miércoles, 11 de septiembre de 2013

Burned - Capítulo 19: El flote del hombre muerto

          Traducido por: Daniela
            Corregido por: Ade Rubiah, Frío

              - ¿Aria? – Noel llamó desde fuera de una pequeña tienda-cambiador rayado cerca de la cubierta de la piscina - ¿Vas a venir?

             - No lo sé – Aria dijo, mirando su cuerpo en el bikini morado de cuerdas que Hanna había insistido que se comprara para el viaje. Había estado tan ocupada con la búsqueda del tesoro que aún no lo había usado, pero ahora se sentía consciente de sí misma. Era mucho más revelador que cualquier traje que había usado antes, el corte de las piernas era alto, el corte del top era bajo.

              - ¿Cómo puedo enseñarte a nadar si no sales del vestidor? – Noel señaló.

              Era la tarde del sábado, y Aria y Noel acababan de terminar su turno del almuerzo en el café y finalmente tenían tiempo para pasar juntos. Cuando Noel le sugirió enseñar a Aria a nadar apropiadamente, Aria pensó que bromeaba – Soy el mejor profesor de todos los tiempos, lo prometo – insistió.

              Emergió de la tienda. El aire se había puesto fresco en la última hora, y el área de la piscina se había vaciado. El vapor subía del jacuzzi. Divanes flotantes,  tablas de natación, y fideos flotadores estaban guardados en tarros de plásticos en la cubierta. Pero había algo espeluznante en la soledad—las decoraciones con forma de estrella de mar, delfín, y pulpo en el techo parecían enojados en vez de amigables.
              Se bajó la toalla y la dejó en uno de los divanes. Noel, quién estaba vestido con short de baño floreado, tomó aire. – Whoa.
              - Oh, para – Aria dijo, sonriéndose a sí misma. Bajó por los escalones y entró a la piscina. El agua envolvió sus pies, luego sus pantorrillas, luego su sección media. Agachó su cabeza bajo el agua y salió escupiendo. - ¡Frío!
              - Te acostumbrarás. – Noel flotó hasta ella. – Ven aquí – susurró, tomándola de la cadera y sosteniéndola cerca.
              Aria puso sus piernas alrededor de él, sintiéndose liviana y libre. Se besaron por largo rato, el agua llena de cloro rozaba sus cuerpos. En las entrañas del barco, la música New Age del Cirque du Soleil comenzó a sonar.

              - Veamos tu técnica de nadar – Noel dijo cuando se separaron.

              - No digas que no te lo advertí. – Aria anduvo por el agua hacia el borde hondo hasta que sus pies ya no tocaban el suelo. Luego sus piernas se sacudieron locamente. Sus brazos iban de un lado a otro. Al cabo de un rato, comenzó un tipo de nado que Mike llamaba el Remo de Aria.

              Cuando finalmente llegó hasta la pared, se dió la vuelta. Noel parecía horrorizado. – Tú desde luego nunca tomaste una clase de natación cuando eras niña.

             Aria negó con la cabeza – Mike sí, pero mis padres nunca insistieron en eso. Siempre escogí escultura. O teatro. O baile hip-hop.

              - Probablemente deberíamos enseñarte lo básico – Noel dijo. - ¿Sabes flotar como un muerto?
              Aria hizo un gesto al oír el nombre – Uh, no.
              Noel la guió hasta la orilla más baja. – Esto te ayudará en caso de que quedes parada en el mar.
              Aria lo miró como si estuviera loco. – Gracias, pero no espero que eso ocurra.

              - Nadie lo hace – Noel puso sus manos en sus caderas. – Recuéstate cara abajo en el agua. Yo te sostendré.

              Aria hizo lo que le dijeron. Sintió las manos de Noel sosteniéndola por la cintura. - ¡Estira tus brazos! – él dijo. - ¡Ahora relájate totalmente! – Era raro no revolcarse para mantenerse a flote—seguía pensando que iba a hundirse. Pero luego de un momento, lo consiguió y abrió sus ojos bajo el agua. El fondo de la piscina tenía baldosas con forma de diamante. Apenas podía ver los borrosos pies de Noel. 
              Levantó su cabeza para respirar, luego volvió a hundirse. Sus extremidades se sentían pesadas, pero flotantes. Era Zen, como si de verdad estuviera muerta.
              El cuerpo de Tabitha flotando en las olas apareció en su mente. Luego vino una voz: Tú hiciste eso. Tú vas a ser castigada. Instantáneamente, se desconcentró. Respiró una bocanada de agua y salió escupiendo, mirando a Noel como si él hubiera visto sus pensamientos.

              -¿Qué ha ocurrido? – Noel gritó, distraído - ¡Lo estabas haciendo genial!
              Aria se secó el agua de sus ojos – Me asusté – murmuró. No era mentira.

              Por la siguiente hora, Aria aprendió cómo no hundirse con el pataleo de rana y de flauta. Se esforzó con el remo corto, pero tuvo un primer intento bastante decente con las brazadas de espalda elementales. Para cuando el sol volvió a salir y unos cuantos chicos aparecieron en la cubierta de la piscina, Aria se sentía exhausta pero casi exitosa. Ella y Noel se retiraron al jacuzzi y compartieron un jarro de limonada.

              - Haces muy bien de profesor – le dijo a Noel, besándolo en la mejilla. – Es romántico también. Ambos semidesnudos, tú sosteniéndome…
              - ¿Quieres hacer de eso algo regular? – Noel bebió su refresco – Si supieras cómo nadar, podríamos surfear juntos. Te encantaría. Es adictivo.
              - No creo que debiera surfear por ahora – Aria dijo, cerrando sus ojos y dejando que los chorros del jacuzzi masajeasen sus piernas. – Pero seguro. Podemos tomar más clases.

              - ¿Qué tal más tarde? Podría tomarme un día sin surfear.

              Aria abrió sus ojos. Había una cara tan tierna en Noel que odiaba desilusionarlo. – No puedo – dijo arrepentida – Tengo que juntarme con Graham.
              - Oh – Noel parecía decepcionado – Está bien.
              - Lo siento – Aria se sentía realmente mal—Noel se veía tan molesto. – Sólo somos amigos.
              - Lo sé, lo sé. Pero tú le gustas. Un chico puede saberlo.
              - No, no es así – Aria dijo rápidamente – Él está así de cerca de tener una cita con Tori. Se encontraron en la cena anoche, y ella lo invitó a sentarse en su mesa, pero realmente no contamos eso como una cita, porque no fue planeado.
              Noel se rió. – Realmente te gusta jugar a ser Cupido. ¿O no?
              - Definitivamente – Aria dijo. – Me hace sentir bien – Lo dijo en más de un sentido.
              Alguien prendió una radio, y una canción de Shakira sonó. Los camareros comenzaron a servir un buffet, y unos cuantos chicos se pusieron en fila. Noel levantó el medallón que colgaba del cuello de Aria. – Me alegro de que sigas usando esto.
              - Es la cosa más linda que alguien me ha regalado – Aria murmuró.
              Noel soltó el medallón de vuelta en su pecho, y ella lo miró otra vez. Había algo tan familiar en él, algo que no podía recordar.

              Algo junto a su toalla llamó su atención. La pantalla de su celular se había prendido. Se salió del jacuzzi y miró la pantalla. Un mensaje nuevo.

              Le dio la espalda a Noel para que no lo pudiera ver. Después de leerlo, presionó BORRAR y, afortunadamente, el mensaje desapareció. Pero no olvidaría el mensaje por mucho tiempo.
              Los peces payasos son lindos
              Las estrellas de mar son color pastel
              ¿Irá el novio de Aria
              A visitarla cuando esté en la cárcel?
              —A

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