domingo, 18 de agosto de 2013

Burned - Capítulo 14: El nado inesperado de Spencer


Traducción: Daniela
Corrección: Frío


            - ¡Aquí tienen! - Una camarera latina puso una gran bandeja frente a Spencer y Reefer. - ¡El sabroso menú seis ceviches! ¡Buen apetito!

Cuando se alejó, meneando sus amplias caderas, Spencer miró a los seis pequeños bowls. - No puedo creer que me hayas convencido de esto. He estado en el Caribe diecisiete veces, y me las he arreglado para evitar el ceviche hasta ahora.
           
- Aw, ¡Una virgen del ceviche! - Reefer le acercó un tenedor. - Vamos. Tienes que probar algo. Lo amarás.

            Spencer levantó la mirada, alargando la espera. Era la noche del jueves, y estaban en un restaurant Latino al aire libre en Old San Juan. Palmeras los rodeaban, y cada mesa tenía una vela votiva parpadeando y un florero de flores tropicales. Una banda tocaba alegre y salvaje música, y muchas parejas estaban bailando salsa cerca del escenario. Para añadir el toque sexy, una piscina infinita azul oleaba hasta la distancia. Spencer ya había visto dos parejas desvestirse hasta quedar en trajes de baño y sumergirse en la piscina como un postre alternativo.

            Antes de su buceo esa mañana, la clase de buceo había visto una película sobre Jacques Cousteau. Por el resto de la tarde, Spencer se había preparado para su salida a cenar. Ahora su cabello rubio caía por su espalda, su piel brillaba gracias a una crema corporal, y sus uñas habían sido pintadas en un tono de rojo llamado Arpía. Estudió a fondo su ropa y la de Kirsten hasta que se decidió por un vestido strapless de lino color turquesa que gritaba Soy hermosa, pero no me esfuerzo tanto. Tan pronto como Reefer vio el vestido, le remarcó que ese era su color favorito.

            Ella había escogido este restaurant también, navegando entre sitios web sobre la vida nocturna en San Juan y escogiendo el lugar que parecía más romántico. Otros chicos del barco tuvieron la misma idea: En la esquina habían dos parejas de Tate. Al otro lado del camino, Lanie Iler y Mason Byers comían buñuelos. Y Naomi Zeigler se acababa de sentar con un grupo de chicas de Rosewood Day, lanzándole una mirada malvada a Spencer cuando la vio a ella y a Reefer juntos. Spencer rechinó sus dientes ante el vestido turquesa que parecía clon de Naomi. ¿Qué? ¿Acaso Naomi la había espiado cuando se estaba preparando?

            Pensándolo bien, Spencer era la que estaba en una cita con Reefer, ¿o no?

            Pero pisándole los talones a ese pinchazo de triunfo, venía una puñalada de temor. A lo mejor Naomi la había seguido aquí porque ella era A.

            Tragándose la preocupación, tomó el tenedor de la mano de Reefer y delicadamente probó un bocado de ceviche. Un intenso, y ácido sabor la golpeó al comienzo. Luego saboreó algo frío y blando. - Está bien - decidió.

            - Prueba de la que tiene chiles - Reefer le acercó otro bowl. - Es increíble cuando lo hacen con chiles reales, no con los secos. Hace unos años me dio por comer mucho ceviche. Estoy tratando de recordar mi receta favorita...- Escribió en su iPhone, inclinándolo a Spencer. RECETAS DE REEFER DESDE LA A HASTA LA Z, decía la pantalla. Ceviche, naturalmente, estaba bajo la C.

            Spencer se rió. - Eres tan organizado.

            Reefer cubrió la pantalla con su mano, se veía avergonzado. Pero Spencer no estaba sorprendida. Él guardaba sus reservas de marihuana en pequeñas cajoneras individuales cuidadosamente etiquetadas. Más temprano, cuando abrió su billetera buscando su ID falsa, sus tarjetas estaban alfabetizadas. Una membresía de AAA al frente, una tarjeta de negocios de Justin Zeis, Personal Trainer, al final.

            - Me gusta todo en su lugar. - Admitió. - No puedo soportar cuando las cosas están desordenadas - Se comió una papa frita. - Puedes decirlo. Soy un menso.

            Spencer se inclinó sobre sus codos. - Si eres menso, entonces también yo. Todo el dinero en mi billetera tiene que estar en orden de acuerdo al número serial en el frente del billete. Si está desordenado, entro en pánico.

            Las cejas de Reefer se levantaron. - ¿Por cuánto has estado haciendo eso?

            - Desde mi primera mesada. Y antes de eso, ordenaba mis juguetes de la bañera junto a ella según tamaño y color.

            Reefer sonrió - Solía ordenar mis LEGOs por tamaño y temática. E insistía en planchar mi ropa del colegio yo mismo—odiaba como lo hacía mi mamá.

            - Yo aún plancho mis jeans a veces. - Spencer admitió, luego se sintió un poco cohibida por decirlo.

            Reefer soltó una risita. - Cuando entré a botánica por primera vez, mi mamá me dio un rack de especias para organizar mis semillas. Me despertaba varias veces por la noche para asegurarme de que nadie las haya puesto en un orden diferente.

            Spencer tomó una papa frita y se la metió a la boca. - Le rogaba a mi padre que me deje ordenar sus archivos. Él pensaba que había algo malo conmigo.

            - Habrías sido una gran ventaja en el Ivy Eating Club[1]. - Reefer bromeó. - Una secretaria perfecta.

            - Que triste que eso nunca ocurrirá. - Spencer miró malhumoradamente la sal en el borde de su copa de margarita. Había estado tan desesperada por entrar a Ivy, pero luego del fiasco de los brownies de marihuana, estaba claro que eso nunca ocurriría.

            Cuando sintió la gran y tibia mano de Reefer cubriendo la suya, ella levantó la vista con sorpresa. - Te divertirás mucho más en Princeton sin ser parte de un Eating club, sabes. - Él dijo suavemente. - Yo me encargaré de eso.

            - ¿Lo harás? - Spencer se atrevió a sonreír.

            - Por supuesto. Nosotros la pasaremos genial. Sé toneladas de cosas divertidas que hacer—cosas que son mucho más geniales que lo que hace esa gente Ivy.

            El corazón de Spencer latía fuertemente. Él había dicho Nosotros. Como si fueran a ser una pareja. Quizás una pareja exclusiva.

            Una trompeta sonó en su oído, y se dio vuelta. La banda de jazz estaba de pie junto a su mesa para una serenata privada. EL guitarrista rasgueó un ritmo lento. El baterista agitaba unas maracas. El cantante comenzó una canción. A pesar de que las letras estaban en español, Spencer reconoció la melodía, era de “I Only Have Eyes For You.”

            - Tiene una bella novia, hombre - El cantante dijo en un acento español entre versos.

            - Lo sé - Reefer dijo, mirando a Spencer con cautela, como si hubiera dicho demasiado. Spencer sonrió atolondrada. ¿Novia? Se lo probó como si fuera un vestido, y le quedaba jodidamente bien. Le sonrió y apretó su mano.

            - ¿Quieren una foto? - Una camarera llevaba una cámara Polaroid. Spencer y Reefer se acercaron y sonrieron. El flash se disparó, y el dispositivo expulsó una fotografía. Spencer la tomó de la mano de la camarera y la puso en la mesa para que se seque.

            Reefer se levantó y le ofreció su mano. - ¿Quieres bailar?

            - Sí. - Spencer inspiró.

            Escogieron un lugar en la pista de baile cercano a la piscina, y Reefer puso sus brazos alrededor de ella.

            - Nunca pensé que fueras del tipo que baila - ella murmuró mientras se deslizaban.

            Reefer hizo un sonido de tsk con su lengua. - Deberías saber a estas alturas que las apariencias engañan. Me gusta bailar—especialmente si es con la persona correcta.

            El corazón de Spencer dio un golpe seco cuando él se acercó a ella hasta que su nariz rozó la mejilla de Spencer. Ella tragó saliva nerviosamente, luego se inclinó hacia él también. El trompetero hizo sonar una serie de notas cuando sus labios se tocaron. Spencer cerró sus ojos y saboreó lima y ceviche y sal. Cosquilleos se sintieron por su cuerpo.

            Se separaron y sonrieron. Un músculo tiritó junto a la boca de Reefer. Pero luego, medio segundo después, su mirada se enfocó en alguien tras Spencer.

            - ¿Molesta si interrumpo?

            La cara angular de Naomi salió a la vista. Ella miraba dulcemente a Reefer, su cabeza ladeada y sus pestañas revoloteando.

            Spencer se puso tensa, queriendo decir que no. Pero antes de que cualquiera pudiera moverse, Naomi se puso frente a Spencer, tomando las manos de Reefer. Spencer trató de mantener terreno, pero luego Naomi le dio un pequeño empujón a Spencer con su cadera. Spencer se tambaleó hacia atrás. Los momentos en el aire se sintieron como una eternidad, y de repente su cuerpo golpeó agua fría con un ruidoso salpicón. El agua entró a sus oídos y empapó su vestido. Su trasero golpeó el fondo de la piscina y rápidamente se impulsó para nadar a la superficie, salió escupiendo.

            Se sacó el cabello de los ojos y miró alrededor. La música aún sonaba fuertemente, pero un montón de gente en la pista de baile se había detenido y la estaban mirando. Camareros estaban congelados en su sitio, con bandejas en mano. La boca de Reefer seguía abierta. Los ojos de Naomi estaban bien abiertos. Luego de un momento, se acercó cuidadosamente al borde de la piscina.

            - Dios mío, Spencer, ¿estás bien? - dijo en una falsa voz de preocupación - ¡Deberías ser más cuidadosa!

            Spencer quería tomar el tobillo de Naomi y tirarla a ella también, pero Naomi ya se había dirigido de vuelta a Reefer, asumiendo, quizás, que iban a seguir bailando. Pero Reefer se volvió hacia un camarero, quien se apresuró con una toalla.

            Spencer salió de la piscina y dejó que Reefer envuelva la toalla alrededor de sus hombros. - Eso fue incómodo - murmuró, distraído, mientras la guio hasta su mesa. - Quizás no deberíamos haber bailado tan cerca de la piscina ¿huh?

            No con Naomi cerca, Spencer pensó amargadamente. Su celular sonó adentro de su cartera, y ella se inclinó. Un nuevo mensaje de Anónimo.

            Ella miró a sus espaldas. Naomi miraba por la ventana, con su celular en sus piernas. Había un matiz de sonrisa en su cara, como si estuviera guardando un delicioso secreto.

            Spencer miró a Naomi, quien ahora estaba dirigiéndose a la salida con su cabeza en alto, como si su trabajo allí estuviera hecho. Luego Spencer miró el mensaje.

        Si Sabes lo que es mejor para ti, Spence, te alejarás de él. Hay muchos peces en el mar. O, después de que acabe contigo, en el terreno de la prisión. —A

       
[1] Eating Club: Club social de las universidades americanas, los participantes disfrutan comidas y discursos. Para ingresar hay que pasar por un contencioso proceso de admisión.
Ivy Eating Club: (Ivy=de honor) Uno de los Eating Clubs más prestigiosos de la Universidad de Princeton.

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