Traducido por: Guadalupe
Corregido por: Daniela
Ali se fue por el camino de piedra
resbaladiza, mirando de derecha a izquierda buscando una forma familiar en la
oscuridad. Su hermana tenía que estar cerca, pero ¿dónde?
Una horrible visión apareció en su mente:
una rígida y antiséptica cama de hospital. Estar metida en una pequeña
habitación, un portazo. Nunca vamos a dejarte salir otra vez, una voz se
burló. Se imaginó presionando sus manos contra una ventana y observando a sus padres—y
a Courtney—alejarse.
No podía suceder.
Un aroma la detuvo, y ella ladeó la
cabeza. Olía como a cigarrillo. Pero antes de que pudiera averiguar de dónde
venía, el olor había desaparecido.
- ¡Ali! -una voz cortó la noche.- Ali,
¡vuelve!
Ali hizo una pausa en el camino de piedra
y miró por encima del hombro. Las lámparas con forma de pagoda en el sendero no
aportaban mucha luz, pero ella apenas pudo distinguir a Spencer viniendo
hacia ella. Una nueva llama se prendió en su estómago. No se suponía que
Spencer saliera. Ella podría ver algo—o más exactamente, a alguien.
Ella enderezó los hombros, esperando que
Spencer se encontrara con ella.
Las mejillas de Spencer estaban sonrojadas, y
había una expresión de culpabilidad en su rostro. - ¿A dónde vas? - Preguntó en
voz herida.
Ali parpadeó. De repente, parecía que
Spencer tal vez no lo sabía. Se veía tan preocupada en ese momento, como
si estuviera asustada de que Ali fuera a ignorarla para siempre. Pero Spencer
no podía estar aquí afuera en este momento, no con su gemela dando vueltas. Ali
dijo lo primero que se le ocurrió que haría que Spencer se diera vuelta y
volviera al granero. - Estoy yendo a algún lugar más genial que salir con
ustedes.
Los rasgos de Spencer se endurecieron.-
Está bien. Ve. - Y sin embargo, ella no se movió.
Ali apretó los dientes, luchando para
pensar en otra cosa. Algo crujió en el bosque, y sus ojos se movieron hacia los
árboles. ¿Ian? ¿Su hermana? Spencer tenía que salir de aquí. Ahora.
- Tú tratas de robarme todo, Spence. – se
burló, tratando de controlar la desesperación en su voz. - Pero no puedes tener
esto.
Spencer entornó los ojos. - ¿No puedo
tener qué?
Ali se rio maliciosamente.- Tú
sabes.
Spencer hizo un gesto con la mano. -
Estás delirando.
- No, no es así. - Hubo otro ruido en el
bosque; Ali dio un paso más cerca de Spencer, tapándola para que no pudiera
ver. - Tú sí.
La ira brilló en los ojos de Spencer, y
la empujó con fuerza en el hombro. Ali se tambaleó hacia atrás, sorprendida por
la contundencia de la misma. Sus pies se resbalaron en el camino, y se torció
hacia la derecha, mientras tomando una rama de un árbol para mantener el
equilibrio.
Ella se enderezó y se quedó boquiabierta
frente a Spencer. - Las amigas no empujan a sus amigas.
Spencer se mantuvo de pie. - Bueno, tal vez
no somos amigas.
- Supongo que no. - Dijo Ali. Ella quería
añadir, Así que vuelve al granero.
Pero aun así Spencer permaneció allí. Había
llegado más allá del punto de la molestia. Ahora Ali quería hacerle daño
a Spencer. Y de repente supo cómo. Se lamió los labios, con el secreto dando
vueltas en su lengua como un sabroso néctar. - Crees que besar a Ian es tan
especial. – Se burló. - Pero, ¿sabes lo que me dijo? Que ni siquiera sabes cómo
hacerlo.
Spencer dio un paso atrás, como si Ali la
hubiera abofeteado. - ¿Ian te dijo eso? ¿Cuándo?
- Cuando estábamos en nuestra cita.
-Mintió.
Los labios de Spencer se separaron. Ninguna
palabra salió de su boca.
Ali se acercó más. - Eres tan patética,
actuando como si no supieras que estamos juntos. Pero por supuesto que lo
sabes, Spence. Es por eso que te gustaba, ¿no es así? ¿Porque yo estoy
con él? ¿Porque tu hermana está con él? -Se encogió de hombros. - La única
razón por la que te besó la otra noche fue porque yo se lo pedí. No quería
hacerlo, pero le supliqué.
Spencer lucía aturdida. - ¿Por qué?
- Quería ver si él haría lo que sea
por mí. - Se mordió el labio.- Oh, Spence. ¿De verdad crees que le gustas?
Spencer lucía mareada. Una luciérnaga cayó
sobre su brazo, pero ella no lo espantó. Ali esperó a que ella se dé vuelta con
furia, pero en cambio, extendió la mano y empujó a Ali con tanta fuerza que sus
pies se deslizaron hacia adelante y su cuerpo voló hacia atrás. Una serie de
pasaron frente a ella: luces brumosas, la enorme luna en el cielo, y luego blancura.
Un fuerte crujido sonó en sus oídos. Su cabeza ardía de dolor. Aterrizó
bruscamente sobre su codo y rodó sobre su costado. La humedad se filtró en su
ropa, pero por un momento, estaba demasiado aturdida para moverse.
Una lechuza chilló en los árboles. Ali
abrió los ojos, y luego sintió la suciedad apelmazada en un lado de su mejilla.
Movió los dedos, luego sus dedos de los pies, y luego se dio la vuelta y trató
de incorporarse. Spencer seguía allí, pero parecía paralizada, casi como si hubiera
sido hipnotizada. Ali se levantó y se sacudió. Cuando ella se fue por el
camino, Spencer no la siguió.
Bien.
Caminó hacia su patio. Pero al llegar a la
parte trasera de la propiedad, una puerta se golpeó en el granero, y tuvo un
nuevo pensamiento. ¿Y si su hermana había aprovechado la oportunidad y se había
ido al interior del granero con Aria, Emily, y Hanna?
Ella podría estar fingiendo que era Ali—o
contándoles todo.
Ella giró, su cabeza palpitaba. ¡Esto era
todo! No podía creer que había caído en la trampa.
Ella giró sobre sus pies hacia el granero,
sus pies se iban resbalando en la hierba húmeda de rocío. Una puerta se azotó,
y ella apenas podía ver a través de las ventanas a Spencer caminando hacia el
interior. Un crujido sonó detrás de ella, y ella se volteó. Algo se movía cerca
del patio de los Hastings. Una persona.
La mano de Ali voló a su boca. - ¿Courtney?
- Susurró, en voz demasiado baja para que nadie escuche.
Sólo que, se trataba de dos personas, no
una. Se mantuvieron muy juntas, moviéndose hacia el lado de la casa y
deteniéndose junto la manguera de jardín de los Hastings. La figura más alta
apoyó a la figura más pequeña sobre un costado de la casa. Sus cuerpos se
juntaron, y sus labios se unieron en un beso.
Ali miró con atención. Al principio, ella
pensó que eran Ian y Melissa—ellos estaban por allí. A continuación, un coche
pasó por la calle, sus luces alumbraron brevemente a las figuras. El largo
cabello rubio de su madre y su perfil afilado se divisaron a la luz. Ali se
quedó sin aliento y miró a la figura más alta, que ahora estaba acariciando el
cuello de la señora DiLaurentis. Las luces alumbraron a las caras por un breve
momento, iluminando su fuerte mandíbula, nariz larga y delgada, la cabeza llena
de cabello. Él afirmaba a la señora DiLaurentis contra el costado de la casa
con autoridad, como si fuera el dueño del lugar.
Y luego Ali lo notó: Era el dueño
del lugar. El hombre que su madre estaba besando era el padre de Spencer.
Ella se fue hacia atrás, sintiéndose
literalmente fulminada por la noticia. No había manera de que esto pudiera ser
verdad. Su madre odiaba al Sr. Hastings, ¿verdad? Pero entonces oyó las
palabras de su madre en el teléfono: Solo necesitamos un poquito más de
dinero, cariño. Solo para pagar el resto de sus cuentas del hospital. …es
tu hija también
tu hija también
Sus entrañas se revolvieron. El Sr.
Hastings ciertamente tenía dinero para pagar las cuentas del
hospital—especialmente para una hija trastornada que nadie conocía. Tal vez
esto explicaba por qué el Sr. DiLaurentis siempre parecía tan escandalosamente
celoso de los Hastings—tal vez sentía que algo estaba pasando. Pero, ¿qué había
pasado? Había embarazado a la madre de Ali mientras estaban teniendo una
aventura... ¿y luego qué? Ella había hecho pasar a las gemelas como si fueran
del señor DiLaurentis, claramente. Tal vez había tratado de dejarlo así por un
tiempo... hasta que las cosas se pusieron mal entre Ali y Courtney, cuando ella
necesitó ayuda financiera del señor Hastings. Tal vez él había ayudado a que se
mudaran a Rosewood. Los puso en la casa de al lado para poder vigilar a su
hija—y su amante. Qué conveniente, Ali pensó ácidamente. Su padre, al
lado, y ella ni siquiera lo sabía.
Ali se sentía como a punto de vomitar. En
cambio, se dio la vuelta y echó a correr. Que fuera alguien que conocía, el padre
de su mejor amiga, lo hacía aún peor. ¿Cómo era posible que su madre nunca le dijera
esto? ¿Cómo pudieron mudarse al lado de los Hastings, y con su verdadero padre
al alcance de su mano pero aun así fuera de límites? Y esto hacía que ella y
Spencer fueran... hermanas.
Niebla se arremolinaba alrededor de su
cabeza, y de pronto perdió la compostura. Se detuvo en el patio de su casa—por
lo menos lo que ella pensaba que era su patio. Todo parecía extraño. La
casa brillaba a lo lejos, sobre una cuesta larga y gradual de hierba. Una lona
se agitaba a su lado, y la luz de la luna destellaba en una herramienta
desechada en el suelo. Ella no se había dado cuenta de que estaba tan cerca del
agujero medio-excavado. Un movimiento en falso, y podría haber caído adentro.
- Es bastante chocante, ¿eh?
Ali levantó la cabeza. Una figura estaba de
pie frente a ella, envuelta en sombras. Su rostro estaba inclinado hacia la
pareja besándose en el patio de los Hastings.
- Parece que nuestro árbol familiar tiene
un montón de manzanas podridas. - Dijo la persona, con una voz que indicaba que
también se había enterado de todo.
Luego salió a la luz, y Ali tragó saliva.
Era su hermana.
Capítulo 31 | Capítulo 33
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