sábado, 1 de diciembre de 2012

Ruthless - Capítulo 18: ¡Todas las grandes actrices alucinan!

Traducción: Daniela
Corrección: Veronica


Dobla, Dobla, la zozobra” Naomi, Riley y Kate chillaron mientras estaban en círculo alrededor del caldero en el escenario de Rosewood Day en la tarde del Lunes. “Arde, fuego; y hierve, olla.”

Las tres chicas hicieron señas a Beau-como-Macbeth para que se acerque a ellas, sacudiendo sus pechos y haciendo caras de besos, los cuales definitivamente no los pedía el libreto. Todas ellas habían cambiado sus uniformes de Rosewood Day a jeans ajustados, túnicas escotadas, y sombreros de brujas Halloweenescos.

Una fila delante de Spencer, Jasmine Bryer, una morena de segundo año quien actuaba de Lady Macduff, le dio un codazo a Scott Chin, su marido en escena. “Parecen prostitutas, no brujas.”

-“Tú solo estás molesta porque te rechazaron cuando preguntaste si te podías sentar con ellas en Steam ayer,” - dijo Scott sabiamente, reventando su globo de goma de mascar.

Spencer se hundió más en su asiento, y tocó inconscientemente un pequeño agujero en sus calcetines hasta la rodilla. El auditorio olía a zapatos viejos, a sándwich con salami que orientador siempre traía aquí para una colación luego de clases, y a aceite de pachulí. Había conmoción en el escenario, cuando Spencer miró arriba, Kate, Naomi y Riley estaban bajando por los escalones delicadamente, con sus sombreros de brujas en sus manos. -“Eh, ¿todos?”- dijo Naomi. -“Queremos recordarles que la fiesta del elenco es después de la actuación el Viernes. Va a ser en Otto. Esperamos que todos puedan venir.” - Miró directamente a Beau mientras decía eso.

Spencer giró sus ojos. Solo Naomi, Riley y Kate harían la fiesta del elenco en Otto, un elegante restaurant al final de la calle. Usualmente, las fiestas de honor del elenco eran en el auditorio o en el gimnasio. Dos años atrás, fue en la cafetería.

-“También les sugerimos que vayan bien vestidos, ya que el Centinela de Philadelphia estará allí”- añadió Riley nasalmente, ahora mirando amenazadoramente a los otros actores, quienes solían verse como que iban camino a una feria del renacimiento—incluso cuando no estaban ensayando a Shakespeare. -“Esperamos que nos entrevisten a todos.”

Pierre bufó. -“Entonces mejor trabajamos duro” Miró a Spencer en la fila de atrás. -“Hablando de eso, ¿Sr. M? ¿Lady M? ¿Están listos?”

Spencer se levantó. -“Definitivamente.” Beau se paró también.

Naomi y Riley se miraron por largo tiempo a Beau mientras él se ubicaba en el escenario. -“Buena suerte”, - dijo Naomi, agitando sus pestañas. Beau le lanzó una mirada despectiva.

Luego las chicas miraron a Spencer y rieron.- “Hay algo realmente apagado en ella, ¿no creen?” -susurró Naomi lo suficientemente alto para que Spencer escuchara, con su cabello rubio-mantequilla cayendo a su cara. “Quizás alguien perdió su toque dramático.”

-“Personalmente, creo que la chica que la interpreta en Pequeña Linda Asesina era mucho mejor actriz que ella,”- dijo Kate. Las otras se rieron.

Spencer subió al escenario, ignorándolas. Pierre entrecerró sus ojos hacia Spencer. -“Vamos a ensayar la escena donde le dices al Sr. M que mate al rey. Espero que lo tengas un poco más claro hoy.”

-“Absolutamente,”- dijo Spencer, empujando un mechón de cabello sobre su hombro. En la casa de Beau ayer, ensayaron docenas de escenas, y se sentía preparada y conectada. Ella seguía repitiendo su mantra mentalmente: Voy a hacer esto excelente, y Princeton me va a querer a mí. Intercambió una mirada con Beau, quien también había subido al escenario, él le lanzó una amable y alentadora sonrisa, y ella sonrió también.

-“Bien.”- Pierre merodeaba alrededor del escenario. “Comencemos desde el inicio, entonces.”

Le hizo un gesto a Beau, quien comenzaba el monólogo sobre como Macbeth no estaba seguro de sí debería cometer el asesinato. Cuando fue momento de que Spencer subiera al escenario, se repitió el mantra en su cabeza otra vez. Voy a hacer esto excelente, y Princeton me va a querer a mí.

Beau giró y la miró “¿Ha preguntado él por mí?”

Spencer le lanzó una mirada molesta como si él realmente fuera su marido y otra vez no hubiera escuchado ni una palabra de lo que ella dijo. “¿No sabes que si?

Beau bajó la mirada y dijo que no deberían volver a discutir lo del asesinato, él no podría con eso. Spencer lo miró, tratando de ponerse en la posición de Lady Macbeth, tal como Beau le había dicho. Conviértete en una sola con Lady Macbeth. Ponte en su lugar. Entrégate a sus problemas

Y para Spencer, eso significaba: entregarse a Tabitha. Ella había apoyado el asesinato de Tabitha, después de todo. Sus motivos eran diferentes a los de Lady Macbeth, pero habían llegado al mismo final. “¿Estaba ebria la esperanza en que te revestiste?” - Dijo ella. “¿Se durmió desde entonces? ¿Y despierta ahora, para ponerse verde y pálida con lo que hizo tan libremente?”

Continuaron discutiendo. Lady Macbeth le dijo a su marido que él no era un hombre si no llevaba a cabo el asesinato. Luego ella le reveló su plan: emborrachar a los sirvientes del rey y matarlo mientras dormían. Spencer trató de hacer que la discusión sonara lo más lógica posible, sintiéndose cada vez más y más conectada con su personaje. Ella había sido la voz de la razón con sus amigas esa noche en Jamaica, diciéndoles a sus amigas que Tabitha necesitaba ser detenida. Y cuando Aria empujó a Tabitha por el techo, Spencer fue la que las repuso diciéndoles que habían hecho lo correcto.

De repente, notó de reojo un revoloteo, y miró. Parada tras Beau, casi trasluciente contra las fuertes luces del escenario, había una chica rubia en un vestido de verano amarillo. Su cara estaba color ceniza y sin sangre, sus ojos sin vida, y su cabeza colgada de una manera extraña en su cuello, como si hubiera estado quebrado.

Spencer jadeó. Era Tabitha.

Terror la atravesó. Miró al piso, asustada de mirar al rincón otra vez, Beau se movió en el escenario, esperando que Spencer diga sus últimas líneas. Finalmente, ella miró al otro lado del escenario donde había visto la figura. Tabitha ya no estaba.

Spencer se enderezó. -“¿Quién se atrevería a creer lo contrario tras oír nuestros lamentos y clamores por su muerte?”- Dijo, tomando las manos de Beau, y Beau asintió, diciendo que iba a seguir con la vil hazaña.

Afortunadamente, la escena terminaba tras eso. Spencer se metió tras la cortina y colapsó en un viejo sillón que alguna vez fue usado para alguna escenografía. Inhalando profunda y desesperadamente casi como si acabara de nadar en el Canal Inglés. Desastroso. Pierre probablemente pensó que esa larga pausa entre líneas era porque se había perdido, no porque había visto una aparición en el escenario. Probablemente estaba expulsada de la obra para siempre. Quizás debería escribir una carta a Princeton y entregarle el lugar a Spencer F. Ahora. Su futuro estaba arruinado.

Se oyeron pasos acercándose. “Bien, bien, bien, Señorita Hastings” La voz de Pierre dijo sobre ella.

Spencer sacó sus manos de su cara. La cerosa cara de Pierre parecía deleitada. “Parece que alguien ha hecho su tarea desde entonces. Excelente trabajo.”

Ella lo miró sorprendida. “¿En serio?”

Pierre asintió. “Creo que finalmente te conectaste con Lady M. Amé los pequeños gritos también. Y seguías mirando a la distancia, como poseída. Esta parte ya está terminada.”

Luego Pierre giró sobre sus talones y volvió al escenario. Beau corrió hacia Spencer, con una gran sonrisa en su cara. -“¡Eso fue genial!”-  dijo él, tomando las manos de Spencer. “¡Ya estas llegando a ese lugar de verdad!”

Spencer sonrió débilmente. “Pensé que había arruinado todo. Actué como una estúpida.”

Beau negó con la cabeza. “No, estuviste increíble”. Él la miró profundamente a los ojos con tanta intensidad que Spencer sintió sus mejillas sonrojándose. “Realmente tocaste algo tenebroso en tu interior, ¿cierto? Puedo asegurarlo.”

“Um, en realidad no.” Spencer miró tras la cortina. Aún no había nadie en la esquina donde Tabitha había estado parada. -“¿No notaste a nadie mirando detrás del escenario?”- preguntó.

Beau miró a su alrededor, luego negó con la cabeza. “No lo creo.”

Él apretó sus manos. “De todos modos, yo creo que con unas pocas más sesiones de práctica, serás impresionante. Veámonos en tu casa la próxima vez. ¿Qué tal la tarde del Jueves?”

-“Eso suena bien,”- dijo Spencer temblorosamente. Y luego Beau se acercó, una apariencia tímida en su cara. Spencer cerró sus ojos, segura de que él iba a besarla, pero luego un sutil susurro se oyó en sus oídos.

Asesina.

Abrió sus ojos y se alejó. Se le erizaron los pelos de sus brazos. “¿Oíste eso?”

Beau miro alrededor. “No…”

Spencer trató de escuchar de nuevo, pero no oyó nada más. Quizás fue su imaginación. O quizás, solo quizás, era algo—alguien—mucho más siniestro.

A.




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