viernes, 30 de mayo de 2014

Ali's Pretty Little Lies - Capítulo 31: El máximo poder


Traducido por: Guadalupe
Corregido por: Daniela y Brayan.

Jueves por la noche después de la graduación, un Subaru maltratado se detuvo en la acera de Ali. Ali miró por la ventana cómo Aria bajó desde el asiento de atrás, hizo una pirueta sobre el césped, y hundió la cara en el césped. - Delicioso - Ali la escuchó murmurar.
La Sra. DiLaurentis tocó el brazo de Ali. - ¿No vas a ir allí afuera?
Ali se dio la vuelta y miró a su madre. El corazón le latía como si hubiera corrido un trillón de vueltas alrededor del campo de hockey. Cada sonido del piso de arriba, donde su hermana se había quedado durante la graduación, la hacía ponerse tensa. - ¿Estás segura de que la vas a mantener adentro? - Preguntó ella, mirando hacia las escaleras.
Una mirada culpable cruzó el rostro de su madre. Era evidente que se sentía muy mal por dejar que la hermana de Ali entre en su habitación y engañar a sus amigos, y  había estado intentando hacer las paces con Ali durante las últimas cuarenta y ocho horas. Había ordenado sushi del restaurante favorito de Ali para la cena de graduación. Le había dado a Ali un par de aretes de diamantes antes de la ceremonia esa tarde, como un regalo de graduación. Pero no arreglaba lo que había sucedido. Courtney había engañado a sus amigas. Courtney había sido vista.
¿Y si había algo diferente acerca de Courtney, algo que hizo que sus amigas se dieran cuenta? Se las imaginó volviendo a casa la noche de martes  y discutiéndolo por llamada telefónica de cuatro líneas. Sus ojos lucían un poco diferentes en el patio, ¿no crees? Aria podría haber dicho. Y luego Hanna continuaría, Y Ali no usaría una camiseta sin mangas como esa. Y entonces Spencer: Saben, he visto una luz prendida en la habitación de invitados. Y he escuchado rumores en los últimos años.
Pero no. No había ningún rumor, ¿O sí? Este había sido un secreto oculto. Entonces, Ali pensó en Jenna. ¿Y si ella había dicho algo? Tal vez sólo un comentario inocente a Spencer alguna vez, algo que Spencer se negó a creer. O ¿qué tal el hombre al que su madre le había contado? Tal vez él había dicho algo. Sus amigas podrían haber tenido una idea desde el principio.
¿Y si estaban descubriéndolo todo lentamente, incluso el cambio?
- No tienes nada de qué preocuparte. -Dijo la señora DiLaurentis suavemente, sacando a Ali de sus pensamientos. Ella se mordió su labio.- Aunque, sinceramente, cariño, quisiera que simplemente les dijeras.
- No. -Ali casi gritó.
- ¿Por qué no? Ellas lo entenderán. No les importará que les ocultaras esto, si es eso lo que te preocupa. La gente guarda secretos todo el tiempo.
- Sí, lo sabes muy bien. -Dijo Ali.
La Sra. DiLaurentis se estremeció. Llevó la mano hacia Ali reflexivamente y ella pensó que iba a darle una bofetada de nuevo, pero ella sólo la utilizó para sacar empujar un mechón de pelo de sus ojos.- No vamos a entrar en eso otra vez. -Dijo en un tono uniforme.
Ali apretó los dientes. ¿Acaso su madre esperaba que simplemente olvidara todo? Había un hombre por ahí afuera que era su verdadero padreestaba segura de ello,alguien que su madre escondía de ella. Estaba decidida a averiguar quién era. Había pensado decirle al Sr. DiLaurentis, pero después había decidido que era más poderoso esperar hasta descubrir la identidad del hombre.
Cuando se volvió hacia la ventana, Emily estaba en el patio también, con un par de pantalones vaqueros holgados y una simple remera azul. Ella y Aria estaban bromeando cerca de los arbustos florales de Ali. Y entonces Ali tuvo otro pensamiento: Si ella no salía pronto, sus amigas tocarían el timbre. Tal vez insistirían en entrar a la casa. ¿Y si Courtney aparecía en lo alto de las escaleras? ¿Y si las chicas querían ir arriba, a la habitación de Ali, y Courtney se asomaba en la puerta?
Ella abrió la puerta con su pie. El dobladillo de la falda de hockey sobre césped, que había llevado a la fiesta de fin de año del equipo esa misma tarde, ondeaba en la brisa.
- ¡Chicas! -Ella cantó en la voz más feliz que pudo sacar.
Sus amigas la miraron. Por un momento, Ali estaba segura de que sabían todo. Una fracción de segundo más tarde, sin embargo, todas estaban sonriendo como si nada estuviera mal. Tal vez ellas realmente no sabían que algo andaba mal. Emily se animó visiblemente, las transgresiones del otro día aparentemente se habían olvidadoal menos por ahora. Spencer y Hanna, que acababan de llegar al patio, también, se acercaron a ellas, y las chicas se reunieron en un abrazo grupal. Pero mientras Ali se aferraba fuertemente a sus amigas, miró por encima del hombro, justo a tiempo para ver una cortina en el segundo piso de su casa moviéndose. Era la habitación de invitados. Una figura de pie junto a la ventana, mirándolas.
- A tu granero. - Le dijo a Spencer, separándose y orientándolas a través de los setos. Tenía que salir de esta propiedad, rápido.
Gracias a Dios, las chicas la siguieron como buenas ovejitas. Pero el rostro de su hermana la perseguía mientras las cinco se quejaban acerca de cuánto tiempo había durado el año escolar. Y cuando oyó que alguien gritaba "¡Hey, Alison! ¡Hola, Spencer!" su estómago se volteó. Parecía, por un momento, como la voz de su hermana.
Se dio la vuelta y vio a Mona Vanderwaal y su banda de frikis yendo hacia ellas. Una parte de ella quería lanzar sus brazos alrededor de Mona, aliviada. En su lugar, le espetó - ¡No Es!
- No Es. -Dijeron milisegundos después sus amigas.
Mona avanzó en su scooter. Chassey Bledsoe y Phi Templeton la siguieron, Chassey en una mountain bike, Phi a pie con su fiel, ridículo yo-yo.
- ¿Quieren venir a ver Fear Factor? -preguntó Mona.
- Lo siento. - Dijo Ali con una sonrisa afectada, sacando a relucir el nivel apropiado de maldad. - Estamos un poco ocupadas.
Luego se dio la vuelta y se alejó al trote. Sus amigas la siguieron. Cuando ella rodó los ojos, ellas rodaron los suyos también. Ellas no lo saben, pensó, su pulso disminuyendo. No sospechan nada. Pero luego se asomó hacia su casa de nuevo. La luz todavía estaba encendida en la habitación de invitados, y esa cara aún estaba en la ventana. Para horror de Ali, Hanna también estaba mirando a la ventana.
Ali tiró de su brazo.- Vamos -Dijo.
Caminaron la línea entre el patio trasero de Ali y Spencer. Una gran excavadora, de un color amarillo llamativo estaba estacionada en la parte posterior al lado de una pila de suciedad. - Estoy tan feliz de que los trabajadores no estén aquí ahora mismo. -Dijo Ali en voz alta, asegurándose de que la atención de todas esté en ellay no en la ventana
Emily se puso rígida. - ¿Te han dicho cosas otra vez?
- Tranquila, Asesina. -Ali bromeó y las chicas rieron. Echó un vistazo por encima del hombro una vez más. La luz en la ventana estaba apagada ahora. El rostro se había ido. ¿Pero su hermana iba a quedarse de brazos cruzados en su habitación toda la noche como una niña buena? Parecía imposible.
El granero estaba justo delante. Ali llevó a las demás hacia él, rezando para que su hermana no estuviera mirando desde la cocina para ver a dónde iban. ¿Qué pasaba si su madre la perdía de vista? ¿Y si salía?
Risas sonaron desde el interior del granero. - ¡Ya te dije que pares! -Una voz chilló. Definitivamente era Melissa.
Spencer se detuvo en seco.- Oh Dios. ¿Qué está haciendo ella aquí?
Ali miró a Spencer bruscamente.- Creí que habías dicho que tu hermana estaba en Praga.
- Así es. - Spencer abrió la puerta para revelar Melissa e Ian descansando en el sofá, varias botellas de cerveza entre ellos. Melissa se sentó y se ajustó la diadema. Los ojos de Ian recorrieron a las chicas, con una sonrisa perezosa y seductora.
- ¿Estaban espiándonos? -Ian bromeó.
Spencer miró horrorizada. - Es sólo... No quería interrumpir... Se supone que nosotras tenemos este lugar esta noche.
Ian golpeó juguetonamente el brazo de Spencer.- Sólo estaba bromeando.
Una chispa parecía pasar entre ellos, lo que, a su vez, envió una oleada de posesividad través del cuerpo de Ali. - Wow - Dijo en voz alta. - Ustedes dos hacen la pareja más ba-nee-ta. ¿No estás de acuerdo, Spence?
Spencer parpadeó con fuerza. Melissa le dio a Ali una mirada extraña, y luego se apoyó en el hombro de Ian.- ¿Puedo hablar contigo afuera un momento?
Ian drenó lo último de su Corona y se levantó del sofá. - Adieu, señoritas.
Él pasó junto a Ali y le lanzó una sonrisa encubierta. Ella asintió sutilmente como respuesta. Iban a juntarse en su patio a las 21:00. Ella sabía que él iba a estar allí. Todo lo que tenía que hacer era enviarle un texto a Melissa justo antes de su beso. Y entonces Melissa vería todo.
Después de que se fueron, Ali se volvió hacia las chicas. - Ian es tan hot. -Hanna estaba diciendo. - Incluso más que Sean. - Una pequeña mirada, en conflicto revoloteó en su rostro. Probablemente estaba pensando en Josie y Sean en la fiesta.
- ¿Sabes lo que pienso? -Dijo Ali a Hanna, su maldad asomándose. - A Sean realmente le gustan las chicas que tienen buen apetito.
Hanna miró sorprendida.- ¿En serio?
- ¡No! -Ali soltó. La risa que salía de su boca era inconsciente, pero cuando se dio cuenta de la mirada de dolor en el rostro de Hanna, ella cerró la boca. Se sentía crepitante esta noche, desenfrenada, totalmente fuera de control. Se sentía como que tenía que ser la más extrema Alison que pudiera ser, no sólo para mostrarle a su hermana, sino a sus amigas, también. Nadie puede reemplazarme. Nadie es mejor que yo. No te atrevas a sospechar algo.
De repente, se le ocurrió una idea. Tal vez había una manera de poner a sus amigas bajo su máximo poder. Incluso si vieron a su hermana, siempre estarían del lado de Ali, haciendo lo que ella quisiera, lo que significaba que ellas dos nunca podrían intercambiarse de vuelta. También podría ser una manera de borrar lo que habían visto para siempre.
- Tengo la idea perfecta para hacer- Sugirió. - Aprendí a hipnotizar a la gente.
Spencer miró preocupada.- ¿Hipnotizar?
- La hermana de Matt me enseñó. -Dijo Ali, su emoción aumentando. Esto era perfecto. Ella podía hipnotizarlas y exigirles que se inclinen a ella y sólo a ella. Ella también podría extraerles el recuerdo de su hermana en su dormitorio. - ¿Quieren ver si funciona? - Preguntó ella, tratando de no rogar.
Todas se movieron incómodas. - No lo sé. - Murmuró Aria. - ¿La hipnosis no te hace decir cosas que no quieres decir?
Ali apretó los dientes.- ¿Por qué? - Bromeó.- ¿Hay algo que no quieres decirnos? - Señaló a Pigtunia. - ¿Y por qué sigues llevando eso a todas partes? ¿No fue tu papá quien te lo dio?
Aria se puso pálida, y de nuevo, Ali sintió una punzada de remordimiento. Tal vez había sido demasiado mala. Hanna la miró fijamente, con el ceño fruncido, y Spencer se detuvo, con un bocado de palomitas a medio camino hacia su boca. Se notaba que en sus mentes estaban tratando de entender de lo que Ali les había dicho. ¿Por qué se molestó Aria? ¿Qué había dicho Ali? ¿Qué era lo que ellas no sabían?
- Ser hipnotizada, em, suena un poco falso. -Spencer soltó.
- no sabes nada al respecto. - Ali insistió con urgencia.- Vamos. Puedo hacerlo con todas ustedes a la vez.
Observó cómo se acomodaban. Un largo silencio se impuso. Por favor, repitió en silencio. Por favor, por favor, por favor.
- Lo haré. - Hanna elevó la voz.
- Yo, también -Dijo Emily.
Spencer y Aria a regañadientes se encogieron de hombros, también. Ali dejó escapar un gran suspiro mental.
- Está bien. - Dijo emocionada. - Todo el mundo siéntese en un círculo. -Corrió por la habitación, apagó las luces y encendió algunas velas apoyadas en la mesa de café. Entonces ella tomó su lugar en la parte frontal de la habitación, cerró los ojos y dejó escapar un murmullo que sonara vagamente espiritual, om.
Sus amigas cerraron los ojos, también, y Ali se sintió aún mejor. Tal vez la hipnosis realmente iba a funcionar. Tal vez ella sería capaz de decirles algunas palabras y se olvidarían. - Está bien, simplemente relájense. - Dijo.- Voy a contar hacia atrás desde cien. Tan pronto como las toque a todas, estarán en mi poder.
Emily se rio con voz temblorosa. - Escalofriante.
Ali empezó a contar, paseándose por la habitación y mirando a las cabezas de sus amigas. Su voz llenaba el espacio, los números cayendo desde noventa hasta sesenta hasta cuarenta y cinco. A los treinta, vio un destello en la ventana y se volvió. Algo negro desapareció de la vista. El corazón le dio un vuelco.
- Veintinueve... - Dijo ella, dirigiéndose hacia la ventana. Luego hubo otro destello. Se protegió la cara, manchas formándose delante de sus ojos. Cuando su visión se aclaró, una figura estaba al otro lado del cristal, con una cámara Polaroid moderna a su lado. Ali casi gritó.
Era su hermana.
- Veintiocho... - Dijo Ali en un ligero chipo, su mente dispersándose en un millón de direcciones. No. Ella nunca, jamás  perdonaría a su madre por dejar salir a su hermana. ¿Qué debía hacer ahora? ¿Salir del granero y decirle a sus padres que Courtney estaba suelta? Pero luego sus amigas abrirían los ojos y verían a las dos gemelas idénticas, una en el exterior, una en el interior. Intercambiarían miradas de complicidad. ¿Ven? Todo lo que sospechábamos era lo cierto. ¿Y si les gustaba más su hermana gemela?
¿Debía fingir que no pasaba nada, entonces? Eso no parecía correcto, tampoco. Su hermana podría irrumpir en el interior del granero. Ella podría decir la verdad. ¿Y luego qué?
Ali miró a sus amigas, pero ellas todavía estaban sentadas con los ojos cerrados. Cerró las persianas, luego cerró las cortinas, a continuación, contó los veintes y luego los dieces. Se imaginó a su hermana agachada junto a la ventana, sin ver más el interior, pero aun así escuchando. Miró la puerta para asegurarse de que estaba cerrada firmemente. Lo estaba. ¿Pero y si Courtney entraba por otro lado?
- Diez, nueve... - Tragando un nudo en la garganta, Ali tocó la frente de sus amigas. Primero Aria, Hanna luego, a continuación, Emily. - Tres... dos... -Ella dijo.
De repente, los ojos de Spencer se abrieron de golpe. Para el horror de Ali, saltó al otro lado de la habitación y se lanzó hacia la ventana. Ali se dio la vuelta, con el corazón saltando en su garganta. - ¿Qué estás haciendo?
- Está demasiado oscuro aquí. - Dijo Spencer, tratando de alcanzar la espiga para abrir las persianas. Ella las abrió, y Ali hizo una mueca de dolor. Pero su gemela no estaba.
- Tiene que estar oscuro. - Ali dijo, corriendo hacia ella. Ella no tenía ni idea de si Courtney reaparecería, pero no quería correr ningún riesgo. - Así es como funciona.
Spencer se detuvo, con la mano sobre la barra. - No, no es así.
- Sí, lo es. - Gruñó Ali, con el corazón latiendo rápido. No había manera de que Spencer abriera esa ventana. Su hermana iba a estar en el otro lado, como un reflejo perverso en un espejo.
Spencer se apartó de la ventana y se puso las manos en las caderas.- No todo siempre tiene que ser de la forma que tú quieres, ¿sabes?
- ¡Ciérralas! - Ali rugió, tratando de controlar la desesperación en su voz.
Spencer rodó los ojos. - Dios, tómate una píldora.
- ¡ tómate una píldora!
Ali la miró fijamente. Algo de repente la golpeó: ¿Y si Spencer sabía? Tal vez lo había averiguado todoella era la más inteligente del grupo. Tal vez incluso había visto a Courtney en la ventana justo ahora y había puesto todas las piezas juntas. Ella estaba jugando con Ali porque podía; sabía exactamente de lo que Ali tenía miedo.
En un gesto desafiante, Spencer llegó al otro lado, tiró de la cuerda, y subió cada uno de los listones, revelando el mundo exterior. Ali dejó escapar un grito y se tapó los ojos, preparándose para lo peor. Echó un vistazo a través de sus dedos. La vista era sólo de los espesos bosques detrás del granero.
Ali se volvió a Spencer. Spencer miró en blanco por la ventana, pero tal vez había una pequeña pizca de decepción en su rostro. Spencer señaló la puerta. - Vete.
- Bien. -Dijo Ali. Y estaba bien. Tenía que decirles a sus padres lo que estaba sucediendo. Spencer le había dado la excusa perfecta.
Echando hacia atrás los hombros, se dirigió hacia la salida, torció la cerradura, y entró al crepúsculo de la tarde. El suelo estaba mojado por el rocío. El cielo era azul marino. Los coches se agitaban en la carretera distante.
- ¡Espera un segundo! - Spencer llamó a sus espaldas. - ¡Alison!
Pero Ali siguió su camino, girando la cabeza de lado a lado para ver si había señales de su hermana. Luces ardían en la casa de los Hastings, así como en la de los DiLaurentis. La ventana de la habitación de invitados se iluminó de nuevo. No vio a su hermana en ningún lugar.
Pero Ali dudaba que estuviera dentro. Courtney estaba aquí fuera en alguna parte. Sólo tenía que encontrarla y arrastrarla de vuelta con sus padres. Esa perra iba a volver a La Reserva de una vez por todas.




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