La última parte de la luz de la
tarde iluminaba la madera trizada de los escalones frontales de la casa de
Ethan cuando Emma se estacionó afuera de su casa pocas horas después. Ethan
estaba sentado en el crujiente columpio del pórtico, con una lata de cerveza de
raíz en una mano y su computador sobre un enorme carrete de madera usado de
mesa. Cuando la vio, se paró y caminó rápidamente hacia ella, su cara
desapareció en las sombras cuando se alejó de la luz cálida del pórtico.
- ¿Qué sucede? – preguntó, antes de
que ella pudiera decir nada. – Charlotte y Madeline dijeron que te habían
sacado de clases, y no podían encontrarte. ¿Por qué no respondiste mis
mensajes?
Se dejó caer en los brazos de Ethan.
– La encontraron, - susurró, enterrando su cara en su remera. – El cuerpo de
Sutton. En el cañón Sabino.
Sintió cómo su cuerpo se tensó, y
luego lo puso protectoramente alrededor de ella. – Eso lo explica. – Lo miró
rápidamente. Apuntó su cabeza hacia el cañón en respuesta. – Estuve sentado
aquí viendo los policías llegar al estacionamiento toda la tarde. El lugar
también estaba repleto de reporteros.
Un gemido se escapó de sus pulmones.
– Va a haber una conferencia de prensa, Ethan, - dijo. – Todo va a salir a la
luz. Y mira.
Le entregó la bola de papel arrugado
que le habían dejado en el parabrisas esa tarde. Él sacó sus brazos de
alrededor de ella para estirar el papel contra su pierna, luego lo puso a la
luz. Un sollozo sonó de ella mientras él miraba silenciosamente a la nota.
- ¡El asesino ahora está amenazando
a mi familia y amigos! – exclamó. – Ethan, esta persona me está observando todo el tiempo para asegurarse de que no
me equivoque. Estoy poniendo a los Mercer en peligro. ¡Te estoy poniendo a ti en peligro! – Las lágrimas empezaron
a correr por sus mejillas. – He sido tan egoísta. ¡Nunca debí haberte dicho la
verdad! Nunca debí haberte dejado ayudarme con el caso. Y ahora no tenemos que
preocuparnos solamente del asesino. – Se soltó del agarre de Ethan, dando unos
pasos atrás. – Los policías. La prensa. Van a averiguarlo. No quiero
arrastrarte a esto conmigo. No podría aguantarlo si algo te ocurriera. – Miró
rápidamente a su alrededor, de repente con miedo de que el asesino estuviera
aquí, observándola ahora mismo. La calle ahora estaba tranquila, pero
cualquiera podría estar allí en la oscuridad.
Ethan cerró la distancia entre ellos
y la atrajo contra su pecho. Ella luchó por un momento en pánico, y luego se
dejó llevar por su abrazo.
- No te voy a dejar pasar por esto
sola, - dijo ferozmente. – No me importa lo que piense nadie. Estoy aquí para
ti, Emma, sin importar qué. Contigo. No puedes dejarme.
- Si se enteran de quién soy yo, van
a creer que yo la maté. Y tú vas a lucir como mi cómplice. – Presionó su cara
contra su hombro.
- No me importa, - dijo, su voz
sofocada por tener su cara enterrada en el cabello de ella.
Sus lágrimas humedecieron el algodón
de la polera de Ethan. – Ethan, no quiero que lo que le pasó a Nisha te pase a
ti también.
Tomó a Emma de los hombros y la
sostuvo un poco alejada de él, forzándola a que lo mire a los ojos. La mitad de
su cara estaba en la sombra, pero sus ojos brillaban con determinación. – No
voy a permitir que eso ocurra.
Ella quería desesperadamente
creerle. La idea de pasar por la investigación sin él se sentía como pasar su
corazón por una trituradora.
- Ethan, - susurró. – Creo que
Garrett podría ser el asesino.
Sus ojos se abrieron. - ¿Encontraste
pruebas? – preguntó.
Le contó haber visto a Garrett en el
salón, la forma en que la observaba desdoblando la nota. – Él sólo estaba
sentado allí, sonriéndome. Como si estuviera pasándolo genial observándome
avergonzada.
La mandíbula de Ethan se tensó. Con
otra mirada hacia el cañón, le tomó la mano y la llevó hacia el pórtico poco
iluminado. El telescopio de Ethan estaba cerca de la baranda, apuntando hacia
el cielo. Al lado, la casa de Nisha estaba oscura y en silencio. Emma se pasó
los dedos por el pelo, nerviosa. Ahora toda la calle le parecía embrujada.
El computador de Ethan estaba
abierto, el cursor parpadeaba plácidamente sobre un documento abierto. Crimen y Castigo de Dostoyevsky estaba
en el asiento junto a este, con el lomo hacia arriba. – oh, lo siento. ¿Estabas
haciendo tareas? – preguntó, con otra punzada de culpa atravesándola. Se
preguntó cuánta tarea de Ethan había interrumpido desde que había llegado a
Tucson.
Él se sentó en el pórtico,
levantando el computador y colocándolo en su regazo. – Tiene fecha para fin de
mes. Estaba intentando adelantarlo. – Al hablar, cerró el documento y abrió
Facebook. Emma amaba la forma en que sus manos volaban sobre el teclado, haciéndolo
todo con los atajos que había programado, sin usar nunca el mousepad. A pesar
de que su computador era viejo y abollado, Ethan había armado meticulosamente
la máquina del interior.
- ¿Qué haces? – preguntó, sentándose
junto a él en el columpio. Había dejado de llorar, pero ahora la sal de sus
lágrimas se estaba secando en su cara y hacia que su piel se sienta tiesa. Rascándose
las mejillas, se acurrucó contra el hombro de Ethan mientras él abría el perfil
de Garrett.
- Quiero saber qué hacía Garrett la
noche del asesinato de Sutton, - dijo. Le pasó la lata de cerveza de raíz y
ella tomó un trago. Las burbujas ardieron en su estómago revuelto.
- Qué bueno que su perfil sea
público, - dijo Emma, doblando su cuello para ver. – Definitivamente ya no
somos amigos. – La pantalla se llenó con cientos de fotos de Garrett—anotando
un gol, sin remera y con aceite en el cuerpo en una playa en algún lado,
levantando una copa hacia la cámara en algún restaurant elegante. En algunas
estaba de pie junto a su hermana, con un brazo alrededor de ella de forma
protectora.
La actualización más reciente decía:
QEPD Nisha B. Se te extrañará, pequeña.
Pero antes de eso, la mayoría de sus estados eran bastante banales, cosas como ¿Alguien ve The Voice esta noche? CeeLo llevó a su loro!!! O Sólo cinco meses más antes de no
tener que hacer nunca más una demostración de trigonometría. A veces ponía
links a noticias de futbol o videos de Saturday
Night Live. Parecía que publicaba cosas varias veces por día.
- Ve a la noche del treinta y uno, -
dijo Emma, su mano en el hombro de Ethan. Él retrocedió por los meses, bajando
más lento cuando llegó a Septiembre. Emma sintió dolor cuando vio la frase Garrett pasó de estar “En una relación” a
estar “Soltero”, actualizado en la fecha de su cumpleaños.
- Nada interesante, - dijo Ethan.
Ella se inclinó y miró el monitor. Luego sus ojos cayeron en el último post de
Garrett antes del asesinato de Sutton, al final de la tarde del treinta.
¿No
se cansan alguna vez de todas las mentiras que dice la gente?
Emma e Ethan intercambiaron miradas.
– Eso podría ser sobre Sutton y Thayer, - dijo Emma tranquilamente. Ethan
asintió. Luego vieron algunas actualizaciones de estado del primero de
septiembre, y ella tembló. Había una a las 2:38 A.M.
Eventualmente,
la gente siempre recibe su merecido.
Yo miraba la pantalla, mi mente
agitada, deseando que las palabras traigan mi recuerdo a la vida, que me lleven
de vuelta a esa noche para finalmente poder ver cómo lo había hecho. Pero no
pude recordar más allá de ese punto cuando me tomó el hombro y dijo mi nombre. Sutton. Lo había dicho como si fuera la
palabra más sucia y más insultante que alguna vez hubiera escuchado.
- Garrett probablemente habría
sabido sobre el video de secuestro, - dio Emma suavemente, re-leyendo la
actualización del primero de septiembre. – No habría sido difícil robarlo del
computador de Laurel alguna vez cuando estuvo en la casa.
En algún sitio a la distancia,
sonaba una sirena de ambulancia. Los perros a ambos lados de la calle se
pusieron a aullar en respuesta. Emma miró al cañón, asomándose como una sombra
oscura, como un secreto.
- No lo entiendo, - dijo Ethan. –
Robarlo y esperar que tú lo veas… Eso parece muy complicado. ¿Por qué no
simplemente agregarte desde la cuenta de Sutton?
- Yo no usaba mucho Facebook cuando
era Emma. No es como si hubiera tenido muchos amigos. Mi perfil estaba oculto.
– Suspiró. – Y Garrett necesitaba que yo venga a Tucson y me haga cargo de la
vida de Sutton, rápido. Si averiguaba
un poco sobre mí, habría sabido de Travis. ¿Qué mejor forma de etiquetar ese
video que Sutton en AZ, y mandárselo
a mi baboso hermano adoptivo? Obviamente yo buscaría a una chica que luzca tal
como yo. Y luego cuando lo hice, me respondió como Sutton.
Ethan la observó. – Emma, eso lo
hace sonar premeditado. Como si él hubiera planeado todo el tiempo usarte para
cubrir el asesinato. Lo cual significa que él de algún modo ya sabía que
estabas allí.
Esa idea mandó un escalofrío por su
columna vertebral. ¿Cómo habría sabido Garrett sobre Emma, cuando ni siquiera
los Mercer sabían que existía? Pero todo encajaría con saber sobre Travis.
Emma miró hacia la casa de Nisha, la
cual estaba completamente oscura. Se preguntó si el Dr. Banerjee había ido a
quedarse con amigos o familia. Quizás estaba en el hospital, enterrando su luto
en su trabajo como lo hizo cuando su esposa murió. Podía divisar las cortinas
cortas de organza en el dormitorio de Nisha, ahora sin movimiento.
- ¿Pero cómo vamos a probar que lo
hizo? – preguntó, apoyando su cabeza contra la pared de la casa. Ethan miró la
pantalla del computador pensativamente.
- Si tuviéramos acceso a los
mensajes o email de Garrett, podríamos ver si él envió el link, - dijo. –
Incluso si borró los mensajes. Esas cosas quedan registradas para siempre. Sólo
tienes que saber cómo hacerlo.
- Voy a vigilarlo, - dijo. – Quizás
puedo averiguar cómo poner mis manos sobre su teléfono.
- Ten cuidado. – Ethan lucía
preocupado. – Él es peligroso, Emma. Especialmente ahora. Probablemente se está
desesperando.
- Bueno, yo también, - dijo Emma,
sonando más ruda de lo que se sentía.
Y yo también. Nunca me había sentido
tan impotente, tan desesperanzada. Finalmente sabía quién me había matado—y no
podía decirle a nadie.
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