jueves, 8 de agosto de 2013

Burned - Capítulo 11: El Pygmalion de Aria


Traducido por: Daniela
Corregido por: Ximena



(Pygmalion: efecto pygmalion: a algunos estudiantes les va mejor solo porque los demás esperan que les vaya mejor)

Esa mañana, Aria estaba de pie con Graham en una esquina de una calle en la sección Francesa de la isla de San Martín. Pasaban autobuses raquíticos a velocidades alarmantes. Hombres viejos y de piel curtida estaban sentados en un café al aire libre, bebiendo cappuccino. Las olas golpeaban a lo lejos, y había cerca de cien gaviotas en un estacionamiento cercano, peleándose por una bolsa de patatas abierta.

            Aria respiró profundo y miró la pista de la Eco Búsqueda del Tesoro otra vez.. Estaba escrita en forma de poema y amarrada a un gran terrón de carbón.

            - Úsame para mermelada, gabinetes, y madera, - Graham leyó en voz alta. - Y cuando soy una barrera, protejo las tortugas marinas— ¡Eso es bueno! - Él miró a Aria - ¿Alguna idea?

            Aria tocó el carbón. Con sus dedos salió polvo negro. - ¿Cómo puede un trozo de carbón vegetal también hacer mermelada?
           
Graham jugó con un tirante de su sudadera con gorro, la cual olía muy fuertemente a suavizador de telas floral - Quizás es una planta. Una parte de ella es usada para carbón vegetal, pero quizás otra parte—las bayas—hacen buena mermelada.

            - ¡Eso tiene sentido! - Aria sonrió - ¿Cómo se te ocurrió?

            Graham se encogió de hombros - Tenemos que habilidosos en nuestros encuentros de la SAC en los bosques. Casi te puedo garantizar que una parte de este árbol que estamos buscando probablemente podría darnos un componente decente para pólvora también - Sonrió con orgullo. - Estoy a cargo de las municiones en mi unidad.

            Aria quería comentar que estaba casi segura de que la gente en los tiempos medievales no tenía pólvora, pero se contuvo. Miró a su alrededor. - Quizás un lugareño pueda saber qué árbol por aquí pueda ser usado para hacer mermelada.

            Graham asintió, luego avanzó por la acera desnivelada en dirección de un letrero que Aria estaba casi segura que decía Bar de jugo en Francés. Ella miró el dibujo de un caballero en la parte de atrás de la sudadera de Graham. Además de la trivialidad de la pólvora, había tenido que escuchar una larga charla aparte sobre las virtudes de los retretes improvisados y cocinar sobre un caldero en sus juntas de la Sociedad de Anacronismo Creativo

.           Aún no se acostumbraba a que Graham haya salido con Tabitha. Luego de que Gretchen los despachó, ella corrió de vuelta a su cabina y rastreó los sitios memoriales de Tabitha en busca de posts de Graham. La mayoría eran vagos, inocuos—solo decían cosas como QEPD y Te extraño, Tab. Pero cuando el padre de Tabitha habló sobre la negligencia del resort, Graham había hablado, diciendo que él pensaba que The Cliffs no debería haber servido alcohol a menores. Cuando salieron las noticias sobre que Tabitha no había tenido una muerte relacionada al alcohol, los posts de Graham se volvieron furiosos. Quien sea que hizo esto, la policía te va a encontrar y a llevar.

            Solo leer ese post hizo que el chile vegetariano que Aria había comido para la cena subiera por su garganta. La noche anterior, soñó que había encontrado a Tabitha en la arena. Cuando le dio la espalda al cuerpo inerte de Tabitha, Graham se acercaba tras ella. - ¿Aria? - Él parecía tan sorprendido. - ¿Que estás haciendo aquí? - Y luego, lentamente, su cara registraba lo que ella había hecho - ¡Fue un accidente! - Aria gritaba - Fue casi como que ella se lanzó por el costado— ¡Apenas la empujé! - Lágrimas se habían acumulado en los ojos de Graham. Y entonces él estiró sus brazos para estrangularla. Allí fue cuando despertó.

            Sentía como que necesitaba hacer algo por Graham. Sus amigas podrán estar resueltas en contra de que ella vea a Graham otra vez, pero ella decía en serio lo que dijo la noche anterior, sobre cómo este era el único modo en que podía pensar de hacer que la abrumadora culpa se levante. Al ser la amiga de Graham, al ser su hombro en donde llorar por Tabitha—si eso era lo que él necesitaba—quizás podría hacer pequeñas enmiendas por todo lo que había hecho.

            Sonaron campanas, y Graham salió del bar de jugos, se veía triunfante. - El chico que dirige el lugar dice que las uvas marinas hacen buena mermelada. Dice que a veces sirven como barrera natural para las tortugas marinas también.

            Aria frunció el ceño - Nunca había oído sobre un árbol de uvas marinas.

            Graham sacó su celular, presionó el botón NAVEGAR, y escribió uva marina en Google. Fotos de un gran árbol frondoso con racimos de uvas verdes aparecieron en la pantalla - El mayor grupo de árboles de uvas marinas está en la punta más al sur de la isla - leyó en voz alta.

            - Supongo que para allá vamos - Aria dijo, luego se dio vuelta en la acera hacia el mar.

            Graham salió de Google, y su teléfono volvió a la pantalla de inicio. Cuando Aria vio que el fondo de pantalla era una foto de Tabitha, un grito se congeló en su garganta. Tabitha estaba sentada en una pared de piedra, vestida con una polera rosada y jeans ajustados.

            Ella se alejó, pero no antes de que Graham la atrapara mirando. - Oh. Esa era mi novia. La que fue... tu sabes.
           
            Aria asintió, asimilando el familiar cabello rubio de Tabitha, grandes ojos azules, y las débiles cicatrices de quemaduras en su cuello de un incendio en su infancia. - Ella era, um, linda.

            - Sí - Graham suspiró con fuerza. - Ella era hermosa - Su voz se puso un poco muda de la emoción.

            Aria se detuvo en una esquina. - La extrañas ¿huh?

            Graham asintió. - Es...difícil. Y raro. No conozco a nadie de nuestra edad que haya muerto. ¿Sabes? He tenido un mal rato con esto, lo cual es totalmente patético, porque ni siquiera estábamos juntos cuando ella falleció.

            Un auto pasó, levantando las puntas del cabello de Aria. - ¿No?

            Negó con la cabeza. - Salimos en décimo grado, pero yo siempre sentí como que ella estaba esperando que alguien mejor aparezca. Incluso cuando la invité al baile de décimo grado, ella fue tan indiferente al respecto, como si hubiera preferido ir con alguien más. Pateó una piedrita suelta en el suelo. - Le dije unas cosas horribles cuando rompimos, la mayoría sobre que ella estaba loca. Pero luego cuando volvió al hospital, me sentí como el mayor idiota del mundo.

            - ¿E-ella fue al hospital? - Aria preguntó, esperando sonar sorprendida.

            - Sí. Ella iba y venía del hospital por años. - Graham respondió, retrocediendo del borde de la acera para evitar ser golpeado por una scooter.

            - ¿Por qué?

            - Depresión. Ella tenía un montón de problemas con su familia.

            No había más autos que vinieran de la esquina, así que cruzaron la calle. - ¿Alguna vez la visitaste? - Aria preguntó.

            - Una vez - Hizo una cara irónica. - El lugar en el que estaba se veía realmente bello desde el exterior y tenía un vestíbulo genial, pero una vez que ibas a las salas de los pacientes, era bastante miserable.

            - Huh - Aria dijo, manteniendo sus facciones completamente neutrales. Eso sonaba como La Reserva en Addison-Stevens, muy bien. - ¿Tenía amigos allí?

            Graham miró al cielo por un momento, pensando. - Estaban estas dos chicas rubias que eran, como, las abejas reinas del lugar. Insistían en juntarse con Tabitha cuando yo la visité—creo que me estaban evaluando, juzgando si valía la pena hablarme o no.

            A pesar de que el sol estaba pegando muy fuerte en su cabeza, Aria tiritaba. Se preguntó si una de ellas era Ali.

            - Había un chico también - Graham continuó - Pude ver que a él le gustaba ella—no dejaba de mirarme con molestia desde el otro lado de la habitación. - Juntó su mandíbula - Probablemente ella estaba viéndose con él. Todas las chicas pensaban que él era muy lindo.

            Luego miró a Aria. - Estoy haciendo que parezca loca, pero no lo era—ella era bastante genial. Todos estaban tras ella—no sé por qué me escogió a mí - Hubo otro suspiro - He hablado con un terapeuta al respecto. Ella de hecho me dijo que viniera a este viaje. Pensó que me ayudaría a superar lo que pasó, separarme de la locura que rodea a Maplewood de una vez.

            - Te creo. - La piel de Aria se sentía tan irritada que solo quería rascarse y rascarse. ¿Qué pensaría Graham si supiera que estaba de pie junto al asesino de Tabitha?

            Se acercaron a una playa pública con un pequeño camino de tablas. Un hombre de piel curtida estaba de pie bajo un paraguas a rayas, vendiendo sodas de un refrigerador. Dos chicos bronceados estaban sentados en stands de salvavidas, mirando a unos nadadores en el agua. A la izquierda había un gran matorral de árboles. Frutas verdes, como globos, colgaban en racimos desde las ramas, y un verde y placentero olor llenaba el aire. Los árboles se veían tal como las imágenes de la búsqueda en el celular de Graham.

            Gruesas hojas se movían sobre sus cabezas, y Aria vio un sobre atado a uno de los troncos. Tenía el logo de la línea del crucero en la esquina superior derecha - ¡La siguiente pista! gritó.

            Lo sacó del tronco. Adentro habían instrucciones de poner la pista de vuelta en el sobre para que los otros la encontraran, y luego un link a un sitio web que les diría a dónde ir ahora.

            Le mostró a Graham lo que había encontrado. - ¡Somos geniales! ¡Dame esos cinco!

            Levantó su palma en el aire, y Graham la golpeó. De repente sus ojos se expandieron hacia algo en la playa. Aria se dio vuelta. Dos chicas estaban de pie cerca del stand de los salvavidas, poniéndose bloqueador solar en sus piernas desnudas.

            - ¿Qué ocurre? - Aria preguntó.

            Graham puso sus manos en sus bolsillos y se dio vuelta - Nada.

            Aria lo miró con los ojos entrecerrados, luego a las chicas. Una tenía cabello largo y desordenado como hippie y usaba sandalias Birkenstocks, y la otra tenía cabello corto como de duende color castaño y un piercing en la nariz. Ella reconocía a ambas del crucero—habían estado tras ella en la fila de los waffles en el desayuno esta mañana. - ¿Van a tu escuela?

            - Ahá. - Graham murmuró.

            - Son lindas.

            - Graham parecía torturado. - Sí, pero da igual.

            - ¿No invitarías a salir a una de ellas?

            Graham se rió - Como si fueran a decir que sí.

            - ¿Por qué no?

            Graham se rió entre dientes con tristeza. - ¿Honestamente? No sé hablar a las chicas—especialmente después de que Tabitha me pateó. Y no sé por qué querrían salir con un cretino que pretende ser un caballero.

            Aria se detuvo junto a un letrero de No Estacionar en idioma Francés y lo miró. - ¡No eres un cretino! ¡Mírate! Eres lindo, divertido, inteligente— ¡tantas chicas morirían por salir contigo!
           
            Graham se enrojeció - Lo dudo.

            Aria puso sus manos en sus caderas - Yo no. ¿Y sabes qué? Te lo demostraré. Con mi ayuda, vas a salir con una de esas bellezas para el final de este viaje.

La cabeza de Graham se levantó de golpe. - ¡No!
           
- ¡Hablo en serio! Ahora ¿cuál te gusta? ¿La Chica Elfo, con el piercing, o Miss Hippie?

            Graham se rio por los sobrenombres. - Bien. Como que me gusta la Chica Elfo. Su nombre real es Tori. Pero en serio—nada va a pasar. Me ha gustado por dos meses, y no ha llegado a ningún lugar.

            - ¿Alguna vez has hablado con ella de hecho?

            - Bueno, no. - Graham enterró medio pie en la arena.

            Aria se rió con amabilidad. - Esa debería ser tu primera pista de que nada va a pasar. Ella parece perfecta para ti. Ve a ofrecerle una soda del carrito de bebidas.

            - ¿Ahora? - Graham parecía en pánico.

            - ¡Sí, Ahora! - A Aria realmente, realmente le gustaba esta idea. Aquí estaba su oportunidad para hacer algo bueno por Graham. Era una oportunidad para expiar por Tabitha también. Equilibrar las cosas con el universo. Restaurar su karma.

            Ella caminó hacia el carrito de bebidas y compró cuatro Oranginas, dos para ellos y dos para las chicas. - Ahora ni siquiera tienes que comprarle una bebida. Solo ve y ofréceselas a Elfa y Hippie. Eso iniciará una conversación.

            - ¿Sobre qué?

            - ¡No lo sé! - Aria exclamó, riendo fuertemente. - Brebajes Franceses, ¡lo que sea! Ahora vamos, ¡Hazlo!

            Graham se lamió sus labios. Pero luego de un momento, la mirada tortuosa de su cara se desvaneció, y parecía casi un poco emocionado. - Está bien - él dijo.

            Caminó por la arena, sosteniendo las botellas con forma de calabacín en sus manos. Las chicas cubrieron sus ojos del sol cuando él se acercó. Aceptaron las bebidas y las destaparon. Graham se sentó en cuclillas y le dijo algo a la Chica Elfo, y la Chica Elfo se rió.

            , Aria pensó, tomando un trago de su Orangina. Se sintió como Cupido.

            De repente, su teléfono dio un pitido desde el interior de su bolso. Lo buscó. Un nuevo mensaje de texto. El remitente era un enredo de letras y números.

            Un escalofrío subió por su columna. Dos turistas que usaban riñoneras miraban confundidos a un mapa al otro lado de la calle desde la playa. Una bella mujer negra en un bikini con dibujo de isla estiró su toalla en la arena. Una chica se acercó al carrito de bebidas y pidió un refresco de lima. Cuando se salió del camino, Aria y ella se miraron fijamente. Era Naomi. Sus ojos azules no parpadearon. Había una sonrisa traviesa en su cara, y sostenía un celular firmemente en una mano.

            Aria se fue rápidamente, casi caminando encima de un auto andando. Luego miró su propio celular y presionó LEER.

            Qué bueno por ti que lo ayudes a volver al juego, Aria. Todos necesitan un pequeño “empujón” ¿o no?—A

4 comentarios:

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