sábado, 27 de octubre de 2012

Ruthless - Capítulo 2: Spencer tiene un doble fantasmagórico.

Traducción: Daniela
Corrección: Daniela

"Muévanlo un poco más a la izquierda." La madre de Spencer, Verónica, estaba en el recibidor de la grandiosa casa de la familia, con una mano en su delgada cadera. Dos colgadores de cuadros profesionales estaban colocando una gran pintura de la batalla de Gettysburg bajo la doble escalera en espiral. "Ahora está un poco alto a la derecha. ¿Qué crees, Spence?"

Spencer, quien acababa de bajar por las escaleras, se encogió. "Dime otra vez ¿por qué sacamos el retrato del tátara-tátara-abuelo Hastings?"

La Sra. Hastings miró agudamente a Spencer y luego miró con preocupación a Nicholas Pennythistle, su prometido, quien se había mudado a la casa de los Hastings hace una semana y media. Pero el Sr. Pennythistle, quien aún vestía su traje impecablemente encajado y sus brillantes zapatos formales del trabajo, estaba ocupado tocando la pantalla de su BlackBerry.

"Todos tienen que sentirse cómodos y bienvenidos aquí, Spencer," respondió calmadamente la madre de Spencer, moviendo un mechón de cabello rubio ceniza atrás de su oreja. El diamante de 4 quilates del anillo de compromiso destellaba bajo las luces. "Además, creí que el retrato del tátara-tátara-abuelo te asustaba."

"Asustaba a Melissa, no a mí," Spencer balbuceó. En verdad, le gustaba el excéntrico retrato familiar—muchos cockers de ojos tristes posaban en el regazo del tátara-tátara-abuelo Hastings. El tátara-tátara-abuelo también era la viva imagen del padre de Spencer, quien se había mudado de la morada Hastings luego de divorciarse de Verónica, y compró un loft en el centro de Philadelphia. Había sido idea del Sr. Pennythistle cambiar el retrato por el horripilante cuadro de la guerra civil, seguramente, con la intención de expurgar toda la evidencia del padre de Spencer de su nueva casa. ¿Pero quién quería atravesar la puerta y ser recibido por un montón de corceles enojados parados en dos patas y confederados ensangrentados? Solo mirar la escena de la batalla estresaba a Spencer

"¡La cena está servida!" dijo una voz desde la cocina.

Melissa, la hermana mayor de Spencer asomó la cabeza al vestíbulo. Ella se había ofrecido para cocinar la cena familiar esta noche, y usaba un delantal negro que decía GOURMET VERDE en la parte delantera, y guantes plateados en sus manos. Un cintillo delgado de terciopelo negro sostenía su rubio cabello que llegaba hasta el mentón, un collar de perlas rodeaba su garganta, y unos zapatos ballerina de Chanel adornaban sus pies. Se veía como una versión más joven y fresca de Martha Stewart.

Melissa miró a Spencer a los ojos. "Hice tu favorito, Spence. Pollo al limón con aceitunas."

"Gracias." Spencer sonrió agradecidamente, sabiendo que esto era un gesto de solidaridad. Las hermanas habían sido rivales por largo tiempo, pero el año pasado, finalmente pusieron a un lado sus diferencias. Melissa sabía que Spencer no se estaba ajustando muy bien a la nueva situación Familiar. Pero había otras cosas con las que Spencer estaba pasando un mal momento también. Cosas que Spencer no se atrevía a hablar con su hermana—ni con nadie.

Spencer siguió a su mamá y al Sr. Pennythistle—ella aun no conseguía llamarlo Nicholas—hacia la cocina mientras Melissa colocaba una fuente de horno en el centro de la mesa. Su futura hermanastra, Amelia, quien era dos años menor que Spencer, se puso en el asiento de la esquina, y puso remilgadamente una servilleta en su regazo. Ella usaba un par de botas de taco bajo que Spencer había escogido para ella en un viaje de compras reciente a New York, pero su cabello aún tenía frizz y sus mejillas brillantes necesitaban base desesperadamente.

Amelia frunció el ceño cuando miró hacia delante y vio a Spencer, y Spencer se dio vuelta, sintiendo un picor de irritación. Estaba claro que Amelia aun no la había perdonado por lograr que envíen a su hermano, Zach, a la escuela militar. Spencer no pretendía revelar a Zach ante su padre. Pero cuando el Sr. Pennythistle había entrado a la habitación y Spencer y Zach estaban en la cama juntos, él había asumido lo peor y se enfureció. Spencer solo mencionó que Zach era gay para hacer que el Sr. Pennythistle deje de golpear a su hijo.

"Hey, Spencer," otra voz dijo. Darren Wilden, el novio de Melissa, se sentó en el otro lado de Amelia, comiendo un trozo de pan de ajo recién salido del horno. "¿Qué hay de nuevo?"

Spencer empuñó su mano en su estómago. A pesar de que ahora trabajaba como guardia de seguridad en un museo en Philly, hasta hace poco, Darren Wilden había sido el oficial Wilden, el investigador principal del caso del asesinato de Alison DiLaurentis, y había sido parte de su trabajo el sentir cuando las personas estaban escondiendo algo o mintiendo. ¿Podría Wilden saber sobre el nuevo acosador de Spencer, quien—por supuesto—se denominaba A? ¿Podría sospechar lo que ella y sus amigas habían hecho en Jamaica?

"Uh, nada," dijo Spencer entrecortadamente, jalando el cuello de su blusa. Estaba siendo ridícula. Era imposible que él supiera sobre A o sobre Tabitha, o que cada noche, Spencer tenía pesadillas sobre el incidente de Tabitha, reviviendo el horrible día en Jamaica una y otra vez. Ni podría saber que Spencer leía y re-leía artículos sobre las consecuencias de la muerte de Tabitha tan seguido como podía—sobre cuán devastados estaban los padres de Tabitha. Como sus amigas en New Jersey hacían vigilias en su honor. Como montones de organizaciones sin ánimos de lucro habían apoyado el condenar la ingesta de alcohol en adolescentes, que era lo que todos asumieron que la mató.

Pero eso no era lo que la mató—y Spencer lo sabía. Y A también.

¿Quién podría haberlas visto esa noche? ¿Quién las odiaba tanto como para torturarlas con la información y amenazarlas con arruinar sus vidas, en vez de ir directamente a la policía? Spencer no podía creer que ella y sus amigas estaban nuevamente enfrentando la labor de descifrar quien podría ser A. Incluso peor, no podía pensar en ni un sospechoso. A no le había escrito a Spencer ni a las otras otra nota desde ese desgarrador noticiario dos semanas atrás, pero Spencer estaba segura de que A no se había ido por siempre.

¿Y qué más sabía A? El último mensaje de A decía, Esto es solo la punta del iceberg, como si él o ella estuviera al tanto de otros secretos. Desafortunadamente, Spencer tenía otros cuantos esqueletos guardados en el closet. Como lo que había pasado con Kelsey Pierce en Penn el verano pasado—Kelsey fue enviada al centro de detención juvenil por lo que Spencer le había hecho. Pero seguramente A no podía saber sobre eso. Nuevamente, A siempre parecía saberlo todo...

"¿En serio nada?" Wilden dio otro mordisco al pan crujiente, sus ojos verdes-grisáceos la miraban. "Eso no suena como el tormentoso programa de una futura estudiante de Princeton."

Spencer pretendió secar una gota en su vaso de agua, deseando que Wilden deje de mirarla como si fuera un paramecio bajo el microscopio. "Estoy en la obra de la escuela," balbuceó.

"No solo en la obra de la escuela, eres la principal—como siempre." Melissa giró sus ojos de buena manera. Sonrió al Sr. Pennythistle y Amelia. "Spence ha aparecido en cada producción desde pre-escolar."

"Y harás de Lady Macbeth este año." El Sr. Pennythistle se hundió ceremoniosamente en la silla de caoba oscura en la cabecera de la mesa. "Ese es un rol desafiante. No puedo esperar para ver la performance"

"No tienes que venir," dijo Spencer, sintiendo el calor brotando por sus mejillas

"¡Por supuesto que Nicholas irá!" Dijo la Sra. Hastings. "¡Está marcado en nuestros calendarios!"

Spencer miró su reflejo en la parte trasera de su cuchara. Lo último que quería era que un hombre que apenas conocía finja estar interesado en su vida. El Sr. Pennythistle solo iba a ir a la obra porque la madre de Spencer lo hacía ir.

Amelia sacó una pechuga de pollo de la fuente que estaban pasando alrededor. "Estoy organizando un concierto de orquesta para caridad," anunció "Un montón de chicas de St. Agnes van a venir a ensayar las próximas semanas, y vamos a dar el concierto en el monasterio de Rosewood. Todos pueden venir a ver mi presentación.

Spencer puso los ojos blancos. St. Agnes era la altiva escuela a la que Amelia iba, una institución incluso más repulsivamente exclusiva que Rosewood Day. Tenía que hallar un modo de faltar a la presentación; su antigua amiga, Kelsey, iba a St. Agnes—o al menos solía hacerlo. Spencer no quería arriesgarse a verla.

La Sra. Hastings juntó sus manos "¡Eso suena encantador, Amelia! dinos la fecha y estaremos ahí."

"Quiero estar disponible para todas ustedes, chicas." El Sr. Pennythistle miró desde Amelia hacia Spencer hacia Melissa, sus ojos azules-grisáceos se fruncieron. "somos una familia ahora, y realmente espero que nos unamos"

Spencer husmeó. ¿De dónde habría sacado esa línea, Dr. Phil? "Yo ya tengo una familia, muchas gracias," dijo.

Melissa abrió sus ojos. Amelia tenía una sonrisa en la cara, como si acabara de leer un cotilleo jugoso en Us Weekly. La Sra. Hastings se levantó. "Estás siendo muy maleducada, Spencer. Por favor vete de la mesa."

Spencer soltó una especie de risa, pero la Sra. Hastings dirigió su mentón hacia el pasillo. "Lo digo en serio. Ve a tu habitación."

"Mamá," Melissa dijo gentilmente. "Es la comida favorita de Spencer. Y—"

"Le guardaremos un plato después." La voz de la Sra. Hastings estaba tensa, casi como si estuviera a punto de llorar. "Spencer, por favor. Solo vete."

"Lo siento," Spencer balbuceó de pie, incluso cuando no lo sentía. Los papás no eran intercambiables. No podía formar un lazo con un tipo cualquiera que ni siquiera conocía. De repente, no podía esperar a que fuera el próximo otoño cuando estuviera en Princeton. Lejos de Rosewood, lejos de su nueva familia, lejos de A, lejos del secreto sobre Tabitha—y de todos los demás secretos que A podría saber también. No podía esperar más.

Sus hombros se encorvaron, entró al hall. Una pila de cartas estaba puesta cuidadosamente en el centro de la mesa del recibidor, había un sobre delgado y largo de Princeton, dirigido a Spencer J. Hastings en la esquina. Spencer lo levantó, por un segundo esperando que quizás la universidad le escribía para decirle que podía mudarse antes—por ejemplo ahora.

Suaves, tenues voces sonaban desde el comedor. Los dos labradores de la familia de Spencer, Rufus y Beatrice, saltaban contra la ventana, probablemente olfateaban un ciervo en el terreno. Spencer abrió el sobre con su uña y sacó una única hoja de papel. Un logo del comité de admisión de Princeton se mostraba al comienzo.

Querida Señorita Hastings,

Ocurre que ha habido un malentendido. Aparentemente, dos Spencer Hastings han postulado al próximo primer año de Princeton en admisión adelantada—tú, Spencer J. Hastings, y un estudiante hombre, Spencer F. Hastings, de Darien, Connecticut. Desafortunadamente nuestro comité de admisiones no notaron que ustedes dos eran individuos separados—algunos leyeron tu postulación, y otros leyeron la del otro Spencer, pero todos votamos como su fueran un solo postulante. Ahora que nos hemos dado cuenta, nuestro comité necesita releer y revisar ambas postulaciones meticulosamente y decidir quién de los dos será admitido. Ambos son fuertes candidatos, así que seguramente será una difícil decisión. Si hay algo que quisieras agregar a tu postulación que pueda influir en el comité de postulaciones, ahora sería el mejor momento.

Lo sentimos por las inconveniencias, y ¡buena suerte!

Te desea lo mejor,

Bettina Bloom

Presidenta del comité de admisiones.

Spencer leyó otra vez la carta tres veces hasta que el logo de la universidad al comienzo de la página parecía una mancha del test de Rorschach. Esto no podía ser cierto. Ella había entrado a Princeton. Era definitivo.

Hace dos minutos, su futuro estaba asegurado. Ahora estaba a punto de perderlo todo.

Una cadenciosa risa serpenteó la habitación. Instintivamente, Spencer miró afuera de la ventana, que daba a la antigua casa de los DiLaurentis. Algo se movió entre los árboles. Miró fijamente, esperando, pero la sombra que creyó haber visto no volvió a aparecer. Quien sea que haya estado ahí, se había ido.



2 comentarios:

  1. Wiii finalmente lo pude leer.....

    Sólo una cosita, en la carta dice "inconveniencias" y quizá sea "inconvenientes", el único error que encontré en todo el libro!

    GRACIAS por traducirlo, y felicitaciones porque es una excelente traducción.

    Ave

    PD: Cuándo subirás los próximos de Pretty Little Secrets y Stunning? Los espero con ansiaaaaaaas

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Corregido ;)

      Gracias por tu comentario, acabo de darme cuenta de que no guardé los cambios del último de PLS que traduje :D ... así que ahora subiré el de stunning no más :B

      Saludos

      Borrar

Los comentarios pasan por moderación así que no aparecen de inmediato :) (Para evitar spam y/o spoilers)

Recuerda suscribirte a tu comentario para recibir una notificación cuando alguien responde :)