viernes, 30 de mayo de 2014

Ali's Pretty Little Lies - Capítulo 33: Un pequeño empujón


Traducido por: Daniela
Corregido por: Brayan.

            Por un momento, Ali no se pudo mover. Miró a su hermana frente a ella. Los ojos de la chica destellaban. Sus dientes brillaban. La mitad de su cuerpo estaba ocultado bajo la niebla, como si fuera un fantasma.
            Ali se dio vuelta y se dirigió hacia la casa. – Se supone que no estés afuera.
            Su hermana le tomó el brazo y le enterró las uñas en la piel. – No irás a ningún lado, Ali.
            - Déjame, - Ali dijo, tratando de soltar su brazo de ella. Pero Courtney la tenía bien afirmada. – Gritaré, - advirtió, el miedo subía por su voz.
            Courtney se rió entre dientes. – No, no lo harás. No dirás nada.
            - Sí, lo haré, - Ali dijo. – Mamá y papá vendrán corriendo.
            Courtney se rió a carcajadas. – Um, ¿no acabas de ver lo que yo vi? Mamá está un poquito ocupada ahora mismo.
            - Entonces llamaré a papá.
            La sonrisa de Courtney se agrandó. – Papá está desmayado en el sofá. Puede que alguien le haya metido algo en su vino durante la cena.
            Ali se echó para atrás, tiritando repentinamente. Ella realmente está loca, pensó.
            Pero “Courtney” la acercó. – Y no creo que Jason vaya a venir a rescatarte, - susurró al oído de Ali. – No le importa ni una mierda ninguna de nosotras. Y en cuanto a tus amigas, todas se fueron. Vaya pijamada de final de séptimo grado, ¿eh?
            - ¡Déjame! – Ali exclamó. Su brazo estaba comenzando a punzar por la presión de las uñas de su hermana, y su corazón estaba latiendo tan fuerte que pensó que explotaría en su pecho. Sus fosas nasales sintieron otro olorcillo a cigarrillo. Venía de cerca, pero no parecía que su gemela haya estado fumando. - ¿Qué estás haciendo aquí afuera?
            Courtney se rió entre dientes otra vez, el sonido más horrible del mundo. – Oh, sólo quería ver cómo es tu vida. Mi vida. ¿Qué bicho te picó para escoger a esas chicas como tus nuevas amigas? ¿Para atormentarme? ¿Arruinar mi reputación?
            - No hay nada de malo con ellas, - Ali dijo defensivamente, de repente sintiendo una avalancha de actitud protectora hacia sus amigas. – Son muy dulces.
            - Son muy dulces, - Courtney repitió. - ¿Crees que aún harán todo lo que pides cuando se enteren de lo que hiciste?
            - Nunca te creerán, - Ali dijo, pero incluso ella sintió la duda en su voz.
            Courtney levantó su mentón. – Lo harán si les digo la verdad sobre ti.
            Ali se puso tensa. De repente, sintió rabia en su interior, caliente y potente. - ¿La verdad? – preguntó. - ¿Y cuál sería esa? ¿Cómo me manipulaste por años? ¿Cómo hiciste que me envíen a al hospital en vez de a ti? ¿Cómo te paraste allí y les dijiste que tenía que irme?
            - Tenías que irte, - Courtney dijo, su voz tenebrosamente tranquila. – Y vas a tener que irte otra vez. Vas a decirles a todos lo que hiciste. Y nunca, jamás te van a perdonar.
            El miedo corría por las venas de Ali, pero se mantuvo firme. – No iré a ningún lado, - dijo, plantando sus pies en el frío y húmedo pasto. Se rio tan confiadamente como pudo. - ¿Realmente crees que sería fácil meterte en mi vida y ser yo? He hecho cosas que tú no eres capaz de hacer. Soy mejor en ser tú  de lo que tú has sido alguna vez.
            - Es mi vida, - su hermana rugió, poniendo sus manos firmemente en los hombros de Ali. - ¿Realmente crees que se me hará difícil? Incluso puedo ser amiga de esas estúpidas perras, si eso es necesario. Puedo hacerlo con mis ojos cerrados.
            - No, no puedes, - Ali dijo. – No sabes nada.
            Courtney resopló. – Por favor. Leí tu diario—mi diario. Sé todo sobre ellas, sobre ti. Pusiste cada secreto allí, todo lo importante.
            - No todo, - Ali dijo, pensando en Nick. Gracias a dios que lo había dejado fuera. Deseaba poder presumírselo a Courtney ahora—él había, después de todo, sido su amor no correspondido. Pero ahora que habían terminado, su gemela simplemente se reiría de ella.
            - Tú ciertamente pusiste lo suficiente en tu diario, - Courtney se burló. – Así es como supe que hemos estado llamando papá al tipo equivocado. Cuidado con donde pones tus secretos, Ali. Cualquiera puede abrir un diario y encontrar toda clase de cosas. – Tomó el brazo de Ali. – Y ahora es tiempo de que te despidas. Vamos a encontrar a mamá y a nuestro verdadero padre, ¿Está bien? ¡Podemos contárselos todo!
            Afirmó bien a Ali de los hombros y trató de guiarla hacia la casa de los Hastings, pero Ali dobló su cuerpo a la mitad y se escapó. Courtney la tomó de la cadera y tiró de ella por el pasto, pero Ali se tropezó y se llevó abajo a su hermana con ella.
            - ¡Levántate, perra! – Courtney gritó.
            - ¡No iré a ningún lado contigo! – Ali tiró con fuerza el cabello de su hermana y giró sobre Courtney, sujetando a su hermana en el puntiagudo pasto. Los viejos sentimientos volvieron a ella—era esa pequeña niña de nueve años otra vez, peleando contra una fuerza tan loca, tan manipuladora, que no sabía qué hacer además de golpearla, pegarle, volverse loca.
            Pero entonces, de repente, volvió a sí misma. Esto era tonto. Odiaba a su hermana, pero no podía volver a caer en esa trampa. Tenía que ser la más inteligente aquí.
            Se bajó de Courtney, se levantó, y se dirigió hacia la casa. Pero solo habiendo dado unos pasos, una mano se enrolló en su tobillo, y quedó extendida en el pasto otra vez. Sintió el cuerpo de su hermana haciendo presión sobre ella. Las puntas de su largo cabello cosquilleaban la parte de atrás del cuello de Ali.
            - Supongo que es Plan B entonces, - Courtney susurró. Se bajó de Ali y, antes de que Ali pudiera ir a ningún lado, tomó los tobillos de Ali y la arrastró hacia el borde de la propiedad  como si fuera una muñeca de trapo. Ali gritó y se trató de agarrar del suelo, pero sus dedos no pudieron encontrar en qué agarrarse. Cuando pasaron algunas de las herramientas tiradas, su corazón aumentó el ritmo. ¿La estaba arrastrando hacia el agujero?
            Ali trató de gritar, pero no pudo tomar suficiente aire. La casa estaba tan lejos, el granero de los Hastings ahora estaba oscuro. ¿A dónde se habían ido sus amigas? ¿Se habían ido? Entonces pensó en Ian, esperándola en algún lugar del bosque. Quizás él era quien había estado fumando. Miró desesperadamente hacia los árboles negros, rezando por que la viera. Pero el bosque estaba en silencio. Ninguna rama se quebró. Nadie emergió.
            Su hermana dejó de arrastrarla cuando estuvo al borde del agujero. Ali trató de levantarse, pero Courtney la empujó hacia abajo de vuelta, sus ojos ardían. – Debí haber hecho esto años atrás, - gruñó. Y entonces lanzó sus manos hacia el cuello de Ali, lista para estrangularla.
            - ¡No! – Ali gritó. - ¡Por favor!
            Pero su gemela solo apretó más. – Te lo mereces, - dijo con una voz indiferente, casi automatizada. – Te mereces morir por lo que hiciste.
            No, ¡No es así! Ali pateaba con las piernas y movía sus brazos. Torció su cuello y recibió un trago de aire. - ¡Haré lo que sea! – gritó. - ¡decir la verdad—No me importa! ¡Simplemente no me mates!
            - Te mereces morir, - Courtney repitió.
            Cuando se reacomodó para afirmarla mejor, Ali respiró mucho, sus pulmones gritaban. - ¿Recuerdas cómo solía ser? ¿Cuándo solíamos ser amigas?
            -  Nunca fuimos amigas, - su gemela chilló.
            - ¡Si, lo éramos! ¡Te amaba! ¡Me amabas! ¡Yo…yo extraño eso!
            El agarre de Courtney cedió solo un poco, y Ali se giró para liberarse. Tosió violentamente, sus pulmones se sentían como si nunca se volverían a llenar. Se hizo hacia atrás, se sentó, y miró a su hermana. Courtney estaba respirando con fuerza, sus ojos bien abiertos. Miraba sus manos con asombro, como si nunca las hubiera visto antes.
            Luego miró a Ali. – No puedo, -- dijo en voz baja.
            - ¿Poder qué? – Ali se atrevió a preguntar.
            La mandíbula de Courtney tembló. – Quiero matarte. Pero  no puedo.
            El cuerpo de Ali se llenó de alivio. – Por supuesto que no puedes, - dijo. – Somos hermanas.
            Courtney la miró cautelosamente. Una vez más, se miró las manos, se dirigió hacia Ali, sus ojos destellaron otra vez.
            - Q-quizás podemos comenzar desde cero, - Ali regateó. Si seguía hablando, quizás podría mantener la locura de su hermana a raya hasta que alguien viniera a buscarlas. – Yo puedo ser yo. Tú puedes ser tú. Puedes ser Alison DiLaurentis otra vez.
            Courtney parpadeó. – ¿Así nada más, cambiarás de vuelta?
            Ali asintió, tragando un nudo en su garganta. – Así nada más. – Se estiró y tocó la mano de su hermana, un gesto de ternura que no había hecho en años. – Yo sólo quiero una hermana otra vez, - dijo suavemente. – Eso es todo lo que siempre he querido.
           
            La cabeza de Courtney se mantuvo baja por unos segundos más. Un fuerte aroma a tierra removida daba vueltas por el aire, y por un momento, los grillos estuvieron en silencio. Entonces dio un largo y lento suspiro. Cubrió la mano de Ali con la suya. – No sé si puedo hacer eso.
            - Puedes, - Ali urgió. – Por favor.
            - Yo… - “Courtney” se apagó. Sus ojos se abrieron como plato al ver algo tras ella. – Estás aquí, - susurró.
            Ali trató de darse vuelta para ver quién había venido. ¿Un padre? ¿Ian? ¿Una de sus amigas? Pero antes de poder, la mirada de su hermana se puso dura nuevamente, aparentemente se había decidido. Se estiró y la empujó con fuerza.
            Ali esperaba golpear el pasto inmediatamente, pero no sintió nada excepto aire. Gritó mientras el mundo se le daba vuelta, y luego su cuello golpeó algo duro y metálico. Por un momento todo se puso negro, luego escuchó un horrible clang en sus oídos. Todo el aire parecía dejar su cuerpo. Algo se quebró cerca de ahí. Luego de un segundo Ali se dio cuenta de que era un hueso en el interior de su cuerpo.
            Estaba al fondo del agujero.
            Trató de gritar, pero su boca no se abría. Sólo un cuadro de luz se asomaba por sobre su cabeza. Las estrellas parpadeaban a la distancia. Una tajada de luna se asomó por detrás de una nube.
            - ¡Ayuda! – gritó, pero solo fue en su cabeza. Su corazón temblaba en su pecho como un motor trabado. Una extraña sensación de crujidos estaba tomando lugar bajo su piel, los nervios se volvieron un caos. Después de un momento, se dio cuenta de que no estaba respirando—no podía respirar. Trató de aferrarse, de luchar, pero se sentía como que cada célula en su cuerpo estuviera llena de arena. Luego se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo. Estaba muriendo.
            Una silueta apareció sobre el agujero. La gemela de Ali miró, una extraña mezcla de horror y alivio en su rostro. Miró hacia sus manos con esa misma expresión de –de-dónde-salieron. Luego se volteó y miró algo fuera de vista.
            - No sabía si ibas a venir, - dijo. – Pensé que no lo lograrías.
            Al comienzo, Ali pensó que Courtney le estaba hablando a ella, pero luego una voz respondió. – Por supuesto que lo logré. Siempre vengo por ti.
            Ali se esforzó por escuchar. Era una voz que estaba segura que reconocía, una voz que había escuchado muchas veces antes. Pero su cerebro, con sus células muriendo y falta de oxígeno, no podía unir las piezas. Trató de levantar su cabeza para obtener un vistazo de quién era, pero su cuello no se movía.
            - ¿Estás feliz? – dijo la voz.
            La mandíbula de Courtney tembló. – No lo sé, - dijo, mirando de vuelta al agujero, una mano sobre su boca. – No puedo creer que acabo de…hacer eso.
            - Pero siempre fue nuestro plan.
            De repente, Ali se dio cuenta de quién era la voz. Trató de reaccionar, trató de gritar, pero podía sentirse a sí misma desvaneciéndose pulgada por pulgada, primero sus pies, luego sus pantorrillas, luego sus rodillas. Luchó por quedarse presente, pero era demasiado esfuerzo. Miró hacia arriba del agujero hasta que la figura de su hermana no era nada más que una gran mancha de luz y sombras. Pensó en la segunda voz, esa voz que conocía. Sólo una pregunta gritaba una y otra vez en su cerebro. ¿Por qué?
            Pero antes de poder responder, la sensación de morir, como la soga de una vela quemándose, había llegado hasta su cuello. Inhaló el último aire que tomaría por siempre, y luego cerró sus ojos. Luego de un momento, entre la tierra y las rocas y los gusanos, soltó el aire y finalmente se dejó ir.

Capítulo 32 | Capítulo 34

4 comentarios:

  1. Acabo de perder mi hombria llorando como un loco :'( esto es muu triste

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  2. si es muy triste, hubiera querido que alison viviera escondida (como en la serie) a que en realidad muriera

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  3. Respuestas
    1. Creo que fue por el golpe de ese "algo metálico". Quizás la golpeó en un lugar vital, o algo así :S

      No creo que asfixia porque no la enterraron antes de que muera, simplemente fue arrojada al agujero.

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