miércoles, 14 de mayo de 2014

Ali's Pretty Little Lies - Capítulo 28: Querida Ali, sé mía.

Traducido por: Guadalupe
Corregido: Brayan, Daniela

Al día siguiente, después de la escuela, Ali se inclinaba en la ventana delantera del Jeep de Cassie mientras ella hacía un giro chirriante en su vecindario. Su vecino de la esquina estaba afuera cortando césped, haciendo rayas perfectas en el césped. Los niños pequeños del frente jugaban baloncesto en el aro. Y en la casa de Mona Vanderwaal, Mona, Phi, y Chassey se pavoneaban en la calzada en una especie de feo desfile de moda. Ali arrugó la nariz.
Mientras Cassie andaba hacia la casa de Ali, se volvió hacia ella y sonrió. - Me alegro de que aceptaste que te traiga hoy. ¿Tu hermano estaba ocupado?
Ali se encogió de hombros. - Jason y yo no estamos hablando exactamente en estos momentos.
Los labios de Cassie se curvaron en una sonrisa.- ¿Quieres que corra la interferencia?
Ali fingió reír, sin querer entrar en exactamente por qué estaban peleados. Ella no le había dicho una palabra a Jason desde que dijo que él pensaba que era una buena idea que la familia llevara a su gemela a casa, y le pareció más fácil tampoco aceptar que él la traiga.
Cassie se volvió y miró a la acera frente a la casa de Ali. - ¿Tienes planes?
Ali siguió su mirada. Emily estaba de pie en el buzón de Ali, poniendo algo en su interior. Pero cuando vio a Ali, rápidamente cerró la caja y se apartó de ella como si estuviera en llamas.
- No que yo supiera. - Ali murmuró, un poco molesta por ver a Emily. Antes, cuando Em aparecía sin avisar, era bienvenida. Pero ahora, después de todo lo que había sucedido, se sentía más o menos... intrusiva. Empalagosa.
Cassie se acercó a la acera. Emily se quedó de pie con los brazos a los costados, una sonrisa tímida en su rostro. Ella no hizo ningún movimiento para acercarse al Jeep de Cassie, tal vez esperando el permiso o que Ali las presente. Ali solo se volteó a Cassie y le dio un gran abrazo. - Esto fue muy divertido. -Dijo. Entonces ella miró los Marlboro Lights de la mochila de Cassie.- ¿Puedo sacar uno más para el camino?
Cassie levantó las cejas. - Chica mala, ¡fumando en tu casa! ¿Qué sucede si tus padres te ven?
- No me importa -Dijo Ali.
Cassie encendió el cigarrillo para Ali y Ali dio un gran soplo, intentando no toser. Entonces Cassie a roció con perfume Dior y se fue. Ali se puso de pie, de espaldas a Emily mientras Cassie giraba en la esquina. Entonces, finalmente, se volvió de nuevo a su buzón de correo.
- H-hola. - Emily dijo. - Lo siento.
Ali se inclinó sobre una de sus caderas. - ¿Lo siento por qué?
- Interrumpir. Parecía que tú y Cassie se estaban divirtiendo.
- Aha. - Ali dejó caer las cenizas. - Ella es increíble.
La mirada de Emily cayó al cigarrillo.- ¿Ustedes fuman?
Ali se encogió de hombros.- ¿Y? -Ella exhaló.
Emily alejó el humo, y luego miró avergonzada por el gesto. - Sólo pensé... Quiero decir...
Ali golpeó el buzón. Hizo un sonido hueco y metálico. - ¿Así que estabas robando mi correo, Em?
La boca de Emily se abrió. - ¡No! ¡Por supuesto que no! En realidad, yo—
- Porque eso es un delito federal, ya sabes. - Ali interrumpió. - ¿Sabes qué más es un delito federal en algunos estados? Besar personas en casas de árboles.
Los ojos de Emily se agrandaron. Ella dio un pequeño paso hacia atrás.
Ali exhaló. - Estoy bromeando.
- Oh. - Emily pasó la lengua por los labios.- Ya lo sabía.
Se volvió hacia el buzón, pasando los dedos sobre la bandera roja de plástico. Una mirada lastimera cayó sobre sus facciones, y respiró hondo, como si estuviera a punto de decir algo importante. De repente, Ali tuvo un horrible pensamiento: ¿Y si Emily quería hablar de cosas? ¿Y si ella quería, como, ponerse íntima—literalmente?
- ¿Sabes lo que sería genial? - Ali la interrumpió antes de que pudiera hablar. Señaló a las chicas en la calle.- Si le dijeras a Mona que deje de intentar desfilar. Ella le está dando mala fama a la moda.
Emily frunció el ceño y miró a las chicas, también. - ¿Ahora?
- Aha.
Una mirada de dolor cruzó el rostro de Emily. - Ali, realmente no quiero.
Ali bajó la barbilla, la ira ante la desobediencia de Emily se encrespaba por sus venas. - Oh, ¡Mona! -Gritó, en una voz baja. - ¿Adivina qué es lo que le gusta hacer a Emily en los árboles?
Las pestañas de Emily revoloteaban. Ella abrió la boca, pero ningún sonido salió.- Está bien -Chilló, agachando la cabeza y caminando por la acera.
Ali se detuvo detrás de ella, viendo como Emily interceptaba a las chicas. En un primer momento, los ojos de Chassey, Phi, y Mona se iluminaron al ver que Emily venía. Ellas se cerraron en torno a ella de la misma manera que las alpacas se cerraban alrededor de la gente en la reja en el centro de jardín al que su mamá siempre la arrastraba. A pesar de que Ali estaba de pie a cierta distancia, pudo ver el momento preciso en que Emily dio el golpe. La boca de Mona se cerró. Phi infló sus mejillas. Las esquinas de la boca de Chassey bajaron. Casi parecía que iba a llorar.
Emily volvió a Ali. - Bueno, no creo que vayan a desfilar nunca más.
- Gracias a Dios. -Dijo Ali.- Estaban bajando totalmente la reputación de todo el vecindario, ¿no crees? Buen trabajo, Em.
Emily levantó la vista hacia ella, bamboleando su barbilla. - ¿Cómo va todo entre tú y ese chico?
- ¿Qué chico?
- Tú sabes. Del que me hablaste. En la casa del árbol. El chico que te gusta.
Ali apretó los labios. Se había abstenido de enviar a Nick demasiados textos mendigando porque no quería sonar desesperada, con la esperanza de que él se daría cuenta de lo que estaba sucediendo. Sólo que él no lo había hecho. Y cuando ella trató de enviarle un mensaje instantáneo anoche, él la bloqueó.
- Las cosas van muy bien. -Dijo, sonriendo ampliamente.
La garganta de Emily se balanceaba. Su mirada se precipitó al buzón de correo de nuevo. Ella se abalanzó sobre él y abrió la pequeña puerta, el metal chilló. Ali le puso una mano en el brazo.- ¿Qué estás haciendo?
Emily parpadeó.- Yo...
- Manipular el correo ajeno es un delito federal, Em. -Dijo Ali con voz azucarada.
Emily asintió, luego se dio la vuelta y trotó hacia su bicicleta que estaba tirada de lado y puso la pierna por encima de la barra.- Tengo que irme. - Su mirada no se alejó del buzón, que no había cerrado correctamente. Una sola carta se observaba en el interior. - Nos vemos más tarde, Ali.
Ali la observó pedalear por la calle, luego se volvió hacia el buzón. Sus dedos se cerraron alrededor del largo sobre delgado. Tenía el nombre de Ali en la parte frontal con la letra de Emily. Esperó a que el pelo dorado rojizo de Emily desapareciera al doblar la esquina, luego lo abrió. Todo era un solo párrafo, escrito en ambos lados de la página. La letra de Emily parecía más agobiada que de costumbre, como si lo hubiera escrito con rapidez, antes de perder el valor.
 Querida Ali,Tengo que sacar algo de mi pecho. Sé que te dije que el beso que compartimos en la casa del árbol era una broma. Pero en realidad no lo era. Lo hice en serio por ti y sólo para ti.

Ali bajó la carta a la cintura por un momento, un sabor extraño en la boca. Tenía una sensación extraña de que Emily hubiera preferido que ella leyera esto delante suyo para que pudiera explicarlo, línea por línea.
Recorrió el resto de la carta.
Estoy muy emocionada de que seamos amigas. Me encanta mirar la parte de atrás de tu cabeza en clase, me encanta cómo masticas chicle cada vez que hablamos por teléfono, y me encanta que cuando mueves tus Skechers durante la clase de la Sra. Hat cuando empieza a hablar de casos famosos de la Corte Americana, sé que estás totalmente aburrida. No quiero que nada se interponga entre nosotras, pero no creo que eso pase. Tú sentiste algo también, ¿no? Pude verlo.

Ali cerró los ojos y tomó unas cuantas respiraciones profundas. Cuando los abrió una vez más, leyó el resto.
 ... y he pensado un montón acerca de por qué te besé el otro día. Me di cuenta: No era una broma, Ali. Creo que te amo. Puedo entender si no quieres hablar conmigo de nuevo, pero yo sólo tenía que decírtelo.Em

Cuando terminó, dobló la carta por la mitad y se la llevó al fondo de su bolsillo. Pero entonces, porque se sentía demasiado íntimo, la sacó y la metió en el fondo de su bolso, bajo su libro de matemáticas. Sacó su teléfono, lista para componer un mensaje para Emily diciendo algo como, Encontré tu carta, bicho raro. Ja, ja, buen chiste. Excepto que tal vez sería mejor simplemente no reconocerlo en absoluto.
          Ella echó hacia atrás los hombros y entró en su casa. Tan pronto como ella cruzó el vestíbulo, el pelo en su cuello se levantó. Algo se sentía diferente. Los adornos en la sala eran los mismos. Había dos gorras y vestidos que colgaban en la barandilla, uno azul que era de Jason, y uno blanco de su propia graduación de séptimo grado. Su mirada cayó en una maleta floreada en el suelo. Era su maleta—de cuando ella era Courtney.
Olía a café recién hecho y bollos de canela al horno, lo que su madre siempre hacía para ella cuando era pequeña y necesitaba animarse. Era lo que haría por ella, no por su hermana. Su hermana, de hecho, solía quejarse de que los rollos de canela hacían que le duelan los dientes.
De un momento a otro, Ali supo lo que estaba pasando. Pero eso no podía estar pasando. Esto no tenía que suceder hasta mañana. Y entonces pensó en Mona y las demás pasando el rato en la vereda, Emily cerca del buzón. ¿Cuándo había llegado ella aquí? ¿La habría visto alguien?
Su primer instinto fue correr a su habitación y no salir más, pero entonces su madre asomó la cabeza por la esquina y sonrió. - ¿Ali? -Dijo suavemente. - Tu hermana está en casa.


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