martes, 9 de julio de 2013

Burned - Capítulo 2: La Sirenita de Emily


            Traducido por: Daniela
Corregido por: Brahms Op. 77

            El camino que llevaba a los astilleros de Newark era una sosa autopista de dos carriles con complejas oficinas de apariencia genérica, estaciones de gasolina, y sórdidos bares. Pero cuando Emily Fields y su padre giraron bruscamente hacia la izquierda y entraron al litoral, el cielo se abrió, la esencia de la sal se sentía pesada en el aire, y el enorme crucero Celebrity se alzaba ante ella como una gigante torta de matrimonio de muchos pisos.

            -Whoa -Emily suspiró. El barco se estiraba a lo largo de muchas cuadras, y había más portillas circulares en cada piso de los que ella podía contar. Emily había leído en el folleto del Eco Crucero que la embarcación contenía un teatro, un casino, un gimnasio con diecinueve cintas para correr, un estudio de yoga, un salón de belleza y spa, trece restaurantes, once salas, un muro para escalar y una piscina con oleaje.

            El Sr. Fields condujo hacia un estacionamiento desocupado cerca de una gran tienda con un letrero que decía PASAJEROS, ¡HAGAN EL CHECK-IN AQUÍ! Había una fila de unos treinta chicos con maletas y bolsos. Luego de que se detuvo el motor, se quedó sentado mirando derecho hacia el frente. Gaviotas circundaban el cielo. Dos chicas chillaron emocionadas cuando se vieron.

            Emily aclaró su garganta de forma rara.

-Gracias por traerme.

            El Sr. Fields giró abruptamente y la miró con firmeza. Su mirada era fría como el metal y dos líneas curvas acentuaban su boca como paréntesis.

            -Papá... - El estómago de Emily comenzó a doler-. ¿Podemos hablar de esto?

            El Sr. Fields cerró la boca y miró hacia el frente. Luego subió el volumen de la radio. Habían estado escuchando una estación de noticias de New York toda la segunda mitad del viaje; ahora un reportero estaba hablando monótonamente sobre alguien llamada la Pija Ladrona quien había escapado de una celda de New Jersey esa mañana. -La Sra. Katherine DeLong podría estar armada y ser peligrosa -el reportero decía-. Y ahora, con el tiempo...

            Emily bajó el volumen de nuevo.

-¿Papá?

            Pero su padre no prestó ninguna atención. La boca de Emily tembló. La semana pasada, había roto el silencio y le contó a sus padres que había tenido a una niña en secreto en el verano y la había dado en adopción poco después de que nació. Omitió unos cuanto detalles sórdidos, como el aceptar el dinero de Gayle Riggs, una rica mujer que había querido al bebé y luego cambiar de opinión y devolver el dinero, el cual A había interceptado. Pero les contó gran parte. Cómo se había escondido en la habitación de la residencia de su hermana Carolyn en Philadelphia durante el tercer trimestre. Cómo había visto a una gineco-obstetricia en la ciudad y había programado una cesárea en el hospital Jefferson.

            La mamá de Emily no parpadeó durante toda la historia. Luego de que Emily terminó, la Sra. Fields tomó un gran trago de su té y agradeció a Emily por ser honesta. Incluso le preguntó si estaba bien.

            Las nubes se habían partido en la mente de Emily. Su madre estaba actuando normal — ¡Incluso relajada! - Me mantengo -le respondió-. La bebé está con una familia genial. Los vi el otro día. La llamaron Violet. Tiene siete meses ahora.

            Luego un músculo en la mejilla de la Sra. Fields tembló.

-¿Siete meses?

            - Sip, -Emily dijo-. Sonríe. Y saluda. Son padres maravillosos.

            Y entonces, como una luz prendiéndose abruptamente, la realidad golpeó a la madre de Emily con toda su fuerza. Ciegamente buscó la mano de su marido como si estuvieran en un témpano de hielo que se hundía. Luego de chillar, se levantó y corrió al baño.

            El Sr. Fields se quedó sentado, impactado, por un momento. Luego se dio vuelta hacia Emily.

-¿Le contaste sobre esto a tu hermana también?

            - Sí, pero por favor no se enojen con ella -Emily dijo en voz baja-.

            Desde ese día, la madre de Emily apenas había salido de su dormitorio. El Sr. Fields manejó los quehaceres, haciendo la cena, firmando las autorizaciones de Emily y lavando la ropa. Cada vez que ella trataba de tocar el tema con él, su papá la callaba ¡Y mejor que se olvidara de hablarle a su mamá! Cuando  Emily se acercaba al dormitorio de sus padres, su padre aparecía, aparentemente de la nada, como un rabioso perro guardián, sacándola de allí.

            Emily no tenía idea de qué hacer. Habría preferido que sus padres la enviaran a un reformatorio o a vivir con sus familiares ultra-religiosos en Iowa, como hicieron cuando se enojaron con ella  el año pasado. Quizás no debería haberle dicho a sus padres sobre el bebé, pero no quería que ellos se enteraran por alguien más —como el Nuevo A. El departamento de Policía de Rosewood lo sabía también, al igual que Isaac, el padre del bebé y el Sr. Clark, el marido de Gayle.

            Impresionantemente, las noticias sobre el bebé no habían llegado a Rosewood Day, pero no importaba —Emily igual se sentía como una paria—. Añadiendo el hecho de que había presenciado un asesinato dos semanas atrás y que la policía ahora estaba investigando la muerte de Tabitha, y la mayoría de los días apenas podía contenerse. También estaba más segura que nunca de que A era la Verdadera Ali —Que ella había sobrevivido al incendio en Poconos y estaba libre para ir tras ellas de una vez por todas—. La Verdadera Ali había incriminado a Kelsey Pierce, conduciendo a Emily a casi matarla en la Cantera del Hombre Flotante. Luego había tirado las sospechas sobre Gayle, disparándole cuando se puso en el camino. Emily tembló ¿Qué debería hacer ahora?

            Una fuerte bocina sonó desde el barco y la sacó de sus pensamientos. -Bueno, supongo que debo irme -dijo Emily suavemente-, mirando otra vez a su papá- Gracias por, um, dejarme venir a esto igual.

            El Sr. Fields tomó un sorbo de su botella de agua.

-Agradece al profesor que te nominó para la beca. Y al Padre Fleming. Aun no creo que debas ir.

            Emily jugueteó con una gorra de la Universidad de North Carolina en su regazo. Sus padres no tenían dinero para enviar a sus hijos en frívolos viajes escolares, pero se había ganado una beca por su clase de botánica. Luego de que sus padres se enteraran del bebé, el Sr. Fields fue hacia el Padre Fleming, su sacerdote, para preguntarle si aún debería dejarla ir. El Padre Fleming había dicho que deberían —les daría tiempo para procesar lo que había ocurrido y aclarar sus sentimientos.

            No quedaba nada más que Emily pudiera hacer aparte de abrir la puerta, tomar sus bolsos y caminar hacia la carpa de check-in. No había dado ni tres pasos cuando su papá prendió el motor y se fue por el camino, ni siquiera quedándose a ver cómo el barco se iba como la mayoría de los padres. Parpadeó deteniendo lágrimas, haciendo un gran esfuerzo para no llorar.

            Mientras se puso en la fila, un chico de veintitantos que usaba un par de lentes rojos con forma de estrella se le acercó -¡Te tengo! -dijo, moviendo un dedo.

            La cara de Tabitha apareció en la mente de Emily. -¿Q-qué? -dijo.

            -¡Eres una fan del Cirque du Soleil en secreto! -El chico sacó su mano-. Mi nombre es Jeremy. Soy el director de tu crucero esta semana. ¿Te gustaría ser una invitada en la maravillosa presentación de esta noche del Cirque du Soleil? El tema del show es la Madre Tierra, en honor a que este sea un Eco Crucero.

            Muchos chicos pasaron y se rieron. -Creo que paso -Emily murmuró, huyendo hacia adelante.

            Le mostró su pasaporte a la chica del check-in y le dieron una llave para su cabina, una carta de comida y menú diario, y un mapa del barco. Por último pero no menos importante, recibió un panfleto que contenía una lista de las varias clases, actividades, seminarios, juntas de grupo y oportunidades de voluntariado para la semana —se requería a los estudiantes que participen en una clase por créditos y que sean voluntarios en la “comunidad” del barco, ayudando a limpiar, cocinar, planear eventos o cuidar del enorme acuario con peces en peligro de extinción del barco, entre otras cosas—. Los cupos de voluntarios eran por orden de llegada; Emily ya se había registrado para un turno de salvavidas en la piscina principal. Pero aún no sabía cuál clase iba a tomar, así que escaneó rápidamente la lista. Estaba Explorar las Arrecifes Responsablemente, La Búsqueda del (Eco) Tesoro Hundido, Limpiar la Marisma en un Kayak. Se decidió por un curso llamado Observación de Aves Caribeñas.

            Se subió a un elevador que la llevaría a su habitación. Una banda estilo Calypso tocaba ruidosamente en una cubierta superior, el bajo retumbaba en las paredes. Unas cuantas chicas estaban hablando de un bar muy genial en San Martín sobre el que habían oído. Dos chicos hablaban sobre hacer kitesurf en Puerto Rico. Todos estaban vestidos con shorts y sandalias, a pesar de que hacían 45° F afuera.

            Emily envidiaba su emoción despreocupada —ella no podía ni convencer a sus labios de formar una sonrisa. Todo en lo que podía pensar eran los ojos vacantes de su madre, el severo ceño fruncido de su padre, el odio en sus corazones. El agente de la FBI en las noticias esta mañana. El cuerpo muerto de Gayle. La cara de Tabitha cuando se dio cuenta de que estaba cayendo. Un acechador en la oscuridad, riendo, listo para herirla de verdad.

            También pensaba en Ali —la Verdadera Ali y Su Ali. Todo este tiempo, Emily había estado escondiendo un secreto: En Poconos, las chicas habían escapado de la casa justo antes de que se prendiera, con la Verdadera Ali aun al interior. Sin embargo, lo que las otras no sabían era que Emily había dejado la puerta de la cabaña abierta para que la Verdadera Ali pudiera escapar también. Les había dicho a todos que la había cerrado con fuerza. Y cuando la policía no encontró su cuerpo, Emily estuvo segura de que la Verdadera Ali sí había escapado y aún estaba viva.

            Por muchos, muchos meses, Emily había esperado que la Verdadera Ali recuperaría sus sentimientos y les pediría perdón por ser A. Emily sería la primera en perdonarla, por supuesto. Después de todo, ella había amado a Ali—ambas Alis. Ella las había besado a las dos, su Ali en su casa del árbol en séptimo grado, y la Verdadera Ali el año pasado.

            Pero eso fue antes de que la Verdadera Ali se metiera con su hija. Algunos de los mensajes de A amenazaban la vida de Violeta. Fue entonces cuando se dio cuenta de que la Verdadera Ali había sobrepasado los límites. A la Verdadera Ali no le importaba Emily para nada y ciertamente no tenía intenciones de tratar de hacer las cosas bien. Ella solo era...malvada. Casi inmediatamente, la esperanza y amor que Emily había sentido se marchitaron, dejando un enorme agujero en su corazón.

            El elevador sonó, y una voz automática anunció que estaban en la cubierta Amanecer. Un grupo de chicos marchó por el largo y chillón pasillo alfombrado para encontrar sus habitaciones. Sin intenciones de quedarse atrapada tras ellos, Emily se dirigió hacia la puerta corrediza de vidrio que guiaba a un pequeño patio con vista al agua. Caminó por la puerta y dejó que el frío aire marino llenara sus pulmones.

            En el cielo había gaviotas gritando. El tráfico se oía a la distancia. La cima de las olas era blanca y espumosa y un bote salvavidas se balanceaba siete cubiertas más abajo. Luego Emily oyó a alguien toser, saltó. Una chica con la piel oliva y largo cabello castaño estaba de pie al otro extremo del balcón. Usaba lentes de sol oscuros, un vestido blanco con un ojal, y zapatos de tacón bajo tipo ballerinas con un moño de grogrén color rosado y blanco.

            Al comienzo Emily no dijo nada. La chica era tan etérea y tranquila que pensó que podría ser un fantasma.

            Pero luego la chica se dio vuelta y sonrió.

-Hola.
           
            -¡Oh! -Emily dijo, dando un paso atrás-. T-tú me asustaste. No estaba segura de que fueras real.

            Las esquinas de la boca de la chica se levantaron.

-¿Ves seguido a gente que no es real?

            -Nunca a nadie como . -Emily dijo, y luego cerró de golpe su boca. ¿Por qué acababa de decir eso?

            La chica levantó sus cejas, sacándose los lentes de sol. Y luego se acercó. De cerca, Emily pudo ver las margaritas en sus mejillas. Sus llamativos ojos verdes brillaban, y olía tan flagrantemente a perfume de jazmín que Emily se sintió un poquito exaltada.

            -Quizás yo soy un fantasma -la chica susurró-. O una sirena. Estamos en el mar, después de todo.

            Luego tocó la punta de la nariz de Emily, se dio vuelta, y desapareció por la puerta corrediza. Emily se quedó en una nube de jazmín, su boca se mantenía abierta, la punta de su nariz cosquilleaba. No estaba segura de que acababa de ocurrir, pero definitivamente le había gustado. Por un breve segundo, el fantasma —o sirena, o lo que sea que era— la hizo olvidar absolutamente todo lo que estaba mal en su vida.








3 comentarios:

  1. Muchas gracias! He buscado mucho este libro en español y solo encuentro malas traducciones :( Soy feliz cuando veo que hay un nuevo post en el blog jiji Saludos.

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    1. La mayoría de las traducciones en internet son hechas con google xd Siempre es mejor que traduzca una persona que un computador :)

      Gracias por comentar, estoy sin clases así que estaré actualizando mas o menos seguido :)
      Saludos

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  2. seguro es A emlily generalmente se enamora de A, triste :(

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