Traducción: Daniela
Corrección: Frío
-
¡Aquí tienen! - Una camarera latina puso una gran bandeja frente a Spencer y
Reefer. - ¡El sabroso menú seis ceviches! ¡Buen apetito!
Cuando se alejó, meneando sus amplias
caderas, Spencer miró a los seis pequeños bowls. - No puedo creer que me hayas
convencido de esto. He estado en el Caribe diecisiete veces, y me las he
arreglado para evitar el ceviche hasta ahora.
- Aw, ¡Una virgen del ceviche! - Reefer le acercó un tenedor. - Vamos.
Tienes que probar algo. Lo amarás.
Spencer
levantó la mirada, alargando la espera. Era la noche del jueves, y estaban en
un restaurant Latino al aire libre en Old San Juan. Palmeras los rodeaban, y
cada mesa tenía una vela votiva parpadeando y un florero de flores tropicales.
Una banda tocaba alegre y salvaje música, y muchas parejas estaban bailando
salsa cerca del escenario. Para añadir el toque sexy, una piscina infinita azul
oleaba hasta la distancia. Spencer ya había visto dos parejas desvestirse hasta
quedar en trajes de baño y sumergirse en la piscina como un postre alternativo.
Antes
de su buceo esa mañana, la clase de buceo había visto una película sobre
Jacques Cousteau. Por el resto de la tarde, Spencer se había preparado para su
salida a cenar. Ahora su cabello rubio caía por su espalda, su piel brillaba gracias
a una crema corporal, y sus uñas habían sido pintadas en un tono de rojo
llamado Arpía. Estudió a fondo su ropa y la de Kirsten hasta que se decidió por
un vestido strapless de lino color turquesa que gritaba Soy hermosa, pero no
me esfuerzo tanto. Tan pronto como Reefer vio el vestido, le remarcó que
ese era su color favorito.
Ella
había escogido este restaurant también, navegando entre sitios web sobre la
vida nocturna en San Juan y escogiendo el lugar que parecía más romántico.
Otros chicos del barco tuvieron la misma idea: En la esquina habían dos parejas
de Tate. Al otro lado del camino, Lanie Iler y Mason Byers comían buñuelos. Y
Naomi Zeigler se acababa de sentar con un grupo de chicas de Rosewood Day,
lanzándole una mirada malvada a Spencer cuando la vio a ella y a Reefer juntos.
Spencer rechinó sus dientes ante el vestido turquesa que parecía clon de Naomi.
¿Qué? ¿Acaso Naomi la había espiado cuando se estaba preparando?
Pensándolo
bien, Spencer era la que estaba en una cita con Reefer, ¿o no?
Pero
pisándole los talones a ese pinchazo de triunfo, venía una puñalada de temor. A
lo mejor Naomi la había seguido aquí porque ella era A.
Tragándose
la preocupación, tomó el tenedor de la mano de Reefer y delicadamente probó un
bocado de ceviche. Un intenso, y ácido sabor la golpeó al comienzo. Luego
saboreó algo frío y blando. - Está bien -
decidió.
-
Prueba de la que tiene chiles - Reefer le acercó otro bowl. - Es increíble
cuando lo hacen con chiles reales, no con los secos. Hace unos años me dio por
comer mucho ceviche. Estoy tratando de recordar mi receta favorita...- Escribió
en su iPhone, inclinándolo a Spencer. RECETAS DE REEFER DESDE LA A HASTA LA Z,
decía la pantalla. Ceviche, naturalmente, estaba bajo la C.
Spencer
se rió. - Eres tan organizado.
Reefer
cubrió la pantalla con su mano, se veía avergonzado. Pero Spencer no estaba
sorprendida. Él guardaba sus reservas de marihuana en pequeñas cajoneras
individuales cuidadosamente etiquetadas. Más temprano, cuando abrió su
billetera buscando su ID falsa, sus tarjetas estaban alfabetizadas. Una
membresía de AAA al frente, una tarjeta de negocios de Justin Zeis, Personal
Trainer, al final.
-
Me gusta todo en su lugar. - Admitió. - No puedo soportar cuando las cosas
están desordenadas - Se comió una papa frita. - Puedes decirlo. Soy un menso.
Spencer
se inclinó sobre sus codos. - Si eres menso, entonces también yo. Todo el
dinero en mi billetera tiene que estar en orden de acuerdo al número serial en
el frente del billete. Si está desordenado, entro en pánico.
Las
cejas de Reefer se levantaron. - ¿Por cuánto has estado haciendo eso?
-
Desde mi primera mesada. Y antes de eso, ordenaba mis juguetes de la bañera
junto a ella según tamaño y color.
Reefer
sonrió - Solía ordenar mis LEGOs por tamaño y temática. E insistía en planchar
mi ropa del colegio yo mismo—odiaba como lo hacía mi mamá.
-
Yo aún plancho mis jeans a veces. - Spencer admitió, luego se sintió un poco
cohibida por decirlo.
Reefer
soltó una risita. - Cuando entré a botánica por primera vez, mi mamá me dio un
rack de especias para organizar mis semillas. Me despertaba varias veces por la
noche para asegurarme de que nadie las haya puesto en un orden diferente.
Spencer
tomó una papa frita y se la metió a la boca. - Le rogaba a mi padre que me deje
ordenar sus archivos. Él pensaba que había algo malo conmigo.
-
Habrías sido una gran ventaja en el Ivy Eating Club[1]. - Reefer bromeó. - Una
secretaria perfecta.
-
Que triste que eso nunca ocurrirá. - Spencer miró malhumoradamente la sal en el
borde de su copa de margarita. Había estado tan desesperada por entrar a Ivy,
pero luego del fiasco de los brownies de marihuana, estaba claro que eso nunca
ocurriría.
Cuando
sintió la gran y tibia mano de Reefer cubriendo la suya, ella levantó la vista
con sorpresa. - Te divertirás mucho más en Princeton sin ser parte de un Eating
club, sabes. - Él dijo suavemente. - Yo me encargaré de eso.
-
¿Lo harás? - Spencer se atrevió a sonreír.
-
Por supuesto. Nosotros la pasaremos genial. Sé toneladas de cosas divertidas
que hacer—cosas que son mucho más geniales que lo que hace esa gente Ivy.
El
corazón de Spencer latía fuertemente. Él había dicho Nosotros. Como si
fueran a ser una pareja. Quizás una pareja exclusiva.
Una
trompeta sonó en su oído, y se dio vuelta. La banda de jazz estaba de pie junto
a su mesa para una serenata privada. EL guitarrista rasgueó un ritmo lento. El
baterista agitaba unas maracas. El cantante comenzó una canción. A pesar de que
las letras estaban en español, Spencer reconoció la melodía, era de “I Only
Have Eyes For You.”
-
Tiene una bella novia, hombre - El cantante dijo en un acento español entre
versos.
-
Lo sé - Reefer dijo, mirando a Spencer con cautela, como si hubiera dicho
demasiado. Spencer sonrió atolondrada. ¿Novia? Se lo probó como si fuera
un vestido, y le quedaba jodidamente bien. Le sonrió y apretó su mano.
-
¿Quieren una foto? - Una camarera llevaba una cámara Polaroid. Spencer y Reefer
se acercaron y sonrieron. El flash se disparó, y el dispositivo expulsó una
fotografía. Spencer la tomó de la mano de la camarera y la puso en la mesa para
que se seque.
Reefer
se levantó y le ofreció su mano. - ¿Quieres bailar?
-
Sí. - Spencer inspiró.
Escogieron
un lugar en la pista de baile cercano a la piscina, y Reefer puso sus brazos
alrededor de ella.
-
Nunca pensé que fueras del tipo que baila - ella murmuró mientras se
deslizaban.
Reefer
hizo un sonido de tsk con su lengua. - Deberías saber a estas alturas
que las apariencias engañan. Me gusta bailar—especialmente si es con la persona
correcta.
El
corazón de Spencer dio un
golpe seco cuando él se acercó a ella hasta que su nariz rozó la mejilla de Spencer.
Ella tragó saliva nerviosamente, luego se inclinó hacia él también. El
trompetero hizo sonar una serie de notas cuando sus labios se tocaron. Spencer
cerró sus ojos y saboreó lima y ceviche y sal. Cosquilleos se sintieron por su
cuerpo.
Se
separaron y sonrieron. Un músculo tiritó junto a la boca de Reefer. Pero luego,
medio segundo después, su mirada se enfocó en alguien tras Spencer.
-
¿Molesta si interrumpo?
La
cara angular de Naomi salió a la vista. Ella miraba dulcemente a Reefer, su
cabeza ladeada y sus pestañas revoloteando.
Spencer
se puso tensa, queriendo decir que no. Pero antes de que cualquiera pudiera
moverse, Naomi se puso frente a Spencer, tomando las manos de Reefer. Spencer
trató de mantener terreno, pero luego Naomi le dio un pequeño empujón a Spencer
con su cadera. Spencer se tambaleó hacia atrás. Los momentos en el aire se
sintieron como una eternidad, y de repente su cuerpo golpeó agua fría con un
ruidoso salpicón. El agua entró a sus oídos y empapó su vestido. Su trasero
golpeó el fondo de la piscina y rápidamente se impulsó para nadar a la
superficie, salió escupiendo.
Se
sacó el cabello de los ojos y miró alrededor. La música aún sonaba fuertemente,
pero un montón de gente en la pista de baile se había detenido y la estaban mirando.
Camareros estaban congelados en su sitio, con bandejas en mano. La boca de
Reefer seguía abierta. Los ojos de Naomi estaban bien abiertos. Luego de un
momento, se acercó cuidadosamente al borde de la piscina.
-
Dios mío, Spencer, ¿estás bien? - dijo en una falsa voz de preocupación -
¡Deberías ser más cuidadosa!
Spencer
quería tomar el tobillo de Naomi y tirarla a ella también, pero Naomi ya se
había dirigido de vuelta a Reefer, asumiendo, quizás, que iban a seguir
bailando. Pero Reefer se volvió hacia un camarero, quien se apresuró con una
toalla.
Spencer
salió de la piscina y dejó que Reefer envuelva la toalla alrededor de sus
hombros. - Eso fue incómodo - murmuró, distraído, mientras la guio hasta su mesa. - Quizás no
deberíamos haber bailado tan cerca de la piscina ¿huh?
No
con Naomi cerca, Spencer pensó amargadamente. Su celular sonó adentro de su
cartera, y ella se inclinó. Un nuevo mensaje de Anónimo.
Ella
miró a sus espaldas. Naomi miraba por la ventana, con su celular en sus
piernas. Había un matiz de sonrisa en su cara, como si estuviera guardando un
delicioso secreto.
Spencer
miró a Naomi, quien ahora estaba dirigiéndose a la salida con su cabeza en
alto, como si su trabajo allí estuviera hecho. Luego Spencer miró el mensaje.
Si Sabes lo que es mejor para ti, Spence, te alejarás de él. Hay
muchos peces en el mar. O, después de que acabe contigo, en el terreno de la
prisión. —A
[1] Eating Club: Club
social de las universidades americanas, los participantes disfrutan comidas y
discursos. Para ingresar hay que pasar por un contencioso proceso de admisión.
Ivy Eating Club: (Ivy=de honor) Uno de los Eating Clubs más prestigiosos de
la Universidad de Princeton.
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