sábado, 27 de octubre de 2012

Ruthless - Capítulo 1: Todo asesino se merece una escapada

Traducción: Daniela
Corrección: Daniela

Un miércoles por la tarde, a comienzos de Marzo, Emily Fields estaba tendida en la alfombra del dormitorio que solía compartir con su hermana Carolyn. Medallas de natación y un gran poster de Michael Phelps colgaban en las paredes. La cama de su hermana estaba cubierta con la chaqueta de calentamiento de Emily, miles de remeras extra grandes, y un par de Jeans anchos. Carolyn se había ido a Stanford en Agosto, y Emily estaba a gusto con tener todo el espacio para ella sola. Especialmente ya que estaba pasando la mayor parte de su tiempo en su habitación últimamente.

Emily rodó y miró su laptop. Una página de Facebook parpadeaba en la pantalla. Tabitha Clark, QEPD.

Miró a la imagen de perfil de Tabitha. Ahí estaban los labios rosados que habían sonreído tan seductivamente a Emily en Jamaica. Ahí estaban los ojos verdes cuyo ceño se había fruncido en la tumbona en la cofa del hotel. Ahora Tabitha no era nada más que huesos, su carne y entrañas comidas por peces y reducidas por la marea.

Nosotras hicimos eso

Emily bajó la pantalla del computador, sintiendo la necesidad de vomitar. Un año atrás, en el receso de primavera en Jamaica, ella y sus amigas habrían jurado que estaban cara a cara con la Verdadera Alison DiLaurentis, regresada de los muertos y lista para matarlas de una vez por todas, tal como había pretendido hacer en la casa de su familia en Poconos. Luego de una serie de encuentros bizarros en los que esta nueva, y enigmática extraña pronunció secretos que solo Ali había sabido, Aria la empujó por el borde de la cofa. La chica cayó muchos pisos hasta la arenosa playa, y su cuerpo desapareció casi instantáneamente, supuestamente llevada al mar por la marea. Cuando las cuatro vieron en el noticiario en la TV hace dos semanas que los restos de esta misma chica habían sido arrastrados por el mar a la orilla del resort, pensaron que todo el mundo descubriría lo que ellas ya sabían: la Verdadera Ali había sobrevivido al incendio en Poconos. Pero entonces, la bomba explotó: La chica que Aria empujó no era la Verdadera Ali para nada—su nombre era Tabitha Clark, tal como ella les había dicho.

Habían matado a una persona inocente.

Cuando el noticiario terminó, Emily y sus amigas recibieron una espeluznante nota de una persona anónima conocida únicamente como A, siguiendo la tradición de los dos acosadores que las habían atormentado anteriormente. Este nuevo A sabía lo que habían hecho y las iba a hacer pagar. Emily había estado teniendo cuidado desde entonces, esperando la próxima jugada de A.

Cada día Emily volvía a recordarlo, asustándose otra vez y sintiéndose horriblemente avergonzada. Tabitha estaba muerta gracias a ella. Una familia estaba arruinada gracias a ella. Pensar eso era todo lo que podía hacer para evitar llamar a la policía y contarles lo que habían hecho. Eso podría arruinar las vidas de Aria, Hanna, y Spencer también.

Su teléfono sonó, y lo levantó de su almohada. ARIA MONTGOMERY, decía la pantalla. "Hey," Emily dijo al contestar.

"Hey," Aria dijo. "¿Estás bien?"

Emily se encogió. "Ya sabes."

"Sí," Aria coincidió suavemente.

Hubo un largo silencio. Las dos semanas desde que el nuevo A había emergido, y el cuerpo de Tabitha había sido encontrado, Emily y Aria comenzaron a llamarse cada tarde por medio, solo para ver cómo estaban. La mayoría de las veces ni siquiera hablaban. Otras veces miraban la TV juntas—shows como Acumuladores o Keeping up with the Kardashians. La semana pasada, habían pillado una repetición de Linda pequeña asesina, la película de TV que relataba el regreso de la Verdadera Ali y su juerga asesina. Ni Emily ni sus amigas habían visto la película la noche que fue estrenada—estaban muy shockeadas por la revelación sobre Tabitha como para cambiar el canal de CNN. Pero Emily y Aria habían visto la repetición tranquilamente, suspirando ante las actrices que hacían de ellas, y retorciéndose en los momentos exagerados donde sus dobles encontraban el cuerpo de Ian Thomas, o corrían del fuego en el bosque de Spencer. Cuando la película estaba en el clímax en Poconos, y la casa explotó con Ali al interior, Emily tembló. Los productores le dieron al show un final definitivo. Mataron al villano y las chicas tuvieron su final felices para siempre. Pero ellos no sabían que Emily y sus amigas estaban nuevamente siendo acechadas por A.

Tan pronto como comenzaron a recibir notas del nuevo A—en el aniversario del horrible incendio en Poconos que casi las mató a todas—Emily estuvo segura de que la Verdadera Ali había sobrevivido al incendio en Poconos y al empujón del balcón en Jamaica, y estaba de vuelta por venganza. Sus amigas lentamente comenzaron a creerlo también—hasta que salieron las noticias sobre la verdadera identidad de Tabitha. Pero incluso eso no eliminaba la posibilidad de que la verdadera Ali aun estuviera viva. Ella aun podría ser la nueva A y saberlo todo.

Emily sabía lo que sus viejas amigas dirían si ella dijera tal teoría: Supéralo, Em. Ali ya no está. Seguramente habían vuelto a lo que habían asumido antes, que Ali había perecido al interior de la casa incendiada en Poconos. Pero había algo que ninguna de ellas sabía: Emily dejó la puerta de enfrente sin pestillo y entreabierta para Ali antes de que la casa explote. Fácilmente podría haber escapado.

"¿Emily?" La Sra. Fields llamó. "¿Puedes bajar?"

Emily se sentó rápidamente. "Tengo que irme," le dijo a Aria. "Te llamo mañana, ok?"

Colgó el teléfono, atravesó la puerta de su habitación y miró por encima del enrejado. Sus padres, aun vestidos en sudaderas grises similares entre sí, que usaban para su trote de la tarde por el vecindario, estaban parados en el recibidor. Una chica alta, pecosa, con pelo rubio-rojizo tal como el de Emily estaba junto a ellos, un bolso lleno que decía EQUIPO NATACIÓN DE LA UNIVERSIDAD DE ARIZONA en grandes letras rojas, colgaba de su hombro.

"Beth?" Emily la miró.

La hermana mayor de Emily, Beth, levantó el cuello y abrió sus brazos ampliamente. "¡Ta-da!"

Emily bajó corriendo las escaleras. "¿Qué haces aquí?" preguntó. Su hermana rara vez visitaba Rosewood. Su trabajo como asistente de profesor en la Universidad de Arizona, donde había estudiado, la mantenía ocupada, y también era asistente de entrenador del equipo de natación de la U de A, en el cual ella fue la capitana su último año.

Beth dejó el bolso en el piso de madera. "Tengo un par de días libres, y el Sudoeste estaba pasando un especial. Pensé que podría sorprenderte." Miró a Emily de pies a cabeza e hizo una cara. "Ese es un atuendo interesante."

Emily se miró hacia abajo. Estaba usando una remera manchada de un carnaval de relevos y un par de pequeños pantalones de ejercicio de Victoria's Secret, con la palabra PINK escrita en todo el trasero. Los pantalones habían sido de Ali—Su Ali, la chica que en realidad era Courtney, en quien Emily había confiado, se había reído, y había adorado en sexto y séptimo año. A pesar de que los pantalones se estaban deshilachando en el dobladillo, y hace mucho se había perdido el cordón que se ajustaba a la cadera, se habían convertido en el uniforme para después-de-la-escuela de Emily las últimas dos semanas. Por alguna razón, sentía que siempre que los tuviera puestos, nada malo podría pasarle.

"La cena casi está lista." La Sra. Fields se dio media vuelta hacia la cocina. "Vamos chicas."

Todos la siguieron por el pasillo. Agradables aromas a salsa de tomates, y ajo flotaban por el aire. La mesa de la cocina estaba puesta para cuatro personas, y la madre de Emily fue hacia el horno cuando la alarma comenzó a sonar. Beth se sentó junto a Emily y tomó un largo, y lento trago de agua de un vaso de La rana René que había sido el vaso especial de Beth desde que era niña. Ella tenía las mismas pecas en las mejillas y el mismo cuerpo fuerte que tenía Emily, pero su cabello rubio-rojizo estaba cortado en una melena por debajo de sus orejas, y usaba pequeños aros plateados con forma de aro en la cima del lóbulo de sus orejas. Emily se preguntó si le habría dolido hacérselos. También se preguntó qué diría la Sra. Fields cuando los note—a ella no le gustaba que sus hijos se vean "inapropiados," poniéndose piercings en sus narices o sus ombligos, tiñendo sus cabellos, o tatuándose. Pero Beth tenía 24 años, quizás estaba más allá de la jurisdicción de su mamá.

"Así que… ¿cómo estás?" Beth juntó sus manos en la mesa y miró a Emily. "Parece que hubieran pasado años desde la última vez que nos vimos."

"Deberías venir a casa más seguido," dijo enfáticamente la Sra. Fields desde la encimera.

Emily analizó sus cortas uñas, la mayoría de las cuales estaban comidas hasta el dedo. No podía pensar en ni una cosa inocua que decirle a Beth—todo en su vida estaba lleno de conflictos.

"Oí que pasaste el verano con Carolyn en Philly," pronunció Beth

"Uh, sí," Emily respondió haciendo bolita una servilleta con dibujos de gallina. El verano era la última cosa de la que quería hablar en este momento.

"Sí, el verano salvaje de Emily en la ciudad," Dijo la Sra. Fields con una voz medio-dolida, medio-en-broma mientras ponía un plato de cerámica con lasaña en la mesa. "No recuerdo que  te hayas tomado un verano libre de natación, Beth."

"Bueno, el pasado pisado." La Sra. Fields se sentó en su asiento habitual y tomó un pan de ajo de la panera. "Emily está lista para el próximo año"

"¡Cierto, me enteré! “Beth golpeó juguetonamente a Emily en el hombro. "Una beca de natación para UNC! ¿Estás nerviosa?"

Emily sintió las miradas de su familia y se tragó un gran nudo en la garganta. "Muy nerviosa."

Sabía que debería estar feliz por la beca de natación, pero había perdido una amiga, Chloe Roland, por eso—Chloe había asumido que Emily estaba metiéndose con su padre de-buenos-contactos para ganarse un puesto en el equipo de UNC, pero la verdad era que el Sr. Roland se le había lanzado a ella, y ella había hecho todo lo que pudo para evitarlo. También había una parte de Emily que se preguntaba si incluso podría ir a UNC el próximo año. ¿Y si A le decía a la policía lo que le hicieron a Tabitha? ¿Estaría en la cárcel para cuando comiencen las clases?

Todos continuaron con su lasaña, sus tenedores golpeaban los platos. Beth comenzó a hablar sobre un grupo de caridad que planta árboles con el que estaba trabajando en Arizona. La Sra. Fields habló sobre una nueva familia que había visitado como parte del comité de bienvenida de Rosewood. Emily sonreía y asentía y hacía preguntas a su familia, pero no lograba contribuir mucho en la conversación. No pudo comer más que unos cuantos bocados de lasaña tampoco, a pesar de que era una de sus comidas favoritas.

Luego del postre, Beth se levantó e insistió en que ella lavaría los platos. "¿Quieres ayudar, Em?"

En realidad, Emily realmente quería volver a su habitación y hundirse entre frazadas, pero no quería ser mala con una hermana que casi nunca veía. "Seguro."

Estaban juntas de pie junto al lavadero, ambas mirando afuera al maizal que bordeaba el patio trasero. Mientras el lavabo se llenaba de espuma y el olor de Dawn de limón flotaba por la habitación, Emily aclaró su voz. "¿Y qué harás mientras estés en casa?"

Beth miró sobre su hombro para asegurarse de que ella y Emily estuvieran solas. "Tengo todo tipo de cosas divertidas planeadas, de hecho," susurró. "Hay una fiesta de disfraces mañana que se supone que será genial."

"Eso suena...bien." Emily no pudo disimular su sorpresa. La Beth que ella conocía no era fiestera. Según recordaba, Beth era muy parecida a Carolyn—ella nunca se pasaba de la hora de llegada, nunca se saltó una práctica de natación, o clase. Su último año en Rosewood Day, cuando Emily estaba en sexto grado, Beth y su pareja del baile de graduación, Chaz, un fuerte nadador de cabello rubio-albino, volvieron a la casa de los Fields luego del baile en vez de ir a un after-party. Ali estaba pasando la noche con Emily esa noche, y ellas se escabulleron al primer piso y espiaron a Beth y Chaz, esperando encontrarlos besándose. Pero estaban sentados en lados opuestos del sofá, viendo repeticiones de 24. "Sin ofender, Em, pero tu hermana es patética," Dijo Ali.

"Genial, porque tú también irás." Beth mojó a Emily con agua jabonosa, mojando todo su polerón de U de A también

Emily rápidamente negó con la cabeza. Ir a una fiesta en este momento se oía tan divertido como caminar sobre cenizas calientes.

Beth puso el interruptor en modo triturador de desechos, y el agua en el lavabo comenzó a burbujear. "¿Qué te pasa? Mamá dijo que has estado decaída pero pareces catónica. Cuando te pregunté sobre tu beca de natación, parecía que estuvieras a punto de ponerte a llorar. ¿Rompiste con alguna novia?"

Alguna novia. El paño de plato con diseño de gallina se cayó de las manos de Emily. Cada vez que alguien de su puritana-y-correcta familia mencionaba la orientación sexual de Emily, ella se exaltaba. Sabía que estaban tratando de ser comprensivos, pero su alegre actitud de está-bien-ser-gay a veces hacía que Emily se sienta avergonzada

"No rompí con nadie," Emily balbuceó

"¿Mamá sigue siendo muy dura contigo?" Beth puso sus ojos en blanco. "¿A quién le importa si dejaste de nadar un verano? ¡Eso fue meses atrás! No sé cómo soportas vivir bajo este techo por ti sola"

Emily levantó la vista. "Pensé que a te agradaba mamá"

"Me agrada, pero moría por irme de aquí para el final del último grado." Beth secó sus manos en un paño de plato. "Ahora, vamos. ¿Qué te molesta?

Emily lentamente secó un plato, mirando la generosa y paciente cara de Beth. Deseaba poder decirle a su hermana la verdad. Sobre el embarazo. Sobre A. Incluso sobre Tabitha. Pero Beth enloquecería. Y Emily ya tenía aislada a una hermana.

"He estado estresada," balbuceó. "El último grado es más difícil de lo que pensé que sería,"

Beth apuntó a Emily con un tenedor. "Por eso necesitas venir conmigo a la fiesta. No tomaré un no como respuesta." Emily pasó sus dedos sobre el borde del plato. Quería desesperadamente decir no, pero algo en su interior la detuvo. Extrañaba tener una hermana con quien hablar—la última vez que había visto a Carolyn, en el receso de navidad, Carolyn hizo cada esfuerzo para evitar estar en privado con Emily. Ella incluso durmió en el sofá en el estudio, diciendo que se había acostumbrado a quedarse dormida frente a la TV, pero Emily sabía que en realidad era para evitar compartir habitación con ella. La atención y afecto de Beth se sentían como un regalo que Emily no podría negar.

"Creo que podría ir por un rato," balbuceó

Beth la abrazó. "Sabía que estarías dispuesta a hacerlo"


"¿Dispuesta a qué?"

Ambas se dieron vuelta. La Sra. Fields estaba parada en el umbral de la puerta, sus manos en las caderas. Beth se enderezó. "Nada mamá."

La Sra. Fields salió de la habitación. Emily y su hermana se miraron y se pusieron a reír. "Vamos a divertirnos tanto," suspiró Beth


Por un momento, Emily casi le creyó.



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