martes, 24 de septiembre de 2013

Burned - Capítulo 32: El problema del novio


                Traducido por: Daniela
                Corregido por: Frío


                A pesar de que la compañía del Eco Crucero había fijado vuelos para que todos los niños vuelvan a Philadelphia, aún estaba el asunto de que todos recojan sus cosas del barco. El barco llegó al puerto Hamilton a las 7 A.M. el lunes, y todos tenían permitida una hora para empacar. Aria y Noel subieron la rampa, luego miraron el auditorio, que aún estaba decorado para el show de talentos. Era algo triste ver los globos festivos, serpentinas, y reflectores. Incluso la comida aún seguía puesta, aunque había moscas zumbando alrededor de esta hambrientamente.
               
                Noel apuntó a la Vespa del primer premio, que estaba estacionada cerca del escenario – Me pregunto quién la irá a recibir.

                - Nadie, supongo – Aria murmuró.

                Él negó con la cabeza sombríamente. – Ayer fue un asco – Tomó la mano de Aria – Simplemente no puedo creer que pensaron que era una buena idea ir a buscar alguna estúpida herencia familiar que Spencer perdió buceando. Podrían haber muerto.
               
                Aria bajó la mirada – No creí que fuera la gran cosa. No planeamos que la balsa se desinflara. Fue algo raro.
               
                - Debieron haberlo pensado – Noel tomó la cara de Aria con sus manos – Cuando Naomi me dijo que ustedes navegaron hacia la puesta de sol y aún no habían vuelto, mi corazón casi se detuvo. No sé qué haría sin ti.

                - No seas tan dramático – Aria murmuró, pero sus ojos se llenaron de lágrimas. Esos terribles momentos en el agua estaban tan frescos y vivos en su mente. Ella aun no podía aceptar en su mente la idea de que Naomi no era A tampoco—y de que A podría ser Graham y solamente Graham. Él las había visto, entrando y saliendo de las sombras tan sin esfuerzo. Él había sido quien mató a Gayle y casi las mató a ellas.

                Mientras caminaron más allá en el barco, el aroma a humo se hizo más fuerte. Noel arrugó su nariz. – Repugnante – Cuando pasaron el casino, Noel miró la mesa al frente, la cual aún tenía un letrero de la Eco Búsqueda del Tesoro - ¿Hablaste con Graham luego de que evacuamos? – Él dijo, poniendo una cara rara – Estoy sorprendido de que él  no haya querido rescatarte.
               
                Aria tragó saliva, reviviendo esos horribles momentos en la sala de caldera. Spencer le había dicho que el barco pudo salvar una de las cámaras de seguridad, pero estaba indecisa de lo que la cinta podría revelar: En un extremo, sería bueno que Graham sea identificado y pillado. En el otro, ciertamente ella era la otra persona en la cinta. Noel perdería la cabeza si se enterara de que ella casi había sido hecha añicos.

                Se secó sus ojos y miró a su alrededor a la multitud de chicos dirigiéndose a sus cuartos. La habitación de Graham estaba en ese piso, pero él no estaba entre ellos. De hecho, Aria no lo había visto en ninguna parte. Había buscado en la multitud en el lobby del hotel, restaurantes, y sitios al aire libre sin parar, pero él no había estado en ningún lado. Pensándolo bien, si él era A, esconderse a plena vista era lo que mejor hacía.
               
                Pero pronto ya no iba a importar. Una vez que contaran lo de Tabitha, Graham ya no podría atormentarlas. Serían libres.

                - ¿Tierra a Aria?

                Saltó. Noel la estaba mirando. - ¿Estás bien? – Preguntó.

                Aria trató de sonreír, pero su boca no cooperaba. La realidad la golpeó como un balde de agua fría en su cabeza. Iban a contarlo. ¿No le correspondía contarle a Noel también? No quería que él se entere viendo las noticias de las seis.

                - Yo… - comenzó, su voz quebrándose.

                Noel parecía preocupado - ¿Qué ocurre? – Preguntó suavemente.

                - Hi-hice algo terrible – Aria susurró.

                - ¿Qué? – Noel se acercó. No estaba claro si él no había escuchado o si estaba pidiendo que continúe.

                Alguien cerró una puerta. Otro barco en el puerto hizo sonar una ruidosa y fea bocina. La historia palpitaba en la lengua de Aria, rogando ser liberada. – Yo he…

                De repente, la voz de Jeremy salió por el altoparlante. - ¡Todos, quedan cuarenta y cinco minutos! ¡Por favor empaquen rápido!

                Noel le dio la espalda a Aria. Él la miró por unos momentos, esperando. Aria se dio vuelta. – No importa. – dijo. No había modo de que pudiera decirlo todo ahora.

                Él le dio un gran abrazo, luego se alejó y le tocó el cuello. - ¿Dónde está tu collar?

                La mente de Aria se desordenó en búsqueda de una excusa. – Debo haberlo perdido en el agua – Esperaba sonar convincente – Supongo que quería ser devuelto al mar.

                Noel asintió lentamente, sin parecer molesto – Supongo que es mejor que tú lo hayas perdido a él que yo haberte perdido a ti.

                Le dio un abrazo final, luego se dirigió a su habitación. Aria dio un paso atrás en el elevador—su habitación estaba dos pisos más abajo que el de Noel. Cada músculo en su cuerpo se sentía nervioso y cargado. Ese mismo podría haber sido el último abrazo que se darían. ¿Siquiera le hablaría luego de que se enterara de que ella era una asesina?

                De repente, justo cuando las puertas se estaban cerrando, un hombre con uniforme de policía caminó por allí, con postura tiesa, su mirada derecha hacia adelante. Aria golpeó el botón de ABRIR PUERTA y volvió al pasillo de Noel. El policía caminó hasta el final del pasillo, luego entró a una puerta a la izquierda. Aria estaba casi segura de que era la habitación de Graham. Ella recordaba donde estaba por cuando lo fue a buscar para ir al mini golf. Parecía que había sido tanto tiempo atrás.

                Miró a Noel caminar a su habitación, insertó su llave en la puerta, y entró. Luego, tomando aire, bajó por el pasillo también. Pasó la puerta de Noel, dirigiéndose al final del corredor a la puerta en la que el policía había entrado. Definitivamente era la de Graham—Aria reconocía el sticker de caballero en la pizarra.

                Miró adentro, preparándose para ver a Graham, pero en vez de eso solo estaban el policía y Jeremy. Sus cabezas estaban cercanas, y hablaban en tono intenso.

                - ¿Por cuánto ha estado inconsciente? – El policía preguntó, con las manos en sus caderas.

                - Desde la evacuación – Jeremy murmuró. – No estoy seguro de qué tan malas son sus heridas—los doctores no hablan mucho. Su familia volará pronto.

                Aria parpadeó. ¿Graham estaba en el hospital?

                El policía hizo una cara irónica. – La inconciencia es un modo fácil de no hablar ¿huh? La cinta de seguridad revela a dos personas, uno de quienes es él – Él miró un celular. – Tiene mucho a qué temerle ahora mismo.

                - ¿Han identificado a la segunda persona? – Jeremy preguntó.

                Aria contuvo su respiración. Pero luego el policía cambió su peso y dijo, - Aun no podemos obtener suficientes características faciales de la segunda persona. Pero creemos que es un hombre.

                Aria frunció el ceño, confundida. Pasó sus dedos por su largo cabello, luego miró sus fibrosos dedos femeninos, cada uno pintado de un color coral con glitter. Había sido confundida con un montón de cosas a lo largo del tiempo, pero nunca, jamás, con un hombre.

                De repente, los dos levantaron la vista y la vieron. Los ojos de Jeremy se expandieron. El policía parecía enojado. - ¿Sí? – ladró.

                - Um, estoy buscando a Graham – dijo, sorprendida por lo débil y tímida que se sonaba su voz. - ¿Saben dónde está?

                Algo tiritó en la cara de Jeremy por medio segundo, luego se calmó. – Tienes que empacar ahora, ¿está bien?

                Una alarma sonó en su cabeza - ¿Graham está…bien? – preguntó, su voz chillando.

                Jeremy frunció el ceño y caminó hacia ella. – En serio. Si no sacas todo de tu habitación en la próxima media hora, no te dejaremos volver por ella.

                Los contornos de su cara se habían afilado, haciéndolo parecer más viejo y amenazador. Aria se dio vuelta y caminó rápidamente de vuelta al elevador, sintiendo que acababa de ver y oír algo que no debería. Una sensación incómoda se apoderó de ella, pero antes de poder pensar claramente al respecto, se apresuró, queriendo estar lejos de la habitación que posiblemente podía haber sido la de A de una vez por todas.


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