Traducción:
Daniela
Corrección:
Daniela
Más tarde ese
viernes, Hanna y Kate se ubicaron en un espacio junto al auto del Sr. Marin en
el campus de Hyde, una antigua universidad Jesuita en los frondosos suburbios a
unas cuantas millas de Philadelphia. Hacía un calor anormal para la época, y
habían chicos caminando por la calle sans coats. Algunos chicos jugaban con el
Frisbee en el pasto seco y amarillo-verdoso, y niñas fresas bebían lattes bajo
la torre del reloj, la cual estaba repicando la hora en seis ensordecedores bong.
Era la noche perfecta para un flashmob
“¿Entonces es
definitivo que la banda vendrá?” le dijo Hanna a Kate, observando el lugar para
estacionarse. Luego de que el Sr. Marin informó a Kate sobre el plan del
flashmob, Kate se ofreció para contratar a una banda llamada Superauto
Berenjena de la universidad de Hollis. Aparentemente conducían una van Astro
con llamas pintadas a los costados, pero Hanna no la veía por ningún lado
Kate giró sus
ojos. “Sí-i. Es como la veinteava vez que me preguntas.”
“¿Alguien está
nerviosa?” Naomi se rio desde el asiento trasero.
“Quizás
alguien se dio cuenta de que un flashmob es una idea estúpida,” Riley dijo.
“En serio,”
Kate añadió. “Cuando oí sobre esto, pensé que Tom estaba bromeando.”
Riley y Naomi
se rieron. Klaudia, quien estaba apretada en el asiento del medio, soltó una
risa de yegua.
Hanna miró el
auto de su padre a su izquierda, deseando que él pudiera oír, pero el Sr. Marin
estaba hablando animadamente por celular. Cuando Kate le dijo que había
reclutado a sus amigas para ayudar en el flashmob el día de hoy, Hanna debió
haberlo impedido. Ahora que Mona Vanderwaal, la antigua BFF de Hanna, estaba
muerta, y Hanna ya no se juntaba con Emily, Aria ni Spencer, sentía los
insultos de Kate, Naomi y Riley mucho más agudos. Era como si estuviera de
vuelta donde había comenzado en sexto grado: una perdedora. Solo que más flaca.
Y mucho más linda.
“Allí están,”
dijo Kate, apuntando triunfantemente. Una Van entró al área de estacionamiento
al otro lado de ellas, y un grupo de chicos andrajosos se bajaron, acarreando
equipamiento musical. Uno era calvo y tenía una barba irregular y piel grasosa.
Otro tenía cabeza alargada y un mentón prominente. Los demás se veían como que
podrían estar formándose para policías. Hanna suspiró. ¿No podía Kate haber
contratado una banda más linda?
El Sr. Marin
finalmente se bajó del auto y se acercó a la banda. “Gracias por ayudarnos esta
noche,” dijo, dándole la mano a cada uno de ellos.
“Bien, vamos a
prepararlos, señoritas,” Kate dijo a sus amigas, levantando un montón de flyers
color verde fosforescente de TOM MARIN PARA SENADOR desde el asiento trasero.
“Tu haz tu cosa de Twitter, Hanna.”
Naomi suspiró.
“Como si fuera a funcionar”, dijo en voz baja. Las cuatro chicas giraron y
guiaron a los chicos hacia el cobertizo de la banda a la izquierda de la torre
del reloj. Todos se movieron respetuosamente fuera de su camino.
El Sr. Marin
puso su mano en el hombro de Hanna cuando ella se bajó del auto también.
“¿Estás lista?”
“Por
supuesto,” Hanna respondió. Tomó su teléfono, abrió su email y le envió a
Gregory, un gran científico computacional de Hyde quien decía saber cómo
enviarle al Twitter y cuentas de email en el campus, un mensaje. Estoy lista.
Segundos después, Gregory respondió que el tweet del flashmob había sido
posteado. Hanna lo había escrito la noche anterior: Algo impresionante está
ocurriendo en el cobertizo de la banda. Ve ahí o sé un don nadie. Corto y
dulce. Alusivo e intrigante.
“Envié el
tweet,” Hanna le dijo a su padre. “Probablemente deberías ir hacia el escenario
y esperar. Te estaré mirando desde abajo.”
El Sr. Marin
besó la frente de Hanna. “Muchas gracias.”
No me
agradezcas aun, Hanna pensó con preocupación. Caminó por la cuadra, mirando
los alrededores. Los chicos aun jugaban Frisbee. Las chicas reían sobre las
revistas, ni siquiera miraban sus teléfonos. ¿Y si Kate estaba en lo correcto?
¿Y si no ocurría nada? Ya se lo imaginaba: Kate, sus malvadas
compinches, y la banda de pie en el pabellón, mirando un patio vacío. Su padre
mirando decepcionado a Hanna, perdiendo toda su fe en ella. Mañana Hanna sería
el hazmerreír de Rosewood Day—Y de la campaña de su padre.
Cuando estaba
a punto de llegar al cobertizo, tres chicas deambulaban por la cuadra,
sosteniendo sus teléfonos y mirando alrededor. Un par de chicos cerraron sus
libros y anduvieron por ahí, con caras curiosas. Dos chicos andaban en sus
skates. Hanna captó partes de su conversación: ¿Algo está ocurriendo? ¿Viste
eso en Twitter? ¿Quién lo posteó? Que alguien busque a Sebastian, él sabrá.
De repente era
como una estampida. Los chicos salieron del casino, emergieron de las
residencias, salían de clases de la tarde. Un grupo de chicas en sudaderas de
hermandades se reunieron bajo un gran roble lleno de talladuras. Algunos chicos
que tomaban cerveza desde dentro de bolsas de papel se empujaban el uno al otro
con una tabla cubierta en avisos de compañeros de habitación, clases de
yoga, y servicios de tutoría gratuitos. Todos estaban mirando sus teléfonos,
sus dedos se movían por los teclados. Retweeteando. Preguntando qué ocurría.
Juntando más gente.
Sí.
Kate se dio
una vuelta en el escenario. Cuando vio la multitud, su boca se asentó en una
recta, y molesta línea recta. Hanna le dio un saludo con tres dedos triunfante,
luego envió un mensaje avisándole a los asistentes de su papá que podían
comenzar a circular con sus formularios de registro para votar y los flyers.
Unos pocos minutos más tarde, la banda comenzó a tocar. Agradecidamente, a
pesar de su fealdad, eran buenos, y todos comenzaron a saltar con la música. Un
banner verde que publicitaba la campaña del Sr. Marin se elevó en el aire.
Cuando Superauto berenjena—ellos de verdad necesitaban un nuevo
nombre—terminó una canción, el vocalista principal dijo al micrófono: “¡Oigamos
a Tom Marin!” y el Sr. Marin caminó al escenario y saludó, la multitud se animó
de verdad.
Hanna dejó que
el sonido lave su cuerpo. Quizás esto podría ganar la elección de su padre.
Quizás Hanna tenía un futuro en manager de campañas. Se imaginó en la portada
de Vanity Fair en un reluciente traje de Armani. Visitando la casa
blanca. Dirigiendo el Air Force One[1], usando grandes lentes de sol estilo
Jackie O…
“Esta banda es
decente,” dijo una voz.
Hanna saltó.
Un chico alto y larguirucho con cabello castaño ondulado, cejas oscuras que
enmarcaban generosos y brillantes ojos cafés, y un mentón cuadrado
superheroesque estaba de pie junto a ella. Usaba una polera de azul marino
desteñida que decía HYDE en el pecho, pantalones estrechos, y un par de zapatos
náuticos gastados. También estaba lo suficientemente cerca de Hanna como
para que ella pueda oler su perfume Azure Lime de Tom Ford, el favorito de
ella. Por algún motivo, le parecía familiar, pero no estaba segura por qué.
Quizás había soñado con él o algo así. Definitivamente era lindo.
“¿Sabes el
nombre de la banda?” el chico preguntó, sus ojos aun fijos en Hanna.
“Um, Superauto
Berenjena,” Hanna respondió, inconscientemente enrollando un mechón de pelo
castaño rojizo en su dedo. Gracias a dios recientemente se había hecho reflejos
en Henri Flaubert en King James.
“Me gustan.”
El chico llevó sus manos a sus bolsillos. “Hyde usualmente no hace cosas
geniales como esta. Creo que de hecho, hemos sido votados como el campus más
aburrido en un montón de revistas.”
Hanna respiró,
a punto de decirle que podía agradecerle a ella por arreglar todo esto, cuando
de repente tres tipos corpulentos sosteniendo cervezas en sus manos pasaron
entre ellos. Luego de que pasaron, el chico empujó a unas cuantas otras
personas para volver a estar junto a Hanna. “¿No crees que el cantante se ve
tal como Beto de Plaza Sésamo?” preguntó, apuntando al chico con la
cabeza alargada. Sostenía el micrófono como si estuviera enamorado de él.
“Totalmente.”
Hanna rio. “Estaba pensando lo mismo.”
“Por supuesto,
ni debería hablar,” el chico dijo tímidamente. “La gente solía llamarme Harry
Potter cuando estaba creciendo.”
“¿En serio?”
Hanna ladeó su cabeza y lo inspeccionó. Era alto, pero no muy alto, y sus
extremidades eran largas y flacas pero sin ser demasiado flacas. “En realidad
no veo una semejanza.”
“Solía usar
esos ridículos lentes enmarcados cuando era menor. Los escogí yo mismo en el
oculista. Pensarás que mi mamá habría sido un poco más inteligente, pero en vez
de eso, estaba como, ¡Cómpralos!”
Hanna se rio.
“Cuando usaba lentes, escogía los marcos plásticos fucsia y lentes rosados.
Parecía que tenía una enfermedad. Mi foto de tercer grado escolar fue
horripilante.”
“Ni siquiera comiences
sobre fotos escolares.” El chico saltó. “En mi foto de quinto grado, Tenía
bandas elásticas negras en mis frenillos. Parecía que hubiera alquitrán
supurando de mi boca.”
“Yo tenía
bandas elásticas rosadas y verdes. Desastre” Las palabras salían de la boca de
Hanna antes de que las pudiera detener, y su confesión incluso la sorprendía a
ella. Nunca había dicho voluntariamente y apropósito información sobre la
perdedora que solía ser, especialmente ante alguien tan guapo. Pero había algo
cómodo y acogedor sobre este chico que hacía divertido el compadecerse.
Se enderezó y
le dio una mirada desafiante. “Bueno, yo era un niño muy flaco. Pecho cóncavo,
rodillas como perillas, escogido el último en todos los equipos en la clase de
gimnasia. Supera eso.”
“Yo era
rellenita.” Hanna se rio consciente de sí misma. “De hecho, algo más como
gorda. Parecía una bestia junto a mis amigas. Mi papá incluso me llamó cerdita
una vez—como si fuera divertido.” Cerró sus ojos.
“A mí me
llamaron espantapájaros. Chico anoréxico. Raro.”
“¿Y? Yo era
Gorda costura. Hanna Trasero gordo.” Hanna sintió una hiriente punzada. De
hecho, Su Ali había inventado esos sobrenombres cuando eran amigas.
El chico se
acercó y tocó la parte interior de la muñeca de Hanna. Se sintió electrificante.
“A puesto que ya nadie te llama perdedora, huh?”
Hanna tragó
saliva, mirándolo a los ojos. “O a ti.”
La multitud se
movió nuevamente, esta vez empujándolos el uno hacia el otro. Hanna se ladeó, y
el chico pasó su brazo por su cintura. Cuando la multitud se calmó otra vez,
ellos no se separaron. Hanna suspiró en su sabroso y limpio aroma, su pulso
llegaba a su garganta. Él apoyó su mentón en su cabello. Su cadera se
presionaba contra la de ella. Ella podía sentir su suave y fornido pecho tras
su delgada polera. Algo se agitó en su interior, llenándola de calor. Cuando él
se acercó para besarla, Hanna estaba quieta por el shock. Pero el beso se
sintió tan bien, tan correcto, que no pudo evitar besarlo de vuelta.
Se separaron,
y se miraron a los ojos. El chico parecía tan shockeado como Hanna. Él aclaró
su garganta. “Quieres—“
“Creo que
deberíamos—“Hanna dijo al mismo tiempo.
Ambos pararon
y rieron. Él tomó su mano y la llevó entre la multitud hasta que llegaron a un
callejón oscuro entre un edificio de clases y un ciber café llamado Networks.
Entraron al callejón de manera turbia, de la mano, pasando por encima de cajas
de cartón y latas de cerveza y Coca Cola abandonadas. El chico se detuvo. Puso
a Hanna contra el muro y comenzó a besarla febrilmente. Hanna lo besaba de
vuelta, saboreando su suavemente salada piel, tocando sus vigorosos músculos,
escarbando bajo su polera. Ella nunca se había dejado llevar tanto.
Finalmente se
separaron, jadeando fuertemente. “Wow,” el chico suspiró. “Esto es…loco.”
“Lo sé,” Hanna
dijo.
Él agarró las
manos de Hanna. “¿Cuál es tu nombre?”
“Hanna.”
“Yo soy Liam,”
dijo.
“Ese es el
nombre más bello que he escuchado,” Hanna murmuró adormecida, casi sin notar lo
que estaba diciendo. Ella no sabía lo que su cuerpo estaba haciendo. Su padre
ahora estaba en el escenario dando un discurso sobre votar y el cambio para
mejor y todo tipo de promesas políticas optimistas. Hanna sabía que debería
estar allí, siendo la buena y pequeña estratega de campaña, pero no podía
llevarse a salir de los brazos de Liam. Quería quedarse aquí en este sórdido
callejón por el resto de su vida, con Liam.
[1]Air Force
One: es el indicativo que da el control del tráfico aéreo a cualquier
avión de la Fuerza aérea de los Estados Unidos que transporta
al Presidente de los Estados Unidos y solo cuando él esté a bordo puede
adoptar ese indicativo de llamada
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Los comentarios pasan por moderación así que no aparecen de inmediato :) (Para evitar spam y/o spoilers)
Recuerda suscribirte a tu comentario para recibir una notificación cuando alguien responde :)