jueves, 20 de diciembre de 2012

Ruthless - Capítulo 23: Emily es pan comido




           La tarde siguiente, Emily entró al sendero del estacionamiento de Stockbridge e inmediatamente vió el Toyota hatchback negro de Kelsey en uno de los espacios frontales. La lluvia de la noche anterior se había detenido y el sol había salido otra vez, haciendo que todos los arboles se vieran extra verdes y frondosos.

       Antes de salir del auto, se dio vuelta y echó un vistazo a los autos que iban y retrocedían en el camino serpenteante. Cuando un Mercedes coupe pasó, ella lo miró cuidadosamente. ¿Era ese el auto de Spencer, o el de ella era más plateado? Emily se mordió una uña. ¿Qué diría Spencer si viera a Emily y a Kelsey juntas? Cuando Kelsey le envió un e-mail a Emily esa mañana, preguntándole si quería ir a dar un paseo luego de la escuela, Emily había dudado, pensando en su encuentro con Spencer y las otras la noche anterior. Pero luego de un momento, dijo que sí. Spencer no podía decirle con quien podía o no ser amiga. La foto de Tabitha en el teléfono de Kelsey preocupaba a Emily, pero solo porque Kelsey haya estado en Jamaica al mismo tiempo que Emily y sus amigas, no significaba que fuera A. De todos modos, juntarse hoy con Kelsey era la oportunidad para que Emily averiguara algunas cosas y probarle a Spencer que estaba equivocada de una vez por todas.
      
Cerró su auto y fue por el terreno hacia Kelsey. Kelsey estaba tomando un gran trago de agua, vestida con pantalones de cargo color caqui, zapatillas de caminata, y una playera negra marca North Face que se veía exactamente igual que el que Emily estaba usando. Había algo nervioso en su caminar, sus piernas se movían agitadamente, su cuerpo saltaba mucho. Era tal como si se acabara de beber un montón de tazas de cafe expresso.

-“Este es uno de mis lugares favoritos,”- dijo Kelsey, su voz estaba un poquito inquieta también.- “Solía acampar aquí todo el tiempo.”

-“El sendero es hermoso.” Emily siguió a Kelsey al otro lado del gran letrero que tenía una lista de los horarios de uso de los caminos y un montón de advertencias sobre la borreliosis y señalizaciones. “A mí nunca me dejaban venir cuando era pequeña. Mi mamá estaba segura de que estaba lleno de secuestradores.”

-“¿Y tú también lo creías?” Kelsey la molestó.

-“Quizás,” - admitió Emily.

-“Y yo pensé que eras malvada.” Kelsey pinchó el brazo de Emily. “No te preocupes. Te mantendré a salvo de los grandes y malvados secuestradores.”

Comenzaron a subir la angosta subida. Una pareja mayor con un golden retriever los pasó en la otra dirección, y tres corredores desaparecieron por la curva. Emily puso mucha atención a sus propios pasos, cuidadosa de no pisar ninguna de las salvajes ramas que habían caído por el camino. Bajaba desde algún lugar más arriba del sendero una esencia de coco de un bloqueador solar, y las fotos de Jamaica que Spencer había robado del teléfono de Kelsey aparecieron en la mente de Emily otra vez. Aclaró su garganta. “Me gusta acampar, pero no es mi vacación ideal. Preferiría ir al océano.”

-“Yo amo la playa,” - dijo Kelsey efusivamente.

-“¿Has ido alguna vez al Caribe?”- preguntó Emily. Su corazón latía fuertemente, anticipando la respuesta de Kelsey.

Kelsey rodeó una gran roca. “Un par de veces. Estuve en Jamaica apenas el año pasado.”

-“Yo estuve en Jamaica el año pasado también.” Emily rezaba para haber sonado suficientemente sorprendida. “¿Fuiste durante el receso de primavera?”

-“Ajá.” Kelsey se dio vuelta, una sonrisa intrigada invadió su cara. “¿Tu también?”

Emily asintió. “Ahora descubriremos que nos quedamos en el mismo hotel,” bromeó. O al menos esperaba que haya sonado como una broma. “Yo me quedé en un lugar llamado The Cliffs. Tenía estas increíbles rocas de las cuales te podías lanzar al océano. Y un restaurant realmente genial.”

       Kelsey se detuvo en el sendero y pestañeó. “Estás bromeando, ¿cierto?”

       Emily negó con la cabeza, su boca más seca que una pasa. Buscó en la cara de su amiga cualquier señal de incomodidad o mentira, pero Kelsey se veía tan inocente, verdaderamente tomada por sorpresa. Si veo una ardilla en ese árbol, Kelsey es inocente, se dijo a si misma, mirando a un gran roble frente a ella. Como era de esperar, una ardilla se precipitó por una rama alta.

“¿En qué fechas tu escuela tiene el receso de primavera?” Kelsey preguntó.

Emily le respondió, y Kelsey exclamó que esa misma fecha St. Agnes había estado en receso también. “No puedo creer que no te noté,” Kelsey dijo luego de un momento. “Piénsalo. Podríamos habernos vuelto amigas mucho antes.” Tocó el brazo de Emily. “O quizás más que amigas.”

       Todas las terminaciones nerviosas en el brazo de Emily se estremecieron. Cuando respiró, el aire olía húmedo y fértil, como que todo en el sendero estuviera brotando. Miró los brillantes ojos verdes de Kelsey. O era una mentirosa increíblemente hábil, o realmente no sabía nada. Podría haberse encontrado con Tabitha en The Cliffs, pero no había modo de que ella supiera lo que le había ocurrido. Ella ciertamente no sabía lo que Emily y las otras habían hecho.

       De repente, Emily notó un cruce que se le hacía familiar en el sendero. “¿Podemos hacer un desvío por un segundo? Quiero ver si algo sigue aquí.”

       Kelsey asintió, y Emily bajó unos pasos por el cruce y subió sobre una pequeña fuente de agua de piedra que estaba junto a una abrupta y enlodada pendiente. Había dos manos marcadas en el cemento. Una decía Emily. La otra decía Ali.

       Kelsey se agachó y tocó el cemento. “¿Esto es tuyo?”

       “Ajá.” Emily se sentía medio atragantada al mirar la delgada mano de Ali, preservada perpetuamente. “Ali y yo nos escapamos aquí una vez. Habían puesto recién el cemento para esta fuente, y ella sugirió que dejáramos nuestra marca.

       Ella recordaba ese día como si hubiera sido ayer. Era primavera, unos pocos meses antes del fatídico beso con Ali en la casa del árbol de Ali. En su caminata por el sendero, Ali enlistó chicos de su clase, preguntándole a Emily si pensaba que alguno de ellos era lindo. “Necesitas un novio, Em,” Ali dijo. “¿O te estás guardando para alguien especial?”

       Ahora, Kelsey negó con la cabeza solemnemente. “No sé cómo se debe sentir el perder una amiga tan cercana.”

       Un grupo de chicos pasaron por el camino principal, riendo fuertemente. “La extraño, pero ahora no estoy segura de qué puedo extrañar,” Emily dijo en voz baja.

       “¿A qué te refieres?”

       “Por ejemplo, los bolos a los que fuimos el otro día. Ali nos llevó a mí y a mis otras tres amigas allí cuando habíamos comenzado a juntarnos. Ella estaba como ‘Quiero que pasemos tiempo a solas para unirnos.’ Solía pensar que eso era tan genial, como que ella realmente quería conocernos, pero ahora me pregunto si era solo porque ella era Courtney, adentrándose en la vida de Ali y pretendiendo ser ella. Quizás juntarnos por ahí no tenía nada que ver con nuevas amistades, sino que solo necesitaba tiempo para orientarse y no juntarse cerca de los chicos populares de Rosewood Day que su hermana alguna vez había conocido tan bien.”

       -"Eso es mucho que asimilar,”- dijo  Kelsey, con los ojos abiertos.

       “Lo sé.” Emily miró arriba al dosel de los arboles. “Extraño mis viejos recuerdos de Ali. Esos en los que yo solo pensaba que ella era una increíble nueva amiga. Ahora tengo que revisar toda mi historia con ella. Todo lo que pensé que era verdad, era una mentira.”

       “Debe alterarte.”

       “Lo hace. Especialmente porque…” Emily se distrajo, pensando en todos los sueños que había tenido sobre la Verdadera Ali este año. Todos los destellos de cabello rubio que juraba haber visto, todos los fantasmales olorcillos a jabón de vainilla que había olido. Su firme creencia de que ella aun estaba por ahí, mirando cada movimiento. “Trato de pensar solo en las cosas buenas con Ali y bloquear lo que realmente pasó. Es más fácil así. Entonces, como que, en mi cabeza, Mi Ali aun es esta alegre; una intoxicante chica quien tenía a todos en la palma de su mano.”

       “Supongo que ese es un modo de enfrentarlo.”

       Emily giró su cabeza y le sonrió a Kelsey. “Tú me recuerdas a ella un poco.”

       “¿En serio?” Kelsey se puso una mano en su estómago, pareciendo enferma.

       Emily tocó el hombro de Kelsey. “En un buen sentido. Nada la perturbaba. Ella era como….impresionante.”

       Kelsey llevó su labio inferior a dentro de su boca. Se le acercó un poco a Emily hasta que Emily podía oler el débil matiz de insecticida en spray en su piel. “Bueno, yo creo que tu eres muy impresionante también.”

       Rayos zumbaron de arriba a abajo por los brazos de Emily. Ella se acercó. Esperaba que Kelsey se alejara, pero ella se mantuvo donde estaba, a pulgadas de la cara de Emily. Emily miraba a las largas y pálidas pestañas de Kelsey. Las pecas en sus lóbulos de las orejas. La pequeña manchita de oro en sus ojos verdes. Sus labios se tocaron. El corazón de Emily latía fuerte.

       Luego de un momento, Kelsey se alejó, había una tímida sonrisa en su cara. “Wow.”

       Se acercaron nuevamente, apunto de besarse otra vez, cuando un grupo de chicos pasaron por el espacio hacia la fuente de agua. Kelsey giró a otro lado. Los chicos miraban lujuriosamente a Kelsey y a Emily y saludaron. Kelsey los miró, con los dedos cruzados. Su expresión era de nervios, una completa transformación de lo que había sido momentos atrás.

       -“¿Te importa esperar aquí por un segundo?” - susurró Kelsey en el oído de Emily luego de un momento. “Tengo que hacer pis.”

       -“Claro,” - dijo Emily.

       Mientras Kelsey se alejaba a los arbustos, Emily se mantuvo donde estaba, mirando su teléfono para no tener que conversar con los chicos. Luego de que todos ellos bebieron agua, desaparecieron por los arbustos otra vez y siguieron por el sendero.

       Se oyeron pasos de abajo por la pendiente, seguidos por el chillido de un halcón. Luego, todo fue silencio. Los arboles parecían tan cercanos alrededor de ella, provocándole claustrofobia. Cuando el sol se puso tras una nube, estuvo claramente oscuro. Emily miraba a los arboles, preguntándose en que se demoraba tanto Kelsey.

       De repente, Emily oyó el sonido de un cuerpo moviéndose por el arbusto. Una centésima de segundo después, dos fuertes manos la empujaron entre sus omóplatos. “¡Hey!” grito, tambaleándose hacia adelante. Sus pies se deslizaron, cayendo al barro. Antes de darse cuenta de lo que estaba ocurriendo, ella estaba cayendo por la brusca y enlodada pendiente, sus brazos no podían agarrase de nada para detener su caída. Ramas y arbustos y los muñones se elevaron ante ella, y ella salió disparada hacia ellos, afiladas zarzamoras cortaban su piel. Rodó sobre su costado, golpeando fuertemente sus codos. Sintió un agudo dolor, y gritó. Finalmente, luego de enterrar sus uñas en la tierra, sintió su cuerpo lento.  Vino a una parada al bajar la colina, atrapada en un enredo de zarzamoras y ramas secas, con sus jeans, manos , y brazos cubiertos en lodo. Sentía sabor a sangre en su boca y sintió algo húmedo y pegajoso en su mejilla.

       Su corazón latía, giró y miró arriba. Una persona estaba de pie en la cima del monte junto a la fuente de agua, entre las sombras. Emily jadeaba, asimilando el pelo rubio y la figura flexible. Una risilla fantasmal serpenteó entre los árboles, llenando el cuerpo de Emily con tiritones. ¿Ali?

       “¡Emily!”

       Cuando Emily pestañeó, la rubia había desaparecido. Un momento después, Kelsey estaba en su lugar, con su mano sobre su boca. “¡Oh dios mío!” gritó. Comenzó a bajar la pendiente, afirmándose de ramas para equilibrarse, sus zapatos se deslizaban en el lodo. Para cuando llegó a Emily, Emily se había parado y había determinado que ningún hueso estaba roto. Pero aun estaba prácticamente hiperventilada por lo que acababa de ocurrir…y a quien acababa de ver.

       Kelsey estudió a Emily a la distancia. Las esquinas de su boca estaban hacia abajo ansiosamente, y gotas de sudor salpicaban su frente. Aun tenía esa apariencia nerviosa en la cara, y sus manos estaban temblando. “¿Estás bien? ¿Qué pasó?”

       El estomago de Emily se revolvía de un lado a otro. Las raspaduras en su piel de las zarzamoras quemaban cada vez que se movía. “Alguien… me empujó.”

       Los ojos de Kelsey se expandieron. “¿Uno de esos chicos?”

       Emily negó con la cabeza, aun con dificultad para inhalar completamente. La risilla hacía eco en sus oídos. Aun podía sentir la presencia de alguien más, alguien amenazante cerca, mirando. Instintivamente, buscó su celular en su bolsillo. Como era de esperar, había un nuevo mensaje de texto. Con los dedos temblando, presionó LEER.

       "A veces todos necesitamos un pequeño empujón, Emily. Tú y tus amigas lo saben bien, huh? "—A


Traducción: Daniela
Corrección: Verónica


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