Emily y Kelsey pasaron rápidamente por las pintorescas
tiendas en la avenida principal, la torre del reloj de Hollis, el puente
cubierto, la exclusiva peluquería donde Su Ali había llevado a Emily y a sus
amigas a hacerse la cera en las cejas para la graduación de séptimo grado. Ali
trató de convencer a Emily de que también se haga la cera en la línea del
bikini, pero Emily se negó.
Kelsey no dijo ni una palabra, solo conducía, mirando
derecho hacia adelante. Cada cierto tiempo, su cuerpo entero temblaba y tenía
espasmos, como el cuerpo de Emily cuando se despertaba de una pesadilla.
“¿Está todo bien?” Emily preguntó indecisamente.
“Todo está bien,” Kelsey respondió. “¡Mejor que nunca!
¡En la cima del mundo! ¿Por qué preguntas?”
Wow. Ella dijo todo eso como en dos segundos. Emily se
echó atrás en su asiento, sintiendo el cinturón apretando su pecho. “Confrontaste
a Spencer por lo que pasó, ¿Cierto? ¿Cómo fue? ¿Estás enojada?”
Kelsey sacó sus manos del manubrio, se acercó, y
comenzó a acariciar el hombro de Emily. “Eres tan tierna. ¿Siempre te preocupas
tanto por las personas, o yo soy especial?”
“Eh, ¿puedes mirar el camino?” Emily advirtió mientras
el auto pasaba por encima de la línea punteada amarilla. Un auto que venía en
dirección contraria tocó la bocina y se hizo a un lado.
“Espero ser
especial para ti.” Kelsey miró hacia adelante otra vez. “Porque tú eres
especial para mí.”
“Que bueno,” Emily respondió, pero se sentía un poco
desconcertada. Miró afuera por la ventana como pasaban los oscuros postes telefónicos.
Como sea, ¿Dónde estaban? Esta era una parte de Rosewood que ella rara vez
visitaba.
Justo después de que una vieja y destartalada iglesia
Quaker apareció a la vista, Kelsey giró el manubrio, dirigiendo el auto a una salida
escondida. Pasaron un letrero, escrito en retorcidas letras mayúsculas. LA CANTERA DEL HOMBRE FLOTANTE.
¿Po-Por qué venimos para acá?” Emily tartamudeó.
“¿Has estado aquí antes?” Kelsey aceleró por la colina
inclinada. “Es genial. No he estado aquí en años. No desde antes de haber ido
al centro de detención.”
Emily echó un vistazo por la ventana. No había venido
aquí en un tiempo tampoco: La última vez fue cuando ella y las otras
descubrieron que Mona Vanderwaal era la A original. Mona había estado a punto de empujar a Spencer
por el peñasco hacia las dentadas rocas de abajo, pero en vez de eso, Mona se
resbaló hacia su muerte.
“Hay mejores lugares que este, sabes,” Emily dijo
temblando. “Hay un lugar junto a la línea del tren donde puedes ver toda la Línea
Principal.”
“Nah, me gusta este lugar.” Kelsey se metió al
estacionamiento vacío junto a un gran barril de basura. “¡Vamos!” corrió hacia
el lado de Emily y la sacó. “¡Tienes que ver la vista!”
“No es necesario.” Emily retorcía su brazo para
soltarse de Kelsey. Sus tacones se hundían en el pasto húmedo. “No soy muy
buena con las alturas.”
“¡Pero es tan lindo, Emily!” Kelsey hizo un gesto
hacia el borde del barranco. Sus ojos estaban saltos y un poco cruzados, y ella
estaba retorciéndose y temblando. “¡Esto debería estar en tu lista de cosas que
hacer! ¡No has vivido hasta que te has parado en el precipicio de un barranco!”
Kelsey enfatizó la última oración con una sutil
risilla. El cabello de la parte de atrás del cuello de Emily estaba de puntas.
Pensaba en las advertencias de Spencer. La coincidencia de estadía en Jamaica.
Las dos manos empujando a Emily por la colina, Kelsey apareciendo en la cima
segundos después. El repentino comportamiento bizarro de Kelsey.
“Kelsey, ¿Qué sucede?” Emily susurró.
Kelsey puso una amplia y chueca sonrisa. “¡Nada! ¿Por
qué dirías eso?”
“Te ves tan…diferente.
Como que tú… no lo sé… estuvieras borracha o algo.”
“¡Borracha de vida!” Kelsey estiró sus brazos. “¡Lista
para hacer algo enorme! Pensé que eras valiente, Emily. ¿No quieres pararte en
el barranco conmigo?”
Kelsey fue brincando hacia el borde del barranco,
dejando su bolso abierto en el asiento del conductor. Las luces del tablero
seguían prendidas, y Emily pudo ver el contenido del bolso. Encima de todo
había un gran frasco de pastillas. No había nombre en la etiqueta de prescripción.
Todo tipo de alarmas sonaban en el interior de Emily.
Lentamente, sin hacer ningún sonido, buscó su celular en su bolsillo. Cuando lo
encontró, escribió un rápido mensaje a Aria. SOS. En El Hombre Flotante. Por favor ven.
Presionó ENVIAR y esperó la confirmación de que Aria había recibido
el mensaje. Pero luego Kelsey se dio vuelta. “¿A quién estás llamando?”
“A nadie.” Emily soltó su celular de vuelta dentro de
su bolsillo.
Kelsey se relajó. “No quieres estar aquí, ¿o sí? No
quieres estar conmigo.”
“Por supuesto que sí. Pero estoy preocupada por ti
esta noche. Te ves… molesta. Algo extraña. ¿Es por lo que te dije? Debería
haberlo dicho desde el principio. Lo siento.”
Kelsey olisqueó fuertemente. “Bueno, yo debería haber
sido sincera también.”
Emily ladeó su cabeza. “¿A qué te refieres?”
“Soy una mentirosa, tal como tú.” Kelsey rio, volviéndose
hacia Emily. “¿Recuerdas cuando te dije que yo no me di cuenta de que eras la
mejor amiga de Spencer? ¿O todo por lo que pasaste con Alison? Siempre lo supe,
Emily. Solo pretendía no saberlo.”
Emily presionó su mano contra su sien, tratando de
entenderlo. “¿Por qué?”
“Porque estaba tratando de ser simpática.” El viento
levantó mechones del cabello de Kelsey. “No mirarte boquiabierta como si fueras
alguna loca. ¿Cuál es tu excusa,
Emily? ¿Querías reírte de mí a mis espaldas? ¿Tú y Spencer se rieron sobre lo
que ella me hizo?”
“¡Por supuesto que no!” Emily gritó. “¡Yo me enteré de
eso después de que nos conocimos!”
Los ojos de Kelsey se iluminaron. “tienes toda clase
de secretos bajo la manga, ¿o no?” Ella negó la cabeza con disgusto. “No puedo
creer que hiciste lo que hiciste. Eres una persona horrible, Emily. Horrible.”
Emily presionó su mano contra su corazón y lo sintió
palpitando a través de su vestido. Las facciones de Kelsey se habían
transformado. Ahora ella miraba a Emily con puro y claro odio, el mismo odio
que Emily sentía por ella misma desde que los restos de Tabitha aparecieron en
la orilla. Todo de una vez, cada teoría que Spencer había propuesto sobre esta
chica parecía posible. Más que posible—cierta. Pensó en la foto de Tabitha en
el celular de Kelsey. Y en la cara de Tabitha cuando Aria la empujó por el
techo. El suave ruido seco que se oyó cuando cayó al suelo. El resort parecía
tan desolado, a pesar de que todos los huéspedes habían desocupado la isla por
la noche. Pero alguien había estado mirando. Kelsey.
¿Cómo es que Emily no lo notó antes? ¿Estaba en lo
correcto Spencer? ¿Emily había estado cegada por su capricho?
En cualquier caso Kelsey estaba en lo cierto: Emily
era una persona horrible. La persona más horrible del mundo.
“No quería que eso ocurriera,” Emily susurró. “Tú no
entiendes.”
Kelsey negó con la cabeza disgustada. “Tu permitiste que ocurra. Y no dijiste
nada.”
Emily se cubrió la cara con las manos, pensando en las
páginas online del memorial de Tabitha, sus amigas y familia en duelo. “Lo sé. Debí
haberlo hecho. Es horripilante.”
Un sutil sonido de neumáticos por sobre la gravilla
sonó, y Emily se dio vuelta. Luces delanteras aparecieron por el horizonte, y
el Subaru de Aria se dirigía a la colina. Aria sujetaba el manubrio. Hanna
estaba sentada junto a ella, apuntando frenéticamente cuando vio a Emily.
Emily estiró sus manos por sobre su cabeza para
hacerles señas, pero Kelsey la agarró de la muñeca. “Tu vendrás conmigo.” Tiró
a Emily hacia el barranco.
“¡No!” Emily trató de soltarse, pero Kelsey la tenía
bien afirmada, arrastrándola tan forzadamente que los pies de Emily dejaron el
piso.
“Quiero que veas esto,” Kelsey dijo, llevándola hacia
el barranco. Los tobillos de Emily se doblaron muchas veces en sus incómodos
zapatos, y cuando uno de ellos se cayó ella lo dejó ahí y siguió el resto del
camino en un pie acalcetinado. Las lágrimas se derramaban por su cara, y apenas
podía respirar, estaba muy asustada.
“Lo siento,” ella lloriqueó. Su voz temblaba tanto que
apenas pudo lograr que salgan las palabras. “Pensé que éramos amigas. Mas que amigas.”
“Lo éramos.” Kelsey empujó a Emily por sobre una serie
de rocas. “Pero esto me va a doler a mi más de lo que te dolerá a ti.”
Llegaron al borde del barranco. Gravilla se cayó por
la gran roca. Cuando Emily miró por el lado, todo lo que pudo ver fue profunda
e infinita oscuridad. Miró por sobre su hombro y vio a Aria saliéndose del
auto. “¡Emily!” gritó. “¡Oh mi dios!”
Kelsey empujó a Emily más cerca del borde, y Emily
gritó. Kelsey iba a hacerle a Emily exactamente lo mismo que Mona había tratado
de hacerle a Spencer, lo que Tabitha trató de hacerle a Hanna, lo que Ali trató
de hacerle a todas ellas. Excepto que esta vez, A viviría… y la victima de A moriría.
“Por favor,” Emily miró implorantemente a Kelsey. “No
quieres hacer esto. Quizás podemos conversarlo. Entenderlo.”
“No hay nada que entender,” Kelsey dijo en una voz
desanimada. “Este es el modo que tiene que ser.”
“¡Emily!” Aria gritó, corriendo más cerca.
Pero no estaba lo suficientemente cerca. Los dedos de
Kelsey se enroscaron alrededor del hombro de Emily. Su respiración se sentía
caliente en su oído. Todo su cuerpo parecía tan tieso, como preparándose para
empujar a Emily. Emily cerró sus ojos, dándose cuenta de que esos eran sus últimos
segundos de viva.
“Por favor,” susurró una vez más.
Y luego, de repente, Kelsey soltó su mano del brazo de
Emily. Emily se dio vuelta a tiempo de ver a Kelsey caminando hacia el borde
del precipicio. Miró a Emily a los ojos, pero la loca y peligrosa mirada se
había ido. Ella parecía exhausta e increíblemente triste.
“Adiós,” Kelsey dijo en la voz más patética que Emily había escuchado alguna vez. Había lágrimas en sus ojos. Sus manos estaban temblando tan violentamente que golpeaban su cintura. Un delgado chorrito de sangre corría por su nariz. Miró por el bordo y tomó aire.
“¡Kelsey!” Tomó un segundo a Emily el darse cuenta de
lo que ocurría. “¡No saltes!”
Kelsey la ignoró, acercándose hasta que sus dedos de
los pies colgaban por el borde. Más rocas cayeron por el barranco. “Es muy
tarde. Estoy cansada de lo basura que es la vida.” Estaba mascullando las
palabras tan mal que Emily apenas podía entenderla. “Estoy cansada de todo.” Cerró sus ojos y dio un paso
hacia la oscuridad.
“¡No!” Emily puso sus brazos alrededor de la cintura
de Kelsey. Kelsey trató de alejarla, pero Emily se armó de valor y fuerza y
trajo de vuelta a Kelsey. Ambas se tambaleaban en el pasto. Kelsey luchaba,
tratando de liberarse. Emily la tiraba aun más fuerte. Su tobillo se torció una
vez más, y de lanada, ella estaba en el húmedo y resbaladizo suelo con Kelsey sobre
ella. El dolor comenzó por su cabeza y por su columna. La frialdad de las rocas
caló derecho a través de su abrigo y por su piel.
Se desmayó por unos momentos, oyendo sutiles sollozos
y sonidos vagos de pasos. Cuando volvió, Hanna estaba inclinada sobre ella. “¿Emily?
¡Emily! ¡Oh mi dios!”
Emily pestañeó fuertemente. Kelsey ya no estaba sobre
ella. Ella miró a su alrededor frenéticamente, asustada de que Kelsey se
hubiera lanzado por el barranco, pero la chica estaba solo a unos pies de
distancia, agachada hecha bolita.
“¿Estás bien?” Aria apareció sobre Emily también.
“N-no lo sé,” Emily dijo aturdida. Y luego todo volvió
a ella. EL miedo. La certeza de que estuvo a punto de morir. Como Kelsey lo
sabía todo. Las lágrimas se lanzaron a correr por su cara. Su cuerpo comenzó a
temblar. Sus sollozos se oían feos y desordenados.
Hanna y Aria se hincaron y la abrazaron fuertemente. “Está
bien,” susurraron. “Ahora estás segura. Lo prometemos.”
“Hey,” otra voz dijo a unos pies de distancia. Emily abrió
sus ojos y vio a una tercera silueta agachándose junto a Kelsey. “Despierta.”
La mandíbula de Emily se abrió. Era Spencer. Ella dudó
de Spencer y la traicionó, y ella vino de todos modos.
“¿Chicas?” Spencer levantó la cara y se sacó el
cabello rubio de la cara. “Miren.”
Se movió para que las chicas puedan ver. La espalda de
Kelsey estaba arqueada, su cabeza hacia un lado, y sus brazos y piernas se movían
como si estuvieran siendo bombeadas con un millón de voltios de energía eléctrica.
Bilis salía de su boca. Las cuerdas se notaban prominentemente en su cuello.
“¿Qué le pasa?” Hanna gritó.
“Voy a llamar al 911.” Aria sacó su celular.
“Creo que está sufriendo una sobredosis.” Spencer se
agachó hacia la cara de Kelsey. “Debe haber tomado algo.”
Emily se levantó débilmente y se tambaleó hacia el
bolso de Kelsey el cual estaba aun en el asiento del conductor de su auto.
Dentro de él estaba el frasco de pastillas, medio vacío. “Esto.” Se lo mostro a
las otras.
Spencer lo miró y luego asintió. “A fácil.”
Una
ambulancia sonaba por el camino hacia el barranco minutos luego de la llamada
de Aria. El equipo médico rodeo a Kelsey e inmediatamente comenzaron el
tratamiento, diciéndole a las chicas que retrocedan. Emily se abrazó, sintiéndose
fría y adormecida. Aria miraba al equipo médico con una mano en la boca. Hanna
seguía moviendo la cabeza y diciendo “Oh mi dios.” Spencer parecía como que iba
a enfermarse.
Luego
de un rato, la conductora de la ambulancia, una atlética mujer con cabello
castaño a la altura del hombro, camino hacia las chicas. “¿Qué ocurrió?”
“Creo
que estaba tratando de suicidarse,” Emily respondió, su voz aun estaba débil. “Supongo
que tomó muchas pastillas… e iba a saltar por el barranco.”
El
equipo médico chequeó a Emily en busca de heridas, pero aparte de sentirse
moreteada y machacada, estaba bien. Luego subieron a Kelsey a la ambulancia y
se fueron. Emily miró silenciosamente las luces rojas girando por la colina.
Escuchó a las sirenas hasta que el sonido desapareció.
Un
silencio ensordecedor continuaba presente. Emily caminó hacia Spencer, quien
estaba mirando hacia el gran barranco. Era el mismo paisaje que había mirado
hace más de un año, justo cuando Mona trató de matarla. No parecía coincidencia
que estuvieran aquí, luchando contra A otra vez.
“Lo
siento,” Emily dijo tranquilamente. “No debí haber dudado de ti.”
“Está
bien,” Spencer respondió.
“Pero
le conté todo.” Emily cerró sus ojos. “Le dije a Kelsey lo que hiciste en Penn.
Que la enviaste al centro de detención.”
Spencer levantó su cabeza. Todo tipo de emociones
pasaron por su cara. “¿Lo hiciste?”
Emily frunció el ceño. “¿No te lo mencionó cuando
habló contigo esta noche?”
Spencer negó con la cabeza. “Todo avanzó tan rápido.
Solo nos gritamos.”
Emily puso su cabeza en sus manos. “Lo siento. Nunca debí
haber…” Se desconcentró, ahogándose con sollozos. Todo se sentía tan mal. “Soy
una pésima amiga. No estuve ahí para ti.” Ella lo decía en más de un sentido.
“Oye, está bien.” Spencer tocó el hombro de Emily. “Lo
entiendo. Y si fue algo horrible lo
que hice. Quizás me lo merecía también, luego de lo que te dije.”
El viento aullaba. En la lejanía, Emily pensaba que
aun podía oír las sirenas. Hanna y Aria se acercaron, calmadas y solemnes. “Kelsey
va a decirle a todos lo que le hicimos a Tabitha,” Hanna dijo.
“Nadie le creerá,” Spencer dijo. “Toma drogas.
Pensarán que lo alucinó todo.”
“Pero tiene pruebas,” Hanna argumentó. “Tiene esa foto
de Tabitha muerta en la playa.”
“¿Qué foto?” Emily tembló.
Spencer buscó su celular, luego se encogió de hombros
y pareció cambiar de idea. “Es una larga historia. Honestamente, debería
borrarla. Pretender que nunca me llegó. Pero incluso una foto de Tabitha no
prueba que nosotras hiciéramos algo.
Incluso la podría hacer ver a ella
como culpable. ¿Quién toma una foto de un cadáver y no lo reporta? Todos
pensaran que ella solo está….loca.”
Un aeroplano voló silenciosamente por el cielo, sus
luces rojas pestañeando. Un pájaro hizo largo sonido hueco en algún lugar por
el barranco. Todas se dieron vuelta hacia el auto de Aria, sintiéndose alteradas
pero ligeramente aliviadas. Pero luego, las palabras de Kelsey volvieron a la
mente de Emily. Tú permitiste que ocurra.
Eres una persona horrible.
Solo porque nadie le creyera a Kelsey no significaba
que no hubiera ocurrido. Emily era
una horrible persona. Esa culpa nunca se iría.
Espero ansiosa la traducción de los últimos capítulos. Muchas gracias por el aporte y excelente trabajo :)
ResponderBorrarAhhhhhhhh y por favor que el próximo proyecto sea la traducción de Stunning
así esssssssssssssss se viene stunning! :D
Borrar