“¿Kelsey?” Emily pasó entre la multitud, la cual se
había puesto aun mas grande ya que la fiesta había comenzado una hora atrás.
Cuando dio la vuelta en un rincón en uno de los comedores más pequeños, todos
estaban amontonados en un denso grupo, murmurando y mirando como si algo
acabara de ocurrir. Naomi, Riley, Kate y Klaudia susurraban calurosamente. Un
bello chico de cabello oscuro estaba con ellas, y Emily tuvo que mirar dos
veces. ¿Era ese el Sr. Fitz, el antiguo profesor de inglés?
Emily había perdido de vista a Kelsey tan pronto como
salió del baño, y no había podido encontrarla desde entonces. ¿Estaría Kelsey
enojada con Emily por saber lo que Spencer lo había hecho y no habérselo dicho?
Emily se apresuró pasando junto a un gran poster de
los retratos de Beau y Spencer como Macbeth y Lady Macbeth, y una punzada de
remordimiento dio vueltas por sus entrañas. Spencer.
En algún momento, Emily había sido fieramente leal a sus amigas—por eso era que
Su Ali solía llamarla “Asesina.” Spencer le había dicho cosas terribles, pero,
¿eso de verdad justificaba que Emily haya contado su secreto a su enemiga? De
repente, un recuerdo volvió a su mente: Una noche el verano pasado, luego de
salir del trabajo en Poseidón, se había bajado del tren subterráneo y vio a
Spencer en la esquina de la calle, hablando con un chico que usaba una boina
negra.
“Phineas, tienes que conseguirme más,” Spencer rogaba.
El chico, Phineas, solo se encogió de hombros. Emily
había tratado de mirarlo muy bien—Spencer lo había mencionado incontables veces—pero
él estaba de pie en las sombras, sus hombros encogidos. Dijo algo que Emily no
pudo oír.
“Desearía que no me hubieras metido en esto, en primer
lugar,” Spencer dijo. “Me ha arruinado.”
Phineas levantó sus manos, sin nada que hacer. Cuando
los hombros de Spencer comenzaron a temblar, él no la reconfortó.
Emily pasó por la esquina atónita. Spencer parecía
tan…débil. Abrumada. En problemas. Emily sabia que debería hacer algo, hacer
que Spencer sepa que ella estaba allí, abrazar a Spencer y ayudarla, pero todo
lo que pudo pensar era en su escandaloso estómago de embarazada. No quería que
Spencer la viera. Era demasiado horripilante.
Ahora, esa reacción se sentía ridícula. Spencer al
final se enteró de la condición de Emily—ella, junto a sus otros amigos, la
ayudaron cuando más los necesito. Si Emily hubiera ido a Spencer en ese
momento, ¿Habría sido arrestada? ¿Habría ido Kelsey al centro de detención
juvenil? ¿Podría Emily haber prevenido la horrible trayectoria?
De repente, la cara de Aria apareció a su vista,
sacando a Emily de sus pensamientos. “Te he estado buscando. ¿Dónde has
estado?”
Emily hizo un gesto vago. “por ahí. Escucha, ¿has
visto a…” estaba a punto de decir Kelsey
pero se detuvo. “…Spencer?”
Una mirada extraña se formó en la cara de Aria. “¿No
viste lo que ocurrió?”
Emily miró a la multitud alterada otra vez. “No…”
“Yo vi el final de lo que paso.” Los ojos de Aria
estaban muy abiertos. “Pero Spencer se volvió
loca. Atacó a alguien. Creo que era la chica de la que está convencida que
es A—Kelsey. Ella está aquí.”
“Oh dios mío.” Era por lo que Emily dijo sobre Spencer—Emily
lo sabía. “¿Hay alguien herido?”
Aria negó con la cabeza. “Pero necesitamos encontrar a
Spencer. Quizás tenía una buena razón para tirarse en su contra de esa manera.”
Emily miró a su alrededor otra vez. De repente, vio
una chica pelirroja cerca de la puerta, recibiendo su chaqueta de la chica de
la custodia. Kelsey.
Tocó el brazo de Aria. “Vuelvo enseguida.”
Aria frunció el ceño. “¿A dónde vas?”
“Será solo un segundo.” Emily maniobró extrañamente
entre la multitud de chicos. Para cuando llegó a Kelsey, la mano de Kelsey
estaba en la puerta frontal. “¿Te vas?” Emily dijo sin aliento.
Kelsey se dio vuelta y dio a Emily una mirada exhausta,
casi perpleja, como si no pudiera saber exactamente quién era Emily. Sus labios
estaban partidos y sus ojos saltones de manera extraña. “Uh, si. Supongo que
las fiestas de elenco no son lo mío.”
“¿Ocurrió algo?” La voz de Emily subió de tono. “¿Hablaste
con Spencer? ¿No estás enojada conmigo, o si? ¿Por saber? ¿Por no decirte nada?
No sabía cómo decírtelo, pero debí haberlo hecho.”
Los labios de Kelsey se separaron. Un músculo en su mejilla
tiritó violentamente. A pesar de que hacía frio en el área de la custodia,
gotas de sudor se habían formado en su frente. Sin más palabras, se dio vuelta
y salió por la puerta hacia el estacionamiento.
“¿A dónde vas?” Emily la siguió.
“A ningún lugar excepto aquí” Kelsey se detuvo junto a
su auto y le quitó el pestillo con dos agudos sonidos. Apuntó al lado del
copiloto. “Si quieres venir, entra.”
Emily dejó salir un largo, y aliviado suspiro. Miro de
vuelta al restaurant, preguntándose si debería decirle a Aria a donde iba. Pero
Aria estaba buscando a Spencer, y Emily dudaba que Spencer quisiera verla ahora
mismo. Emily no estaba segura de que ella estuviera lista para ver a Spencer
tampoco.
“Voy,” Emily dijo. Abrió la puerta y se deslizó sobre el asiento.
Kelsey le hizo a Emily una rápida y temblorosa
sonrisa. “Bien,” susurró, y luego partió el auto en la oscura noche.
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