viernes, 12 de julio de 2013

Burned - Capítulo 4: ¡Hola, Compañera de habitación!

        Traducido por: Daniela
        Corregido por: Ximena
            Más tarde esa noche, Hanna Marin estaba sentada con su novio, Mike Montgomery, en un asiento acolchado en el Café Moonlight, un restaurante al aire libre en la cubierta superior del barco. Brillantes y centelleantes estrellas servían de techo, y una liviana brisa de aroma salado ocasionalmente apagaba las velas en las mesas. Garzones iban y venían llevando grandes ensaladas con vegetales orgánicos, pollo de granja con salsa jerk, y las mejores patatas fritas orgánicas que Hanna había probado. Una banda reggae tocaba una canción de Bob Marley, los músicos estaban vestidos en trajes de diseños tropicales.

            Cuando la canción terminó, el director del crucero, a quien Hanna había comenzado a llamar “Espeluznante Jeremy” por lo cerca que se paraba de la gente cuando hablaba y la rara sonrisa que parecía estar tatuada en su cara, tomó el micrófono. - Estos chicos son geniales, ¿ah? Pero si crees que tú eres mejor, ¡muestra tus habilidades en el espectáculo América tiene talento la noche del Domingo! ¡Comiencen a trabajar en sus actos desde ya, chicos! ¡El primer premio es un scooter Vespa!

            Mike cruzó sus brazos sobre su torso - Noel y yo haremos un acto de hip-hop.

            Hanna lo miró con cara de loco. - ¿De verdad van a participar en el show de talentos?

            Mike se encogió de hombros. - ¿No lo oíste? El primer premio es una Vespa. Y Noel y yo hicimos algunas rimas en Jamaica.

            Hanna casi se atragantó con una papa. Lo último que quería hacer era recordar Jamaica. Pero cada cosa de hoy le recordaba ese terrible viaje: El aroma a frutilla artificial del bloqueador solar en spray de alguien, la marca de bebidas de naranja que venían en los cafés, la camisa de un chico que decía ¡JAMAICA LOCO! Había una fiesta de tema Jamaiquino planeada para dos días más, la cual ni siquiera tenía sentido ya que no iban a ir a Jamaica en este crucero.

            Tomó otra papa y se la puso en la boca, concluyendo no pensar en Jamaica en este viaje—o en ninguna otra de las cosas de mierda que había ocurrido. Como el hecho de que recientemente había sido testigo de un asesinato. Y, oh sí, que ella era el objetivo inicial. O que los policías estaban así de cerca de averiguar lo que le hicieron a Tabitha. ¿Qué ocurriría cuando lo supieran? Su familia sería deshonrada, por supuesto. La campaña a senador de su papá estaría arruinada. Hanna tendría una larga vida en prisión por delante.

            James Freed, un amigo de Mike, apareció en su mesa. - Hermano - se sentó - ¿Oíste sobre la escuela católica de chicas que está aquí? Son H-O-T - Susurró las letras dramáticamente. - Aparentemente se mueren por un poco.

            - ¿Hola, James? - Hanna lo miró a nivel, recordándole que ella era la novia de Mike.

            James la miró apáticamente. - Hola - Luego se volvió de vuelta a Mike. - Algunas de las playas en San Martín permiten el nudismo. ¿Quieres ayudarme a convencer a las chicas católicas que den un paseo con nosotros?

            - Definitivamente - Mike prácticamente comenzó a babear.

            Hanna le pellizcó el brazo. - ¡Qué te crees!

            - Solo bromeo - Mike dijo rápidamente, luego se inclinó hacia ella - A menos que quieras hacer un trío.

            Hanna lo pellizcó otra vez. Luego puso un mechón de cabello castaño sobre su hombro y miró a James. - ¿de qué escuela católica hablas?

            Nuevamente, James miró  Hanna como si ella fuera uno de esos molestos insectos que los habían estado molestando durante la partida del barco. - No lo sé. Villa....algo.

            - ¿Villa Louisa? - Hanna espetó.

            - Creo que es esa - James la miró con los ojos semicerrados. - ¿Por qué? ¿Quieres acecharlas?

            Hanna presionó sus uñas en la parte baja de su mano. - Muy divertido - Dos semanas atrás, le había ganado de vuelta a Mike a quien ella ahora llamaba su “error”, Colleen Bebris, a pesar del hecho de que A le envió a toda la escuela un video de Hanna acechando a Colleen en busca de algo obsceno. A pesar de que Mike parecía haber olvidado el video, nadie más lo había hecho. Las chicas de Rosewood Day y de algunas otras escuelas privadas se dieron codazos y se rieron de ella cuando abordó esta mañana. Cuando trató de tomar una clase de spinning esta tarde, una chica ni-siquiera-tan-bonita-o-delgada de la escuela Quaker rápidamente puso una botella de agua en una bicicleta libre, diciendo que estaba guardado. Hanna se sintió como si tuviera un gran letrero en la espalda que decía PERDEDORA y no lo supiera.

            Hanna sabía de las chicas de Villa Louisa, pero no conocía a ninguna de ellas personalmente. Gente de otras escuelas las llamaba las Villa Gorilas. Andaban por el Centro Comercial King James usando sus jumpers a cuadros y sus medias tres cuartos de chica mala como si fueran muuuy sexies, haciéndole ojitos a cada chico disponible (y no disponible). Cada Gorila era más delgada, más rubia, y más bella que la siguiente, y el rumor era que todas eran increíblemente talentosas sexualmente. Mucha gente tenía teorías del por qué: El agua bendita con la que las monjas las bendecían de hecho contenía un afrodisíaco prehistórico. Sus uniformes eran muy apretados en todos los lugares. Todas tenían padres ultra-protectores que les prohibían  hablar con cualquier chico en cualquier momento, y se morían por interacción masculina. Aparentemente, Kate, la hermanastra de Hanna, conocía a algunas de las chicas de esa escuela. Pero Kate había decidido quedarse en casa para hacer un proyecto de servicio comunitario con su novio, Sean Ackard, en vez de ir al crucero.

            - ¡Oye! - Mike se veía emocionado mientras le dio un codazo a Hanna. - ¡Quizás tu compañera de cuarto es alguien de Villa Louisa!

            - Entonces nunca vendrás a mi habitación - Hanna bromeó. Pero se sentía un poco preocupada. Todos en el crucero tenían asignados compañeros de cuarto al azar—Jeremy había alardeado de que él personalmente había sacado los nombres del gorro del capitán. Nadie sabía con quién iban estar atados hasta que se subieran al barco. No había señal de la compañera de Hanna cuando llevó sus cosas esta mañana.

            Compartir cuarto con una Villa Gorila era una posibilidad terrible. Hanna no podía ser la compañera fea. Y de todas formas se sentía como que estaba patinando sobre hielo delgado con Mike el hambriento-de-popularidad, con todos despreciándola.

            La conversación entre Mike y James pasó de las chicas Villa al hecho de que a mucha gente ya le habían robado cosas de su habitación. - No son iPads ni celulares - James dijo - Es basura cualquiera, como shampoo y calcetines.

            - Hermano, mejor escondo mis boxers, bromeó Mike.

            Entonces James sacó una petaca de su bolso. - ¿Quieres? - preguntó, acercándola hacia Mike, pero no a Hanna. Cuando la destapó, la esencia de limas recién exprimidas salió al aire.

            Hanna inhaló las fragantes limas del margarita—era uno de sus aromas favoritos, a pesar de que habían pasado años desde que no la olía. De repente, un recuerdo la última vez que recordaba muy bien ese aroma llegó a su mente. El recuerdo era sobre el otro secreto que guardaba, el de Madison el verano pasado.

            Había estado en Philly con su papá ese día para ir a un mitin político para uno de sus compinches—la campaña de su papá aún no se había elevado realmente, pero había tenido su parte equitativa de participación al dar la mano y fomentar la ayuda financiera. Después, cuando su papá fue a una cena elegante en Four Seasons, Hanna había vagado hasta South Street, queriendo perderse en la multitud de turistas. A pesar de que estaba emocionada de que su papá estuviera presentándose como candidato, el secreto del receso de primavera pesaba fuertemente en ella. ¿Y si alguien lo averiguaba?

            Había notado a alguien sonriéndole desde una de las calles laterales y vio a un atractivo chico de pie frente a un bar llamado la Cabana. Era lindo en su estilo limpio de chico intercambiable de fraternidad.

            - Los tragos están a mitad de precio ahora, - dijo, apuntando al bar. - Ven para la Hora Felíz.

            - Uh, tengo novio, - Hanna dijo rápidamente.

            Una de las esquinas de la boca del chico se levantó. - Soy el barman. Estoy en descanso. No estoy tratando de coquetear contigo.

            Hanna miró al bar. No era realmente su tipo de lugar—había una un horario anticuado de los Phillies en la ventana, había un tapete de la silueta de una chica desnuda en la puerta de entrada, y tenía olor a cerveza rancia y a cigarrillos. Pero había una gramola antigua en la parte de atrás tocando una clásica canción de country. Nadie lo sabía, pero las canciones antiguas de country era su debilidad. Quería sentarse en la oscuridad y no pensar por un momento. Además, este no se veía como el tipo de lugar al que cualquier persona de la campaña de su papá iría, lo que significaba que no la atraparían.

            Entró tras el chico. Una pareja de hombres y mujeres de apariencia oprimida cuidaban sus cervezas en el bar, y dos chicos estaban jugando dardos en la parte de atrás con poco entusiasmo.

            El barman que la persuadió de entrar ahora había tomado su lugar tras el mesón. - Soy Jackson, por cierto - dijo - ¿Qué puedo traerte?

            Hanna en realidad no quería nada para beber, pero pidió un margarita de todas formas. Mientras inhalaba el meloso olor de su bebida alguien gritó desde el fondo del bar - Cuidado. Esas cosas son súper potentes.

            Era una chica delgada unos pocos años mayor que Hanna con amplios ojos azules y altas mejillas. Había algo deportivo en sus amplios hombros, fresca piel, y su cola de caballo alta. Inclinó su mentón hacia el trago de Hanna - En serio. Jackson debería haberte advertido.

            Hanna limpió sus dedos con la lengua - Gracias. Lo recordaré.

            La chica tomó su cóctel, se levantó, y se deslizó en un asiento junto a ella. - Él es lindo.

            Hanna se encogió de hombros. - Se ve como que pelea con la tripulación. No es mi tipo

            La chica bebió de su trago. - Te reto a que le pidas que se tome un trago con nosotras.

            - Estoy bien así, - Hanna dijo rápidamente. No estaba de ánimos de festejar.

            La chica inclinó su cabeza. - ¿Alguien está asustado?

            Hanna se encogió. Ali solía hacerles retos a Hanna, Emily, Aria y Spencer, para que hagan toda clase de cosas que no querían hacer, molestándolas con que estaban asustadas cuando se negaban. Siempre las hacía sentir como unas grandes perdedoras.

            - Bien. - Hanna le hizo señas a Jackson y le pidió tres tragos lemon drop—uno para él. El barman y la chica se bebieron el suyo de un trago, pero Hanna tiró el suyo al piso cuando ellos no miraban.

            La chica se secó su boca efusivamente y le dio una sonrisa de aprobación a Hanna. - De todas formas, ¿Cómo te llamas?

            - Olivia - Hanna dijo el primer nombre que se le vino a la cabeza. Era el nombre de la planificadora de boda de su padre e Isabel, con quien ella había hablado más temprano ese mismo día.

            - Soy Madison - Madison levantó su vaso vacío. - Un último hurra antes de que me devuelva a Penn State, estoy bajo probación académica allí, y si te pillan aunque sea con la más mínima cantidad de alcohol en el aliento se ponen furiosos. ¿Dónde estudias tú?

            - Temple - Otra respuesta de piensa-rápido—Emily iba a comenzar un programa de verano en Temple la semana entrante

            Madison le preguntó a Hanna más cosas sobre ella, y Hanna inventó más detalles. Dijo que era una corredora de cross-country, que quería ser abogada, y que vivía en Yarmouth, el cual quedaba cerca de Rosewood pero no era Rosewood. Se sintió bien meterse en la identidad de otra persona por unas horas. La Olivia ficcionaria no tenía dos BFFs asesinas y varios acechadores. Su vida parecía envidiosamente simple. Lo único real que dijo fue que iba a ir de viaje a Reikiavik, Islandia, pronto con Aria, Noel, y Mike. - ¿Es ese el lugar donde puedes fumar marihuana en las calles? - Madison preguntó emocionada.

            Hanna negó con la cabeza. - No, ese es Ámsterdam. - Madison se veía decepcionada.

            Madison le dijo a Hanna que ella vivía en el área, pero no le dijo dónde. Al comienzo, le había puesto buena cara a volver a clases en otoño, pero a medida que bajaba trago tras trago, su entusiasmo parecía forzado y manufacturado.

            En una hora, Madison se puso agresivamente coqueta con cada chico en el bar—especialmente con Jackson, quien, según ella dijo, compraba en la tienda donde ella trabajaba. Eventualmente, comenzó a articular mal las palabras, a dejar caer cosas, y lanzó su sexto trago por el bar. Cuando Hanna corrió por servilletas, Jackson levantó el vaso vacío. Hanna quería decirle que dejara de venderle a Madison—apenas podía pararse.

            - ¡Nos tomaremos un descanso, pero volveremos en breve! - el que tocaba la batería metálica dijo, sacando a Hanna de sus pensamientos. Miró a su alrededor. El plato de patatas ahora estaba vacío. James se había ido, y Mike estaba jugando con su celular. Ella apretó sus dientes, molesta de haber pensado en Madison. ¿No se acababa de decir a ella misma que no pensara en las cosas desagradables de su pasado?

            - Aun no tengo señal -  Mike gruñó, presionando botones. - ¿Y si sigue siendo así todo el viaje?

            - El personal nos dijo que el servicio es irregular - Hanna le recordó. - Además, ¿a quién necesitar llamar con tanta urgencia ahora? ¿Vas a mensajear en secreto a una chica de Villa?

            - Nunca - Mike dijo, luego se levantó. - Iré a desempacar. ¿Nos encontramos después en tu habitación? Sus ojos se movieron juguetonamente.
- Sí, pero sólo si mi compañera no es una chica Villa -  Hanna dijo - Te avisaré.

Luego se dirigió a su cabina, la cual estaba dos cubiertas más abajo y a través de un laberinto de pasillos. Camino al lugar, espió a Zelda Millings, una chica genial de Doringbell Friends quien siempre estaba en las fiestas de Noel Kahn. - ¡Hola, Zelda! - dijo ella.

Zelda miró a Hanna, luego suspiró y pretendió hablar con alguien por celular. Hanna miró a su alrededor, asustada de que alguien haya visto.

            Cuando deslizó la tarjeta en el cerrojo y abrió la puerta, la habitación se veía diferente de como la había dejado. Las luces que Hanna había apagado estaban prendidas otra vez, y la TV estaba prendida.

            - ¿Hola? - Hanna dijo indecisa, mirando alrededor. Alguien había puesto su propia maleta en la segunda cama. Un par de jeans pitillos color amarillo brillante estaban tirados en el piso. Una bufanda de seda, muchas poleras—talla extra-chica—y un par de alpargatas estaban sobre el colchón. La mirada de Hanna escaneó el resto de la habitación. Había un uniforme Católico escocés a la vista. Sí.

            - ¿Hola? - dijo otra vez, más felíz aún.

            Una silueta apareció en la puerta del balcón. - ¿Hanna?

            Los ojos de Hanna se ajustaron. De pie ante ella, en una nube de su firma Kate Spade Twirl, había una chica con largas y flexibles extremidades, cabello rubio-blanco, y ojos azul-hielo. Era alguien para quien Hanna no se había preparado para nada.

            - Oh - Hanna dijo estúpidamente. No era una chica de Villa. Era Naomi Zeigler.

            Se preparó, esperando que saliera un insulto de la boca de Naomi—probablemente graznaría y se iría de la habitación, decepcionada de estar atrapada con Hanna, la más grande perdedora del barco.

            Pero las esquinas de los labios de Naomi formaron una sonrisa. - Oh gracias a Dios - dijo, aliviada. - ¡Estaba tan asustada de que me pegaran a alguien como Chassey Bledsoe!

            Caminó hacia Hanna y le tomó el brazo desde el codo, el cual estaba tenso de precaución. - Estoy tan agradecida de que estés aquí - Naomi dijo con entusiasmo. Apretó el brazo de Hanna - Necesito a alguien con ir de fiesta. ¿Qué dices?

            Hanna se pasó la lengua por sus labios. Quiso preguntarle a Naomi dónde estaba su BFF, Riley Wolfe, pero ahora que lo pensaba, no había visto a Riley en ninguna parte. Quizás no había venido.

            Miró su reflejo en el espejo sobre la cómoda. Su cabello castaño caía brillantemente por su espalda, los granos en su frente parecían haberse desaparecido repentinamente, sus brazos se veía tonificados y delgados, no hinchados de comer por estrés. A pesar de que Naomi probablemente estaba fijándose en Hanna porque sus otras amigas no estaban a bordo, había pasado mucho tiempo desde que una chica popular le había rogado salir. Y con todos aun riéndose de su pequeño episodio de acechadora, la oferta se sentía aún más seductora. Con Naomi a su lado, se volvería abeja reina otra vez en poco tiempo. ¿No era eso lo que había querido desde siempre?

            Soy Hanna Marin, y soy fabulosa, solía decir cuando era amiga de Mona. Y, está bien, quizás no se sentía ni la mitad de fabulosa estos días, pero seguro que aún quedaba un poco de chispa en ella.

            Se dio vuelta hacia Naomi y apretó su brazo también. - Vamos a festejar

3 comentarios:

  1. Mmm creo que Kate, Naomi y Riley traman algo y están por poner su plan en marcha. Yo que Hanna no confiaría en ninguna...me encanta lo interesante que se está poniendo! Gracias por traducir :)

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    Respuestas
    1. Este libro está muuy interesante hasta ahora :) y segun lo que voy avanzando, se va poniendo cada vez mejor :D

      y sii, Kate Naomi y Riley no dan buena espina.. ya veremos que traman :O

      saludos!

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  2. Esto está muuuuy rarp, Hanna está confiandose mucho

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