Traducción: Daniela
Corrección: Verónica
Más tarde, ese mismo martes por la noche, Aria se
sentó en un rincón apartado en Wordsmith, la tienda de libros a una cuadra del
campus de Rosewood Day.
Música clásica sonaba en el estéreo, y el lugar olía a
las galletas recién horneadas de la pastelería de al lado. Pero nada olía tan
bien como la colonia de Ezra, la cual Aria estaba inhalando profundamente
mientras se acomodaba junto a él en el gran sofá en la cafetería en la
parte trasera de la tienda. Era algo atrevido que ellos se abrazaran a la luz
del día; Aria aun pensaba que Ezra era su tabú, sexy profesor, pero ningún
estudiante de Rosewood Day entraba a Wordsmith a menos que estuvieran
obligados, y absolutamente nadie de la escuela solía tomar café. Era un recuerdo
remaneciente de esos días en que la Verdadera Ali aún estaba viva. Ella inició
un rumor de que alguien había encontrado un dedo entero en uno de los
brownies, y todos, incluso los alumnos mayores, olvidaron el lugar. Cuando su
relación con Noel tenía 4 meses, Aria lo sorprendió entrando a Wordsmith entre
clases, y el finalmente confesó que tenía un gusto por los muffins de arándano
del café. Aria lo amó por ir contra el resto.
Espera. ¿Por qué estaba pensando en Noel ahora?
Se enderezó y miró a los ojos azul-hielo de Ezra. Él era el chico con
quien estaba ahora.
Ella sacó el manuscrito de Ezra de su bolso y lo puso
en el otomán. - “Así que, leí la novela completa,” - anunció sonriendo.- “Y me encantó.”
-“¿En serio?” -La cara de Ezra se llenó de alivio.
-“¡Por supuesto!” -Aria se lo entregó.- “Pero me…sorprendió
el tema principal.”
Ezra puso su mentón en su mano.- “El tema principal es
todo lo que he estado pensando este último año.”
“Era tan…vivido,” - continuó Aria. -“La
escritura es impresionante, me sentí como si estuviera ahí.” Por supuesto, ella
de cierto modo estuvo ahí, pero, como sea. -“No pude creer cómo siguió
la historia. ¡Y luego el final! ¡Wow!”
Al final de la novela, Jack se mudaba a New York.
Anita se mudaba con él, y vivieron felices para siempre. Hasta un
giro bizarro al final: A Jack le enviaban esporas de ántrax por correo de parte
de un terrorista internacional desconocido, y moría. Pero incluso eso era
romántico: Hubieron escenas muy sinceras de Jack muriendo en el hospital, con
Anita a su lado.
Luego su mirada volvió a la novela. -“Entonces…
¿Cuánto de esto quieres que sea realidad, de todos modos?”
-“Quería que todo fuera verdad,” - respondió Ezra,
corriendo sus dedos arriba y abajo por el brazo de Aria. -“Bueno, excepto la
parte del ántrax.”
El corazón de Aria latía fuertemente, y ella escogió
sus próximas palabras muy cuidadosamente.- “Entonces… cuando Jack le pide a
Anita que se mude a New York…” Se desvió del tema, sin poder mirarlo a los
ojos.
La voz de Ezra se puso más intensa. -“No quiero volver
a estar sin ti, Aria. Me encantaría si te mudaras allí conmigo.”
Los ojos de Aria se expandieron. -“¿En serio?”.
Ezra se acercó hacia ella. -“He pensado mucho en ti
este año. Digo, escribí un libro sobre ti. Podrías venir por el verano
primero, para que veas si te gusta. Podrías ir de interna, quizás, un trabajo
en alguna galería de arte. Y postulaste a FIT y Parsons, ¿cierto?” Ni siquiera
esperó a que Aria asienta. “Si entras, y estoy seguro de que lo harás, allí es
donde podrías ir el próximo año.”
Todo de repente, las luces del techo se sintieron muy
brillantes, y la esencia enroblecida del vino hizo que la cabeza de Aria girara.
Puso una emocionada sonrisa. -“¿E-estás seguro?”
-“Por
supuesto que estoy seguro.”- Ezra besó sus labios. Luego se volvió a sentar y
tocó el manuscrito. -“Quiero que me digas todo lo que pensaste sobre él. Se
honesta.”
Aria puso su cabello tras sus oídos y trató de
enfocarse. -“Bueno, la amé. Cada oración. Cada detalle.”
-“Seguramente
hubo algo que no te gustó.”
La vaporera de leche se prendió tras el mostrador,
llenando la cafetería de ruido. -“Bueno, supongo que hubieron unas
pocas cosas,”- dijo Aria tentativamente. -“Como, que no estoy segura de que
Anita le tenga que escribir diez Haikus a Jack, parece un poco exagerado. Solo
uno o dos bastarían, ¿No crees? Yo ciertamente no te escribí tantos.”
Ezra frunció el ceño. -“Se llama licencia creativa.”
-“Cierto,”-
dijo Aria rápidamente. -“Y…bien, Amé a Jack, De verdad. Pero ¿por qué
estaba tan obsesionado con hacer viñetas de modelos de trenes en su
dormitorio?”-.Ella sonrió y tocó los labios de Ezra con su dedo. -“Tu nunca
harías algo tan tonto como eso.”
Dos fuertes líneas aparecieron en los costados de la
boca de Ezra.- “Las escenas de los modelos de trenes que él creaba eran
simbólicas. Eran de la vida que él quería, la perfecta vida que no podía
tener.”
Aria miró fijamente el montón de papeles en su
regazo.- “Oh. Está bien. Supongo que no entendí eso.”
-“Parece que no entendiste mucho.”
Su tono ácido hizo que el corazón de Aria se cayera.
‘’Dijiste que querías que fuera honesta,”- reclamó ella. -“Digo, esas
cosas en realidad son tan insignificantes.”
-“No, no lo son.”- Ezra se separó de Aria, mirado un
aviso de cigarrillos franceses sin filtro en la pared.- “Quizás el libro es
basura, como todos los agentes dijeron. Quizás por eso es que nadie quiere
representarme, Y Aquí yo esperaba ser el nuevo Súper Novelista Americano.”
-“¡Ezra!”-. Aria puso sus palmas en sus propios
muslos. -“El libro es genial. Lo prometo.” Pero cuando trató de tomar su mano,
él la alejó y la empuñó en su propio regazo.
-“¿Hallo?”
Una sombra cayó sobre ellos, y Aria levantó la mirada.
De pie frente al sofá estaba Klaudia. Usaba una blusa ajustada y desabotonada
lo suficiente como para mostrar su escote, y su falda de Rosewood Day estaba
doblada unas cuantas veces en el estómago para acentuar sus largas piernas. Una
par de lentes de marco oscuro colgaban de su mano, haciéndola parecer como una
bibliotecaria traviesa.
Aria saltó tanto que el manuscrito se cayó de su
regazo al piso.- “¿Q-qué haces aquí?”-.Se levantó dificultosamente para recoger
las hojas y asegurarlas con una banda elástica.
Klaudia pasó una mano por su largo y rubio cabello,
recogido en una cola de caballo. -“Te cité aquí para proyecto historia del
arte, ¿recuerdas?”
Le tomó a Aria un momento para recordar su
conversación en la biblioteca.-“Dije que nos encontráramos aquí mañana,
no hoy.”
-“¡Oops!”- Klaudia cubrió su boca con su mano. -“¡Mi
culpa!”-. Sus ojos se movieron de Aria a Ezra. Una sonrisa intrigante se
expandió por su cara. -“¡Hola tú!”
-“Hola”-. Ezra se medio-levantó y estiró su brazo, y
le dio a Klaudia una sonrisa mucho más amistosa de lo que a Aria le hubiera
gustado. -“Soy Ezra Fitz.”
-“Yo Klaudia Huusko. Estudiante de intercambio de
Finlandia”. En vez de saludar a Ezra con la mano, Klaudia se agachó y lo besó
en ambas mejillas, estilo Europeo. Luego arregló sus cejas. -“¿Por qué te
conozco? Tu nombre suena familiar.”
-“Fui profesor en Rosewood Day el año pasado,”- Ezra
dijo en una voz amistosa.
-“No, no eso es” -Klaudia negó con la cabeza, haciendo
que su cola de caballo rebote. Entrecerró los ojos. -“¿Tu no Ezra Fitz quien
escribe la poesía? ¿O sí?”
Ezra parecía sorprendido. -“Bueno, solo he publicado
un poema, en una publicación extranjera.
-“¿Se llamaba ‘B-26’?”-. Los ojos de Klaudia se
iluminaron.
-“Bueno, sí.” La sonrisa de Ezra se volvió más grande
y más escéptica. -“Tu… ¿lo has leído?”
“Se tytto, se laulu!”- Klaudia citó en acento
Finlandés. -“¡Es bello! ¡Lo tengo pegado en una pared del dormitorio en
Helsinki!”
La boca de Ezra se abrió. Él miró a Aria, como modo
impresionado de decir, ¿Puedes creerlo? ¡Tengo una fan! Aria quería
golpearlo en la cabeza. ¿No veía el que ese era nada menos que parte del acto
de gatita ardiente de Klaudia? ¡Ella nunca había leído sus poemas,
probablemente ella había visto su nombre en el manuscrito de la biblioteca y lo
buscó en Google!
-“He leído ese poema también,”- fanfarroneó Aria. De
repente se sintió competitiva.- “Es muy bello.”
-“Oh, pero es incluso más bello traducido a Finlandés,”-
insistió Klaudia.
Un camarero
se acercó y Klaudia se acercó hacia Ezra para dejarlo pasar.
- “Yo siempre quise ser una escritora, ¡así que esto
es muy emocionante para mí hablar con un poeta de verdad publicado! ¿Has
escrito otras bellas poesías?”
-“No sé qué tan bellos son,”- Ezra dijo tímidamente
burlón, claramente disfrutando el ser admirado. -“Estoy trabajando en una
novela ahora mismo”, - apuntó al manuscrito que ahora estaba en el otomán junto
a ellos.
-“¡Uuf!”-. Klaudia puso su mano en su amplio pecho.
-“¿Toda una novela? ¡Es impresionante! ¡Espero leerla algún día!”
-“Bueno, de hecho, si estas interesada…” Puso la
novela en las manos de Klaudia. “Me encantaría oír tu opinión.”
-“¿Qué?” - gritó Aria.- “¡Ella no puede leerla!”
Los ojos de Klaudia se expandieron inocentemente. Ezra
levantó la cabeza, parecía afligido.- “¿Por qué no?” -preguntó, sonaba herido.
-“Porque…”- Aria se desvió, tratando de comunicar con
sus ojos que Klaudia era una psicópata. Porque es mi novela, no la de ella,
quería decir, pero se dio cuenta lo mezquina e inmadura que eso sonaba. De
todos modos, la novela era tan personal. Aria no quería que Klaudia la leyera,
y supiera sobre la más importante relación de su vida.
Ezra movió su mano. -“Es un borrador en bruto,”- dijo
gentilmente. -“Necesito tanta gente como sea posible dándome su opinión.”- Se
volteó hacia Klaudia y sonrió. -“Quizás te guste tanto como ‘B-26’”
-“¡Estoy segura de que me encantará!”- Klaudia tomó el
manuscrito con sus manos. Se alejó, dándole a Ezra un saludo con tres dedos.
-“Muy bien, ¡Yo me voy ahora! ¡Lamento molestarlos! ¡Nos vemos mañana en
escuela, Aria!”
-“No fuiste una molestia,”-dijo Ezra, saludando de
vuelta. Había una leve sonrisa de satisfacción en su cara, y su mirada
siguió a Klaudia mientras ella salía de la cafetería, por la tienda de libros.
Aria alcanzó su mano otra vez, pero él se la apretó
débil y distraídamente, como si hubieran pensamientos muchos más importantes, o
quizás chicas, en su mente.
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