Traducido
por: Daniela
Corregido
por: Brayan
Pocos días después, la última campana del
día sonó, y todos los estudiantes de la clase de Ali se pusieron de pie y se
dirigieron a la puerta. - ¡Gente, no olviden! – La Sra. Lowry, su profesora de
inglés, gritó. - ¡Sus parodias de Hemingway son para el Lunes! ¡No recibiré
trabajos atrasados!
- ¿Ya has comenzado el tuyo? – Spencer le
preguntó a Ali mientras pasaban por la puerta hacia el pasillo, el cual estaba
abarrotado con chicos en sus lockers.
Spencer resopló. – Tengo un gran ensayo de
historia, Ali. Lo siento.
Ali cruzó sus brazos sobre su pecho. No
hace mucho, Spencer habría hecho la tarea de Ali en un segundo sin quejarse. Te
vi, lo sabes, quería decirle. Sé lo que hiciste con Ian. Cada día
que pasaba sin que Spencer diga algo hacía que la traición parezca peor y peor.
El teléfono de Ali sonó. Lo buscó dentro de
su bolso. Llamante Desconocido. Estaba a punto de presionar
IGNORAR cuando Spencer se aclaró la garganta tras ella.
- Odio cuando recibo llamadas de números
bloqueados, - dijo – suele ser mi mamá controlándome, pero no quiere que yo
sepa que es ella quien llama.
El teléfono sonó otra vez. Ali miró a
Spencer. - ¿Se puede bloquear cualquier número?
- Creo que algunos teléfonos no lo
permiten. – Spencer se detuvo en su locker y comenzó a girar el dial. – Los
teléfonos públicos suelen ser buenos para eso. Los celulares también.
Ali asintió. Recordó haber visto un banco
de teléfonos públicos en el lobby de la Reserva—quizás su hermana de algún modo
había llegado a uno de ellos sin que las enfermeras lo notaran. O quizás había
pedido prestado el celular de alguien.
Spencer miró sospechosamente a Ali. - ¿Por
qué quieres saber cómo bloquear llamadas?
Ali abrió la boca, luego la volvió a
cerrar. Spencer resopló. – Bien, - dijo bruscamente, mirando a su locker
nuevamente. – No me digas.
Finalmente, el teléfono fue a buzón de voz.
Ali miró la pantalla, esperando que el pequeño icono de mensaje apareciera,
pero no lo hizo. De repente, se sintió como si tuviera que alejarse de Spencer,
y rápido. Se metió entre la multitud de chicos hacia las puertas dobles que
daban a un pequeño patio que conectaba la pre-secundaria con la secundaria. Era
más que nada territorio de secundarios; los chicos de pre-secundaria eran
excluidos si se sentaban en las tres bancas del patio o pasaban el rato allí
luego de clases. Sin embargo Ali tenía un pase, especialmente si Cassie o
alguna de las otras estaban por allí, pero no parecía verlas en ningún lado. Sí
vio, sin embargo, a una menuda chica, ligeramente rechoncha, de pie en un
rincón del patio, hablando animosamente con sus manos. Se enderezó. ¿Era esa Hanna?
Josie estaba de pie junto a Hanna,
asintiendo compasivamente. Ali se acercó, agachándose tras un árbol en un
macetero para que Hanna no la viera. Cuando solo estaba a unos pies de
distancia, captó parte de la conversación de Hanna por encima del jaleo de los
otros estudiantes.
- … y ella, es como, tan manipuladora,
- Hanna decía. – Hay cosas que sabe sobre mí que no quiero que nadie
sepa, y tengo tanto miedo de que vaya a decirle a alguien si hago algo mal. Me
vuelve loca. Y está actuando más raro de lo usual últimamente, guardando muchos
secretos, recibiendo extrañas llamadas telefónicas—probablemente me odia.
- Tienes que botarla antes de que ella te
bote a ti, - Josie respondió.
Hanna juntó sus labios. – Pero ha sido mi
amiga por dos años ya. Hemos pasado por mucho juntas.
Los ojos de Ali se abrieron mucho. ¿Hanna
estaba hablando sobre ella?
- Podrá haber sido buena amiga tuya antes,
pero no es una buena amiga ahora. – Josie dijo firmemente. – Eres súper genial,
Hanna. Estarás bien.
Ali se llevó la mano a la boca. ¿Josie
estaba drogada? Hanna no estaría bien sin ella—para nada.
No podía soportarlo más. Se salió de detrás
del árbol y pasó junto a Hanna como si no la hubiera visto. - ¡Oh! – dijo,
fingiendo sorpresa justo después de alcanzarla. - ¡Hola, Han! Hola… ¿Josie era?
Hanna palideció. La sonrisa de Josie
desapareció. – H-hola. – Hanna dijo, sus ojos iban de un lugar a otro. - ¿Por
cuánto has estado aquí, Ali?
Ali puso sus manos en sus caderas y
parpadeó.
Su silencio parecía poner aún más nerviosa
a Hanna. Hanna miró a Josie. – Debo irme.
- Por supuesto, - Josie dijo. Se despidió
de Ali, y luego caminó a su lado de la escuela.
Ali se dio vuelta y marchó de vuelta a
Rosewood Day, sus hombros tensos, su mandíbula apretada. Hanna se las arregló
para alcanzarla. – Espero que no creas que estaba hablando de ti, Ali, - dijo.
– Estaba hablando sobre Kate. Lo juro.
Ali se acercó a su locker y pretendió
concentrarse en la combinación. – Mm-hmm.
- Josie también tiene una hermanastra, -
Hanna dijo, su voz no era convincente exactamente. – Ella como que… ha estado
allí para mí, ¿sabes?
Ali la encaró, sus ojos se entrecerraron. -
¿Y has sido amiga de Kate por dos años? ¿Desde cuándo?
La boca de Hanna se abrió. No salió ningún
sonido.
Ali abrió su locker y metió un montón de
libros en su bolso sin prestar atención en la materia para la que eran. No
conoces a Josie. Puede que ella no guarde tus secretos tan bien como yo.
Hanna asintió obedientemente. – O-okey.
Ali se dirigió al estacionamiento, donde
tenía que esperar a Jason. – Pero ella sí parece realmente simpática, -
dijo luego de un momento. - ¿Sabes lo que estoy pensando? Quizás daré una
fiesta. Deberíamos invitarla.
Hanna torció su boca. - ¿En serio?
- Ajá, - Ali dijo.
- E-eso sería genial, - Hanna murmuró.
- Me alegra que lo pienses, - Ali
respondió. Ya que estaba claro que Hanna no recibía el mensaje de que Josie no
era necesaria, quizás era momento de probar una táctica diferente: robar a
Josie. Probarle a Hanna que todos querían a Ali como su amiga más de lo que
querían a Hanna.
Estaban en la entrada para entonces, justo
al lado de la gran fuente burbujeante. La mamá de Hanna se acercó a la cuneta y
Hanna se despidió mientras se subía. Ali continuó hacia el mástil, adelantando
a unas chicas que llevaban cajas grandes de chocolates Toblerone para vender
para una salida a terreno de francés, y un grupo de chicos dirigiéndose a uno
de los buses de regreso. Escaneó el estacionamiento en busca de Jason todo el
tiempo, pero no lo veía. Giró a la izquierda y caminó hacia unas tiendas que
estaban por la calle. El alegre letrero de Pinkberry’s parecía chillón y
molesto. La bandera Italiana flameando en frente de Ferra’s Cheesesteaks la
mareaba. Necesitaba afirmarse.
Pero entonces algo se materializó frente a
sus ojos. Un Mercedes dorado estaba estacionado al final de la cuadra. El motor
no estaba andando, pero había una persona en el asiento del conductor. Ali
reconocería ese brillante cabello rubio en cualquier parte. Era su madre.
Se acercó. Su madre sostenía un celular en
su oído, y había algo en su postura y agachada cabeza que hizo que Ali quiera
escuchar. La ventana estaba abierta, y una vez que Ali estaba a solo unos autos
de distancia, pudo oír algunas de sus palabras. Solo necesitamos un poquito
más de dinero, cariño. Solo para pagar el resto de sus cuentas del hospital.
Entonces se acomodó. Lo sé, lo sé. Pero es tu hija también.
Ali se movió. ¿Por qué
estaría su mamá rogándole dinero a su padre?
La Sra. DiLaurentis hizo un sonido de besos
al teléfono, y luego colgó. Medio segundo después, el teléfono sonó otra vez. –
Oh, hola, Kenneth, - dijo la mamá de Ali con un suspiro. Kenneth era el nombre
del papá de Ali. El tono de voz de su mamá era totalmente diferente al de la última
llamada. Aburrido. Exasperado. Cansado.
El corazón de Ali ganó velocidad. Se metió
a Wordsmith’s Books antes de que su madre pudiera verla. A pesar de que no
tenía pruebas, sabía que su mamá acababa de haber estado hablando con dos
personas diferentes—dos hombres diferentes. Al primero le había pedido
dinero, presuntamente para las cuentas del hospital de su hermana. Pero
entonces dijo, es tu hija también. Lo cual no tenía sentido.
A menos que….
La habitación de repente comenzó a dar
vueltas. Ali se echó para atrás, casi chocando con un rack metálico lleno de
tarjetas de felicitaciones. A menos que el primer hombre con el que su mamá
haya estado hablando al teléfono fuera el verdadero padre de su gemela.
Lo cual lo hacía su verdadero padre
también.
Capítulo 17 | Capítulo 19
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