miércoles, 12 de febrero de 2014

Ali's Pretty Little Lies - Capítulo 15: Playland no es solo para niños

Traducido por: Guadalupe
Corregido por: Daniela

La tarde siguiente, Ali estaba en la puerta de Rive Gauche. ­Los camareros con camisas blancas almidonadas revoloteaban por el lugar sirviendo bebidas y limpiando vasos. Una camarera pasó con una fuente sopera de fondue con rico olor. Unas niñas de la escuela estaban sentadas en una mesa, incluyendo a Melissa Hastings, que ya había notado a Ali y la miró amenazadoramente. Ali estiró el cuello, buscando a Nick—él estaba trabajando hoy y le había preguntado si quería venir con él a pasar el rato durante su descanso—pero ella no lo veía por ninguna parte.

Ella estaba tan feliz de que él le mandara un mensaje. En cierto modo, ella necesitaba verlo, necesitaba confirmarle al mundo que a ella le gustaba un chico. Encontrar ese corazón en el cuaderno de Emily la había sacudido hasta la médula—ella dejó caer el cuaderno y salió corriendo del cuarto de baño lo más rápido que pudo, murmurando una excusa poco convincente para Spencer y las demás y rogándole a Jason para que fuera a buscarla de inmediato. ¿Cómo no había percibido los sentimientos de Emily? Todas esas veces que Emily la había defendido, todos esos elogios que ella le daba. Incluso ayer, Emily se había contentado con solo sentarse en el sofá del área de probadores viendo a Ali modelar jeans frente al espejo de tres cuerpos. Ali se había cambiado delante de ella un millón de veces, sin pensar nada al respecto. Esto explicaba totalmente por qué Emily la había mirado con tanta atención cuando Ali hizo ese baile sexy con el álbum de Justin Timberlake hace algunos fines de semana. Y había largado un pequeño suspiro de satisfacción cuando Ali terminó, como si fuera a soñar con Ali esa noche....

Ali no estaba segura de cómo se suponía que debía manejar la situación. Estaba claro que Emily estaba aterrorizada de decirle a Ali sus sentimientos. Probablemente sabía que Ali le diría que no se sentía de la misma manera y que su amistad se desmoronaría. Sin embargo, Emily era demasiado valiosa como amiga—era tan fácil hablar con ella y, más que eso, tan controlable. Ella hacía todo lo que Ali le pidiera—Ali nunca encontraría una compañera así de nuevo.

- ¿Tierra a Alison?

Ali miró hacia arriba y vio a Nick en la puerta, vestido con una camisa blanca de Rive Gauche y un pantalón negro. - Hey - Dijo con una gran sonrisa. Sólo estar con él otra vez hizo que de repente se sintiera tan relajada, como si se hubiera metido en un baño caliente.

Un pitido sonó, y Nick echó un vistazo a su teléfono. Después de mirar fijamente la pantalla durante un momento, lo dejó caer en el bolsillo del pantalón.
- Entonces - Dijo, sonriéndole, sus ojos azules brillantes y claros. - ¿Quieres subirte al carrusel conmigo?

Ali casi se echó a reír. - ¿Hablas en serio? ¿El que está en el Playland de niños por el pasillo?

Nick sonrió. - ¿Por qué? ¿Eres demasiado cool para ir en un carrusel?

Normalmente, Ali habría dicho que sí, pero algo acerca de montar un carrusel con Nick parecía divertido.- Voy a ir si tú vas. - Lo desafió.

- Acepto. - Un hormigueo se disparó en la columna de Ali mientras él agarraba su mano. Juntos, salieron del restaurante y caminaron por el largo pasillo, pasando por un conjunto de tiendas, incluyendo a Woof, la tienda de mascotas de lujo. Cuando ella recién había tomado el lugar de su hermana en Rosewood, había pasado horas allí, admirando las mantas de cachemira, ropa para mascotas de cuero y golosinas orgánicas a pesar de que su familia no tenía una mascota. Este es un lugar donde hasta los perros tienen que llevar la ropa adecuada, ella había pensado.

Nick miró a la tienda. - ¿Eres una persona de perros o de gatos?

- Una persona de jerbos, ¿recuerdas? - Ali bromeó. - Pero creo que prefiero más a los gatos que a los perros.

- Eso significa que eres distante y misteriosa. - Dijo Nick.

- O que no me gusta la baba de perro. - Señaló Ali.

- O que no te gusta ver a los perros follar todo lo que se mueve.

Ali se echó a reír.

Pasaron Chanel, Bloomingdale’s, y una tienda para niños de lujo, charlando acerca de la escuela, tareas, y sobre el nuevo trabajo de Nick—él ya había tenido una mujer que podría haber sido su madre coqueteando con él. - Fue totalmente extraño. - Admitió. Entonces él la miró. - ¿Alguna vez has salido con alguien mayor?

Ali pensó en Ian, luego en el juego entre ella y Spencer de besar a la mayor cantidad de chicos mayores que pudieran. Ella había besado a unos cuantos estudiantes de octavo grado, y una vez incluso un estudiante de noveno grado, pero sólo eran besos simples, nada más. - No realmente. - Admitió. - ¿Y tú?

Nick agachó la cabeza. - Para ser honesto, no he salido con muchas personas. Sólo he tenido una novia, y ella...  - Su voz se desvaneció. - No funcionó.

- Es una broma. - Ali soltó. - Pensé que las chicas estarían locas por ti.

- No he encontrado a la chica adecuada, supongo. - Volvió sus ojos azules hacia Ali y parecía que iba a decir algo más, pero luego cerró la boca.

- ¿Qué? - Preguntó Ali, su corazón latía con fuerza.

Un rubor subió desde el cuello de Nick. Ali esperó, una sensación efervescente mezclada con emoción se arremolinaba en su estómago. Pero entonces alguien le chocó el bolso, y algunas de sus Polaroids, las cuales ella guardaba en el bolsillo delantero, revolotearon hacia el piso. Ali miró hacia arriba y vio a una chica con el pelo corto y rubio alejándose. Era la hermana de Spencer. Ali la miró. ¿Se había topado con Ali a propósito?

- Wow, genial. -Dijo Nick cuando se inclinó para ayudarla a recogerlos. - ¿Qué es esto?

Levantó una de Ali y Aria en clase de arte. Habían puesto sus grandes pinceles debajo de sus narices para que parezcan bigotes. Luego una de Jason descansando en el sofá, con un hilo de queso colgándole de la boca. Ella la había sacado a escondidas ayer y planeaba usarla como chantaje después.

- Oh, sólo es algo que hago. - Dijo Ali. Hurgó en las fotos. - Tengo una tuya del día que nos re-encontramos. - Ella la encontró y la sostuvo en alto.

- ¿Llevas contigo una foto mía? - Nick parecía tocado. - Quiero una foto tuya, también.

Ali hojeó las fotos y encontró una que Spencer había tomado de ella fuera de Rosewood Day. Su cabello rubio brillaba a la luz del sol. Su sonrisa era amplia y socarrona, como si tuviera un secreto que no le estaba diciendo. - Aquí tienes. - Dijo ella con timidez, pasándosela. Se sentía importante intercambiar fotografías con un chico. Casi tan importante como cuando los amigos se intercambian collares con medio corazón o anillos de amistad.

Doblaron la esquina y el carrusel apareció, su organillo tocando una canción de circo. Los caballos de madera, pintados alegremente se balanceaban de arriba a abajo. Un niño montó un pequeño trineo detrás de los caballos, y un padre estaba de pie junto a un niño joven en un león rugiente.

Nick la tomó de la mano. - ¿Quieres ir?

- Claro - Dijo Ali, sin molestarse siquiera en mirar alrededor para ver quién podría estar mirando. Normalmente, una chica como ella nunca andaría en el carrusel. Pero con Nick, este tipo de cosas eran cool.

Pagaron entradas, y cuando el carrusel se detuvo, el asistente levantó la cadena y dejó que seleccionaran caballos. Eligieron dos ponis blancos juntos y se subieron. Cuando Ali puso sus pies en las correas, repentinamente se inundó de nostalgia y tristeza. Un recuerdo destelló en su mente de la última vez que había estado en un carrusel. Fue cuando ella y su hermana eran amigas, antes de que cualquier cosa terrible sucediera. Las dos estaban vestidas con faldas de color rosa idénticas y remeras blancas; las dos habían pedido globos de color rosa del carrito de globos. Los caballos eran tan altos que su padre tuvo que ayudarlas a subirse en ellos, y se habían ubicado una al lado de la otra, igual que ahora con Nick. A medida que la música comenzó, las dos chillaron y se agarraron las manos a través del pasillo.

¿Qué había hecho cambiar a su hermana? ¿Por qué, de repente, estaba tan celosa, tan desesperada por ser la única chica en la casa? Probablemente era una respuesta que Ali nunca obtendría.

A medida que pasó los dedos por la melena moldeada del caballo, un pensamiento sorprendente le ocurrió: Echaba de menos a su hermana. No a la persona loca en la que se había convertido, no a la presencia amenazante en el baño, sino a esa pequeña chica que una vez fue,  su antigua mejor amiga. A veces, en medio de la noche en el Radley e incluso ahora b, se encontraba a sí misma buscando algo en la oscuridad. Se había preguntado más de una vez si era la mano de su hermana.

La música comenzó, y el carrusel empezó a girar. Ali le sonrió a Nick, limpiando los pensamientos de su mente. Nick agarró al poste con una mano y tomó su mano con la otra. Él no le quitó los ojos de encima en ningún momento. El corazón de Ali latía junto al ritmo del bombo que acompañaba la canción de época antigua del carrusel.

El carrusel giró varias vueltas completas antes de que alguno de ellos mirara a otro lado. Cuando el viaje se desaceleró, el teléfono de Nick sonó, y lo sacó de su bolsillo y comenzó a enviar mensajes.

- ¿A quién le escribes? - Ali soltó, entonces quiso poner una mano sobre su boca.
No se suponía que le importe a quién le estaba enviando mensajes. Se suponía que debía actuar de manera relajada y distante. Los chicos no soportaban las chicas que querían saber cada detalle de sus vidas.

Pero Nick giró la pantalla del teléfono para que Ali pudiera ver. - Mi amigo Jeff. -Mostró el hilo de mensajes de texto. Un tipo llamado Jeff G. le preguntó qué estaba haciendo, y él había respondido, Estoy saliendo con mi nuevo amor, Alison.

La boca de Ali cayó abierta. - Soy tu nuevo amor, ¿eh? - Dijo tratando de parecer intocable y apática. Pero su voz estaba demasiado llena de alegría como para  eso. Sus dedos temblaban. Había una voz dentro de ella gritando ¡Sí!

- Espero que lo seas. - Dijo Nick, ayudándola a bajar del caballo y caminando hacia afuera de la pequeña valla que rodeaba el carrusel. - Quiero saber todo de ti, Ali. - Él entrelazó sus dedos con los de ella. - Me gustas mucho.

- T-tú también me gustas mucho. - Ali se oyó decir, su voz sonaba un poco baja y nerviosa—y emocionada.

- Bien. - Dijo Nick, acercándose. Y allí, al lado del órgano de tubos y niños gritando esperando en la cola del quiosco de algodón de azúcar, que olía dulcemente nauseabundo, él se acercó y tocó sus labios con los de Ali. Se acabó en un instante, pero Ali sabía que recordaría la sensación del beso por un largo, largo tiempo.

Se sonrieron vertiginosamente durante unos segundos, pero de repente algo detrás de Nick captó la atención de Ali. Una figura familiar estaba parada justo dentro de uno de los pequeños pasillos del centro comercial que llevaba a los baños y las oficinas del personal.  ¿Era su madre?

Entrecerró los ojos, al principio le molestó que su mamá estuviera espiando. Pero entonces vio una segunda figura de pie junto a ella. Un hombre en la sombra puso su mano sobre el brazo de la Sra. DiLaurentis, hablando con urgencia sobre algo. No era el padre de Ali.

Su estómago se sentía ácido. Aspiró bruscamente y se alejó de Nick. Frunció el ceño. - ¿Qué pasa?

- Yo... -La mirada de Ali se mantuvo en su madre y el hombre. Él giró y tocó el costado de su cara en un gesto tan tierno que hizo que Ali se acurrucara por dentro.

- ¿Ali? - La voz de Nick era relajada, pero parecía tan lejana. - ¿Estás bien?

- No. - Susurró Ali, retrocediendo. Una parte de ella quería ver quién era el hombre, pero otra parte de ella estaba aterrorizada de averiguarlo. Entonces, ella se dio vuelta y se echó a correr hacia la salida, corrió más y más rápido hasta que sus piernas le dolían y sus pulmones ardían.

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