domingo, 17 de noviembre de 2013

Ali's Pretty Little Lies - Capítulo 6: Algo está podrido en el granero de antiguedades

Traducido por: Guadalupe
Corregido por: Daniela

La tarde del sábado, Ali estacionó su bicicleta en la hierba entre un cartel de madera grande, torcido que decía: “ALMACEN DE ANTIGUEDADES” y el maltratado Subaru azul con parachoques llenos de stickers de los padres de Aria. Ella la había llamado hace media hora—su familia iba a comprar una mesa, y ¿Ali quería acompañarla? Ali no tenía nada que hacer, así que aceptó. Además, el ambiente dentro de su casa estaba tenso— había portazos, sus padres se cruzaban sin hablarse, y en un momento su madre contestó el teléfono que sonaba, no dijo nada, pero suspiró y luego cortó estrellándolo. Ali necesitaba salir.

Ali abrió la puerta del establo y parpadeó en la oscuridad. La tienda de antigüedades olía a una extraña mezcla de moho y limonada recién exprimida. Una estación de canciones clásicas estaba sonando en la radio, y en todas partes había montones de basura. Juguetes antiguos, alfombras y mantas feas, y sillas que definitivamente colapsarían si alguien se sentara sobre ellas. Más relojes de los que Ali podría contar ocupaban todo el espacio disponible en el mostrador. El hermano de Aria, Mike, que estaba en sexto grado, golpeó la parte superior de una vieja máquina de pinball para hacerla funcionar. Luego él se dirigió a Ali y le dio una mirada larga y amorosa, como siempre lo hacía. El hermano de Aria estaba tan enamorado de ella—una vez incluso él trató de besarla en una de las pijamadas de Aria

- Ahí estás. - Dijo Aria, tocando el hombro de Ali. Ali se dio la vuelta y observó a su amiga. Parecía como si las mechas de color rosa en el pelo de Aria se hubieran multiplicado, y llevaba pendientes largos de pluma que rozaban sus hombros. Afirmada bajo su otro brazo estaba su cerdo de peluche, Pigtunia, la cual su padre le había traído de Alemania.

- Sólo los bebés llevan animales de peluche. - Reprendió Ali.

Aria se dio la vuelta y se encogió de hombros, levantando el peluche y haciendo que diga ‘Oink’ -  Pigtunia quería ir a dar un paseo. ¿Cómo podría decirle que no?

¿Porque es un peluche? A veces Aria era una rara.

- Oye - Aria tocó una lámpara estilo Tiffany en la mesa con el hocico de Pigtunia. - ¿Qué piensas tú? ¿No cuestan estas cosas un montón de dinero? Y mira— ¡está sólo a veinticinco dólares!

Ali soltó un bufido. - Estoy segura de que es una imitación. - Esto era Main Line, después de todo. Incluso los dueños de la tiendas vende-basura sabían lo que una lámpara de Tiffany verdadera valía.

Justo en frente, el Sr. Montgomery, a quien Aria llamaba Byron, se dirigió a una mesa redonda más pequeña con cubierta de azulejos.- ¿Qué tal esta?

La Sra. Montgomery—Ella—olfateó. - Esa no se alcanzará para nosotros cuatro. ¿O es ese el punto?

- ¿Qué se supone que significa eso? - El Sr. Montgomery demandó, cruzando los brazos sobre su pecho. Su blazer a cuadros tenía un agujero en el codo.

La Sra. Montgomery empujó un mechón de cabello castaño detrás de su oreja. - Olvídalo.

- Yo no quiero olvidarlo. - El papá de Aria guio a su esposa hacia una esquina. Hablaban en susurros. Mike levantó la vista desde la máquina de pinball, con el ceño fruncido.

Ali miró a Aria. - ¿Qué pasa con tus padres?

Aria se encogió de hombros. - Ellos siempre se ponen así cuando compran antigüedades.

Por el modo en que la garganta de Aria tembló cuando tragó saliva, Ali supo que había tocado un tema delicado. Pero tenías que estar ciego para no darte cuenta de que la relación de los padres de Aria había cambiado. En sexto grado, el Sr. y la Sra. Montgomery hablaban en francés en la mesa cuando querían decirse cosas románticas en presencia de sus hijos. Estos días, apenas cenaban al mismo tiempo. Y una vez, no hace mucho tiempo, cuando Ali había dormido en casa de Aria, ella se había levantado en medio de la noche para ir al baño y se dio cuenta de que la madre de Aria estaba durmiendo en la habitación de invitados. Aria dijo que era porque su padre roncaba, pero la casa había estado muy callada esa noche.

Ali quería que Aria confiara en ella si estaba preocupada—tal vez si Aria lo hacía, Ali podría contarle sobre sus propias preocupaciones familiares. Pero Aria no funcionaba de esa manera. Mientras que las otras niñas tenían sus propias razones para congraciarse con Ali, derramando sus secretos si ella llegaba siquiera a preguntarles cómo había estado su día, era difícil conseguir que Aria se sincerara. De hecho, Ali no estaba muy segura a veces lo que Aria ganaba de su amistad. Claro, a ella le gusta ser parte de una pandilla, pero a menudo tenía a Ali a una buena distancia, guardando sus sentimientos para sí misma. A veces, hacía que Ali luchara por su afecto y atención aún más. Otras veces, simplemente le molestaba.

De pronto, Ali vio algo en una de las mesas. Un viejo espejo de bolsillo de plata con grabados delicados en el mango y la parte de atrás estaba apoyado junto a una pila de libros. Los médicos habían utilizado espejos muy similares durante las sesiones de grupo en Radley.

Ella cerró los ojos, un recuerdo de golpe. La Señorita Anna, la psicóloga, pasaba el espejo a cada niña, diciéndoles que miraran en él y compartieran con el grupo lo que más querían ser. La mayoría de las chicas daban respuestas sentimentales: Quiero ser fuerte, quiero ser mejor, quiero ser feliz. Pero Ali había mirado a su reflejo, sus facciones coincidían con las de su hermana. Sin embargo ella no había dicho que quería ser su hermana, como la mayoría de la gente en el hospital hubiera pensado. Ella había dicho, quiero ser libre.

Puso el espejo en el bolso y se fue.

- Este lugar huele como el sótano de mi abuela. - Ella dijo, agarrando el brazo de Aria y guiándola hacia la puerta. - Salgamos afuera.

Ellas pasaron a través de las pilas de cestas de mimbre y alrededor de una gran mantequera de madera y salieron al sol de la tarde. El aire estaba perfumado por las lilas. Un caballo de un campo cercano relinchó. A pesar del entorno idílico, Ali sintió de pronto una punzada familiar en su columna vertebral. Pasó un coche, y cuando miró a través del parabrisas, el rostro ceñudo de Melissa Hastings le devolvió la mirada. Ali dio un respingo. Ellas no estaban lejos de su barrio, pero este era un camino alternativo, no uno que Melissa tenga motivos para tomar.

Entonces Ali vio dos chicos que salían de la enorme casa de estilo colonial por la calle del granero. - ¿Ese es Noel Kahn? - Preguntó.

Aria se giró. Ambas vieron como Noel y un chico que no reconocían agarraron una pelota de baloncesto de la hierba y la tiraban hacia el aro de la enorme entrada para autos circular.

- Vamos. - Dijo Ali, lanzándose a través del estacionamiento.- Vamos a hablar con ellos.

- ¡Espera!  -Aria gritó, agarrando su brazo. - ¿Cómo me veo?

Ali inspeccionó a Aria, desde su pelo Tecnicolor, su sombra de ojos azul brillante en sus párpados, hasta la camiseta con estampado hippie ondeado que dejaba ver sus brazos flacos y sus pechos muy-grandes-para-séptimo-grado. - Te ves genial. - Dijo. - Pero bota el cerdo, ¿de acuerdo?

Aria dejó a Pigtunia en el techo del coche de sus padres, y entonces ella y Ali caminaron hasta allí. Los chicos levantaron las miradas cuando las vieron venir. El pelo castaño de Noel estaba despeinado, y había una mancha de suciedad en su cara. Él y el otro chico, que tenía el pelo rizado rubio, pecas, y mejillas apretables de querubín, llevaban camisetas sin mangas, shorts largos deportivos, y zapatillas blancas que parecían enormes en sus pies.

- Hey, Ali. Hey, Aria. - Dijo Noel.

Aria tomó la mano de Ali. ¡Él sabe mi nombre! Decía ese apretón. Por supuesto que lo sabe, Ali quería decirle. Ella sólo los había presentado seis millones de veces.

- Hey, Noel. -Dijo Ali. Luego miró a Mejillas de Querubín.- ¿Quién es tu amigo?

El chico dio un paso adelante.- Mason Byers. Me acabo de mudar de Atlanta.

- Él va a estar en el equipo de lacrosse el próximo año. - Dijo Noel. - El entrenador me pidió que le mostrara el lugar. - Hizo un gesto a través de la calle.-  ¿Estaban comprando antigüedades?

- Mis padres - Dijo Aria, rodando los ojos. - Están obsesionados con las antigüedades.

- Eso está bien. - Noel volvió sus ojos verdes a Aria. - Mis padres lo están, también. Mi padre colecciona maquetas de barcos a escala. Se están apoderando de su oficina.

- Mi papá está obsesionado con los libros. - Aria admitió, jugando con su piercing falso en la nariz. - A veces se va a los mercadillos y trae toda una caja de ellos, en busca de uno que sea valioso. Mi mamá lo quiere matar la mayoría de las veces—no tenemos espacio para todos ellos.

- Los mercadillos pueden ser muy buenos. - Dijo Noel. - Una vez encontré un anuncio de cerveza de neón de lo más genial en el de Bryn Mawr.

Ali soltó un bufido.- Noel, ¿Cuándo has ido a un mercadillo? - La familia de Noel era una de las más ricas de Rosewood.

Noel le dio a Ali un codazo juguetón. - He ido a un montón. Y si no estás interesada, cuando Aria y yo vayamos a un mercadillo, no tienes que venir.

Ali giró los ojos. - Como si quisiera.

Un fuerte beep sonó desde el otro lado de la carretera. Los padres de Aria estaban tratando de meter una mesa redonda con las piernas profusamente talladas en el baúl del Subaru. La mesa cayó al suelo con un clonk, y el señor y la señora Montgomery comenzaron a discutir.

Nubes rodaron por el rostro de Aria. - Probablemente deberíamos volver.

- Buena suerte con esa mesa. -Dijo Noel.

- Encantada de conocerte. - Dijo Ali a Mason mientras se alejaban.

Una vez que los chicos volvieron a jugar al baloncesto y estaban fuera del alcance del oído, Aria agarró el brazo de Ali con entusiasmo. - Oh, dios mío, ¡él quiere ir al mercadillo conmigo!

Ali soltó un bufido.- Él no dijo eso exactamente.

- Igual, todo salió bien, ¿no crees?

Ali miró a su amiga. Los ojos de Aria brillaban, casi daban vueltas, estaba tan emocionada. Por alguna razón, le molestaba. No era como que Noel realmente iría tras de Aria cuando tenía a alguien como Ali como opción. Él sólo estaba siendo amable, probablemente porque Aria era la mejor amiga de Ali.

De repente, su teléfono celular sonó. Hey lindura, decía el mensaje de un número local con código 610.

Ella frunció el ceño. ¿Quién eres? ella respondió.

¿Me has olvidado otra vez? era la respuesta. Es Nick del campamento.

El corazón de Ali se volcó. ¡Por fin! Ella había estado esperando el mensaje de Nick.
Ya recordé, ella escribió.

Sólo quería decir hola, Nick respondió. Tengo que irme.

Ali deslizó su teléfono en su bolsillo, sintiéndose triunfante. Ella sabía que sacarle celos funcionaría de maravilla.

Ella miró a Aria, de repente sintiéndose más generosa. - Creo que ha salido muy bien. - Dijo.

Para cuando las chicas estaban al otro lado de la calle, los padres Montgomery habían conseguido entrar la tabla en el coche. Había miradas de enojo en sus rostros, pero se enderezaron una vez que vieron a las chicas.

La Sra. Montgomery abrió la puerta y arrojó su bolso en el espacio para los pies.
- Vamos, Aria. Será mejor que nos vayamos. - Ella miró a Ali, a continuación la bici de Ali, y luego a Mike, que ya había subido, su cuerpo contorsionándose para dar lugar a la gran mesa. - Te ofrecería llevarte a casa en coche Ali, pero no creo que haya lugar.

- Está bien—no me importa ir en bici. - Respondió Ali. Luego miró a Aria, que había rescatado a Pigtunia del techo y la acunaba en sus brazos.- ¿Sigue en pie lo de esta noche?

Aria miró a sus padres, que ahora estaban sentados en los asientos delanteros del coche, mirando al frente. Su garganta se balanceaba mientras tragaba saliva. - Um, en realidad no creo que mis padres salgan después de todo.

- Oh. - Ali se encogió de hombros. - Está bien. No es necesario que... - Ella articuló la palabra bebamos

- En realidad... - Aria giró su pulsera de hilo azul alrededor de su muñeca, y luego miró con recelo a sus padres. - No es una buena noche para venir.

Ali dio un paso atrás. - ¿Por qué? - Aria miró a sus pies, sin responder. - ¿Algo pasa con tus padres? – Exigió Ali.

Aria parecía herida, casi como si Ali la hubiera abofeteado. ¡Sólo estoy tratando de ser amable! Ali casi protestó, pero Aria se metió en el coche antes de que pudiera. - Te llamaré más tarde, ¿de acuerdo? Lo siento.

Aria cerró la puerta, dejando a Ali de pie junto al coche, sus brazos colgando a sus costados. Ali miró las pegatinas en el guardabarros trasero mientras se alejaba. PLANIFICACIÓN FAMILIAR. VISUALIZE WHIRLED PEAS[1]. Un pez Darwin. Aria ni siquiera miró por la ventana para despedirse.

Ali se alejó cuando el coche se fue. Mientras buscaba en su bolso, sus dedos  tocaron algo familiar. El espejo de plata. Lo sacó y miró el vidrio. Por un momento, ella no reconocía a la niña mirándola en él—se veía triste, carente, confundida. No era para nada como ella.





[1] Juego de palabras. “Visualize whirled peas” (Imagínate guisantes arremolinados) En inglés suena igual que “Visualize world peace” (Imagínate la paz mundial).

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2 comentarios:

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