lunes, 4 de febrero de 2013

PLS - Hanna - Capítulo 2: Puke-A-Tan

 <<<Capítulo 1
 
Traducido por: Daniela
Corregido por: Raúl S, Daniela, Pilar y Brayan.

Unos pocos días después, Hanna estaba sentada en el cómodo sofá de microfibra en la casa de su novio Lucas Beattie, frente a la suave iluminación del árbol navideño de su familia. En la TV estaban dando un infomercial sobre un nuevo sistema de abdominales —¡Ten tu cuerpo marcado para Año Nuevo!— gritaba el ruidoso vendedor. En el piso frente a ellos había una caja metálica llena de palomitas de maíz de caramelo, de queso y de mantequilla.
- El culto a Kate fue incluso peor que lo usual ayer, - se quejó Hanna mientras metía otro puñado de palomitas de queso en su boca. - De todo lo que mi papá e Isabel hablaron fue sobre un discurso absolutamente maravilloso que Kate dio durante su ceremonia de graduación de décimo grado el año pasado. Y Kate solo se quedaba sentada allí sonriendo como diciendo, sí, sé que soy genial.
- Lo siento, Han. - Lucas tomó un sorbo de su lata de Mountain Dew. - ¿De verdad crees que no pueden volverse amigas?
- Absolutamente no. - Hanna había decidido no contarle a Lucas cómo Kate no había querido ir con ella al centro comercial. No podía creer que había sido tan ingenua como para caer en los trucos chupamedias de Kate. - No quiero tener nada que ver con ella. Y creo que soy alérgica a su perfume—He estornudado como quinientas veces desde que se mudó. Apuesto a que me va a salir un sarpullido.
Se echó hacia atrás dramáticamente en el sofá y miró con la mente en blanco al calendario de adviento temático de Disney que estaba al otro lado de la habitación. Hanna no había crecido con decoraciones navideñas. Ella era Judía, y desde de que su papá se había ido, ella y su mamá a penas celebraban Hanukkah. Pero la mamá de Lucas estaba obsesionada con los calendarios de adviento—Tenían tres diferentes en el refrigerador, uno de tela con peluches en cada uno de sus veinticinco bolsillos atado en la baranda de la escalera, y uno pequeño y brillante colgando en el tocador. Lucas puso su brazo alrededor de ella y comenzó a acariciarle el cabello. Hanna cerró sus ojos y suspiró, sintiéndose un poquito mejor.
Cuando Hanna y Mona eran BFFs—y reinaban juntas la escuela—Lucas no era exactamente el tipo de chico que estaba en la cima de la lista de Chicos Con Los Que Quiero Salir de Hanna. Él no se juntaba con el grupo correcto, no jugaba un deporte cool como soccer o lacrosse, y estaba más interesado en los clubs de después de clases y en las Águilas Scouts que en las alocadas fiestas de los fines de semana. De hecho, en sexto grado, Ali había iniciado el rumor de que Lucas era hermafrodita, lo cual lo había hundido en la ñoñez. Más recientemente, Mona se había burlado de la amistad de Hanna con Lucas, incluso amenazándola de que eso tiraría abajo su cociente de popularidad.
Pero Mona y Ali se habían ido, y Lucas estaba convirtiéndose en el mejor novio de todos los tiempos. ¿Cuántos chicos la escucharían quejarse por horas sobre cómo Mona la había arruinado o lo horrible que era su situación familiar? ¿Cuántos chicos le hubieran abierto la puerta esa tarde, mirado a Hanna en sus jeans anchos y sudadera grande de los Philadelphia Eagles, y dicho que se veía extremadamente sexy?
- ¿Me puedo esconder en tu casa en el futuro inmediato? - rogó Hanna. - No sé si puedo soportar el volver.
- Eso sería genial, - dijo Lucas. - Pero—
- Sería genial, - Hanna lo interrumpió, levantándose. - Podríamos hacer cosas luego de la escuela, ir a Rive Gauche cada noche, vestirnos e ir a la fiesta navideña del Club de Campo de Rosewood…
Lucas se mordió el labio. - Hanna, yo—
- ¡Quizás incluso mi papá me deje pasar la noche aquí! - Hanna añadió, emocionándose más y más. - Podría decir que mi alergia al perfume de Kate es realmente seria. ¿Crees que tus papás lo aceptarían? Podría dormir en el cuarto de invitados…pero quizás podrías escabullirte en medio de la noche. - Le guiñó un ojo.
- Hanna. - El cabello rubio platino de Lucas cayó sobre su cara cuando él se levantó. - Cálmate. En realidad me voy. Mañana.
Hanna pestañeó. - ¿Te vas?
- Mi papá acaba de decirnos. Es un regalo de Navidad adelantado—es un viaje de catorce días a la península de Yucatán. Vamos a ir con el mejor amigo de la universidad de mi papá y su familia.
Hanna sintió un sabor amargo en su boca. - Catorce días… ¿Dos semanas?
- Ahá. - Lucas mostró una pequeña sonrisa. - Estoy muy emocionado.
- Pero aún estamos en la escuela, - dijo Hanna, alcanzano otro puñado de palomitas. Solo era 7 de diciembre—Rosewood Day no daba vacaciones de Navidad y Año nuevo hasta fin de mes. - ¿Por qué no espera tu papá hasta el receso de invierno?
    Lucas se encogió de hombros. - Consiguieron un increíble precio por los vuelos y las habitaciones de hotel. Y mi hermano viene volando desde la universidad por unos días. Mi papá ya arregló con Rosewood Day—tomaré exámenes de recuperación entre Navidad y año nuevo. Y al menos estaré de vuelta por la mayor parte del receso. - Lucas tomó gentilmente las manos de Hanna entre las suyas y las apretó. - Tú y yo podremos pasar cada minuto juntos entonces.
Hanna alejó sus manos de las de Lucas, sintiendo un gran nudo en su garganta. - Pero te necesito ahora.
Lucas levantó sus brazos sin poder hacer nada. - Lo siento, pero he querido ir a Yucatán por años. Tiene unos senderos de excursión increíbles. Playas geniales. Y no es como que si mi familia pudiera cambiar los pasajes ahora.
Antes de que pudiera decir algo, sonó el timbre al son de “Jingle Bells.”
Lucas saltó y abrió las cortinas frontales. Un SUV Mercedes azul metálico había estacionado en la entrada. - Son los Rumsons, la familia con la que viajaremos. Nos traen el itinerario. Los amarás. Y apuesto a que tienes mucho en común con Brooke.
- ¿Brooke? - preguntó cautelosamente Hanna, quedándose en el sofá.
El Sr. Beattie salió de la cocina y abrió la puerta, dejando entrar una ráfaga de aire frío. - ¡Wade! ¡Patricia! ¡Tanto tiempo!
La Sra. Beattie bajó las escaleras, sonriendo a sus invitados. - ¡Estamos tan emocionados! - chilló a la pareja que acababa de entrar al recibidor. - ¡Y también lo está Lucas! - Empujó a Lucas hacia ellos. El marido, Wade, quien usaba una campera de Burberry y tenía unos dientes cegadoramente blancos, estrechó la mano de Lucas. La mujer, Patricia, cuyos brazos parecidos a mondadientes estaban obviamente cómodos en su ajustado y acogedor abrigo de cachemira, le dio a Lucas un beso en la mejilla.
- Oh. Dios. Mío, - dijo una voz desde el pórtico. Los adultos se separaron, y una chica extremadamente bronceada, aterradoramente flaca, mascando goma de mascar, de largo y cardado cabello negro, brillo labial rojo de apariencia húmeda, y sobresalientes pechos,  se dirigió directo hacia Lucas y puso sus manos con uñas largas en sus hombros. - ¡Lukey! - gritó con voz nasal. - ¡Te ves eem-presionante!
¿Lukey?
- Wow. Brooke. - Lucas sonrió tembloroso. - Te ves… diferente.
Los Rumsons codearon a los Beatties. - Ustedes dos han crecido un poco desde la última vez que nos vimos, ¿ah? - Dijo la Sra. Rumson.
- ¿Recuerdan el tipo de problemas en los que se solían meter? - Dijo la madre de Lucas. - ¿Recuerdan todos los clubes secretos que formaban?.
- Eran inseparables. Siempre dije que estos dos algún día se casarían, - murmuró la Sra. Rumson antes de que todos los padres entraran en la cocina.
La cabeza de Hanna se levantó de golpe. ¿Casarse?
Brooke tocó el hombro de Lucas. - Cuando dijiste que me veo diferente, ¡espero que hayas querido decir hermosa! - Pasó sus dedos por la remera de Lucas, luego dejó caer su mano sobre el cinturón de sus jeans. - ¿Alguien ha estado ejercitándose? ¿Y dónde conseguiste esta nueva y sexy ropa?.
- Ahem. - Hanna se levantó y fue hacia el recibidor. Este coqueteo había durado mucho. Ella era quien había alentado a Lucas a comprar los jeans True Religion y el polo ajustado de Armani Exchange que estaba usando.
- Oh. - Lucas le echó un vistazo a Hanna. - Brooke, ella es mi novia, Hanna.
- ¿Qué hay? - Brooke observó el cabello sucio de Hanna, su desarreglada sudadera de los Eagles y sus andrajosos jeans marca Seven. Una mirada que decía, ‘Ella no es una amenaza’ atravesó su cara. Se acercó a Lucas. - ¿No estás emocionado por el viaje? He escuchado que las fiestas junto a la playa allí son geniales. No puedo esperar para trabajar en mi bronceado.
Hanna apretó los labios para evitar reírse. Esta chica ya estaba tan naranja que parecía haber nacido en una cámara de bronceado.
- Será genial. - dijo Lucas. - Justo le estaba contando a Hanna. Hay unos senderos, paisajes, comida increíbles...
- …y la playa nudista, - añadió Brooke, pasando su lengua por sus labios.
- Eh, ¿perdón? - chilló Hanna.
Brooke pasó su brazo alrededor de los hombros de Lucas. - Vas a tener el placer de tu vida, Lukey—todos toman sol desnudos allí. Y tú y yo iremos por Jell-O shots todas las noches.
Las palomitas de queso subieron por la garganta de Hanna. Tenía que detener esto. - Am, necesito hablar contigo. - Tomó el brazo de Lucas y lo llevó al estudio, el cual estaba lleno con cajas de videojuegos, revistas viejas y otros tres calendarios de adviento, uno de los cuales parecía estar completamente hecho de pintura en relieve.
Había una sonrisa inocente en la cara de Lucas. - ¿Está todo bien?
¿Estaba todo bien? Hanna respiró unas cuantas veces para calmarse. - ¿Qué crees, Lukey?
Lucas se pasó una mano por el cabello. - Sí, Brooke solía llamarme así cuando era pequeña—no podía pronunciar Lucas.
- Es horrible. Suena a Pukey - E iban a ir, Hanna pensó, a la península de Puke-atán con la mismísima princesa Puke-a-tan.
Lucas se encogió de hombros. - Es un sobrenombre estúpido, nada más.
Hanna cerró los ojos. - ¿En serio irás de vacaciones con…ella?
- ¿Estás celosa? ¿De ? - Lucas sonrió como si esa fuera la cosa más divertida que había escuchado en su vida. - Hanna, no tienes nada de qué preocuparte. Brooke es como una prima.
Algunas personas se enrrollan con sus primos, especialmente cuando se ven tomando sol desnudos, Hanna pensó amargamente.
Ojeó a Brooke en la otra habitación. Se estaba mirando en el espejo redondo cerca de la puerta, poniendo los labios como para un beso y untándose abundantemente más brillo labial. Si Mona estuviera allí, se estarían codeando mutuamente y burlando de las vulgares uñas a presión de Brooke. Si Ali estuviera allí, hubiera ignorado a Brooke y la hubiera hecho sentir como la ñoña más grande del universo.
Un sentimiento agrio atravesó el estómago de Hanna. Salir con un chico popular traía sus dificultades e inseguridades, pero se había imaginado que nunca, jamás, tendría que preocuparse por otras chicas estando con un nerd como Lucas. Ya que las perras no solían ofrecérsele a Lucas, quitándose sus remeras y tentandolo con Jell-o shots, él no tenía inmunidad a este tipo de cosas. Había tanta gente que se había ido de la vida de Hanna en los últimos años—su papá, su ex novio Sean Ackard, Ali, Mona, su mamá. Todo lo que quería era alguien estable que se quedara por siempre. Pero ahora incluso Lucas se sentía inseguro…y no había nada que pudiera hacer para evitar que se fuera.






[1]  Jell-O shots: Gelatina hecha con vodka
[2]  Pukey: Puke: Vómito
[3] Puke-a-tan: Juego de palabras. Puke: Vómito. Tan: Bronceado

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