin mangas,
shorts largos deportivos, y zapatillas blancas que parecían enormes en sus pies.
- Hey, Ali. Hey, Aria. - Dijo Noel.
Aria tomó la mano de Ali. ¡Él sabe mi nombre! Decía ese
apretón. Por supuesto que lo sabe, Ali quería decirle. Ella sólo los
había presentado seis millones de veces.
- Hey, Noel. -Dijo Ali. Luego miró a Mejillas de Querubín.- ¿Quién
es tu amigo?
El chico dio un paso adelante.- Mason Byers. Me acabo de mudar de
Atlanta.
- Él va a estar en el equipo de lacrosse el próximo año. - Dijo
Noel. - El entrenador me pidió que le mostrara el lugar. - Hizo un gesto a
través de la calle.- ¿Estaban comprando
antigüedades?
- Mis padres - Dijo Aria, rodando los ojos. - Están obsesionados
con las antigüedades.
- Eso está bien. - Noel volvió sus ojos verdes a Aria. - Mis
padres lo están, también. Mi padre colecciona maquetas de barcos a escala. Se
están apoderando de su oficina.
- Mi papá está obsesionado con los libros. - Aria admitió, jugando
con su piercing falso en la nariz. - A veces se va a los mercadillos y trae
toda una caja de ellos, en busca de uno que sea valioso. Mi mamá lo quiere
matar la mayoría de las veces—no tenemos espacio para todos ellos.
- Los mercadillos pueden ser muy buenos. - Dijo Noel. - Una vez
encontré un anuncio de cerveza de neón de lo más genial en el de Bryn Mawr.
Ali soltó un bufido.- Noel, ¿Cuándo has ido tú a un mercadillo? - La familia de Noel era una de las más ricas
de Rosewood.
Noel le dio a Ali un codazo juguetón. - He ido a un montón. Y si
no estás interesada, cuando Aria y yo vayamos a un mercadillo, tú no tienes que venir.
Ali giró los ojos. - Como si quisiera.
Un fuerte beep sonó
desde el otro lado de la carretera. Los padres de Aria estaban tratando de meter
una mesa redonda con las piernas profusamente talladas en el baúl del Subaru.
La mesa cayó al suelo con un clonk, y
el señor y la señora Montgomery comenzaron a discutir.
Nubes rodaron por el rostro de Aria. - Probablemente deberíamos
volver.
- Buena suerte con esa mesa. -Dijo Noel.
- Encantada de conocerte. - Dijo Ali a Mason mientras se alejaban.
Una vez que los chicos volvieron a jugar al baloncesto y estaban
fuera del alcance del oído, Aria agarró el brazo de Ali con entusiasmo. - Oh, dios
mío, ¡él quiere ir al mercadillo conmigo!
Ali soltó un bufido.- Él no dijo eso exactamente.
- Igual, todo salió bien, ¿no crees?
Ali miró a su amiga. Los ojos de Aria brillaban, casi daban
vueltas, estaba tan emocionada. Por alguna razón, le molestaba. No era como que
Noel realmente iría tras de Aria
cuando tenía a alguien como Ali como opción. Él sólo estaba siendo amable,
probablemente porque Aria era la mejor amiga de Ali.
De repente, su teléfono celular sonó. Hey lindura, decía el
mensaje de un número local con código 610.
Ella frunció el ceño. ¿Quién eres? ella respondió.
¿Me has olvidado otra vez? era la respuesta. Es
Nick del campamento.
El corazón de Ali se volcó. ¡Por fin! Ella había estado esperando
el mensaje de Nick.
Ya recordé, ella
escribió.
Sólo quería decir hola, Nick respondió. Tengo
que irme.
Ali deslizó su teléfono en su bolsillo, sintiéndose triunfante.
Ella sabía que sacarle celos
funcionaría de maravilla.
Ella miró a Aria, de repente sintiéndose más generosa. - Creo que
ha salido muy bien. - Dijo.
Para cuando las chicas estaban al otro lado de la calle, los
padres Montgomery habían conseguido entrar la tabla en el coche. Había miradas
de enojo en sus rostros, pero se enderezaron una vez que vieron a las chicas.
La Sra. Montgomery abrió la puerta y arrojó su bolso en el espacio
para los pies.
- Vamos, Aria.
Será mejor que nos vayamos. - Ella miró a Ali, a continuación la bici de Ali, y
luego a Mike, que ya había subido, su cuerpo contorsionándose para dar lugar a
la gran mesa. - Te ofrecería llevarte a casa en coche Ali, pero no creo que
haya lugar.
- Está bien—no me importa ir en bici. - Respondió Ali. Luego miró
a Aria, que había rescatado a Pigtunia del techo y la acunaba en sus brazos.-
¿Sigue en pie lo de esta noche?
Aria miró a sus padres, que ahora estaban sentados en los asientos
delanteros del coche, mirando al frente. Su garganta se balanceaba mientras
tragaba saliva. - Um, en realidad no creo que mis padres salgan después de
todo.
- Oh. - Ali se encogió de hombros. - Está bien. No es necesario
que... - Ella articuló la palabra bebamos
- En realidad... - Aria giró su pulsera de hilo azul alrededor de
su muñeca, y luego miró con recelo a sus padres. - No es una buena noche para
venir.
Ali dio un paso atrás. - ¿Por qué? - Aria miró a sus pies, sin
responder. - ¿Algo pasa con tus padres? – Exigió Ali.
Aria parecía herida, casi como si Ali la hubiera abofeteado. ¡Sólo
estoy tratando de ser amable! Ali casi protestó, pero Aria se metió en el
coche antes de que pudiera. - Te llamaré más tarde, ¿de acuerdo? Lo siento.
Aria cerró la puerta, dejando a Ali de pie junto al coche, sus brazos
colgando a sus costados. Ali miró las pegatinas en el guardabarros trasero
mientras se alejaba. PLANIFICACIÓN FAMILIAR. VISUALIZE WHIRLED PEAS[1].
Un pez Darwin. Aria ni siquiera miró por la ventana para despedirse.
Ali se alejó cuando el coche se fue. Mientras buscaba en su bolso,
sus dedos tocaron algo familiar. El
espejo de plata. Lo sacó y miró el vidrio. Por un
momento, ella no reconocía a la niña mirándola en él—se veía triste, carente,
confundida. No era para nada como ella.
[1] Juego de
palabras. “Visualize whirled peas” (Imagínate guisantes arremolinados) En
inglés suena igual que “Visualize world peace” (Imagínate la paz mundial).
Capítulo 5 | Capítulo 7
me encantan!!! no paren :D
ResponderBorrarNo lo haremos ;)
BorrarGracias por comentar