Traducción:
Daniela
Corrección:
Daniela
Un miércoles
por la tarde, a comienzos de Marzo, Emily Fields estaba tendida en la alfombra
del dormitorio que solía compartir con su hermana Carolyn. Medallas de natación
y un gran poster de Michael Phelps colgaban en las paredes. La cama de su
hermana estaba cubierta con la chaqueta de calentamiento de Emily, miles de
remeras extra grandes, y un par de Jeans anchos. Carolyn se había ido a
Stanford en Agosto, y Emily estaba a gusto con tener todo el espacio para ella
sola. Especialmente ya que estaba pasando la mayor parte de su tiempo en su
habitación últimamente.
Emily rodó y
miró su laptop. Una página de Facebook parpadeaba en la pantalla. Tabitha Clark, QEPD.
Miró a la
imagen de perfil de Tabitha. Ahí estaban los labios rosados que habían sonreído
tan seductivamente a Emily en Jamaica. Ahí estaban los ojos verdes cuyo ceño se
había fruncido en la tumbona en la cofa del hotel. Ahora Tabitha no era nada
más que huesos, su carne y entrañas comidas por peces y reducidas por la marea.
Nosotras
hicimos eso
Emily bajó
la pantalla del computador, sintiendo la necesidad de vomitar. Un año atrás, en
el receso de primavera en Jamaica, ella y sus amigas habrían jurado que estaban
cara a cara con la Verdadera Alison DiLaurentis, regresada de los muertos y
lista para matarlas de una vez por todas, tal como había pretendido hacer en la
casa de su familia en Poconos. Luego de una serie de encuentros bizarros en los
que esta nueva, y enigmática extraña pronunció secretos que solo Ali había sabido, Aria la empujó por
el borde de la cofa. La chica cayó muchos pisos hasta la arenosa playa, y su
cuerpo desapareció casi instantáneamente, supuestamente llevada al mar por la
marea. Cuando las cuatro vieron en el noticiario en la TV hace dos semanas que los
restos de esta misma chica habían sido arrastrados por el mar a la orilla del
resort, pensaron que todo el mundo descubriría lo que ellas ya sabían: la
Verdadera Ali había sobrevivido al incendio en Poconos. Pero entonces, la bomba
explotó: La chica que Aria empujó no era la Verdadera Ali para nada—su nombre
era Tabitha Clark, tal como ella les había dicho.
Habían
matado a una persona inocente.
Cuando el
noticiario terminó, Emily y sus amigas recibieron una espeluznante nota de una
persona anónima conocida únicamente como A,
siguiendo la tradición de los dos acosadores que las habían atormentado
anteriormente. Este nuevo A sabía lo que habían hecho y las iba a hacer pagar.
Emily había estado teniendo cuidado desde entonces, esperando la próxima jugada
de A.
Cada día
Emily volvía a recordarlo, asustándose otra vez y sintiéndose horriblemente
avergonzada. Tabitha estaba muerta gracias a ella. Una familia estaba arruinada
gracias a ella. Pensar eso era todo lo que podía hacer para evitar llamar a la
policía y contarles lo que habían hecho. Eso podría arruinar las vidas de Aria,
Hanna, y Spencer también.
Su teléfono
sonó, y lo levantó de su almohada. ARIA MONTGOMERY, decía la pantalla.
"Hey," Emily dijo al contestar.
"Hey,"
Aria dijo. "¿Estás bien?"
Emily se
encogió. "Ya sabes."
"Sí,"
Aria coincidió suavemente.
Hubo un
largo silencio. Las dos semanas desde que el nuevo A había emergido, y el
cuerpo de Tabitha había sido encontrado, Emily y Aria comenzaron a llamarse
cada tarde por medio, solo para ver cómo estaban. La mayoría de las veces ni
siquiera hablaban. Otras veces miraban la TV juntas—shows como Acumuladores o Keeping
up with the Kardashians. La semana pasada, habían pillado una repetición de Linda pequeña asesina, la
película de TV que relataba el regreso de la Verdadera Ali y su juerga asesina.
Ni Emily ni sus amigas habían visto la película la noche que fue
estrenada—estaban muy shockeadas por la revelación sobre Tabitha como para
cambiar el canal de CNN. Pero Emily y Aria habían visto la repetición
tranquilamente, suspirando ante las actrices que hacían de ellas, y
retorciéndose en los momentos exagerados donde sus dobles encontraban el cuerpo
de Ian Thomas, o corrían del fuego en el bosque de Spencer. Cuando la película
estaba en el clímax en Poconos, y la casa explotó con Ali al interior, Emily
tembló. Los productores le dieron al show un final definitivo. Mataron al
villano y las chicas tuvieron su final felices para siempre. Pero ellos no
sabían que Emily y sus amigas estaban nuevamente siendo acechadas por A.
Tan pronto
como comenzaron a recibir notas del nuevo A—en el aniversario del horrible
incendio en Poconos que casi las mató a todas—Emily estuvo segura de que la
Verdadera Ali había sobrevivido al incendio en Poconos y al empujón del balcón
en Jamaica, y estaba de vuelta por venganza. Sus amigas lentamente comenzaron a
creerlo también—hasta que salieron las noticias sobre la verdadera identidad de
Tabitha. Pero incluso eso no eliminaba la posibilidad de que la verdadera Ali
aun estuviera viva. Ella aun podría ser la nueva A y saberlo todo.
Emily sabía
lo que sus viejas amigas dirían si ella dijera tal teoría: Supéralo, Em. Ali ya no está.
Seguramente habían vuelto a lo que habían asumido antes, que Ali había perecido
al interior de la casa incendiada en Poconos. Pero había algo que ninguna de ellas
sabía: Emily dejó la puerta de enfrente sin pestillo y entreabierta para Ali
antes de que la casa explote. Fácilmente podría haber escapado.
"¿Emily?"
La Sra. Fields llamó. "¿Puedes bajar?"
Emily se
sentó rápidamente. "Tengo que irme," le dijo a Aria. "Te llamo
mañana, ok?"
Colgó el
teléfono, atravesó la puerta de su habitación y miró por encima del enrejado.
Sus padres, aun vestidos en sudaderas grises similares entre sí, que usaban
para su trote de la tarde por el vecindario, estaban parados en el recibidor.
Una chica alta, pecosa, con pelo rubio-rojizo tal como el de Emily estaba junto
a ellos, un bolso lleno que decía EQUIPO NATACIÓN DE LA UNIVERSIDAD DE ARIZONA
en grandes letras rojas, colgaba de su hombro.
"Beth?"
Emily la miró.
La hermana
mayor de Emily, Beth, levantó el cuello y abrió sus brazos ampliamente.
"¡Ta-da!"
Emily bajó
corriendo las escaleras. "¿Qué haces aquí?" preguntó. Su hermana rara
vez visitaba Rosewood. Su trabajo como asistente de profesor en la Universidad
de Arizona, donde había estudiado, la mantenía ocupada, y también era asistente
de entrenador del equipo de natación de la U de A, en el cual ella fue la
capitana su último año.
Beth dejó el
bolso en el piso de madera. "Tengo un par de días libres, y el Sudoeste
estaba pasando un especial. Pensé que podría sorprenderte." Miró a Emily
de pies a cabeza e hizo una cara. "Ese es un atuendo interesante."
Emily se
miró hacia abajo. Estaba usando una remera manchada de un carnaval de relevos y
un par de pequeños pantalones de ejercicio de Victoria's Secret, con la palabra
PINK escrita en todo el trasero. Los pantalones habían sido de Ali—Su Ali, la chica que en realidad era
Courtney, en quien Emily había confiado, se había reído, y había adorado en
sexto y séptimo año. A pesar de que los pantalones se estaban deshilachando en
el dobladillo, y hace mucho se había perdido el cordón que se ajustaba a la
cadera, se habían convertido en el uniforme para después-de-la-escuela de Emily
las últimas dos semanas. Por alguna razón, sentía que siempre que los tuviera
puestos, nada malo podría pasarle.
"La
cena casi está lista." La Sra. Fields se dio media vuelta hacia la cocina.
"Vamos chicas."
Todos la
siguieron por el pasillo. Agradables aromas a salsa de tomates, y ajo flotaban
por el aire. La mesa de la cocina estaba puesta para cuatro personas, y la
madre de Emily fue hacia el horno cuando la alarma comenzó a sonar. Beth se
sentó junto a Emily y tomó un largo, y lento trago de agua de un vaso de La
rana René que había sido el vaso especial de Beth desde que era niña. Ella
tenía las mismas pecas en las mejillas y el mismo cuerpo fuerte que tenía
Emily, pero su cabello rubio-rojizo estaba cortado en una melena por debajo de
sus orejas, y usaba pequeños aros plateados con forma de aro en la cima del
lóbulo de sus orejas. Emily se preguntó si le habría dolido hacérselos. También
se preguntó qué diría la Sra. Fields cuando los note—a ella no le gustaba que
sus hijos se vean "inapropiados," poniéndose piercings en sus narices
o sus ombligos, tiñendo sus cabellos, o tatuándose. Pero Beth tenía 24 años,
quizás estaba más allá de la jurisdicción de su mamá.
"Así
que… ¿cómo estás?" Beth juntó sus manos en la mesa y miró a Emily.
"Parece que hubieran pasado años desde la última vez que nos vimos."
"Deberías
venir a casa más seguido," dijo enfáticamente la Sra. Fields desde la
encimera.
Emily
analizó sus cortas uñas, la mayoría de las cuales estaban comidas hasta el
dedo. No podía pensar en ni una cosa inocua que decirle a Beth—todo en su vida
estaba lleno de conflictos.
"Oí que
pasaste el verano con Carolyn en Philly," pronunció Beth
"Uh,
sí," Emily respondió haciendo bolita una servilleta con dibujos de
gallina. El verano era la última cosa de la que quería hablar en este
momento.
"Sí, el
verano salvaje de Emily en la ciudad," Dijo la Sra. Fields con una voz
medio-dolida, medio-en-broma mientras ponía un plato de cerámica con lasaña en
la mesa. "No recuerdo que tú te hayas tomado un verano libre de
natación, Beth."
"Bueno,
el pasado pisado." La Sra. Fields se sentó en su asiento habitual y tomó
un pan de ajo de la panera. "Emily está lista para el próximo año"
"¡Cierto,
me enteré! “Beth golpeó juguetonamente a Emily en el hombro. "Una beca de
natación para UNC! ¿Estás nerviosa?"
Emily sintió
las miradas de su familia y se tragó un gran nudo en la garganta. "Muy
nerviosa."
Sabía que
debería estar feliz por la beca de natación, pero había perdido una amiga,
Chloe Roland, por eso—Chloe había asumido que Emily estaba metiéndose con su
padre de-buenos-contactos para ganarse un puesto en el equipo de UNC, pero la
verdad era que el Sr. Roland se le había lanzado a ella, y ella había hecho
todo lo que pudo para evitarlo. También había una parte de Emily que se
preguntaba si incluso podría ir a UNC el próximo año. ¿Y si A le decía
a la policía lo que le hicieron a Tabitha? ¿Estaría en la cárcel para cuando
comiencen las clases?
Todos
continuaron con su lasaña, sus tenedores golpeaban los platos. Beth comenzó a
hablar sobre un grupo de caridad que planta árboles con el que estaba
trabajando en Arizona. La Sra. Fields habló sobre una nueva familia que había
visitado como parte del comité de bienvenida de Rosewood. Emily sonreía y
asentía y hacía preguntas a su familia, pero no lograba contribuir mucho en la
conversación. No pudo comer más que unos cuantos bocados de lasaña tampoco, a
pesar de que era una de sus comidas favoritas.
Luego del
postre, Beth se levantó e insistió en que ella lavaría los platos.
"¿Quieres ayudar, Em?"
En realidad,
Emily realmente quería volver a su habitación y hundirse entre frazadas, pero
no quería ser mala con una hermana que casi nunca veía. "Seguro."
Estaban
juntas de pie junto al lavadero, ambas mirando afuera al maizal que bordeaba el
patio trasero. Mientras el lavabo se llenaba de espuma y el olor de Dawn de
limón flotaba por la habitación, Emily aclaró su voz. "¿Y qué harás
mientras estés en casa?"
Beth miró
sobre su hombro para asegurarse de que ella y Emily estuvieran solas.
"Tengo todo tipo de cosas divertidas planeadas, de hecho," susurró.
"Hay una fiesta de disfraces mañana que se supone que será genial."
"Eso
suena...bien." Emily no pudo disimular su sorpresa. La Beth que ella
conocía no era fiestera. Según recordaba, Beth era muy parecida a Carolyn—ella
nunca se pasaba de la hora de llegada, nunca se saltó una práctica de natación,
o clase. Su último año en Rosewood Day, cuando Emily estaba en sexto grado,
Beth y su pareja del baile de graduación, Chaz, un fuerte nadador de cabello
rubio-albino, volvieron a la casa de los Fields luego del baile en vez de ir a
un after-party. Ali estaba pasando la noche con Emily esa noche, y ellas se
escabulleron al primer piso y espiaron a Beth y Chaz, esperando encontrarlos
besándose. Pero estaban sentados en lados opuestos del sofá, viendo
repeticiones de 24. "Sin ofender, Em, pero tu hermana es patética,"
Dijo Ali.
"Genial,
porque tú también irás." Beth mojó a Emily con agua jabonosa, mojando todo
su polerón de U de A también
Emily
rápidamente negó con la cabeza. Ir a una fiesta en este momento se oía tan
divertido como caminar sobre cenizas calientes.
Beth puso el
interruptor en modo triturador de desechos, y el agua en el lavabo comenzó a
burbujear. "¿Qué te pasa? Mamá dijo que has estado decaída pero pareces
catónica. Cuando te pregunté sobre tu beca de natación, parecía que estuvieras
a punto de ponerte a llorar. ¿Rompiste con alguna novia?"
Alguna novia. El paño de plato con
diseño de gallina se cayó de las manos de Emily. Cada vez que alguien de su
puritana-y-correcta familia mencionaba la orientación sexual de Emily, ella se
exaltaba. Sabía que estaban tratando de ser comprensivos, pero su alegre
actitud de está-bien-ser-gay a veces hacía que Emily se sienta avergonzada
"No
rompí con nadie," Emily balbuceó
"¿Mamá
sigue siendo muy dura contigo?" Beth puso sus ojos en blanco. "¿A
quién le importa si dejaste de nadar un verano? ¡Eso fue meses atrás! No sé cómo
soportas vivir bajo este techo por ti sola"
Emily
levantó la vista. "Pensé que a te agradaba mamá"
"Me
agrada, pero moría por irme de aquí para el final del último grado." Beth
secó sus manos en un paño de plato. "Ahora, vamos. ¿Qué te molesta?
Emily
lentamente secó un plato, mirando la generosa y paciente cara de Beth. Deseaba
poder decirle a su hermana la verdad. Sobre el embarazo. Sobre A. Incluso sobre
Tabitha. Pero Beth enloquecería. Y Emily ya tenía aislada a una hermana.
"He
estado estresada," balbuceó. "El último grado es más difícil de lo
que pensé que sería,"
Beth apuntó
a Emily con un tenedor. "Por eso necesitas venir conmigo a la fiesta. No
tomaré un no como respuesta." Emily pasó sus dedos sobre el borde del
plato. Quería desesperadamente decir no, pero algo en su interior la detuvo.
Extrañaba tener una hermana con quien hablar—la última vez que había visto a
Carolyn, en el receso de navidad, Carolyn hizo cada esfuerzo para evitar estar
en privado con Emily. Ella incluso durmió en el sofá en el estudio, diciendo
que se había acostumbrado a quedarse dormida frente a la TV, pero Emily sabía
que en realidad era para evitar compartir habitación con ella. La atención y
afecto de Beth se sentían como un regalo que Emily no podría negar.
"Creo
que podría ir por un rato," balbuceó
Beth la
abrazó. "Sabía que estarías dispuesta a hacerlo"
"¿Dispuesta
a qué?"
Ambas se
dieron vuelta. La Sra. Fields estaba parada en el umbral de la puerta, sus
manos en las caderas. Beth se enderezó. "Nada mamá."
La Sra.
Fields salió de la habitación. Emily y su hermana se miraron y se pusieron a
reír. "Vamos a divertirnos tanto," suspiró Beth
Por un
momento, Emily casi le creyó.
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