viernes, 30 de mayo de 2014

Ali's Pretty Little Lies - Capítulo 32: Las piezas perdidas del rompecabezas

Traducido por: Guadalupe
Corregido por: Daniela

            Ali se fue por el camino de piedra resbaladiza, mirando de derecha a izquierda buscando una forma familiar en la oscuridad. Su hermana tenía que estar cerca, pero ¿dónde?
            Una horrible visión apareció en su mente: una rígida y antiséptica cama de hospital. Estar metida en una pequeña habitación, un portazo. Nunca vamos a dejarte salir otra vez, una voz se burló. Se imaginó presionando sus manos contra una ventana y observando a sus padres—y a Courtney—alejarse.
            No podía suceder.
            Un aroma la detuvo, y ella ladeó la cabeza. Olía como a cigarrillo. Pero antes de que pudiera averiguar de dónde venía, el olor había desaparecido.
            - ¡Ali! -una voz cortó la noche.- Ali, ¡vuelve!
            Ali hizo una pausa en el camino de piedra y miró por encima del hombro. Las lámparas con forma de pagoda en el sendero no aportaban mucha luz, pero ella apenas pudo distinguir a  Spencer viniendo hacia ella. Una nueva llama se prendió en su estómago. No se suponía que Spencer saliera. Ella podría ver algo—o más exactamente, a alguien.
            Ella enderezó los hombros, esperando que Spencer se encontrara con ella.
Las mejillas de Spencer estaban sonrojadas, y había una expresión de culpabilidad en su rostro. - ¿A dónde vas? - Preguntó en voz herida.
            Ali parpadeó. De repente, parecía que Spencer tal vez no lo sabía. Se veía tan preocupada en ese momento, como si estuviera asustada de que Ali fuera a ignorarla para siempre. Pero Spencer no podía estar aquí afuera en este momento, no con su gemela dando vueltas. Ali dijo lo primero que se le ocurrió que haría que Spencer se diera vuelta y volviera al granero. - Estoy yendo a algún lugar más genial que salir con ustedes.
            Los rasgos de Spencer se endurecieron.- Está bien. Ve. - Y sin embargo, ella no se movió.
            Ali apretó los dientes, luchando para pensar en otra cosa. Algo crujió en el bosque, y sus ojos se movieron hacia los árboles. ¿Ian? ¿Su hermana? Spencer tenía que salir de aquí. Ahora.
            - Tú tratas de robarme todo, Spence. – se burló, tratando de controlar la desesperación en su voz. - Pero no puedes tener esto.
            Spencer entornó los ojos. - ¿No puedo tener qué?
            Ali se rio maliciosamente.- sabes.
            Spencer hizo un gesto con la mano. - Estás delirando.
            - No, no es así. - Hubo otro ruido en el bosque; Ali dio un paso más cerca de Spencer, tapándola para que no pudiera ver. - sí.
            La ira brilló en los ojos de Spencer, y la empujó con fuerza en el hombro. Ali se tambaleó hacia atrás, sorprendida por la contundencia de la misma. Sus pies se resbalaron en el camino, y se torció hacia la derecha, mientras tomando una rama de un árbol para mantener el equilibrio.
            Ella se enderezó y se quedó boquiabierta frente a Spencer. - Las amigas no empujan a sus amigas.
            Spencer se mantuvo de pie. - Bueno, tal vez no somos amigas.
            - Supongo que no. - Dijo Ali. Ella quería añadir, Así que vuelve al granero.
            Pero aun así Spencer permaneció allí. Había llegado más allá del punto de la molestia. Ahora Ali quería hacerle daño a Spencer. Y de repente supo cómo. Se lamió los labios, con el secreto dando vueltas en su lengua como un sabroso néctar. - Crees que besar a Ian es tan especial. – Se burló. - Pero, ¿sabes lo que me dijo? Que ni siquiera sabes cómo hacerlo.
            Spencer dio un paso atrás, como si Ali la hubiera abofeteado. - ¿Ian te dijo eso? ¿Cuándo?
            - Cuando estábamos en nuestra cita. -Mintió.
            Los labios de Spencer se separaron. Ninguna palabra salió de su boca.
            Ali se acercó más. - Eres tan patética, actuando como si no supieras que estamos juntos. Pero por supuesto que lo sabes, Spence. Es por eso que te gustaba, ¿no es así? ¿Porque yo estoy con él? ¿Porque tu hermana está con él? -Se encogió de hombros. - La única razón por la que te besó la otra noche fue porque yo se lo pedí. No quería hacerlo, pero le supliqué.
            Spencer lucía aturdida. - ¿Por qué?
            - Quería ver si él haría lo que sea por mí. - Se mordió el labio.- Oh, Spence. ¿De verdad crees que le gustas?
            Spencer lucía mareada. Una luciérnaga cayó sobre su brazo, pero ella no lo espantó. Ali esperó a que ella se dé vuelta con furia, pero en cambio, extendió la mano y empujó a Ali con tanta fuerza que sus pies se deslizaron hacia adelante y su cuerpo voló hacia atrás. Una serie de pasaron frente a ella: luces brumosas, la enorme luna en el cielo, y luego blancura. Un fuerte crujido sonó en sus oídos. Su cabeza ardía de dolor. Aterrizó bruscamente sobre su codo y rodó sobre su costado. La humedad se filtró en su ropa, pero por un momento, estaba demasiado aturdida para moverse.
            Una lechuza chilló en los árboles. Ali abrió los ojos, y luego sintió la suciedad apelmazada en un lado de su mejilla. Movió los dedos, luego sus dedos de los pies, y luego se dio la vuelta y trató de incorporarse. Spencer seguía allí, pero parecía paralizada, casi como si hubiera sido hipnotizada. Ali se levantó y se sacudió. Cuando ella se fue por el camino, Spencer no la siguió.
            Bien.
            Caminó hacia su patio. Pero al llegar a la parte trasera de la propiedad, una puerta se golpeó en el granero, y tuvo un nuevo pensamiento. ¿Y si su hermana había aprovechado la oportunidad y se había ido al interior del granero con Aria, Emily, y Hanna?
            Ella podría estar fingiendo que era Ali—o contándoles todo.
            Ella giró, su cabeza palpitaba. ¡Esto era todo! No podía creer que había caído en la trampa.
            Ella giró sobre sus pies hacia el granero, sus pies se iban resbalando en la hierba húmeda de rocío. Una puerta se azotó, y ella apenas podía ver a través de las ventanas a Spencer caminando hacia el interior. Un crujido sonó detrás de ella, y ella se volteó. Algo se movía cerca del patio de los Hastings. Una persona.
            La mano de Ali voló a su boca. - ¿Courtney? - Susurró, en voz demasiado baja para que nadie escuche.
            Sólo que, se trataba de dos personas, no una. Se mantuvieron muy juntas, moviéndose hacia el lado de la casa y deteniéndose junto la manguera de jardín de los Hastings. La figura más alta apoyó a la figura más pequeña sobre un costado de la casa. Sus cuerpos se juntaron, y sus labios se unieron en un beso.
            Ali miró con atención. Al principio, ella pensó que eran Ian y Melissa—ellos estaban por allí. A continuación, un coche pasó por la calle, sus luces alumbraron brevemente a las figuras. El largo cabello rubio de su madre y su perfil afilado se divisaron a la luz. Ali se quedó sin aliento y miró a la figura más alta, que ahora estaba acariciando el cuello de la señora DiLaurentis. Las luces alumbraron a las caras por un breve momento, iluminando su fuerte mandíbula, nariz larga y delgada, la cabeza llena de cabello. Él afirmaba a la señora DiLaurentis contra el costado de la casa con autoridad, como si fuera el dueño del lugar.
            Y luego Ali lo notó: Era el dueño del lugar. El hombre que su madre estaba besando era el padre de Spencer.
            Ella se fue hacia atrás, sintiéndose literalmente fulminada por la noticia. No había manera de que esto pudiera ser verdad. Su madre odiaba al Sr. Hastings, ¿verdad? Pero entonces oyó las palabras de su madre en el teléfono: Solo necesitamos un poquito más de dinero, cariño. Solo para pagar el resto de sus cuentas del hospital. …es
tu hija también
            Sus entrañas se revolvieron. El Sr. Hastings ciertamente tenía dinero para pagar las cuentas del hospital—especialmente para una hija trastornada que nadie conocía. Tal vez esto explicaba por qué el Sr. DiLaurentis siempre parecía tan escandalosamente celoso de los Hastings—tal vez sentía que algo estaba pasando. Pero, ¿qué había pasado? Había embarazado a la madre de Ali mientras estaban teniendo una aventura... ¿y luego qué? Ella había hecho pasar a las gemelas como si fueran del señor DiLaurentis, claramente. Tal vez había tratado de dejarlo así por un tiempo... hasta que las cosas se pusieron mal entre Ali y Courtney, cuando ella necesitó ayuda financiera del señor Hastings. Tal vez él había ayudado a que se mudaran a Rosewood. Los puso en la casa de al lado para poder vigilar a su hija—y su amante. Qué conveniente, Ali pensó ácidamente. Su padre, al lado, y ella ni siquiera lo sabía.
            Ali se sentía como a punto de vomitar. En cambio, se dio la vuelta y echó a correr. Que fuera alguien que conocía, el padre de su mejor amiga, lo hacía aún peor. ¿Cómo era posible que su madre nunca le dijera esto? ¿Cómo pudieron mudarse al lado de los Hastings, y con su verdadero padre al alcance de su mano pero aun así fuera de límites? Y esto hacía que ella y Spencer fueran... hermanas.
            Niebla se arremolinaba alrededor de su cabeza, y de pronto perdió la compostura. Se detuvo en el patio de su casa—por lo menos lo que ella pensaba que era su patio. Todo parecía extraño. La casa brillaba a lo lejos, sobre una cuesta larga y gradual de hierba. Una lona se agitaba a su lado, y la luz de la luna destellaba en una herramienta desechada en el suelo. Ella no se había dado cuenta de que estaba tan cerca del agujero medio-excavado. Un movimiento en falso, y podría haber caído adentro.
            - Es bastante chocante, ¿eh?
            Ali levantó la cabeza. Una figura estaba de pie frente a ella, envuelta en sombras. Su rostro estaba inclinado hacia la pareja besándose en el patio de los Hastings.
            - Parece que nuestro árbol familiar tiene un montón de manzanas podridas. - Dijo la persona, con una voz que indicaba que también se había enterado de todo.
            Luego salió a la luz, y Ali tragó saliva. Era su hermana.

Capítulo 31 | Capítulo 33

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