Traducción:
Daniela
Corrección:
Daniela
Por la noche, Emily condujo el Volvo
station wagon de su familia hasta el lote de maestros de Rosewood Day y apagó
el motor. Eran las ocho un día sábado, el campus estaba vacío, y todas las
ventanas arqueadas estilo gótico estaban oscuras. Miró la fachada de piedra de
la escuela, una ráfaga de recuerdos fluía por su mente: caminar en filas de a
uno para entrar a la escuela en quinto grado, mirando envidiosamente cómo la
Verdadera Ali, Naomi Zeigler, y Riley Wolfe estaban paradas en la línea de
enfrente; corriendo para entrar a la clase y accidentalmente empujar el hombro
de la Verdadera Ali. “¡Fíjate, Oscar el Gruñón!” Ali dijo. La gente solía
llamar a Emily de ese modo por el cabello color clorino-verde dañado por la
natación, pero le dolía más cuando Ali lo decía.
Y también estaba el día cuando la
Verdadera Ali se paró en este mismo pedazo de concreto, presumiendo sobre cómo
su hermano, Jason, le había dicho dónde estaba escondido un trozo de la Bandera
de la Cápsula del Tiempo. Estaba tan irritantemente confiada ese día, llenando
a Emily tanto de anhelo como de frustración. Podría robarle el trozo,
Emily había pensado descaradamente. Lo que vino después llevó a los años más
maravillosos, bizarros, y tenebrosos de la vida de Emily.
Usualmente, pensar en la Verdadera Ali
llenaba a Emily con ambivalencia. ¿Cómo podía ella al mismo tiempo tener miedo
y amor por la misma persona? ¿Cómo pudo ella haber dejado a una psicópata en
libertad? ¿Y por qué se encontraba a ella misma buscando a la Verdadera Ali por
todas partes, desesperada por probar que aún estaba aquí, a pesar de que eso
significaría la muerte segura para ella y sus amigas?
Pero hoy, también se sentía aturdida y
cansada de vivir con eso por más tiempo. No podía dejar de pensar en Kay. Al final
del show la noche anterior, ambas un poco más que entonadas, pusieron una fecha
para volver a juntarse la semana que viene. Esta mañana, Kay ya le había
enviado un par de ardientes IMs. No puedo esperar a verte otra vez,
calentura. Y, ¡Espero que hayas sacado tu lindo trasero de la cama esta
mañana! Emily no había recibido mensajes tan provocativos desde Maya. Pero
quizás Kay era más coqueta en general.
Ahora, miró su celular nuevamente. Hace
una hora atrás, Spencer había enviado un mensaje grupal a Emily, Aria, y Hanna.
Necesitamos conversar. Vayan a los columpios. Ocho P.M. Emily respondió,
queriendo detalles, pero Spencer no había respondido. Se preguntaba si era
sobre A.
Temblando, se bajó del auto y caminó
dificultosamente hacia los columpios junto a la escuela elemental, el lugar
donde Emily y sus amigas se reunían regularmente a través de los
años—Inicialmente para cotillear, pero más recientemente para hablar sobre los
escalofriantes mensajes de A. El domo de trepar se avistaba a la distancia, pareciendo
una araña gigante de muchas piernas. El gran tiburón vanguardista que un
artista local había creado para la escuela se asomaba adelante en el campo, la
luz de la luna reflejaba siniestramente sus planos suaves. Spencer estaba
sentada en el columpio de al medio, arropada en una parca de lana azul y botas
Ugg. Hanna se acercó por el tobogán con los brazos cruzados sobre su estrecho
estómago. Y Aria, quien tenía una expresión ida, y somnolienta en su cara, se
acurrucaba junto a la infame rueda giratoria que los niños llamaban la rueda
arrojadora.
Spencer aclaró su garganta cuando Emily
se acercó. “Tengo otro mensaje de A.”
El Estómago de Emily se retorció. Aria
tragó saliva audiblemente. Hanna golpeó una bota contra el tobogán, haciendo un
sonido hueco.
“¿Alguien más?” Spencer continuó.
“Yo,” Hanna dijo en una voz temblorosa.
“El viernes. Pero me encargué de eso.”
Los ojos de Spencer sobresalieron. “¿A
qué te refieres, “encargaste de eso”?”
Hanna puso sus brazos alrededor de su
cuerpo. “Es personal.”
“¿Tu nota fue sobre Kelsey?” Spencer
demandó.
“¿Quién es Kelsey?” Hanna respondió.
Spencer se acomodó en el columpio. “Kelsey,
Hanna. La chica tu… tú sabes… este verano. En Penn. La que tú…”
Hanna se encogió de hombros. “Mi nota
no era sobre ella. Era sobre algo más.”
“Bien, mi nota era sobre
Kelsey,” Spencer dijo.
Aria frunció el ceño. “Kelsey, ¿tu
amiga del programa de verano?”
“Ahá,” Spencer dijo. “A sabe lo que le
hice.”
Emily cambió su peso de una pierna a la
otra, vagamente recordando a Spencer mencionar a Kelsey. Spencer había llamado
a Emily unas cuantas veces el verano pasado, ya que ambas habían estado en la
ciudad, pero Emily no se juntó con ella para nada. Y cuando Junio pasó a Julio,
había algo…apagado en el tono de voz de Spencer al teléfono. Hablaba tan
rápido, como estuviera tratando de romper un record mundial del mayor número de
palabras dichas en un minuto. Una vez, Emily estaba sentaba afuera de Poseidón
en Penn con su amigo Derrick, quien trabajaba en el restaurant como cocinero.
Derrick era la única persona a quien Emily le había contado sus secretos—bueno,
como sea, algunos de sus secretos. Estaba con su corazón puesto en
cómo iba a tener el bebé sin que sus padres sepan cuando el nombre de Spencer
apareció en la pantalla de su celular. Emily contestó, y Spencer
instantáneamente comenzó una historia sobre como su nueva amiga, Kelsey, hizo
una imitación muy divertida sobre Snooki de Jersey Shore. Estaba hablando
tan rápidamente que sus palabras iban todas juntas.
“¿Estás bien, Spence?” Emily preguntó.
“Por supuesto que estoy bien,” Spencer
respondió sin aliento. “Estoy mejor que bien. ¿Por qué no estaría bien?”
“Suenas extraña, es todo. Como si
estuvieras en algo.”
Se rio. “Bueno, digo, tomé una cosita,
Em. Pero no es la gran cosa.”
“¿Tomaste drogas?” Emily
susurró, incómodamente juntando sus piernas. Unos cuantos transeúntes miraron
su gigante estómago de 16 & pregnant.
“Relájate,” Spencer respondió. “Son
solo estas pastillas llamadas A Fácil.”
“¿Solo? ¿Son seguras?”
“Dios, Emily, no te asustes, ¿Está
bien? Es una droga de estudios. Este chico que me las da, Phineas, las tomó por
un año sin efectos secundarios. Y le va mejor aquí en Penn que a mí.”
Emily no respondió. Miraba cómo la
gente entraba al restaurant Moshulu en el puerto, parecían felices y libres de
problemas.
Finalmente, Spencer suspiró. “Estoy
bien, Em. Lo prometo. No tienes que preocuparte por mí, Asesina.” Era el
sobrenombre que Su Ali le había dado a Emily hace mucho cuando pensaba que
Emily era muy protectora. Luego Spencer colgó sin decir adiós.
Emily miró a Derrick, quien estaba
sentado tranquilamente en la banca junto a ella. “¿Todo está bien?” preguntó en
una voz rompecorazonera-mente dulce.
Todo de una sola vez, Emily sintió como
si fuera a llorar. ¿Qué les estaba pasando a sus amigas? Spencer no era el tipo
de chica quien usaba drogas. Emily no era el tipo de chica que se embarazaba.
“¿Qué sabes sobre una droga llamada A fácil?” le preguntó a Derrick
Frunció el ceño. “No es algo que yo
probaría.”
Ahora, Aria puso sus dedos alrededor
del palo que soportaba los columpios, y Emily volvió al presente. “¿Qué le
hiciste a Kelsey?” Aria preguntó.
La cabeza de Hanna se levantó. “¿No
sabes?”
“Ni yo, tampoco,” Emily dijo,
mirándolas una por una.
Spencer miraba a los árboles. “Fue esa
noche que te llamé desde la estación de policías, Aria. Los policías nos
pillaron a mí y a Kelsey con drogas. Nos entrevistaron separadas, y yo estaba segura
de que Kelsey estaba culpándome a mí. Eso es lo que el policía me dijo al
menos. Así que las llamé a todas. Emily no contestó, y tú…” se perdió de la
conversación, mirando el piso.
“Yo no creí que fuera correcto ayudar,”
Aria contestó, sonando defensiva.
“Correcto.” La voz de Spencer estaba
tensa. “Así que llamé a Hanna. Hice que ponga pastillas en la habitación de
Kelsey y luego llame a los policías y diga que ella era una conocida
traficante.”
Emily retrocedió, sintiendo sus pies
pisando un pedazo de pasto con barro. “¿En serio?”
“¡No sabía qué más hacer!” Spencer
levantó sus manos protestando. “Sentía pánico.”
“No olvides la parte en donde te
enteraste de que Kelsey no te culpó después de todo,” Hanna dijo
nerviosamente, fijando sus ojos alrededor del patio de juegos vacío.
“Solo me enteré después cuando era
demasiado tarde,” dijo Spencer.
“¿Así que lo hiciste sin razón?” Aria
dijo, su tono era un poco santurrón.
“Miren, no estoy orgullosa de eso,”
Spencer dijo, sus mejillas enrojeciendo. “Pero Kelsey se apareció en mi
casa hoy para juntarse con mi hermanastra, y ella actuaba muy cerrada y
extraña. Al comienzo, yo no estaba segura de sí sabía que yo la envié al centro
de detención, pero este mensaje prácticamente lo prueba.” Mostró la pantalla
del teléfono. ¿Crees que tu mejor amiguita del verano te perdona por ser tan
perra?
Hanna mordió nerviosamente su labio
inferior. “¿Cómo podría Kelsey saber que la enviaste al centro de detención
juvenil? Tu dijiste que no había modo de que la policía nos rastree.”
“No tengo idea.” Spencer sonaba
exasperada. “Quizás Kelsey lo descubrió. Quizás ella es A. ¡Tenía su celular en
la mano cuando recibí mi mensaje!”
Aria giró el fierro con la punta de sus
dedos. “Pero Kelsey no estaba en Jamaica, ¿o sí?”
“Y no sé por qué Kelsey podría estar
tras todas nosotras,” Emily añadió. “Aria y yo no le hicimos nada.”
“Quizás ella cree que todas estábamos
en lo que yo le hice,” Spencer dijo.
“Eso tendría sentido.” Hanna empujó
ligeramente un columpio vacío. “Piensen en el artículo de People. Decía
que éramos mejores amigas. Que nos decíamos todo. Kelsey pudo haber asumido que
todas nosotras teníamos planeado una trampa para ella y proteger a Spencer.”
El estómago de Emily giraba. ¿Podría
ser posible?
“No estoy segura aun,” Aria dijo.
“Quizás A es otro de los amigos de Tabitha. O alguien que conocía a Mona
Vanderwaal o a Jenna Cavanaugh.”
“Los amigos de Jenna estarían tras Ali,
no nosotras,” Spencer argumentó.
“Quizás A es Ali,” Emily sugirió
dudosamente.
Todos giraron hacia Emily y la miraron.
“¿Qué?”
Emily levantó sus manos en entrega.
“Hace dos semanas, pensamos que Ali había sobrevivido al incendio. ¿Quién puede
asegurar que Ali no estaba en Jamaica, alimentando a Tabitha con esas locas
líneas sobre todas nosotras? Aún no sabemos cómo Tabitha sabía nuestros
secretos o tenía el brazalete de Ali. Quizás Ali nos siguió hasta aquí luego de
que Tabitha murió y nos observó todo el verano.”
Spencer golpeó sus brazos en sus
costados. “Em, Ali murió en Poconos. No hay modo de que hubiera salido de la
casa.”
“¿Por qué la policía nunca encontró su
cuerpo?”
“¿No hemos ya hablado de esto?” Spencer
dijo entre dientes.
Hanna se apoyó en el tobogán.
“Realmente creo que ya se fue, Em.”
Aria asintió. “Cuando corrimos de la casa,
la puerta se cerró. Incluso si Ali hubiera llegado hasta la puerta, es poco
probable que pueda haberla abierto antes de inhalar todo ese humo. ¿Recuerdas
lo pesada que era? Y segundos después, la casa explotó. Incluso el seguro anti
incendios de los DiLaurentises se quemó.”
Emily se balanceó de adelante hacia
atrás en sus tobillos, pensando en el momento en Poconos cuando dejó la puerta
junta para que Ali pudiera escapar. “¿Y si la puerta estaba abierta? Quizás el
viento la abrió o algo.”
Hanna puso sus manos en sus caderas.
“¿Por qué estás tan segura de que Ali está viva? ¿Sabes algo que nosotras no?”
Los árboles silbaban en la lejanía. Un
auto pasó lentamente junto a la escuela. Sus luces altas estaban prendidas. El
secreto latía dentro de Emily. Si le decía a sus amigas, nunca volverían a
confiar en ella.
“No, ningún motivo,” murmuró.
De repente un snap sonó desde el
bosque. Todas las chicas giraron y miraron fijamente a la distancia. Estaba tan
oscuro afuera que Emily apenas podía ver los bordes de los árboles.
“Quizás deberíamos ir a la policía,”
Emily susurró.
Hanna suspiró. “¿y decir qué? ¿Qué
somos asesinas?”
“¡No podemos pasar por esto otra vez!”
El aliento de Emily salió en nubes de humo blancas. “Quizás la policía
entenderá lo de Tabitha. Quizás ellos…”
De repente, se sintió tan exhausta. Por
supuesto que los policías no entenderían lo de Tabitha. Encerrarían a Emily y a
sus amigas por el resto de sus vidas.
“Mira,” Spencer dijo luego de una
pausa. “No hagamos nada apresuradas, ¿está bien?” Hay mucho de por medio aquí.
Necesitamos averiguar quién es A y qué planea hacer antes de que lo
haga. —sin ayuda de la policía. Mi apuesta va a Kelsey,” Presionó un botón en
su celular. “Ella es la única persona con un motivo real. Trataré de averiguar
qué trama la próxima vez que vaya a mi casa. Nunca se sabe, podría estar
mirándolas a ustedes también. ¿Recuerdan cómo se ve?”
Aria levantó un hombro. “Vagamente.”
“Ella estaba en la fiesta en la casa de
los Kahn,” Hanna murmuró.
“Yo nunca la he visto,” Emily mencionó.
Spencer pasó sus dedos por su celular y
lo puso hacia las otras. “Esta es del verano pasado, pero se ve exactamente
igual.”
Todas se acercaron y miraron la foto en
la pantalla. Una flaca pelirroja usando una remera ajustada de la escuela St.
Agnes sonreía hacia ellas. Emily pestañeó fuertemente a la nariz puntiaguda que
le parecía familiar, cejas arqueadas, y misteriosa sonrisa, el tipo que dice
tengo un secreto y te desafío a que me lo saques. Sus pensamientos se
dispersaron en miles de direcciones. Sí conocía a Kelsey después de todo.
Era Kay.
Capítulo 11 | Capítulo 13
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