Traducido por: Guadalupe
Corregido por: Daniela
- ¿Por qué no fuiste anoche a donde los Hastings? - Preguntó Ali mientras
subía al BMW de Jason la mañana siguiente para la escuela.
Jason, quien tenía círculos púrpuras bajo sus ojos como si no
hubiera dormido en toda la noche, encendió el canal universitario en SiriusXM. -
No me dio la gana.
- La mitad de tu clase estaba allí. – Dijo Ali.- Fue muy
divertido. - Después de que ella y Spencer se reconciliaron, bailaron con lindos chicos mayores por el resto de la
noche. Varios chicos habían pedido su número, no es que ella se los haya dado.
Todavía sentía que era algo turbio en salir con alguien así de mayor.
- Yo no estaba de humor. - Jason le lanzó una mirada. - Y no me
gustó que tú hayas ido.
Ali se burló. - A Melissa no le importó que Spencer pasara el rato
en la fiesta.
Jason se estremeció.- No es como que saltaría un puente si Melissa
lo hiciera primero.
Ali cruzó y descruzó las piernas. Lo habrías hecho hace un año,
quería decir. Pero dudaba que Jason le hubiera confesado su amor platónico a la
verdadera Alison.
Miró a Jason. - ¿Crees que mamá y papá están realmente estresados
por enviarte a la universidad? - Ella se quedó sin aliento. - ¿Y si están en
quiebra?
Jason resopló. - Ellos no están en quiebra. Y no creo que eso sea
lo que les preocupe, tampoco.
- Pero ellos dijeron... -Ali se detuvo, pensando en el extraño
comportamiento de sus padres en la cena.- ¿Crees que mintieron?
Jason pisó el freno con fuerza detrás de un cupé Mercedes, sin
responder.
Ali pasó sus dedos de arriba abajo por la correa del cinturón de
seguridad.- ¿Y si están hablando de un divorcio?
Jason torció la boca. - No creo que—
-Tiene sentido. Ya nunca están juntos. Y toda esa charla en la
cena sobre decirnos algo—probablemente sea eso, ¿no crees? - Ella empujó su
pulsera de hilo alrededor de su muñeca. - No me sorprende, la verdad. Tener una
hija como Courtney realmente debe tener un precio en el matrimonio.
El nombre Courtney flotó
en el aire como un mal olor. Ali rara vez decía su verdadero nombre en voz
alta, y definitivamente nunca a Jason. Él respiró de manera constante y
uniforme, su expresión no indicaba nada. - Tal vez.
-Dijo finalmente.
Entraron por largo camino bordeado de árboles hacia Rosewood Day.
La escuela de piedra y ladrillo se elevaba ante ellos, dándole a Ali el mismo
cosquilleo que había sentido la primera vez que había venido aquí en sexto
grado. Esto es lo que me estaba perdiendo, había pensado mientras sobaba
sus manos sobre su blazer. Definitivamente voy a sacudir este lugar.
Y lo había sacudido, por supuesto. Todo el mundo ya la conocía y
se inclinaba hacia ella. Oh, había habido desafíos el primer día: perderse en
su camino al gimnasio, confundir a Devon Arliss y Dara Artz—afortunadamente
estaban más que encantados de que ella si quiera les hablara—y coquetear con
Andrew Campbell, sólo para darse cuenta luego de que era uno de los chicos más
nerds de la escuela. Unas pocas personas le habían dado extrañas miradas cuando
ella se sentó en el interior de la
cafetería—al parecer todas las personas geniales se sentaban fuera—pero ella
había actuado la mayoría de las cosas con estilo y facilidad. Al día siguiente,
sin embargo, llevó el viejo diario de su hermana, donde había empezado a
escribir ella, como una hoja de trucos para la vida de Ali.
Jason pasó más allá de las escuelas medias y bajas y se dirigió a
la zona de aparcamiento en la parte trasera, donde todos los alumnos cursos
mayores se estacionaban. La gente se derramaba entre los coches y hablaban ruidosamente.
Ali salió corriendo por la puerta tan pronto como Jason se ubicó en un espacio,
y miró a su alrededor para buscar a Cassie y sus otras compañeras del equipo de
hockey. Pero entonces vio a alguien más. Hanna se situaba en el otro extremo
del estacionamiento con una chica alta, delgada y de cabello oscuro que no
reconoció.
- ¡Ali! -Hanna hizo un
gesto con las manos sobre su cabeza.- ¡Por aquí!
Ali
se acercó, entrecerrando los ojos hacia la joven. Era bonita—muy bonita—y parecía que estaba, por lo
menos, en primer año. Llevaba una bolsa con flecos de color verde esmeralda con
un logotipo de Marc Jacobs en el cierre. Ali quería pensar que era una
imitación, pero se veía demasiado bien para serlo.
- Ali, ella es Josie. - Había dos manchas brillantes de color rosa
en las mejillas de Hanna. - Y Josie, ella es Alison DiLaurentis.
- Encantada de conocerte. - Josie estiró su mano para estrecharla.
Sus uñas estaban pintadas de un gris ceniza que Ali nunca había visto antes.
Ella ni siquiera sabía que el gris era un color popular, pero se veía
absolutamente chic.- He oído hablar mucho de ti.
- Todo el mundo ha escuchado hablar de mí. - dijo Ali recatadamente.-
Pero yo no he oído nada de ti.
- La familia de Josie se acaba de mudar aquí desde Los Angeles. - Hanna
explicó.
- Es tan feo que decidieran trasladarse en mayo. - Josie rodó los
ojos.- ¿No podían haber esperado hasta el verano? Ni siquiera pude ir a mi
baile de noveno grado, y el chico más lindo me había pedido de ir con él. Y tenía un amigo que tenía boletos para
los Teen Choice Awards, así que no pude ir a eso, tampoco.
- Oh, Dios mío, ¡me encantaría
ir a los Teen Choice Awards! - Hanna suspiró.
La cabeza de Ali daba vueltas. ¿Los
Angeles? ¿Baile de noveno grado? ¿Teen Choice Awards? Se apoyó en el
parachoques de un VW Beetle de alguien.- ¿Y cómo
conoces a Hanna?
Hanna se iluminó.- La conocí ayer en Otter.
- ¿Qué es eso? -Preguntó Ali.- ¿Una tienda de animales?
Pequeñas sonrisas, casi compasivas aparecieron en las caras de
Hanna y Josie. - Otter es la nueva boutique en el centro comercial. - Dijo
Josie. - Mi papá es el dueño. Trabajaré allí después de la escuela unos cuantos
días a la semana.
- Es la mejor tienda, Ali. - Brotó Hanna. - Incluso la gente de la
sección de estilo del Centinela
estaban allí cuando fui. ¡Ellos dijeron que podrían hacer un reportaje!
- Esta semana hay una liquidación por la inauguración—deberías
venir. - Dijo Josie, moviéndose a un lado mientras un Volvo maltratado hacía su
camino hasta el aparcamiento. Entonces ella le dio un codazo Hanna. -
¿Recuerdas la lucha de esas chicas por ese par de jeans Citizens?
Hanna miró a Ali. - Te habría encantado. Esas dos chicas vieron un
par de jeans ajustados que querían al mismo tiempo y comenzaron una pelea en el
vestidor.
- Así de increíbles eran
los jeans. - Agregó Josie.
Ali se aclaró la garganta.- ¿Y cómo
te enteraste de esta tienda, Hanna?
- Leí sobre ella en línea. -Hanna de repente se veía aterrada. -
Pensé que la conocías, Ali. Te habría dicho algo.
- ¿Desde cuándo te vas al King James sola? - Dijo Ali en una voz
que ante cualquier otra persona podía sonar como broma, pero ella sabía que
pondría a Hanna en su lugar. - Pensé que siempre nos mensajeábamos si íbamos a
ir. - Ella no se molestó en decir que ella
había estado en el King James ayer también. Pero eso no contaba— ella había ido
con sus padres.
- Ella no estuvo allí por mucho tiempo. - Dijo Josie con cautela,
dándole a Ali una mirada extraña.
- Es una cosa personal de mejores amigas. -Dijo Ali con fuerza. Luego
miró a Hanna de nuevo. Toda esta situación estaba mal. ¿Desde cuándo Hanna
recibía invitaciones de aperturas de boutiques y no le decía nada a ella? ¿Y
desde cuando una chica bonita y mayor de Los Angeles elegía a Hanna como su
nueva mejor amiga? Bueno, es cierto que hoy Hanna llevaba una linda blusa de
seda que Ali nunca había visto antes, y ella siempre sabía qué hacer con sus
joyas—hoy tenía un montón de pulseras de plata en el brazo izquierdo. Pero también
tenía bandas de goma rosas y moradas en sus aparatos. Había una espinilla en su
frente y otra en formación en su
barbilla. Su chaqueta de Rosewood Day, que le había quedado bien a principios
de este año, estaba apretada en el pecho y no se podía abotonar por completo en
el estómago. Todavía sería un idiota si Ali no la hubiera escogido y dado un
hogar de chica popular. Más que eso, ella era la tonta de Ali, y Ali no quería compartirla.
Ali olfateó. - Um, ¿Hanna? - Ella bajó la mirada hacia los zapatos
amarillo-plátano Marc Jacobs de Hanna. - Creo que tienes caca de perro en el
zapato.
Hanna se puso pálida.- Oh, dios mío. - Ella se escabulló a la
acera y furiosamente raspó su talón contra el hormigón.
Ali dio a Josie una mirada de disculpa. – Simplemente no podemos
llevar a Hanna a ningún lugar. Una vez, cuando estábamos en Filadelfia juntas,
¡ella literalmente se cayó en un charco de barro!
Los labios de Josie se movieron, pero ella no se rio. Subió su
bolso sobre su hombro. - En realidad, probablemente debería irme. Todavía no sé
muy bien mi camino en este lugar.
- ¿Te vas? -Preguntó Hanna, regresando de la acera.
- Hablaremos pronto, ¿de acuerdo? - Josie prácticamente huyó de
ellas, su cola de caballo saltando mientras corría colina abajo. Cuando llegó a
la puerta, unas cuantas chicas guapas la saludaron, y ella les devolvió la
sonrisa.
Hanna se deprimió miserablemente. Ali enhebró su brazo con el de
ella. - Lo siento, Han. La gente puede tener bastante asco por la caca de
perro.
Hanna sacó el labio inferior en su boca. - En realidad no había caca de perro en mi zapato. Me
fijé.
- ¿En serio? - Ali preguntó
inocentemente. Ella le agarró la mano y se la apretó con fuerza. - ¡Juro que olí algo, Han! ¡Mi culpa!
La frente de Hanna se frunció, tal vez intuyendo lo que Ali estaba
tramando. Hanna a veces era más inteligente de lo que Ali reconocía—Ella se dio
cuenta del comportamiento manipulador mucho más rápido que las otras. Si Ali se
hiciese a un lado alguna vez—no es que eso
llegaría a ocurrir alguna vez—-y si Hanna se rehiciera, probablemente ella
sería una abeja reina decente.
Pero Hanna no dijo nada. Ali agarró su brazo una vez más. - Además,
he oído que todos en California son grandes falsos. Tú no querrás ser amiga de
ella de todos modos.
Tenía a Ali, después de todo, y Ali era todo lo que importaba.
Capítulo 3 | Capítulo 5
quiero maasssss
ResponderBorrarpronto pronto :)
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